Beatrice – Capítulo 9: Será mío

Traducido por Den

Editado por Sakuya


—Su Gracia, la hija de Lord Bandorras ha estado esperando por más de una hora —Aaron, el mayordomo, le pidió a su maestro con una mirada implorante. —Su Alteza, se lo suplico. Al menos vaya a saludarla…

Sin embargo, su maestro era demasiado cruel para preocuparse. Estaba en su estudio atendiendo el trabajo relacionado con su ducado. En su regreso, Alexandro fue nombrado como el archiduque; la posición que se merecía.

La mirada de Alexandro permaneció en el documento que enumeraba los ingresos fiscales. A medida que los segundos pasaban, Aaron se puso demasiado ansioso sabiendo que su silencio significaba el rechazo.

—Si se sabe que la hija de un duque está visitando a un soltero como Su Gracia, todos los miembros de la aristocracia asumirán que está teniendo una relación amorosa.

Aun así, el archiduque permaneció en silencio. Estaba decidido a ignorar el asunto por completo.

La dama Clara Bandorras había comenzado a enviar cartas de amor a Alexandro desde su regreso de Elpasa. Cuando se cansó de esperar su respuesta, comenzó a visitar la mansión Graham al menos una vez a la semana. No era discreta al respecto, siempre llegaba a las tres en punto, justo a tiempo para tomar el té y hacer alarde de su carruaje de caballos.

Era una mujer atrevida.

Aaron no podía rechazar a la hija de un duque, al menos por el bien de salvar la imagen del archiduque. Si se negaba a entretener a una dama que visitaba la casa de un soltero, la reputación de su maestro, como un hombre insensible, podría empeorar aún más.

Sin embargo, a pesar de la astucia e insolencia de la dama, el archiduque nunca la veía.

—Su Gracia, por favor vaya a verla. Es una dama encantadora. Solo eche un vistazo. ¡Esta es su décima visita!

—Aaron —Una voz gélida finalmente respondió.

— ¿Sí, Su Gracia? —Aaron miró a su maestro con un poco de esperanza.

— ¿Es esto realmente algo de lo que debería preocuparme?

Quería decir que Aaron debería manejarlo por su cuenta.

—Pero la señorita Clara Bandorras ha estado aquí… ¡todos los días! —Y con eso, Alexandro finalmente levantó la mirada hacia el rostro de su mayordomo. E inmediatamente, Aaron dijo —Entendido, Su Gracia.

Aaron salió del estudio con una expresión seria. Desearía que se casara, pensó. Su maestro es un hombre brusco y poco cariñoso, era simplemente torpe al expresar sus sentimientos. El archiduque no tenía relaciones profundas con ninguna mujer. También carecía de deseo sexual, tanto que Aaron temía que su maestro pudiera estar enfermo. No había cedido a las tentaciones de ninguna mujer, por muy hermosa que fuera.

Por eso, Aaron se preguntaba si el archiduque sentía un miedo anormal por las mujeres.

Bueno, es comprensible, pensó. Pero Alexandro era el único hijo de la familia Graham. Duncan y Aaron trabajaban sin descanso para emparejarlo con la hermosa hija de una familia aristocrática, pero solo podían asombrarse ante su defensa inexpugnable.

Temía que su maestro permaneciera soltero por el resto de su vida, ya tenía veinticinco años. La gente había comenzado a bromear diciendo que sería más rápido para Duncan volver a casarse y tener otro hijo, que para el archiduque casarse y tener hijos. Incluso había murmullos escandalosos de aquellos que sospechaban de los gustos sexuales del héroe de guerra.

Aaron, como el mayordomo del archiduque, cargaba con un gran peso sobre sus hombros.

—Señorita Clara, desafortunadamente el archiduque no puede liberarse de su trabajo.

Pudo ver a la hermosa mujer con cabello rubio que caía como una cascada hasta su cintura, reclinada elegantemente en un asiento. Clara, que estaba disfrutando de su té con una taza en sus elegantes manos, sonrió a propósito.

