Dama a Reina – Capítulo 5: Jardín Secreto

Traducido por Kiara

Editado por Yusuke


La mujer la miraba con una sonrisa brillante.

—Tienes que tener más cuidado. ¿Estás bien? —dijo ella.

—Ro…

Patrizia casi pronunció el nombre, pero rápidamente cerró los labios. No debía decirlo. La presencia de esa mujer aún no se conocía oficialmente, e incluso si lo fuera, Patrizia no debería conocer su rostro en este momento. Tenía que mantenerse lo más tranquila posible y no entrar en pánico.

—Ro…. es que estaba tratando de conseguir un libro sobre el príncipe heredero Gilde. Gracias mi señora.

—En absoluto —respondió Rosemond—. Por cierto, creo que te refieres al príncipe heredero Rogilde. No hay muchos nobles que conozcan ese nombre. Es bastante oscuro.

—Tengo algo de interés. Es un poco vergonzoso. —La boca de Patrizia estaba presionada en una línea dura, e intentó suavizarla con una sonrisa.

Los ojos de Rosemond parpadearon hacia el sencillo vestido blanco de Patrizia, y de repente Patrizia se sintió incómoda.

—Debes ser una candidata a reina —observó Rosemond.

—Lo soy…

—¿Pero qué te trae por aquí? ¿No es hora de que continúes la prueba?

—Parece que sabes mucho, mi señora. —Patrizia se alejó en silencio.

Rosemond parecía no ofenderse, y le dio una sonrisa tranquilla.

—Cuando vives en un palacio, naturalmente ves y escuchas muchas cosas. Es solo algo que escuché.

—¿Eres la dama de honor de Su Majestad? —preguntó Patrizia.

Rosemond se rió por dentro ante la inocente pregunta de la joven. ¿La dama de honor de su majestad? Su posición era mucho más alta, de lo que suponía está candidata a reina, pero esa verdad no sería conocida por una mujer ignorante como ella.

—Algo así —respondió Rosemond vagamente. Si ella le dijera la verdad, esta candidata a reina tan inocente y pura, probablemente se volvería blanca y débil en el acto.

Además era algo como eso. Una dama de compañía que atendía al emperador por la noche.

Patrizia tomó el libro sobre el príncipe Rogilde y rápidamente concluyó la conversación.

—Entonces me iré ahora.

Rosemond miró a Patrizia con curiosidad.

—Oh, ¿ya te vas?

—Sí. Como dijiste, estoy en medio de una prueba. Solo estaba  buscando algo.

En realidad, Patrizia había planeado quedarse aquí por el tiempo que faltaba, pero el plan tuvo que ser cambiado. Quería evitar encontrarse con Rosemond tanto como fuera posible, no por miedo, sino porque mezclarse con ella sería sucio.

Patrizia no podía atacarla con su venganza. En cualquier caso, se suponía que no debía conocer a Rosemond en absoluto. Patrizia salió apresurada de la biblioteca, poniendo la mayor distancia posible entre ella y la concubina.

Vagó por los jardines, con su libro sobre el príncipe heredero Rojilde en sus brazos. Por el momento, Patrizia estaba perfectamente sola, ya que tenía prohibido traer a su dama de compañía como acompañante durante la prueba.

Patrizia contempló dónde usar su tiempo, luego decidió ir a el jardín que amaba en su vida anterior. Era un lugar secreto que muy pocas personas conocían. Cuando iba al Palacio Imperial a ver a su hermana, a menudo se detenía allí para pensar tranquilamente.

Como de costumbre, no había nadie más en el jardín, y una tranquilidad se apoderó de su mente. Ella prefería este lugar tranquilo a uno ruidoso. Después de acercarse al banco más cercano y tomar asiento, abrió el libro. Ella estimó que las tres horas deberían haber terminado una vez que terminara de leerlo.

Patrizia llegó a la mitad del libro cuando sus párpados comenzaron a caerse. Sin embargo, si se quedara dormida ahora, podría la noción del tiempo. Si eso sucediera, alguien iría a buscarla y la encontrarían roncando con un libro encima. La sola idea de que eso sucediera, la avergonzó.

Rápidamente se levantó del banco y se palmeó las mejillas. La mejor manera de mantenerse despierta era mover los pies.

Caminó sin rumbo por el jardín y encontró un estanque y arbustos de rosas floreciendo a su alrededor. Patrizia admiraba el vívido color rojo de las flores, antes de recordar repentinamente su previo encuentro con Rosemond.

Una mujer que, en la vida anterior, era la rival amorosa de Petronilla y estuvo involucrada en la destrucción de la familia Grochester. No había pruebas exactas de que Rosemond lo hubiera hecho, pero ella era la concubina del emperador y era la única que podía haber dañado tanto a la inocente Petronilla.

Mientras Patrizia observaba sin palabras los hermosos rosales, sus oídos captaron el sonido de pasos que se acercaban. La sorpresa se apretó contra su pecho. ¿Alguien la estaba buscando en este lugar?

Ella no estaba haciendo nada malo, pero se agachó detrás de los arbustos. De alguna manera, tenía la sensación de que estaba invadiendo el espacio secreto de otra persona, aunque era infundado ese miedo.

El responsable de aquellos pasos entró en su vista, y ella casi jadeó en voz alta por la sorpresa.

—¡Es Su Majestad…!

