La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 101.2: No admitiré la derrota (1)

Traducido por Usagi

Editado por Meli


—¡Estas personas son molestas! —Murong Qing Lian maldijo.

Los pies de Jing Wang estaban heridos y el príncipe compitió de forma despreciable ¡realmente despreciable! ¡Sin mencionar a las personas de Bei Zhou que estaban animando! Los ciudadanos eran igual a su príncipe.

Los rostros de la gente de Bei Zhou, le hizo recordar a la perra de Murong Qi Qi. Era igual de molesta que los demás. En definitiva, cuando se enfrenten, ella le enseñaría una lección ¡Debía pisotear muy fuerte esa cara arrogante! ¡Sin lugar a duda!

Al mismo tiempo, el corazón de Wanyan Bao Zhu latió en su garganta. Desconocía que Longze Jing Tian estaba lesionado, sin embargo, pudo ver la agonía en su rostro. Maldijo a Wanyan Kang innumerables veces.

En tanto, Wanyan Kang fue de aquí para allá con tranquilidad. Gracias a Murong Qi Qi, podía relajarse sin expulsar su energía interior. Incluso, se detuvo a descansar y respirar. ¡Se sintió genial!

En cambio, Longze Jing Tian sufrió porque sus heridas se abrieron y el sudor salado penetró en ellas, el dolor ardiente era insoportable. La sangre se esparció por sus calcetines. Sus zapatos tenían una sensación de humedad.

¡Maldición! Si Longze Jing Tian no cuidara su imagen habría maldecido a su oponente, quién mostraba una radiante sonrisa; en su corazón, deseó agarrarlo y cortarle la cabeza con un golpe de espada.

Wanyan Kang lo observó de cerca: sus zapatos negros se tiñeron de otro color, en las suelas blancas, había un toque de rojo. Él aguantaba el dolor.

Sucedió tal como Murong Qi Qi lo describió; se hizo más consciente de que no terminaría bien si la ofendía como hizo Longze Jing Tian. Ella era inteligente, pero también rencorosa ¡Podría considerarse mala suerte! Debía ser cuidadoso para no terminar igual.

Longze Jing Tian se detuvo para evitar que sus pies se destrozaran !Debía terminar rápido! Era obvio que Wanyan Kang solo consumía su tiempo; para cumplir el deseo de otra persona.

Ambos permanecieron inmóvile.

—Después de correr algunas vueltas, al fin estoy listo. Sin embargo, he sudado y necesitaré un baño de lo contrario, apestaré y a mi linda dama no le gustará. —habló en un tono peculiar mientras se abanicaba la cara con las manos,

Su voz y cara humilde, hizo que la gente quisiera bajar y darle bofetadas en la cara.

—Señorita, ¿le dio la idea? —Su Mei no pudo evitar reír—. ¡Es un tonto!

Murong Qi Qi sonrió pero no respondió.

Analizó que Longze Jing Tian no podría aguantar el ritmo mucho más. ¿Qué si para ganar utilizaba medios «despreciables»? Mientras gane ¿qué importaba si era justo o injusto?

La justicia era solo un accesorio que la clase social gobernante obligaba a usar a los plebeyos. ¡Si existiera, no habría una brecha entre ricos y pobres! Cuando Longze Jing Tian la miró con ojos despectivos y la vio como una basura, ¿pensó él que era justo con ella?

Longze Jing Tian intentó poner una expresión tranquila. Sus ojos estaban enfocados en Wanyan Kang pero las costras se habían abierto y el dolor se extendía desde las plantas de sus pies hasta su cabeza.

—Muestra tu arma. ¡Lucha como un hombre conmigo!

Sus palabras no afectaron a Wanyan Kang, a él jamás le importó algo como la imagen pública, por algo era el príncipe de la dinastía de Bei Zhou que le causó tantos dolor de cabeza al emperador.

—¿Qué debo hacer? Todavía no he terminado de calentar. Además, ¡solo tengo dieciocho años! ¡No estoy casado! ¡No tengo una mujer! Ni siquiera he experimentado con una ¿Cómo me puedes llamar hombre ?! ¡Por favor, llámame niño! ¡Todavía soy muy inocente! —declaró y le guiñó un ojo a Su Mei.

Su Mei casi derramó sangre. En un momento tan serio ¿cómo se atrevía a hablar así?! ¡Realmente es un digno jugador!

Murong Qi Qi admiró la oveja negra de la familia imperial ¿Qué haría Longze Jing Tian contra alguien como él?