—Bueno, no se puede evitar.

Después de un momento, preguntó:

— ¿Aaron, te importaría mostrarme los jardines? He estado sentada durante demasiado tiempo y me encantaría ver las encantadoras rosas de la mansión Graham.

—Por supuesto, mi lady.

La señorita Clara Bandorras no parecía frustrada en absoluto. En este punto, estaba acostumbrada a que le cerraran la puerta en la cara. Será mío con el tiempo, pensó para sí misma.

El archiduque Alexandro Graham era una elección fabulosa en el mercado matrimonial. Por un lado, era el único heredero de la familia más poderosa del imperio. Era un secreto a voces que su padre había elegido deliberadamente no convertirse en el emperador.

El único hijo de Duncan Graham, el hombre que controlaba al emperador títere, no participaba en ningún evento social, a pesar de su posición como el Gran Maestro en la orden imperial de caballería. Pero muchas hijas de aristócratas susurraban sobre el atractivo inolvidable de su físico robusto, su cabello castaño oscuro y sus ojos azules.

Clara había estado observando a Alexandro desde su oportunidad de encontrarse con él en los cursos de equitación el año pasado. Se había enamorado inmediatamente al ver al hombre tan apuesto, galopando sobre su caballo.

La información de que este hombre era el Gran Maestro, la había sorprendido: a pesar de los rumores, no era un hombre dominante y aterrador. Sus ojos azules parecían bastante delicados y nobles, y su rostro, absolutamente hermoso, rebosaba de elegancia. Sin embargo, su cuerpo tenía una apariencia salvaje que sugería que una vez que te sujetaba contra su pecho firme, ninguna mujer estaría satisfecha con cualquier otro hombre.

Reinaba sobre todo los otros hombres. Lo que significa que es perfecto para mí. 

Clara en realidad se sentía aliviada por el hecho de que nunca asistiera a las fiestas sociales. Los rumores lo hacían sonar demasiado aterrador para que cualquier hija aristocrática se acercara, pero si alguien realmente lo viera, no podría evitar enamorarse de su belleza.

Por encima de todo, me gusta que no sea promiscuo. 

Ninguna mujer podía acercarse a él debido a su rostro frío e inexpresivo, apropiado para su reputación como héroe de guerra. No obstante, Clara Bandorras era diferente: confiaba en que podía seducir a cualquier hombre que quisiera. Era un miembro de la familia Bandorras, cuyo poder dentro del imperio era sólo el segundo al de los Graham.

Veremos quién gana, Su Gracia. 

La sociedad estaba plagada de historias de que Clara frecuentaba la casa del archiduque: estaba marcando su territorio.

También era infame por su temperamento; sin que ella lo supiera, era considerada como la moza más loca de la sociedad.

—Estas rosas son absolutamente hermosas. —Esbozó una brillante sonrisa.

Aunque no tan hermosas como yo. 

♦ ♦ ♦

Mientras tanto, Jorge, el subdirector de la enfermería, estaba teniendo problemas para conciliar el sueño. Las imágenes del nuevo almacén de medicamentos recientemente organizado, con los objetos, incluidos aquellos cuyos usos no había podido averiguar, perfectamente organizados por su uso, bailaban en su cabeza.


Den
Hace unos días estuve leyendo los comentarios que dejaban en la novela y debo agradecerles por el apoyo y el ánimo TT^TT. Llevaba unos días desanimada, pero sus comentarios me ayudaron bastante. ¡Muchas gracias <3! Haremos todo lo posible para traer más capítulos ^^

3 respuestas a “Beatrice – Capítulo 9: Será mío”

  1. Muchas gracias por traducir esta novela, estoy leyendo el Manhwa y me esta encantando 😍. Me encantaría que pudieran traer actualizaciones más seguidas. Muchas gracias por su trabajo 🙈

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