Dama a Reina – Capitulo 57: Un dolor lógico

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


Patrizia estaba llorando. Grandes lágrimas se formaron en sus ojos y se deslizaron por sus mejillas.

—Ah…

Solo entonces se dio cuenta de su estado y rápidamente se secó la cara. A pesar de sus esfuerzos, las lágrimas continuaron fluyendo.

—Lo… lo siento, Su Majestad —dijo ella con voz ronca—. Pero… simplemente no puedo creerlo. Cómo podría… cómo podría alguien hacer pasar a otro por algo tan terrible… ¿Cómo puedes describirlo tan casualmente? —Patrizia apenas pudo terminar la oración. Parecía imposible que Lucio pasara por algo asi, algo que ningún ser humano debe experimentar y, sin embargo, de alguna manera él demostraba tanta calma.

¿Por qué? ¿Por qué Lucio parecía tan indiferente a su trauma? ¿Era Patrizia la única afectada? ¿La única que se sentía… triste?

—Heug… ah…

Sus lágrimas comenzaron a fluir libremente de nuevo, fue incapaz de ocultar su leves gimoteos. Le resultaba difícil mantenerse calmada después de semejante historia, pero tampoco podría hacerlo una persona común.

—Tú… por qué… —Lucio intentó preguntar ¿Por qué estaba llorando? El no entendía. No creía que fuera una reacción normal, nadie lloró por él. Nadie simpatizó con su miseria y desgracia, nadie le ofreció consuelo o un toque cálido después de su experiencia y las personas optaron por chismear cruelmente sobre él en el Palacio Imperial. No entendía por que otra persona lloraría por él…

—¿Por qué… por qué lloras? —Se las arregló para preguntar.

Para Patrizia, era un hecho. Cuando se enfrentan diversas situaciones de tragedia, es natural estar enojado o triste. Pero nadie le enseñó eso a Lucio.

—Porque… porque estoy triste —lloró Patrizia—. Tener que pasar por eso, siendo tan joven… de por sí sería difícil incluso para un adulto. Y me entristece que tengas que revivir los recuerdos de ese día.

¿Cuántas lágrimas tenía que derramar Lucio antes de poder contarlo sin que lo afectara? ¿Cuántas veces tembló? ¿Cuántas veces se habría culpado y lastimado? Cuántas…

—¿Cómo… cómo puedes estar tan tranquilo? —preguntó. Ese pobre hombre debería derrumbarse a causa del dolor. Dio otro sollozo estrangulado.

Lucio no reaccionaba como una persona normal. ¿Pero por qué? ¿Por qué no lloraba? ¿No se sentía triste? ¿Por qué no estaba enojado por la injusticia que tuvo que padecer? ¿Realmente quería matar a esa mujer?

Puede que Patrizia no esté enamorada de él, pero sintió pena por su desgracia y por el dolor que fue infligido sobre él. ¿Pero por qué no lloró? ¿Por qué no se enfureció? ¿Ya se había acostumbrado? ¿Ese dolor, ira y tristeza ya le eran familiares? ¿Cuánto tiempo había estado sufriendo solo?

—Puede llorar, Su Majestad —dijo—. es algo por lo que puedes llorar. No es una historia que se puede contar con una expresión tan casual, no es…

Patrizia se arrodillo en el suelo frente a él, su cuerpo tembló a causa de su llanto. Lucio también se arrodilló y observó los hombros temblorosos de Patrizia.

No entendió su reacción. ¿Por qué estaba tan triste por él? Ella dijo con certeza que no lo amaba, y debe estar enojada porque a menudo apoyaba a Rosemond.

—Eres… —Lucio comenzó con una voz quebrada—. ¿Estás llorando por mi culpa?

—¿Qué quieres decir con eso?

—Ni siquiera te agrado —señaló con una voz uniforme.

—No es solo que no me gustes —confesó Patrizia con voz húmeda—. Te odio.

—¿Entonces por qué?