Longze Jing Tian casi se volvió loco ¿Era en verdad un príncipe de la familia imperial? ¿Por qué estaba tan fuera de lugar? ¡¿Por qué Bei Zhou tuvo un príncipe tan extraño?!

No había manera de hablar, solo quedaba actuar.

A pesar del descanso, Longze Jing Tian se veía exhausto, la mano con la que sostenía la espada movía su poder.

¡Debí derribarlo de un solo golpe! ¡Así no sería tan arrogante!

Wanyan Kang ignoró a su adversario y continuó coqueteando con Su Mei, como si hubiera ganado la pelea y celebrara con su amada.

—¡Este bastardo! ¡¿Sigue compitiendo o no?

Todos observaban a Su Mei; su cara se tiñó de rojo y miró con ferocidad a Wanyan Kang sin embargo, en sus quejas había un toque de dulzura.

—¡Ah! ¡Qué hermoso es el amor! —expresó Murong Qi Qi conmovida.

—¿Qing Qing envidia a esa pareja? ¿Acaso no te trato bien? ¿Es necesario envidiar a los demás? —preguntó molesto Feng Cang mientras la tomaba en sus brazos.

—¡Wangye! Su Mei me siguió durante tantos años que le tengo cariño un cariño especial ¡Tengo la sensación de que voy a casar a una hija! —Murong Qi Qi le besó la mejilla tratando de apaciguar.

—¡La señorita es la más mala! ¡Ignoraré a la señorita! —Su Mei se puso de pie y con pasos firmes se alejó de las gradas.

Su Yue se cubrió la boca para disimular su risa.

—Su Yue, Su Mei se ha enamorado, también debes hacer tu mejor esfuerzo, ¡Estoy esperando asistir a tu boda! Si ustedes se casaran al mismo tiempo, ¡¿qué tan bueno sería?!

—¡Señorita! —Su Yue se sonrojó—. ¡La señorita avergonzó a Su Mei y ahora se está burlando de mí! ¡No me casaré! ¡Quiero servir a la señorita durante toda la vida!

Murong Qi Qi chasqueó la lengua dos veces.

—Cuando me case ¿quieres ser doncella?

La cara de Su Yue se había puesto roja ¿de qué está hablando? ¡Ella no quiere ser doncella! Ella solo quería seguir a Murong Qi Qi y nunca pensó en otra cosa.

—Si la señorita sigue diciendo tonterías, entonces Su Mei y yo la encerraremos

—Está bien, está bien. ¡No hablaré más de eso! Te retendré y enviaré a Su Mei. ¡No te casaré! —hizo un gesto con las manos pegadas en misericordia y puso una expresión de «me rindo».

El gesto divirtió a Su Yue, haciéndola reír.

En la plataforma, ambos continuaban sin moverse. Wanyan Kang mantenía su sonrisa como si no se tratara de una competencia sino un picnic.

Longze Jing Tian se irritó.

¡Este bastardo! ¿Para qué tomó la competencia? ¡No la respeta en ningún sentido! Deseó ir y torcerle el cuello, jamás había conocido a alguien tan desvergonzado. ¡Era una verdadera escoria de la familia imperial!

Wanyan Kang se hizo de la vista gorda, se estiró con pereza por un tiempo más mientras miraba al cielo. Saludó a Su Mei:

—¡Pequeña! ¡Estoy aquí! —expresó con cariño

¡Esta es mi oportunidad! Capturó el punto ciego y voló por el cielo, la espada en dirección a la espalda de Wanyan Kang.

—¡Ten cuidado! —Su Mei gritó.

La advertencia llegó cuando la espada casi toco su espalda. Longze Jing Tian estaba lleno de sed de sangre.

—¡Su alteza, mátenlo! —gritó con emoción Murong Qing Lian y apretó los puños.

Después de ser molestado por tanto tiempo, Longze Jing Tian expuso una sonrisa cruel.

¿Te atreves a burlarte? ¿Quién en el mundo se atrevería? ¡Él es Jing Wang Longze Jing Tian de Xi Qi! ¡Nadie puede burlarse de él!

Bajo la luz del sol invernal, la espada que se dirigía a la espalda de Wanyan Kan, exudaba una aura fría y silenciosa.

Murong Qi Qi no estaba tan angustiada como Su Mei, pero su mano sostenía con fuerza la gran mano de Feng Cang y su corazón latía a mil por hora..

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