Dama a Reina – Capítulo 54: Al menos podemos estar así de cerca

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


—No me preguntaste por qué estoy así —declaró Lucio.

—Si te preguntará, ¿me lo dirías? —Patrizia respondió de inmediato, pero Lucio permaneció callado—. Como lo imagine.

—No lo entenderías.

—No lo sabes, porque no me has dicho nada —dijo Patrizia, su frustración iba en aumento—. Por supuesto que no puedo entender si no sé de qué se trata.

Él no respondió, pero entendió a qué se referia.

—Tal vez no lo necesites, pero si anhelas tanto mi comprensión, deberías decirme cómo te sientes. No soy capaz de leer tu mente, así que a menos que me lo digas moriré siendo ignorante.

Pero ella sospechaba que era poco probable que él le dijera. ¿Por qué lo haría? Él ya tenía a Rosemond. Él y Patrizia no eran lo suficiente cercanos como para tener tales expectativas el uno del otro en primer lugar.

—De cualquier forma no me importa si me lo dices o no. Nosotros nos tenemos sentimientos el uno por el otro, así que no interesa si decides ocultarlo.

Lucio se mantuvo callado, sin decir una palabra Patrizia espero pero a falta de respuestas ella decidió continuar.

—Pero si me lo dices, te escucharé e intentaré entenderte, dependiendo de la situación. ¿Al menos debería ser posible entre nosotros?

Cuando Patrizia terminó de hablar, vio el miedo reflejado en los ojos de Lucio. No miedo a ella, no, era más como… miedo a lo que aún no había sucedido.

¿De qué tenía que tener miedo? ¿Temía que ella no entendiera su locura? ¿O temía que ella se lo revelara a todos?

Patrizia no pudo evitar hablar de nuevo.

—Relájate, como te dije no hay diferencia en que lo me digas o no. Simplemente podemos olvidar el asunto. Y no, no tengo la intención de difundir rumores al respecto, y mi gente tampoco hablará. No habrá deshonor a la familia imperial y Su Majestad.

Patrizia terminó de hablar y Lucio permaneció sin decir nada. Ella le dio tiempo para pensar, pero continuó el silencio y era demasiado frustrante. Aun así, Patrizia se obligó a esperar pacientemente. Era injusto pedirle a un niño asustado una respuesta inmediata. Al menos espera hasta que el miedo disminuyera.

—Tú… no lo entenderías.

La misma respuesta que antes.

Patrizia repitió su misma pregunta.

—¿Es mi entendimiento tan necesario para ti? Me pregunto si realmente necesitas que te reconozca. Ni siquiera soy tu amada Rosemond.

Lucio la miró con los ojos muy abiertos. ¿Estaba llorando? Patrizia podía ver el enrojecimiento en sus ojos, pero era difícil saber si las lágrimas corrían por sus mejillas. Deseó que la luna saliera a iluminarlos… pero tal vez era mejor seguir escondidos detrás del velo de la oscuridad.

El pesado silencio se alargó entre los dos, luego Lucio comenzó su confesión.

—Soy un asesino.

Fue una introducción impactante. En verdad, era una maravilla que no hubiera caído en una locura completa por ahora. Una persona normal lo hubiera sido. Pero tenía una constitución sólida. Incluso después del crimen, de alguna manera logró ascender al trono y gobernar un imperio.

Era sin lugar a dudas el primogénito real del emperador anterior.  Pero su madre no era la reina. Su madre era una mujer llamada Janet, una concubina del emperador anterior. Ella provenía de una familia pobre, y tuvo la suerte de captar la atención del emperador. Por extraño que parezca, aunque había dado a luz a un niño, no le habían dado un título de nobleza.

Eso se debió a que la anterior reina provenía de la familia del duque Oswin, que en ese momento era muy influyente. El poder del duque Oswin, el tío legal del niño, no se hizo evidente de inmediato porque prefería vivir en su territorio, pero la familia tenía el poder de sacudir el imperio en cualquier momento.

La madre legal del niño era la reina Alisa, y se la conocía como una buena mujer, eso es si se guiaba  por los rumores, pero en los primeros recuerdos del niño, ella no era más que un demonio, pero él había escuchado que en los primeros días después de su sentimiento era muy amable.

El niño no creía en la teoría de que la naturaleza humana era esencialmente buena. o totalmente mala. Lo que él creía era que estaba hechos de una combinación de ambas cosas. El bien y el mal eran una combinación turbia en la naturaleza humana.

