Crié a un dragón negro – Capítulo 33: Viaje inminente de sorpresas

Traducido por Den

Editado por Hime


Esa noche, después de una discusión agotadora, Noah se quedó profundamente dormida. Cuando despertó en medio de la noche, Kyle ya se había ido.

Tal vez debido al pequeño descanso que tuvo, se sentía mejor que antes. El mareo disminuyó y las ganas de vomitar desaparecieron.

—¿Regresaste…?

Miró fijamente el techo, disfrutando del silencio que envolvía su habitación. Pero de repente se dio cuenta de que el pequeño Mu no estaba a su lado.

Inmediatamente se levantó de un salto de la cama, invadida por el pánico.

¿Dónde está? ¿Se fue de verdad esta vez? 

Su corazón latió con fuerza hasta que reconoció un cabello negro y rizado en el borde del lecho.

—Oh, gracias al cielo. Me asustaste, Mu. ¿Qué estás haciendo allí? —Suspiró con una mano en el pecho, aliviada.

El niño estaba sentado en el suelo, abrazándose las rodillas con fuerza. De alguna manera, algo era diferente.

Noah ladeó la cabeza mientras miraba al pequeño. De repente se dio cuenta de que… ¡Se encogió!, pensó. Muell por lo general aparentaba tres o cuatro años, pero ahora parecía un niño de dos años como mucho.

Tal vez simplemente tenía esa sensación… Trató de negar su extraña suposición, pero aun así levantó al niño, entrecerrando los ojos, sin entenderlo.

¡Definitivamente se encogió! 

—¿Qué pasó? ¿Por qué te encogiste de repente? —preguntó ella, desconcertada por la apariencia del niño.

—Pensé que sería difícil para Noah si seguía creciendo, así que me hice más pequeño. —respondió Muell sintiéndose culpable, como si hubiera cometido un delito.

—Vaya, ¿eso es posible?

—No puedo evitar absorber tu maná, pero ahora que he realizado la impronta, puedo controlar mi forma humana… —Explicó el dragón.

De hecho, parecía que el pequeño estaba en mejores condiciones que antes. Mu la miró con ojos ansiosos.

—Maestra, no… Noah, ¿ahora estás bien? ¿Debería encogerme más? ¿Debería volver a mi forma original?

—No, no. Ahora estoy bien. Tendrás que gatear si te encoges más. —insistió ella. Luego colocó su mano sobre el abdomen del niño y después de concentrarse durante un momento, pudo sentir el flujo del maná, el cual se había estabilizado.

Recordó el momento en que Kyle hizo lo mismo e inmediatamente sintió el maná; resopló. Claramente había una diferencia de habilidad entre ellos.

Ella pensaba que si podían adaptarse de acuerdo a sus circunstancias, quizás no sería tan difícil llevar una vida normal.

—De todos modos, ¿por qué estás allí? ¿No puedes dormir?

—Solo…

Al parecer la lengua del pequeño también se había encogido. Ante ese hecho, Noah le hizo cosquillas en sus mejillas redondas y rosadas, riendo. La risa de Mu resonó en la habitación silenciosa.

La bruja puso sus manos debajo de los brazos del niño y lo colocó en la cama, junto a ella.

Mu rápidamente se distanció de ella. Sorprendida, Noah lo agarró del hombro para evitar que bajara de la cama.

—¿A dónde vas?

—Creo que solo estoy enfermando a Noah… —El niño agachó la cabeza, evitando su mirada.

Ella no dijo nada un momento y reflexionó con el ceño fruncido sobre lo que él había dicho.

Técnicamente, era cierto. No importaba cuán poco saludable fuera su estilo de vida, había vivido cómodamente hasta que encontró el huevo del dragón. Hablando sin rodeos, Muell era la causa detrás del alboroto en su vida.

—No creo que pueda evitarlo aunque Noah me odie.

El pobre niño era miserable. Mu no quería vivir cómodamente a costa de su amada maestra.

—No, no es así —objetó ella.

—Incluso si Noah me abandona, no la mataré.

—¿Qué? Entonces estás diciendo que si te abandono, ¿irás con el hombre que te encontró primero y me dejarás con esta marca en mi muñeca, que durará para siempre? —Lo interrumpió.

—¿Eh? —Los oscuros ojos rojos del pequeño la miraron con curiosidad, sorprendidos por su repentino arrebato.

—¡Es una traición! Estoy decepcionada, Mu. Y ¿qué? ¿No vas a matarme si te abandono? ¿Qué tontería estás diciendo? —dramatizó, agitando las manos en el aire.

La sorpresa se reflejaba por toda la cara redonda de Mu cuando escuchó las palabras “traición” y “decepcionada”.

Quizás era por culpa de las acciones pasadas en las que ella había tratado de enviarlo a la capital varias veces, que él tenía ese sentimiento. Por eso Noah sentía la necesidad de construir una relación fuerte con él, basada en la confianza.

—¿No escuchaste nada de lo que dije antes de la impronta? —Le preguntó a Mu.

—¿Qué…?

—Acordamos asumir la responsabilidad de nuestras elecciones. No debemos culparnos unos a otros.

Lamentar lo irrevocable no era más que una pérdida de tiempo. Ahora que habían concretado la impronta y aceptó vivir con el dragón, aunque fuera asesinada o devorada en el futuro lejano, decidió dirigir sus esfuerzos a pensar en una forma de superar esta dificultad, en lugar de estar resentida con el niño.

—Por eso no te preocupes por cosas innecesarias. No te odio y, sobre todo, no te abandonaré —Estiró las mejillas de Mu, mostrando sus pequeños dientes.

Oh, ¿mi tono fue demasiado fuerte? Debería haberlo dicho de forma más cariñosa. 

Después de darse cuenta, trató de hablar con la mayor dulzura posible.

—Vivirás conmigo durante mucho tiempo, Mu. Recuerda, esa es nuestra promesa. Pase lo que pase, estaremos juntos —musitó Noah, acariciando el flequillo disperso en la frente del dragón—. Así que atrapemos a quién te robó de la fortaleza de Laurent.

Muell abrió exageradamente sus grandes ojos redondos y la miró con adoración.

—Tienes que romper la resonancia con esa persona, así ya no estaré enferma. Después de atraparla, regresemos aquí. Me gustaría quedarme en este lugar de por vida si pudiera. El aire es bueno y el agua también. Es pacífico. —Le sonrió torpemente al niño.

—Creo que Noah es demasiado amable. ¿Todos los humanos son como Noah? —murmuró Mu.

—De ninguna manera. Si todos los seres humanos fueran buenos, no deberían haber guerras o caos. Además, tampoco soy amable. Si lo dices una vez más, te voy a azotar el trasero.

De repente, desapareció el taciturno Muell. Su rostro se iluminó y una vez más la risa reemplazó el silencio ensordecedor entre ellos. Noah atrajo al niño hacia ella y esbozó una sonrisa ante el hermoso sonido de su risa.

Contrario a sus palabras anteriores y refugiándose en la comodidad del niño, la bruja tenía un mal presentimiento.

Cuando saliera de Sorrent, le depararía un largo viaje con un montón de sorpresas.

Creo que tendré que empacar pronto. Debería dormir mucho mientras pueda.

Inmediatamente después, Noah entró en un sueño profundo mientras abrazaba con fuerza a Muell.


Den
¿Ven esa evolución en el personaje? ¿Recuerdan cómo era Noah al principio? Se negaba a hacerse cargo de Muell y lo rechazaba. En cambio, ahora lo trata con cariño, se preocupa por él, y no lo abandonará. Recuerdo que muchos estaban molest@s por su actitud, pero hay que entenderla: transmigró como la bruja malvada que muere decapitada por el dragón; cualquiera querría evitar ese destino a toda costa. Es verdad que eso no justifica su trato hacia el pobre dragón, pero ha cambiado u.u

4 respuestas a “Crié a un dragón negro – Capítulo 33: Viaje inminente de sorpresas”

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