Patrizia casi grita detrás de los arbustos y rápidamente se tapó la boca con la mano para atrapar el estallido inesperado. No sabía por qué, pero no creía que la encontraran aquí. Patrizia presionó una mano contra su corazón acelerado para calmarlo, luego se dio la vuelta lentamente para mirar al emperador. No era para nada sorprendente que él, el dueño del palacio, conociera este lugar, pero ella no esperaba que él estuviera aquí solo.

¿Pero por qué estaba él aquí? No era necesariamente inusual que saliera a caminar durante las tres horas de espera, excepto por el hecho de que el jardín estaba bastante lejos de donde se estaba llevando a cabo el proceso de selección de candidatas. ¿El lugar tenía un cierto significado para él? Patrizia lo miró con una mirada de incomprensión.

Simplemente permaneció en el lugar durante mucho tiempo, como si pensara profundamente. Sus expresiones faciales parecían cambiar sutilmente de un momento a otro. En un momento, frunció el ceño como si recordara malos recuerdos, y luego sonrió con las esquinas de sus labios como si recordara los agradables.

Patrizia no tenía idea de lo que estaba pensando, francamente, no quería saberlo, pero el problema era que tenía que pasar junto a él para regresar al lugar donde se estaba llevando a cabo el proceso de selección de la reina. Se mordió el labio nerviosa preguntándose qué pasaría si se agotaba el límite de tiempo.

Afortunadamente, el emperador parecía haberse saciado del lugar y desapareció del jardín justo a tiempo. Patrizia emergió de los arbustos y exhaló un suspiro de alivio después de confirmar que no había nadie más alrededor.

Se había escondido a pesar de que no tenía razón para ocultarse. Sintiéndose incómoda, se sacudió el vestido arrugado y luego se apresuró a regresar al palacio.

♦ ♦ ♦

Las tres horas para resolver el enigma pasaron. Naturalmente, Patrizia no sabía la respuesta. Pensó que el marqués Grochester debía haberle dado la respuesta en su vida anterior, pero eso pasó hace tres años desde su punto de vista. Ella decidió escribir su mejor suposición. Cogió su pluma y escribió “Amor” en una hoja de papel. Era como un cordero cuando se trataba de ti, un halcón cuando te rozaba y una roca cuando te golpea. Eso debia ser amor. Suave como un cordero y tan rápido y afilado como un halcón, pero cuando uno se alejaba demasiado, sufría dolor de un golpe por una piedra. Patrizia nunca había estado enamorada, pero podía explicarlo ya que se asemejaba a el amor que Petronilla experimentó en su vida anterior. Un primer amor que llegó tan suave como el cordero, luego se apresuró rápidamente y terminó en dolor.

La expresión de Patrizia se oscureció al pensar en el recuerdo de su hermana.

El duque de Witherford inspeccionó cada una de sus respuestas.

—Hmm… solo una de ustedes ha respondido correctamente.

La sala comenzó a llenarse de murmullos. Patrizia no esperaba ser la persona con la respuesta correcta. Un momento después, el duque Witherford reveló quién había acertado.

—La candidata a reina Tricia, felicidades. Fuiste la única que acertó.

♦ ♦ ♦

—Pensé que lo harías bien —dijo Raphaela tan pronto como regresaron a su habitación.

Patrizia sonrió. Ella no era tan lista.

—Bueno, señorita Tricia usted es muy inteligente. Sabía que podría acertar la respuesta.

Ciertamente ella lo es. ¿Pero realmente quién podría resolver este tipo de problema, verdad? pensó Patrizia.

La respuesta al acertijo fue el tiempo.

Patrizia reflexionó sobre la respuesta. Hace tres años habían vivido tiempo de paz. Los siguientes tres años habían sido una serie de eventos como si hubiera sidos cortadas por halcones. Ahora los recuerdos eran dolorosos como piedras.

Patrizia sonrió irónicamente ante la respuesta correcta.

—No sé quién hizo el acertijo, pero es bueno.

—Estoy de acuerdo —dijo Raphaella.

—De todos modos, la última prueba será pronto.

Los labios de Patrizia se estiraron en una delgada sonrisa. Después de esta última prueba, finalmente podría regresar a casa. Sin embargo, lo contrario también podría suceder. Después de todo, en su última vida, no había sido solo Tricia la que había obtenido la respuesta correcta, sino también Nilla.

Pero hoy Patrizia no acertó, por lo que parecía casi una conclusión inevitable que lady Tricia sería la seleccionada como reina.

—Solo lady Tricia acertó, y su familia es la mejor de todas las demás candidatas. No hay necesidad de sorprenderse, es muy probable que la señorita Tricia sea la reina.

Patrizia esperaba fervientemente que así fuera. Estaba cansada de este lugar, del emperador, la señorita Phelps y la desgracia del asiento de la reina. Patrizia se había ofrecido voluntaria en lugar de su hermana por si acaso se repetía la historia, pero esperaba que el destino la pasara por alto.

4 respuestas a “Dama a Reina – Capítulo 5: Jardín Secreto”

  1. Que irónico 😢😑😔 realmente espero que tenga mucho valor para enfrentarse a lo que se viene…

    Muchísimas gracias por el capítulo 💜🌸💜

  2. Me dejó picada la historia solo espero que no quede Patrizia pero como se llama de dama a reina seguro que asi ocurre bueno si la eligen sera para facilitarle algo según ellos a Rosemont 🤔

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido