Dama a Reina – Capítulo 85: No me siento bien

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


La marquesa Grochester estaba sonriendo y Patrizia respondió rápidamente:

—Sí.

—¿Por qué eres tan tímida? Ambas somos adultas —dijo la marquesa—. O es que todavía es un tema demasiado vergonzoso para ser discutido frente a tu madre. Oh, estoy sorprendida, tu actitud hacia él es tan fría que pensé que nada había sucedido hasta ahora.

—Simplemente sucedió por accidente —admitió Patrizia. Ella pasó la noche con Lucio, pero fue más como una casualidad—. Estábamos en una situación en la que no existía otra opción, no es que realmente tenga sentimientos por él.

Esa era la verdad, en ese momento no había ninguna alternativa.

—Comprendo —dijo la marquesa Grochester con calma, pero la tristeza teñía su tono. No era agradable escuchar algo así de su propia hija, contuvo un suspiro y  luego continuó con voz suave—. Bueno, nadie sabe lo que sucederá en el futuro.

—Te puedo asegurar que no me veras enamorada de él.

—Nadie lo sabe también, Rizi. —La marquesa Grochester continuó con una sonrisa que mostró su sabiduría—. Todavía es demasiado pronto para llegar a una conclusión apresurada. Solo ha pasado menos de un año desde que te convertiste en reina.

—Me sorprende que solo haya pasado menos de un año. Siento como si hubieran pasado diez años —dijo Patrizia con amargura.

—Es una prueba de que estás cansada de la situación actual —dijo la marquesa en respuesta—. Me preocupa porque siento que llevas una carga demasiado pesada para tu edad.

—No soy la única, todas las reinas anteriores también pasaron por esto… y alguien tiene que pasar por esto ahora.

La marquesa Grochester estudió la postura tranquila de su a su hija y luego habló con voz suplicante.

—Tu madre es ignorante de todo eso, no sé nada de política y menos sobre las salvajes disputas en el palacio. Pero solo quiero que seas feliz, quiero que vivas en ese palacio con comodidad y felicidad sin lastimarte.

—Estoy tratando de hacer eso.

Pero esas dos palabras, comodidad y felicidad, nunca fueron compatibles con el Palacio Imperial. Si buscaba la comodidad, sería despojada de su posición, y si buscaba la felicidad, tenía que moverse con cuidado para protegerse. En verdad, tampoco era una elección ideal.

Patrizia miró el reloj.

—Tengo que irme ahora. Es tarde y hay personas que dependen de mí.

—Sí, es una buena idea.

La marquesa Grochester ocultó su tristeza, luego se levantó de su asiento y abrazó a su hija.

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que te abrace así?

Patrizia no respondió, disfruto de la calidez que envolvió su cuerpo, si pudiera se quedaría así todo la vida.

—Debes mantenerte sana y segura hasta que nos volvamos a ver, ¿de acuerdo?

—Lo haré —respondió Patrizia con una voz ligeramente risueña y besó a la marquesa Grochester en la frente.

♦ ♦ ♦

Después de despedirse de cada uno de los miembros de su familia, Patrizia abordó su carruaje. La puerta del carruaje se cerró, con ella dentro, reflexionando sobre sus pensamientos. Después de ver a su familia, cayó en una contemplación aún más profunda. Sin darse cuenta, dejó escapar un suspiro.

—No quiero volver —murmuró. Si pudiera se quedaría en la mansión Grochester por el resto de sus días. Pero ella no podía hacer eso, ademas esos solo eran deseos infantiles.

Se dirigió a Raphaella, que estaba afuera.

—¿Es tarde? Como dijo mi madre, debe haber sido difícil para ustedes.

—No digas eso, Su Majestad. Hubiera preferido que te quedaras un poco más —dijo Raphaella—. ¿Por qué no te quedaste? Está demasiado oscuro y es peligroso para viajar ahora.

Patrizia sacudió la cabeza.

—Mientras más tiempo permanezco alejada del palacio, más difícil será mantener mi ojo en Rosemond. No es bueno si salgo del palacio por más de un día.

—En eso tienes razón —coincidió Raphaella.

Después de eso, se quedaron en silencio por un momento. Patrizia recordó la conversación que tuvo con el duque Witherford el día anterior. La duquesa Witherford se haría cargo del rumor y Petronilla se encargaría de la duquesa Ephreney. Entonces, Patrizia necesitaba ocuparse del emperador…

—¿Me va a creer?

Patrizia tendría pruebas, todo lo que necesitaba hacer era presentarlas ante él. ¿Pero sería capaz de aceptarlo con su mente y corazón? Inesperadamente se sentía preocupada por su opinión, pero ¿por qué le importaba?

—No importa cuán sorprendido esté, no tiene nada que ver conmigo.

Así era como había sido su relación. Patrizia agarró la falda de su vestido con una mirada incómoda en su rostro.

De repente, la voz de Raphaella sonó fuertemente en el aire nocturno.

—¿Quién está ahí?

Patrizia comenzó y rápidamente abrió la ventana.

