La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 109.2: Proposición

Traducido por Selena

Editado por Meli


Dejaron a las tres mujeres atrás y fueron a la casa de juego; la aparición de Feng Cang hizo que la gente saliera.

—¿La vieron? ¡Esa es la princesa Zhao Yang! Sustituyó a los concursantes que se accidentaron y ganó el torneo. —contaron algunos.

Las personas que originalmente querían ver el resultado de la boda, cuando vieron que Murong Qi Qi era una persona tan bien educada y bonita, sintieron lástima por ella.

—¡Quizá en unos días se convierta en una calavera roja! —Alguien susurró 

La mano de Feng Cang se tensó. Murong Qi Qi sintió la frialdad y sonrió gentilmente.

¡Ella no creía los rumores! En el mundo, no hay fantasmas; ¡solo hay personas que actúan como fantasmas! Después de vivir juntos por unos días, sabía qué clase de persona era Feng Cang. Si su vida era tan frágil ¿por qué estaba a salvo después de tanto tiempo seguía a salvo? Parecía que el único problema era la noche de bodas.

—¡Príncipe, vamos! —Guió a Feng Cang para demostrar a los demás lo feliz que era. 

⧫⧫⧫

Mu Yu Die se sintió insatisfecha después de la partida de Feng Cang y Murong Qi Qi, además, Yu Shi Shi la dejó luego de una simple despedida.

Wanyan Bao Zhu también quería irse, pero desde que tuvo contacto íntimo con Wanyan Hong, evitaba a la gente del palacio del Este. 

Yu Shi Shi ardía en celos, había sido derrotada por Murong Qi Qi, odiada por Mu Yu Die y despreciada por Feng Cang quien no dejó de demostrar su amor por Murong Qi Qi ¡Nada salió de acuerdo a su plan!.

¿Los demás hombres aman a sus mujeres? ¿Cómo podría compararse Wanyan Hong con Feng Cang? ¿Con qué podría ser comparado? ¿Apariencia? ¿Con la personalidad? ¿Habilidad? ¿Temperamento? 

Por miedo a morir joven eligió a Wanyan Hong, que podría convertirse en el emperador. Solo ella sabía ¿qué clase de días estaba viviendo? 

Le había prometido a esa persona que separaría a Murong Qi Qi y a Feng Cang, pero viendo la situación era imposible. ¿Qué debía hacer?

Yu Shi Shi estaba enfadada y no tenía dónde desahogarse. Se giró y vio a Wanyan Bao Zhu que estaba sumida en sus pensamientos con la cabeza baja.

—Hermanita imperial, ¿por qué no dijiste nada hace un momento? En el pasado, ¿no odiabas más a Murong Qi Qi? Te gustaba tanto el príncipe de Nan Lin; ¿por qué después de un viaje a Yongzhou, cambiaste de opinión?

Wanyan Bao Zhu se sorprendió. Por su culpabilidad, sintió como si la hubieran descubierto. Pero si Wanyan Hong fue incapaz de reconocerla, Yu Shi Shi tampoco lo haría ¿Por qué se asustó así?

—¿Qué pasa? —Yu Shi Shi mostró una sonrisa llena de sarcasmo. Asumió que ella aestaba pensando en Feng Cang.

Ah, ¿cuándo había aprendido esta chica a soltar las riendas solo para agarrarlas mejor? Es que Feng Cang no se interesó en un truco tan pequeño. Ahora, su corazón debe estar lleno de Murong Qi Qi…

—¡Vamos! —Yu Shi Shi tomó la mano de Wanyan Bao Zhu.

—¿A dónde, cuñada imperial? —Levantó la cabeza y se encontró con el par de ojos calculadores de Yu Shi Shi. Su corazón se alarmó y latió con fuerza como las campanas; ella parecía gentil y delicada, pero en realidad era muy astuta como Wanyan Hong, por eso eran marido y mujer.

—Por supuesto, a Jue Se Fang, ¡quiero ir a comprar ropa bonita! ¡Tenemos que impresionar al príncipe cuando se case! Si somos derrotadas por Murong Qi Qi en apariencia, ¡¿no sería muy vergonzoso?! —Tiró de Wanyan Bao Zhu sin esperar su respuesta.