—Porque siento pena por ti. —Ella levantó los ojos llenos de lágrimas y lo miró. No había una sombra de emoción en su rostro. De alguna manera, eso solo hizo que su corazón se rompiera aún más—. Lo que has pasado es mucho peor de lo que he experimentado, no puedo comparar mis desgracias con las tuyas, incluso cuando te odio. Por eso lloro, porque siento lástima por ti —dijo, secándose las lágrimas—. Me da pena que no puedas derramar una lágrima, incluso ahora.

—Oh…

Las palabras de Patrizia parecieron romper su fachada, y ella lo miró con ojos tristes.

—Ugh… —Lucio presionó ambas manos contra su cara. Nadie lloró por él, y nadie le dio permiso para llorar. Ni siquiera Rosemond. Nadie excepto su reina, que ni siquiera lo amaba.

Un escalofrío sacudió su cuerpo y comenzó a llorar. Patrizia lo observó mientras un sollozo suave estallaba primero, y luego otro.

—Ah … euheug.

Patrizia se tragó las lágrimas y lentamente se acercó a Lucio. Ella se mordió el labio, luego envolvió sus brazos alrededor de sus hombros. Sus lágrimas se sentían calientes contra ella en el aire frío, y ella lloró con él.

Durante mucho tiempo, compartieron su dolor hasta que les resultó difícil respirar.

♦ ♦ ♦

—Estamos aquí, lady Rosemond —dijo el conductor del carruaje.

Rosemond bajó del carruaje con una mirada fría en su rostro y frunció el ceño ante el castillo que albergaba a dos personas que odiaba. Se puso los zapatos de tacón alto en los pies y luego comenzó a caminar.

Ella no dijo una palabra mientras se acercaba al castillo.

Mientras tanto, Glara lanzó una mirada ansiosa a Rosemond desde atrás. Su maestra nunca había estado tan callada antes. Rosemond conversó sobre el té de manera relajada, incluso cuando estaba encerrada en prisión. Esta vez, sin embargo, su rostro estaba tan rígido como una piedra, y permaneció muda. Glara no podía librarse de la sensación de que algo era extraño.

Tan pronto como Rosemond entró en el castillo, un mayordomo las saludó.

—¿Has llegado, lady Rosemond?

Rosemond actuó como si no lo conociera y simplemente buscó al barón Darrow y su esposa. No fue difícil encontrarlos, ya que salieron en cuanto escucharon al mayordomo.

—Nuestra Rose está aquí. Ha pasado mucho tiempo.

—Sí, mi amor. ¿Cuántos años han pasado? Descansa, debe haber sido un largo viaje.

Rosemond no reaccionó a sus cálidas palabras. Solo sentía un odio amargo hacia ellos, y no importaba si la insultaban o la alababan. Además, pronto ascendería en la sociedad.

Con una expresión de piedra, Rosemond sacó un documento y se lo entregó.

—Firma —dijo ella brevemente.

—¿Qué es esto, hija mía? —preguntó el barón Darrow.

Mi hija. Que asco. ¿Cuándo la ha tratado ese hombre como si fuera una hija?

—No puede ser. ¿Una renuncia a la autoridad parental?

Rosemond pensó que no debería atreverse a sorprenderse, era exactamente lo que él quería. Él quería que ella se fuera y desapareciera de este mundo. ¿No se apartó de su lado y aun así no hizo nada? No, no estaba siendo condescendiente, estaba siendo alentadora.

—¡Puedo hacer lo que quiera! —indicó ella.

—Tú eres mi hija.

Rosemond ya estaba agotada por su oposición. Ella no quería hablar con estas personas, quería reducir su tiempo junto a ellos al mínimo. Su plan era venir a este castillo, quedarse allí durante un máximo de treinta minutos y luego partir. Ya habían pasado unos diez minutos y quedaban otros veinte. Ella habló, esperando terminar esto rápidamente.

—Sería beneficioso para ti firmar —dijo Rosemond con voz fría—. Tengo la aprobación de Su Majestad. Ya no soy hija del barón Darrow, sino del duque Ephreney. Si te preocupas por mí, cállate y firma, quiero salir de este lugar lo antes posible.