Alisa, como todos decían, era una buena mujer al principio. Pero cuando su amado esposo tomó una concubina, y cuando dicha concubina tuvo un hijo, Alisa se volvió cada vez más odiosa. A medida que la situación empeoraba, la bondad de Alisa se acabó, y los sentimientos de maldad que nunca se habrían revelado surgieron a la superficie.

Una vez que la oscuridad se presentaba, era solo cuestión de tiempo antes de que el mal se manifestara especialmente si uno no tenía la fuerza de voluntad para controlarlo.

Quizás las cosas hubieran sido mejores si Alisa hubiera tenido su propio hijo para reprimir estos sentimientos. Lamentablemente, sin embargo, no pudo soportarlo. Cuando se enteró, casi se volvió loca. Era casi una sentencia de muerte para una reina él no poder tener un hijo. Una reina infértil perdió todo su valor, incluso si provenía de una familia tan poderosa como la de Oswin.

El único deseo de Alisa era quedarse al lado de su amado esposo hasta que ella muriera. Por desesperación, adoptó, es decir, robó, al hijo de la concubina. Janet se negó, pero nadie escucharía a una humilde concubina sin título, y mucho menos se le negaría algo a la Luna del Imperio.

El hijo de Janet fue arrancado de sus brazos indefensos. En ese momento, nadie pensó que todo saldría bien. El bebé no era el hijo de Alisa, y era difícil amar a un hijo que provenía de una humilde concubina. Lamentablemente, Alisa no era una santa después de todo. Era una persona tan normal como cualquier otra, y había crecido en un ambiente rico y afectuoso. Quizás, en su interior, ella tomó su desgracia más trágicamente que otros.

Su padre también creía que Alisa no sería confiable para criar al niño, pero ella le dijo con confianza que haría un buen trabajo, pero eso nunca llegó a ser.

Ella abusó del niño. Los lugares donde tuvo lugar el abuso variaron, pero sucedió principalmente en el palacio de la reina, donde vivía Alisa. El palacio se convirtió en un lugar tan doloroso como para que el niño reviviera el abuso.

El trato cruel de Alisa no se limitó a lo físico, ella no dudaría en decirle cosas crueles y obscenas también. Fue un milagro que el niño creciera siendo más o menos normal después de soportar los ataques verbales.

Las palizas ocurrían casi a diario. Para evitar las sospechas de su padre, las marcas de golpe que le dejó Alisa, solo serian visibles si el niño se quitaba por completo la ropa.

El niño fue criado por las manos de Alisa, y no tenía idea de la existencia de Janet, o por qué su supuesta madre parecía odiarlo tanto. Como suelen hacer los niños, hizo todo lo posible para ganarse el favor de su madre, pero la violencia le fue devuelta cada vez. Alisa siempre lo llamó “niño sucio” y, confundiendo el significado, tomaba varios baños al día. Cuando su opinión sobre él no cambió, pronto renunció.

Llegó un momento en que se dio cuenta de que ya no valía la pena. A la edad de trece años, el niño se dio cuenta de que su madre no lo amaría sin importar lo que hiciera. La revelación lo devastó. Su personalidad normalmente alegre y brillante se evaporó, y después de trece años de trato cruel, su sonrisa había desaparecido.

Si una persona fue maltratada por la mujer que conocían como su madre, entonces sus posibilidades de crecer como un niño feliz y normal eran casi nulas. En ese momento, sin embargo, el niño estaba tan devastado que ni siquiera notó el cambio. Su vida era sombría, pero sin embargo, todavía era una vida que valía la pena vivir.

Hasta que “eso” sucedió.

♦ ♦ ♦

El emperador anterior era un hombre de frecuentes conquistas. Bajo su gobierno, el territorio del imperio Mavinous se expandió en un diez por ciento. El emperador solía salir del palacio para ir al campo de batalla, y la reina manejaba el palacio mientras él estaba fuera.

Durante esos tiempos, el abuso de Alisa se intensificaba. El niño ya estaba demasiado enfermo para resistir su violencia, y se había acostumbrado a su crueldad, como un bebé elefante que acepta grilletes en su cuerpo. Para el niño, la reina Alisa era ese grillete.

En el decimoquinto cumpleaños del joven, el emperador dejó el palacio una vez más, y ocurrió una tragedia irrevocable.

5 respuestas a “Dama a Reina – Capítulo 54: Al menos podemos estar así de cerca”

  1. Creo que este pasado explica su comportamiento con Petronilla y porque protege ciegamente a Rose , al Rizi no amarlo ni reclamarle afecto lo atrae

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