Príncipe Cautivador – Capítulo 35

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


— ¿Quién eres? —Bai Shaolin sacó un sable y señaló al niño que estaba caminando cerca del Príncipe. La espada simplemente pasaría por el delgado cuerpo del niño.

— ¡Ah! —Los padres del niño miraron tal escena con horror, incluso si querían salvar a su hijo, no podrían, porque eran personas comunes y corrientes que no conocían las artes marciales. Además, los soldados podrían detenerlos, así que solo podían ver como su hijo moría por una espada.

Leng Yu Feng observó el movimiento de Bai Shaolin mientras esté atacaba al niño.

En el último momento, cuando el niño estaba a punto de morir, una figura con una túnica blanca apareció como una ráfaga de viento y se llevó al niño, salvándolo de su destino.

Los padres del niño casi se desmayaron, pero al ver que alguien rescató a su hijo, suspiraron aliviados. La gente que estuvo presente se sintió aliviada, y también se maravillaron ante la bondad del Príncipe y comenzaron a respetarlo.

Luego de bajar al niño, se preparaba para irse, pero el pequeño lo sujetó.

—Hermano mayor, ¡No te vayas! —Dijo el niño mientras lo sujetaba. Aquel par de ojos claros le rogaban que se quedara.

Leng Yu Feng miraba al Príncipe que no tenía expresión alguna en su rostro.

El grito de la gente se escuchaba una y otra vez: — ¡Príncipe, no te vayas!

En ese momento, el niño que lo estaba sujetando se desmayó de forma repentina, el Príncipe logró atraparlo antes que cayera al frío suelo, sujetándolo sobre su pecho, lo llevo hasta la entrada y Bai Shaolin que iba al lado suyo le dijo: —Príncipe, los médicos que ordenó llamar están esperándolo.

Las personas estaban aún más conmovidas por las acciones del Príncipe. No pensaron que también les ayudaría trayendo médicos. Realmente querían ser perdonados por su gran ignorancia.

— ¿El Príncipe se irá? —Preguntaron los padres del niño a Bai Shaolin.

Ellos vieron al Príncipe llevando a su hijo, y tras él estaban algunas personas tratando de seguirlo, pero los soldados los bloquearon y ellos se mantuvieron alejados.

—El Príncipe ama a las personas y ver al niño desmayarse lo puso triste. No se irá tras ver una situación cómo está. —Dijo Bai Shaolin

Cuando lo escucharon, la gente no puedo contener su emoción.

— ¡El Príncipe no se va! ¡Genial!

Mo Che se puso a vigilar a las personas que formaban fila para recibir las provisiones y acercándose a Leng Yu Feng le hablo: —Tus artes marciales han mejorado mucho. —Quizás nadie vio exactamente como el niño se desmayó, pero él sí, vio una pequeña piedra golpear un punto de presión del niño.

—Las tuyas son igual de buenas. —Respondió Leng Yu Feng.

Cuando llegaron a Tuen Mun, la gente que se mantuvo cerca, descubrió que había médicos esperando. Uno de ellos había comenzado a inspeccionar al niño y al hablar con los padres les dijo: —El pequeño simplemente tenía hambre y no pudo soportarlo más, por eso se desmayó.

Los padres le agradecieron mucho al Príncipe, que solo asintió y se fue a inspeccionar la repartición en los almacenes.

Había una fogata enorme que los soldados armaron cerca de los almacenes, todos los ciudadanos estaban de pie haciendo su fila para recibir la comida. Sin embargo, cada vez que el aire desviaba el olor de la comida hacia ellos, se podían escuchar el sonido de sus estómagos. Incluso si las personas lo sentían, nadie se atrevía a acercarse.

Bai Shaolin, viendo esta situación, solo asintió ante la mirada del Príncipe.

No quería dejar al niño con sus padres sin que haya despertado, luego se paró frente a la multitud: — ¡Si alguien está herido o se siente mal, primero diríjase a que un médico lo revise! —Varias personas fueron, la gente estaba satisfecha con la perfección del Príncipe, pero se lamentaban el ser considerados por él.

—Príncipe, la comida está realmente bien. —Bai Shaolin se había acercado al Príncipe.

El Príncipe tomó un cuenco y vertió gachas en ella, luego se la entregó al niño que acababa de despertar. Aunque estaba fría aún sabía bien. —Prueba.

Mo Che y Leng Yu Feng miraron al Príncipe. Ambos sabían que estaba calculando en cómo usar al niño para mejorar su apariencia, pero ahora su preocupación no mostraba ninguna falsedad.

El niño entrecerró los ojos y le dijo al Príncipe: — ¡Gracias, hermano mayor!

Mo Che y Leng Yu Feng organizaron la habitación para el Príncipe, y los soldados se ubicaron en el patio.

En estos días, me he estado sintiendo adormecida. Entré en mi habitación y el agua caliente estaba lista. Me quité la ropa y empecé a lavar mi cuerpo. Era incómodo atarme el pecho todos los días, pero no estaba dispuesta a que mi género se diera a conocer.

— ¡Discúlpeme Príncipe!

Alguien llamaba a la puerta. No quería levantarme y tener que arreglarme. Así que solo abrí la puerta sin atarme el pelo, ahí estaban Leng Yu Feng y Mo Che de pie en la puerta.

—…

Todavía se escuchaba el sonido proveniente del baño dentro de la habitación. Leng Yu Feng y Mo Che, que lo estaban escuchando, levantaron la vista pareciendo incómodos.

Leng Yu Feng dijo: —Este es un aceite fresco. Es muy útil para las picaduras de mosquitos. ¡Lo uso a menudo cuando estoy luchando! Además, en la noche se puede usar como un repelente.

No me importaba, ya había algunas marcas sobre mi espalda y eran más visibles en la piel blanca. Obviamente fui picada por los mosquitos y accidentalmente los rasqué. No pensé que Leng Yu Feng se preocupara por algo así.

Tomé el aceite y lo puse sobre la mesa de la habitación. No estaba preparada como para dejar que entraran en la habitación, pero ahora tenía otro plan…

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