—¿Qué pasa…? ¡Ah!

Asesinos enmascarados rodearon el carruaje, ¿siete, ocho? no… diez de ellos. Patrizia sonrió sin siquiera darse cuenta. Estaba tan harta que incluso podía reírse de la situación.

—Raphaella, ¿estás bien?

—Su Majestad —respondió Raphaella con calma—. Confío en usted.

Sí, créeme. Patrizia se recostó sobre el asiento como si nada hubiera pasado. Pero todavía estaba nerviosa y no podía ocultar el temblor a su alcance. Ella cerró los ojos y recordó lo que sucedió hace dos días.

La reina solía ser escoltada por la Segunda Orden Imperial de Caballeros. Sin embargo, era raro que toda la Orden se moviera para proteger a la reina. No solo había poco riesgo de que ocurriera una situación peligrosa, sino que la procesión podría volverse engorrosa y molesta.

Hace dos días, se filtró información intencionalmente de que Patrizia saldría del palacio con una pequeña escolta. Si tenía razón, había alguien dentro del Palacio Imperial que mantenía contacto con el Palacio Bain. Mirya había sido informada de antemano, por lo que era muy probable que ya hubiera rastreado al traidor. Incluso si Mirya fallaba, Patrizia podría simplemente reemplazar a todas las damas de honor.

Después de eso, Patrizia dio una orden en secreto a Raphaella: tener solo un tercio de la Segunda Orden de Caballeros en la procesión de escolta. Si toda la orden las acompañaba desde el principio, habría un riesgo de que el enemigo notara el plan. Sin embargo, dado que Rosemond no tenía otra oportunidad para quitarle la vida a la reina, Patrizia había ordenado que el resto de la orden viniera a su lado en un momento determinado.

—Espero que no lleguen tarde.

Patrizia agarró nerviosamente la falda de su vestido. Raphaella es una espadachín talentosa. Si bien Patrizia no tenía que preocuparse demasiado ya que Raphaella no estaba luchando sola, pero el resto de la orden aún no había llegado y estaban rodeadas de demasiados asesinos.

Mientras Patrizia escuchaba a Raphaella despiadadamente cortar y golpear a sus oponentes, instintivamente sacó el largo pasador ámbar en su cabello. Sus largos mechones le caían por el hombro como una cascada.

El sonido de la batalla afuera sonó en sus oídos. Entonces, una voz familiar gritó. Fue Raphaella.

—¡Urgh!

—¿Ella…? —Patrizia jadeó.

—¡Su Majestad, estoy bien! —Al parecer Raphaella resultó herida. Patrizia comenzó a ponerse más nerviosa. ¿Por qué los otros caballeros aún no estaban aquí? Se mordió los labios y, al mismo tiempo, la puerta del carruaje se abrió de golpe. Patrizia saltó de su asiento y, en el mismo momento, un asesino le lanzó su espada.

Pero el grito en el carruaje no era de Patrizia. El asesino se congeló como una estatua, luego cayó al suelo. Patrizia respiró con dificultad sin darse cuenta.

—Oh, Luna del Imperio.

Oyó una voz solemne desde atrás, seguida del sonido de una cuchilla que se deslizaba de un cuerpo. Era el comandante de los Caballeros de la Segunda Orden. Patrizia lo miró con los ojos redondeados, y cayó de rodillas por la conmoción.

—Pido disculpas por llegar tarde, Su Majestad la reina.

—Pague sus errores… con un deber perfecto —respondió Patrizia temblando ligeramente—. Si es posible, capturarlos vivos y si no entonces mátalos.

—Obedeceré sus órdenes —dijo el comandante obedientemente, luego cerró la puerta del carruaje. Nuevamente la dejaron sola, rodeada por los horripilantes sonidos de la batalla que resonaban alrededor del carruaje. Le preocupaba que Raphaella pudiera haber resultado herida y esperaba que no fuera de gravedad.

—¡Su Majestad! —Después de un rato, la puerta se abrió, revelando nuevamente al comandante. Patrizia se bajó del carruaje con movimientos bien practicados. Esta vez, todos los asesinos estaban muertos.

El comandante, con su expresión llena de vergüenza, dijo:

—Tres asesinos fueron capturados vivos, pero todos se mordieron la lengua y murieron.

Esto debe haberle salido caro a Rosemond. Patrizia se burló.

—No se puede evitar. Si ella lo pagó, tendrían que cumplir con su deber. —Luego se volvió hacia Raphaella con expresión preocupada—. Ella, ¿estás bien?

—Estoy bien, Su Majestad.

—Estás gravemente herida. —Patrizia apretó los labios con el ceño fruncido. Las imágenes de su vida anterior flotaban en su mente como una imagen secundaria. Raphaella había muerto para salvar a Petronilla cuando esta última era la reina en aquel entonces.

Ella juró que no sería igual, que en el pasado, que protegeria a Ella así como a su familia.

Patrizia se mordió los labios y Raphaella se tocó la boca con cuidado.

