Crié a un dragón negro – Capítulo 18: Un dragón deprimido

Traducido por Den

Editado por Nemoné


Hoy, el niño estaba inusualmente raro. Sujetaba un vaso de leche, su favorito, pero de alguna manera no parecía feliz. Park Noah se inclinó más cerca y vio manchas de lágrimas en sus mejillas. Sorprendida, soltó su tostada y preguntó:

—¿Lloraste, bebé?

—¡Oh, no lloré!

—¿Qué quieres decir con no? ¡Tus ojos están rojos! —Estiró sus brazos para cargar al niño de cabello rizado, pero el niño sólo negó con la cabeza.

Eso es extraño, pensó. Nunca se protegió de ella hasta ahora.

—Bebé, ven aquí —Noah volvió a intentarlo, su mano gesticulando un abrazo.

El niño permaneció en silencio, su cabeza agachada, evitando la mirada de la bruja. Pero esta vez, dio un paso hacia ella lentamente.

Ahora que lo pienso, hasta anteayer había estado pegado a mí todo el día, y ayer pasó menos tiempo conmigo. 

—No has crecido mucho. ¿Es por falta de maná?

El niño murmuró un sueve “no”, aún negándose a mirarla directamente.

—¿Qué estás diciendo? Es fácil de ver. No finjas conmigo, ven y abrázame.

El niño pequeño terminó acurrucado en los brazos de la bruja. Park Noah colocó al niño en su regazo, y continuaron su desayuno. De repente, Kyle regresó a la cocina, llevaba un delantal y sujetaba un plumero.

—Baja a ese niño.

Lo ignoró y se volvió hacia el niño.

—Te abrazaré por diez minutos.

Le dolía el corazón al ver al pobre niño ponerse de mal humor cada vez que se veía obligado a alejarse de ella. Durante los últimos días, Noah había estado comiendo bien y había descansado mucho, recuperando así un poco de su fuerza; cree que no se volverá a desmayar como un muñeco hecho de hilos aunque absorba su magia durante unos buenos diez minutos.

Sin embargo, Kyle fue más frío que nunca.

—Me lo llevé anoche y lo pasé a mi habitación para evitar que absorba todo tu maná. ¿Y ahora quieres que absorba tu maná durante diez minutos?

¿De todos modos, quién te pidió que hicieras eso? 

—Un hombre de sangre fría no llora —refunfuñó silenciosamente.

—¿Qué dijiste?

—Allí, hay una mancha en la ventana izquierda.

Enseguida, Kyle giró la cabeza y examinó la ventana en busca de cualquier suciedad. Por otro lado, Park Noah agarró al niño y escapó a su habitación. Pero antes de que pudiera cerrar la puerta, Kyle ya había deslizado su pie.

—Es hora de dar un paseo.

Durante su estancia, Kyle Leonard ha establecido una rutina para que Noah recupere rápidamente su maná. Después del desayuno, la siguiente actividad sería un paseo matutino.

Noah se dejó caer sobre su cama, rodando hacia el lado del niño y puso una excusa barata.

—Tengo una enfermedad crónica que podría hacerme colapsar bajo el sol, señor.

—No digas tonterías. Sígueme ahora mismo —Kyle trató de agarrarla del brazo, pero se detuvo. Noah lo miró con ojos curiosos, levantando una ceja. De repente, agarró su muñeca frunciendo el ceño.

—¿Esto es una muñeca o una rama de un árbol moribundo? —murmuró, aparentemente incómodo—. Debes haber perdido al menos cinco kilos en dos años.

—¿Sabes mi peso?

—No hay nada que no sepa sobre ti. Sé tu edad, tu cumpleaños, tu estatura, tu peso, tu grupo sanguíneo, tu constelación, tus huellas y la longitud de tu zancada.

De acuerdo, eso es espeluznante. ¿Eres un acosador o algo así? 

Cuando Park Noah lo miró desconcertada, Kyle Leonard se sintió confundido.

—No sé por qué finges estar sorprendida. Si sumaras todos las veces que has pasado a solas conmigo en un espacio confinado, ocuparía al menos un mes. ¿Lo olvidó, señorita Eleonora Asil con 15 condenas anteriores?

Uno podría pensar que un romance florecería entre dos némesis en su situación actual si Kyle Leonard no hubiera pronunciado las palabras “Señorita Eleonora Asil con 15 condenas anteriores”.

—¿O eran más? No, cierto, eran 15.

Noah permaneció en silencio, lo que desconcertó aún más a Kyle. La miró de forma extraña y de repente frunció el ceño.

¿Qué más no te gusta? ¿Mi existencia en sí? Bueno, he vivido demasiado como una cucaracha durante los últimos dos años. Mi objetivo es vivir una vida larga y pacífica, pero no creo que pueda tenerla fácilmente. 

Después de un período de silencio, finalmente asintió.

—Iré a caminar. Pero me llevo al niño.

—El niño…

—Espera, caray. Sólo ven conmigo —llamó al niño que se asomaba por detrás de la pierna de Kyle. Todavía había una mirada de duda en su cara.

—Estoy… Estoy bien… Pero…

—¿Eh?

—Me quedaré en casa…

¿Por qué está tan deprimido? 

El extraño comportamiento del pequeño no terminó en ese momento. De hecho, empeoró durante la noche.

Cuando ya eran más de las diez de la noche, esperó a que Kyle se quedara dormido y en secreto pasó al niño desde su cuna en el salón a su habitación.

—No —Pero el niño se negó—. Puedo dormir sin Noah.

—¿Qué? —Sus ojos se abrieron de la sorpresa ante el comentario inesperado del niño. La estaba mirando con una mirada decidida, sus ojos aparentemente serios—. ¿No vas a dormir conmigo? —Noah le volvió a preguntar, sin saber si había escuchado mal.

—Ya no soy un bebé. Han pasado 15 días desde que salí del huevo. Así que puedo dormir solo.

Parecía decirlo en serio cuando lo dijo con toda su fuerza. Por otro lado, Park Noah solo pudo asentir sorprendida

—Uh… Sí…

El niño se volvió hacia un lado, evitando su mirada.

Sin éxito, Noah regresó a su habitación con los hombros caídos. La puerta se cerró a su espalda. La habitación ordenada se sentía un poco extraña esta noche.

Es como si mi querido hijo de repente declarara su independencia de su madre. 

Frustrada, intentó deshacerse de sus extrañas emociones.

—Oh, no lo sé. Sólo durmamos un poco.

Tal vez ya no quiere dormir conmigo. Noah se sumergió bajo las sábanas, todavía sintiéndose extraña. Durante casi una hora dio vueltas en la cama, incapaz de dormir. Al final, se levantó.

¡Ves, un niño que sólo tiene 15 días de haber nacido no duerme bien! 

Noah se escabulló hasta el primer piso y se llevó al niño de vuelta.

—Puedo dormir solo… —El niño se quejó con ojos somnolientos.

—No puedo dormir sola. Vamos a la cama ahora. Vamos a dormir.

Y tres segundo después de meterse en la cama con el niño en brazos, inmediatamente se quedó dormida.


Den
Ay, esta novela me hace morirme de la ternura con cada capítulo. El pequeño queriendo parecer mayor, demostrar que puede él solo y rehuyendo a la «mamá». Esto es demasiado para mi corazón ╥﹏╥ Me encanta cuando Noah le dice <em>bebé</em> (´▽`ʃƪ)♡ Tan cariñosa con él, ha cambiado en comparación con los primeros capítulos

4 respuestas a “Crié a un dragón negro – Capítulo 18: Un dragón deprimido”

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