Cada palabra era verdad. Quería salir cuanto antes de este castillo viejo y sucio, olvidarlo por el resto de su vida. Aunque Darrow fue su primer apellido, no sería el último.

La esposa del barón parecía herida.

—Mi bebé, ¿por qué dices eso?

La baronesa era completamente ridícula, pero Rosemond no esbozó una sonrisa. Odiaba cada rincón de este lugar.

—Quítate la máscara, baronesa. Es asqueroso.

—Tú…

—Cariño, detente. Rose, por favor para —intervino el barón Darrow, pero el odio en el interior de Rosemond burbujeo. ¿Cómo se atrevía a fingir ser su padre ahora?

—Detente —escupió Rosemond—. ¿Tienes derecho a llamarme por mi nombre?

—Rose…

—No me llames así —advirtió, sus ojos brillaban con ira. Comenzó a sentir náuseas, pero ignoró el sentimiento y mantuvo una expresión serena—. Debes estar confundido acerca de esto, pero no tienes otra opción en este asunto, solo acéptalo.

Acéptalo como tenía que hacerlo en el pasado. No es como si estuviera perdiendo algo importante, ¿verdad?

—Cállate y firma. Estoy harta de este maldito castillo y quiero salir lo antes posible.

Tanto la cara del barón como la de la baronesa se endurecieron, e incluso la baronesa no pudo ocultar su irritación. El barón permaneció en silencio por un momento, luego habló.

—Mi bebé.

♦ ♦ ♦

La pareja se abrazó y lloró durante mucho tiempo. En algún momento, finalmente se soltaron, y Patrizia se sentó junto a Lucio, siendo consciente de su rostro hinchado por las lágrimas. Ambos habían pasado demasiado tiempo llorando.

Un muro de silencio se estableció entre ellos, antes de que Patrizia lo rompiera al hablar primero.

—Su Majestad.

—Sí.

—Tengo una pregunta.

—Dime.

Patrizia miró hacia Lucio.

—Pensé que amabas a Rosemond y la considerabas especial. ¿Está relacionada con lo que dijiste antes…?

—Sí.

Cuando Patrizia recibió la confirmación de que su suposición era correcta, cerró los ojos en silencio. Ella pensó que había algo más entre Lucio y Rosemond desde el principio. No era sólo el afecto lo que los unía.

—Es una mujer que tiene tantas historias como yo —dijo Lucio.

Patrizia sonrió por dentro cuando escuchó esas palabras. Parecía que había tres personajes principales, y todos ellos tenían un pasado

La familia de una mujer fue decapitada, luego ella regresó al pasado, el segundo mató a su madre biológica por orden de su madre adoptiva. ¿Cuál sería la historia del tercero? Patrizia no tenía un buen presentimiento al respecto.

—Es por eso que no puedo dejarla —dijo Lucio.

—¿Su situación es similar a la tuya, Su Majestad? —preguntó Patrizia.

—Bueno —respondió vagamente—. El dolor depende de cada persona ¿No es cierto?

Patrizia estuvo de acuerdo, pero también pensó que había un argumento objetivo en el caso de Lucio.

—Su dolor es lógico —dijo Lucio.

Igual que la suya. Otra historia comenzaba.

7 respuestas a “Dama a Reina – Capitulo 57: Un dolor lógico”

  1. Puedo sentir pena por Lucio aunque deteste al bicho porque aun sufre y tiene un trauma pero por Rosemond no , ella se aprovecha del trauma de Lucio para manipularlo

  2. Comprendo que el pasado de Rosemond intenta hacer que tengamos simpatía por ella, pero hay una frase que no recuerdo cómo era exactamente, pero era que el pasado de una persona no justifica sus acciones y decisiones en el presente, lo escuche o lo leí en alguna parte y ahora recordando el pasado de Rosemond (me hice un spoiler v:) esta frase viene a mí.
    Me da pesar por la chica y todo, pero hija que tú hayas sufrido no significa que debas llevarte a personas inocentes contigo a tu sufrimiento.

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