—No te muerdas los labios, Su Majestad. Estoy bien, de verdad —insistió Raphaella.

—Tú eres quien sufre porque sirves a una reina incompetente —dijo Patrizia con rigidez.

—No digas eso. Como me has elegido, estás lejos de ser incompetente. —Raphaella sonrió brillantemente, pero la culpa continuó presente en la mente de Patrizia.

—Sube al carruaje. Los otros caballeros me escoltarán —ordenó.

—Pero, Su Majestad…

—Raphaella, ¿me vas a lastimar más que esto?

Raphaella decidió no discutir el punto y subió al carruaje. La sangre le cubrió el hombro derecho, como si tuviera una puñalada allí. Patrizia volvió a morderse los labios sin darse cuenta.

—Vámonos.

A su orden, el carruaje comenzó a moverse. Patrizia se quitó la parte superior de su vestido en silencio, quedándose solo con la vestimenta interior.

—¿Su Majestad…? —preguntó Raphaella, nerviosa.

Pero su pregunta pronto fue respondida cuando Patrizia rasgó el vestido sin dudarlo.

Esto sucedio antes, pensó Patrizia mientras rasgaba la tela. Como el momento en que estaba entre la vida y la muerte con él.

—Necesitamos detener el sangrado —dijo Patrizia.

—Estoy bien —repitió Raphaella.

La paciencia de Patrizia se estaba agotando.

—¿Todos los caballeros son así? ¿Todos fingen que están bien, incluso si no lo están? ¿Crees que estás bien solo porque no estás herida? Quien no está bien soy yo —dijo Patrizia preocupada—. Ahora quítate la parte superior —ordenó en tono firme.

Raphaella lo hizo sin decir una palabra y Patrizia envolvió un paño blanco limpio alrededor de su hombro herido con facilidad. Cortos gemidos salían de la boca de Raphaella de vez en cuando. Patrizia se mordía el labio cada vez que lo escuchaba. Raphaella casi muere… otra vez. Pensar en eso hizo que se le encogiera el corazón.

—Lo siento —dijo Patrizia.

—Fue la Segunda Orden la que llegó tarde. No fue culpa tuya, Su Majestad.

—No, debería haber considerado esta situación —suspiró Patrizia y se disculpó—. No dejaré que esto te vuelva a pasar.

—Se supone que esa es mi línea, mi querida reina. —Raphaella sonrió para brindarle consuelo—. Mejoraré después de recibir tratamiento en el palacio. No tienes que hacer de esto algo grande.

—¿Cómo puedes decir eso cuando estás sangrando? —Patrizia estaba más inquieta mientras anudaba fuertemente la tela. Otro gruñido de dolor de Raphaella le rozó la oreja—. Aprecio que me estés protegiendo, pero no quiero que te lastimes.

—Trataré de no lastimarme —sonrió Raphaella, y la expresión de Patrizia lentamente comenzó a relajarse. Entonces, Patrizia sacó una daga y comenzó a  hacer ligeros cortes en sus brazos y hombros. Sorprendida al ver a Patrizia siseando de dolor, Raphaella rápidamente la agarró del brazo.

—¡Su Majestad!

22 respuestas a “Dama a Reina – Capítulo 85: No me siento bien”

  1. Muchas gracias por la traducción me encanta la novela y quiero leer mas😅 ,solo me queda esperar pacientemente por la siguiente actualización jeje 🤭les agradezco mucho por traducir la novela 😍

  2. Adoro la forma en que planean su contraataque, ansío ver cómo se tornará la historia ahora que Patrizia le dio la vuelta al asunto.
    (/^-^(^ ^*)/

  3. Me encanta la protagonista es de armas tomar, es inteligente y de buen corazón, deseo saber la rabia de rosemond al ver que otro de sus planes falló.
    Mío gracias por el capítulo 😘

  4. Me.encanta me encanta que que sabía es su madre solo quiere lo mejor para su hija que estoy segura lo tendrá aunque después de muchas dificultades, y claro que previsora es rizi se nota que la rosemond solo actúa por impulso y no piensa bien lo que hace no es rival para la reina muahaja gracias por el capítulo son los mejores 🤩🤩🤩🤩

    1. Por qué siento que Patrizia y Raphaella tienen más química que Patrizia y Lucio?
      Que Patrizia se quede con Raphaella ya fueeeee jaja, mira que lindos diálogos tienen al final, si eso no es amor yo no sé que es ah jajaja

  5. Simplemente la amo ❤️❤️❤️ es tan inteligente y valiente… De todas las Protas de las novelas que leo, ella es mi favorita, muchas gracias por el capítulo!!!

  6. Ya quiero leer lo que dira Rosemont y también saber quién es el espía dentro del Palacio de la reina, esto cada vez esta más bueno…. Gracias por su arduo trabajo

      1. Wao…Debo decir que Patrizia es mi protagonista favorita de las novelas que he leído…Me encanta todo de ella😍 gracias pord sus actualizaciones!!! Son los mejores!!❤

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