⧫⧫⧫

—¡Moscas! ¡Tan odiosas! —Su Mei se enfandó cuando vio a Yu Shi Shi y a Wanyan Bao Zhu siguiéndolas.

La gente necesita tener dignidad, los árboles tienen piel, ¿por qué estas dos eran tan desvergonzadas? ¡Los siguieron! ¡No sabía cómo, con esas caras tan tiranas, todavía podían reírse!

—¡Su Mei, cálmate! —Murong Qi Qi le palmeó la mano—. La calle es para que la gente camine. ¡No podemos detenerlas!

No quiso impedir que Yu Shi Shi y Wanyan Bao Zhu las seguirían hasta Jue Se Fang. Confió en que le harían publicidad.

Fang Tong salió a saludar a Murong Qi Qi, pero fue detenido por Yu Shi Shi.

—Tendero, ¿qué cosas nuevas tiene recientemente?

Fang Tong reconoció a Yu Shi Shi, princesa heredera y madre biológica del nieto imperial mayor. Observó que Murong Qi Qi y Feng Cang miraban alrededor, y acompañó a Yu Shi Shi.

—¡Eh! ¿No es la princesa heredera niangniang? ¡Esta plebeya la saluda!

Hace un rato, perdió la dignidad por las acciones de Murong Qi Qi. Ahora, la recuperó por la forma respetuosa en que Fang Tong se dirigía a ella, sintiéndose satisfecha en su corazón.

—¡Mm! Hoy he venido hoy con la princesa Bao Zhu a ver si hay ropa bonita.

—¡Saludos a la princesa! —Fang Tong presentó inmediatamente sus respetos a Wanyan Bao Zhu.

—Puede prescindir de hacer una reverencia …

—¡Genial, esperem aquí un momento! —Fang Tong miró cuidadosamente a Wanyan Bao Zhu y sonrió.

Cuando un hermoso vestido azul fue sacado y mostrado delante de Yu Shi Shi y Wanyan Bao Zhu, los ojos de las dos se agrandaron.

—¡Qué hermoso! —Yu Shi Shi extendió la mano y lo tocó; sintió la suavidad de la tela.

—¡Qué bonito! 

Cuando Wanyan Bao Zhu volvió a abrir la boca, Fang Tong confirmó que la persona que tenía delante era Murong Xin Lian. Él tenía un par de oídos sobrenaturales que en el pasado fueron capaces de reconocer a Feng Cang, solo por una palabra.

¿Por qué estaba Murong Xin Lian en Bei Zhou? ¿Por qué se parecía a Wanyan Bao Zhu? ¿Cuál es el propósito de venir aquí? ¿Podría ser para lidiar con la señorita?

Fang Tong decidió decirle a Murong Qi Qi la verdadera identidad de Wanyan Bao Zhu.

Yu Shi Shi y Wanyan Bao Zhu eligieron cada una un vestido. Aunque los vestidos eran muy caros, eran únicos. Lo que las mujeres compraban al gastar dinero era la vanidad. Poder llevar un vestido hermoso y exclusivo en Bei Zhou e incluso único en los cuatro países, convirtiéndose en el centro de atención de todos, ¿qué importancia tenía gastar algo de dinero?

Aunque la personalidad de Wanyan Hong era mala y no era tan normal, en las cosas materialistas, le daba a Yu Shi Shi una gran satisfacción. No sabía si era porque quería demostrar a Feng Cang que ahora vivía muy bien o porque quería mostrar su riqueza, Yu Shi Shi le compró un vestido a Wanyan Bao Zhu.

—¡Un total de mil doscientos teales de plata!

—¡Son billetes de banco! ¡Cuéntalos! —Yu Shi Shi sacó con orgullo un montón de billetes y se lo dio al sirviente. 

Sus ojos observaron a Murong Qi Qi como si dijera, ¿cómo te sientes? Con un solo gesto, ¡puedo conseguir mil teales! ¿Te he asustado?


Selena

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido