Dama Caballero – Capítulo 1: La razón por la que no puedo morir

Traducido por Kiara

Editado por Nemoné


—Haa… haa… haa…

Ella estaba perdiendo el aliento. Podía sentir su vida escapando, sin embargo, no podía rendirse. No podría terminar de esta manera.

Estaba arrodillada en el suelo, y se apoyó en su espada para empujar su cuerpo hacia arriba.

—Por favor, sólo un poco más…

Ante sus propios ojos, estaba el hombre que mató a su padre y a su hermano. Lo que es más, al no estar conforme con eso, colgó sus cadáveres en la pared como un espectáculo para todos, y eso no fue todo. Por su culpa, su hermana, que era tan hermosa y delicada como una pequeña ave, había sido violada y murió de una manera miserable.

Ella había soportado este infierno en vida, solo para este momento. ¡Todo para poder desgarrar el cuello del enemigo con sus propias manos!

A pesar… de mantener ese objetivo a la vista, en este momento no tenía la fuerza para sostener su espada: — ¡Por favor, por favor, por favor! —Esperaba poder arrastrarlo hasta el infierno con ella, porque no le tenía miedo a la muerte.

Mientras luchaba por levantar la espada con todas sus fuerzas, escuchó pasos lentos que se acercaban, y una voz escalofriante resonó en el aire.

—Una perra como tú hizo bien en llegar tan lejos.

Los pasos no se detuvieron cuando llegaron hasta ella. Antes de que lo supiera, vio dos pies firmes de pie incluso en su campo de visión inferior. Mientras luchaba por levantar la cabeza, sus ojos oscuros reflejaban una alta figura.

A primera vista, solo era un hombre de mediana edad con barba y un cuerpo musculoso e intimidante, sin embargo, aún parecía impresionantemente carismático. Además, el brazo izquierdo del hombre había sido cortado. La sangre fluía constantemente de su herida, pero, su condición era mucho mejor en comparación con la de ella.

En lugar de perder un brazo, el precio que tenía que pagar era mucho mayor.

La mujer había sido considerada una de las mejores espadachines durante las últimas décadas, pero no pudo superar el hecho de que el hombre fue elogiado como un genio.

Todo su cuerpo estaba lleno de heridas y el suelo estaba empapado con su sangre. Sin embargo, sus ojos lo miraron con un espíritu asesino, como si no pudiera percibir el dolor.

—Con mis manos… yo… te mataré…

—No lo creo. Incluso si renacieras, el resultado no sería diferente.

Apretó los dientes. El hombre le robó todo lo que tenía, nunca podría perdonarlo.

— ¡Aaaaah! —Ella saltó y se lanzó hacia él con su espada.

Con un ruido horrible, una cuchilla atravesó su garganta.

El último momento de su vida pasó muy lentamente. Más allá de su temblorosa visión, podía ver débilmente a su padre, a su hermano y a su hermana Mirabelle.

—Lo siento.

Es el año 387 del Imperio de Ruford.

Elena, la espadachina de más alto nivel, murió en la batalla de Huilena, incapaz de llevar a cabo su sangrienta venganza.

♦ ♦ ♦

Elena abrió los ojos, y un destello de luz la cegó. Algo era muy extraño.

Las suaves sábanas que rodeaban su cuerpo, más el cálido sol que entraba por las ventanas, contrastaban con el momento que acababa de experimentar.

—Yo… debo estar muerta.

Cerró los ojos con amargura. La ira por no poder vengar a su familia ardía en su corazón, pero cuando recobró el sentido, yacía en un lugar completamente diferente. Al menos, era más cómodo que el infierno que ella había vivido.

Nunca se había acostado en una cama tan suave desde que su familia había sido destruida, y nunca había dormido profundamente a causa de las pesadillas. Era como si hubiera regresado a la era de su juventud antes de que su familia se arruinara.

—Es como si hubiera vuelto al pasado… Espera, ¿qué?

Elena se levantó de la cama.

Mientras se levantaba, el colchón grande y acolchado cedió debajo de ella. Aunque sería difícil, para alguien que hubiera conocido a Elena, creerlo, de joven su piel era sensible al tacto y usaba solo los mejores colchones.

Sin embargo, ella todavía sentía una sensación de temor.

—Esto es imposible.

La boca de Elena se abrió como una tonta, mientras miraba el dormitorio a su alrededor. Era la habitación de su juventud. Los detalles son tan perfectos, que es imposible que se trate de una recreación.

A un lado de la pared, estaban las líneas que había dibujado para medir la altura de su hermana a los siete años, luego a los diez y finalmente a los quince. Esas pequeñas letras al lado de las líneas eran todas suyas. Ella no podía entender qué estaba pasando.

Después de sentarse estupefacta por un momento, se levantó de la cama como si estuviera poseída. Se acercó lentamente a la ventana y miró hacia afuera.

Mientras pasaba por alto el jardín, vio flores floreciendo en colores deslumbrantes en el sol de la mañana. Ella nunca podría olvidar su hogar. El escenario no ha cambiado desde el pasado.

—Extraño tanto esta etapa de mi vida… ¿Me están mostrando una fantasía antes de morir?

Lady Elena Blaise. Ella siempre había usado su apellido con orgullo.

Aunque no creció en extravagancia extrema, la familia Blaise había existido por muchas generaciones y vivía en el sur de la Ciudad Capital. La familia había pertenecido a la nobleza como condes durantes años y servían como la Cuarta Orden de Caballeros de la corte real.

Como la hija mayor de la familia, cuidó a su padre en nombre de su madre muerta y ayudó a su hermano a convertirse en un mejor caballero. A veces también era difícil cuidar sola de su enfermiza hermana mientras manejaba los asuntos de Conde, pero era una vida pacífica y nunca había mucho de qué quejarse.

No fue hasta que perdió todo, que se dio cuenta de lo feliz que era su vida.

Recordó el día en que todas sus desgracias llegaron a la vez.

La última vez que había visto el jardín no había flores hermosas, sino docenas de antorchas entrando en el castillo en perfecto orden. Era como si se estuvieran acercando a ella, no estaban ahí, pero aun así podía verlos.

Los terribles recuerdos volvieron lentamente, y Elena sacudió la cabeza y luego se apartó de la ventana. Mientras miraba hacia atrás en la habitación, su mirada se fijó en un espejo colgado en la pared.

—Ah…

En el espejo se reflejaba una dama noble vestida con un camisón de seda, una cabellera rubia y una piel blanca como la nieve. Sus ojos eran rojos, como los mejores rubíes; su nariz recta y sus labios de pétalos le daban la apariencia de una muñeca viva.

Esa era ella, aunque la última imagen de sí misma que recordaba era muy diferente de la que se reflejaba en el espejo.

Mientras se miraba en silencio, sus ojos escarlatas temblaban de sorpresa. Parecía demasiado real como para ser considerado una fantasía. Aunque su belleza natural no se había desvanecido por completo, nunca había tenido una figura tan buena durante su carrera como espadachina.

Desde que decidió vengar a su familia y comenzó a llevar una espada, se había cortado el largo cabello y tenía ampollas en las manos por la dura práctica diaria. A medida que pasaba el tiempo, sus ojos naturalmente suaves se volvieron afilados, y su piel lechosa se torno pálida fantasmal, perdiendo su anterior color. Sólo quedaba una mujer fría y endurecida.

Sin embargo, incluso ella no podía recrear perfectamente las imágenes distantes en su memoria, aun si fuera una fantasía.

— ¿Qué diablos está pasando? —Se tocó la cara con una expresión perpleja. De repente, la puerta se abrió.

Es un acto grosero entrar en la habitación de otra persona de esa manera, más aún si es la habitación de una mujer.

Elena giró la cabeza, frunciendo el ceño ligeramente. Sin embargo, tan pronto como vio a la persona que entró, se congeló por completo. Sus ojos escarlata se abrieron, mostrando su sorpresa antes de que sus labios temblorosos pudieran hablar.

— ¡Hermana mayor Elena! —Mirabelle entró en la habitación, sonriendo más cálidamente que el sol de la mañana.

Fue como un sueño. Elena se obligó a mirar con atención conteniendo el aliento. Mirabelle tenía el mismo cabello dorado y un par de ojos verdes oscuro, como su padre. Era pequeña y muy delgada para su edad, debido a su condición enfermiza.

Mirabelle inclinó su cabeza brevemente ante la extraña expresión facial de Elena, pero pronto sonrió de nuevo y la miró feliz.

—No me vas a regañar por irrumpir, ¿verdad? Si vas a hablar de modales, hazlo más tarde. Tengo una verdadera emergencia en este momento. Puede que te sorprenda saber esto.

Los ojos de Elena comenzaron a humedecerse cuando vio a Mirabelle hablando como un pequeño pájaro ante sus ojos. ¿Es esto un sueño? Tenía que ser. De lo contrario, Mirabelle no habría aparecido delante de ella de esta manera.

Si es así… esperaba no tener que despertar nunca.

Las lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas de Elena. Mirabelle se sorprendió al verla llorar de repente.

— ¿Hermana? ¿Hay algo mal?

Mirando a Mirabelle con ansiedad, Elena no pudo contestar. Se mordió los labios para evitar que los sollozos subieran por su garganta y, sin decir palabra, tomó el pequeño cuerpo de Mirabelle en sus brazos. Tenía miedo de que este momento desapareciera para siempre si hacía un sonido.

Elena recordaba claramente la última vez que había visto a su hermana. Era una noche oscura, y su hermana estaba rodeada de hombres malvados mientras gritaba con una voz completamente diferente a la de ahora.

— ¡Hermana! Mi hermana Elena. ¡Por favor ayuda! ¡Ayuda!

Escuchó cómo rompían el camisón de Mirabelle. Elena nunca olvidó esos gritos espeluznantes. Una tragedia que sucedió de la noche a la mañana en el Castillo Blaise, el lugar más pacífico del mundo.

Fue su hermano Derek quien la atrapó corriendo hacia Mirabelle. Susurró con tristeza pero con firmeza en su oído, “Es demasiado tarde…”

Si Derek no hubiera cerrado la boca de Elena y la hubiera arrastrado, ella podría haber muerto allí con su hermana. Qué bueno hubiera sido eso, y durante mucho tiempo, sintió pena por sí misma.

Su encantadora hermana, ella lamentó no poder salvarla.

Abrazó a Mirabelle y derramó silenciosas lágrimas. Nunca la perdería de nuevo, no en este segunda oportunidad. Nada importaba ahora, ya fuera un sueño o una realidad. Solo ver a Mirabelle de nuevo significaba todo para ella.

Mirabelle miró las lágrimas de Elena con preocupación, e inmediatamente levantó la mano y palmeó la espalda de su hermana mayor.

—No llores, hermana.

—Uh huh.

Elena ya no pudo contenerse y un sollozo escapó de sus labios.

Mirabelle esperó en silencio acariciando la espalda de su hermana, mientras Elena dejaba escapar toda la pena que había soportado en su vida como una espadachina de sangre fría.

El consuelo de esa pequeña mano era tan cálido, que Elena apenas podía dejar de llorar.

Pero a medida que pasaba el tiempo, la compostura de Elena volvió gradualmente. Mirabelle todavía estaba en sus brazos y la temperatura proveniente de su pequeño cuerpo era tan real. Elena murmuró para sí misma con una mirada incrédula:

— ¿Esto no es un sueño?

Buscando disipar la sombra de la duda en su corazón, soltó apresuradamente su brazo, que había estado abrazando a Mirabelle, y agarró el pequeño hombro de su hermana para examinar a fondo.

Mirabelle frunció el ceño, preocupada por Elena.

—Te está costando mucho manejar los asuntos del conde sola, ¿verdad? No sabía nada de eso… Lamento seguir quejándome por las cosas.

— ¿Qué?

Elena no pudo evitar dejar que su boca se abriera de nuevo, después de ver a Mirabelle hablar como si realmente estuviera allí delante. Esto no era una fantasía. Además, ni siquiera era un sueño. La Mirabelle frente a ella parecía demasiado viva para eso.

Mirabelle continuó hablando con un rostro sombrío, como si confundiera la mirada atónita de Elena por haber sido regañada por su comportamiento inmaduro.

—Es solo que es la primera vez que el Príncipe Heredero, que siempre había estado lejos en el campo de batalla, se presentará en un baile. Tenía muchas ganas de ir allí contigo…

— ¿El Príncipe Heredero? ¿Quién?

— ¿Qué te pasa hoy? ¿El Príncipe Heredero del Imperio de Ruford?

La cabeza de Elena comenzó a girar rápidamente, pero no tenía ni idea de a qué corona se refería Mirabelle.

El Imperio de Ruford era una de las mayores potencias del continente. En todos los aspectos, sus militares eran muy superiores a los de las naciones más pequeñas. De generación en generación, los emperadores beligerantes [1] del Imperio de Ruford amaban la guerra, y el mito fundador del Imperio incluso sugería que el Emperador tenía la sangre de un dragón.

Solo el duodécimo emperador Sullivan del Imperio de Ruford tenía una naturaleza amable, y él ayudó a desarrollar un imperio que se preocupaba más por el desarrollo de los asuntos estatales, en lugar de la guerra. Bajo él, el imperio que una vez estuvo obsesionado con el derramamiento de sangre, llegó a la prosperidad.

Para lograr esto, se había dicho que el anterior emperador eligió intencionalmente al amable Sullivan como su sucesor, diferente de cualquier otro emperador. Si eso era cierto, fue una sabia decisión.

Sin embargo, el problema fue con el hermano de Sullivan, Paveluc.

Al principio se pensó que Paveluc se convertiría en el próximo emperador, pero al final fue privado del trono por su hermano Sullivan y, en cambio, gobernó el pequeño Ducado de Lunen como un gran duque. Aunque muchas personas expresaron preocupación porque Paveluc había nacido con la naturaleza de un emperador, Paveluc se había arrodillado y entregado a su hermano.

Durante una década no mostró sus garras. Esperó su oportunidad, luego el hermano traidor eventualmente se rebeló y ganó. La familia Blaise, quien encabezó la Cuarta Orden de la Familia Real en el curso del reemplazo del régimen, también fue purgada por el Emperador Paveluc.

Ese era el hombre que Elena quería matar toda su vida. Emperador Paveluc, el 13º Emperador del Imperio Ruford.

—Maldición.

Los ojos de Elena se volvieron fríos al recordar esos recuerdos desagradables.

Recordó la sensación de Paveluc cortándole la garganta y se llevó la mano al cuello.

Hubo muchos incidentes antes de que Paveluc finalmente triunfará en su rebelión, pero no pudo instalar un príncipe heredero debido a su desgracia por ser un emperador traidor. Por lo que Elena recordaba, solo había un Príncipe Heredero oficial, pero había sido asesinado hacía veinte años. Aunque había logrado muchos logros brillantes en el campo de batalla, desapareció sin una sola aparición en la sociedad.

Se rumoreaba que se convertiría en el más brutal de todos los emperadores, y si estuviera vivo, la rebelión de Paveluc habría fracasado. Sin embargo, murió antes de su debut oficial en la Familia Real, por lo que fue en gran parte desconocido.

Hasta ahora nadie más vino a la mente.

—Un príncipe heredero… ¿Eso significaba que el Emperador traidor finalmente usó su fuerza para poner a alguien en esa posición?

Estaba destinado a suceder con el tiempo. El Imperio Rufford era extremadamente poderoso, e incluso con un gobernante traicionero, tenía la ventaja de obtener lo que quería.

— ¿De qué estás hablando, hermana? ¡Eso es traición a todo lo que me enseñaste! Si nuestro padre supiera que tienes palabras tan profanas en la boca, estarías en tantos problemas sin importar la edad que tengas.

Mirabelle miró a su alrededor para ver si alguien había escuchado su conversación. Su comportamiento cauteloso llenó la mente de Elena con preguntas. No podía entender de qué se trataba todo esto.

—Estás actuando muy extraña hoy. Por supuesto, solo hay un Príncipe Heredero de Ruford. El príncipe Carlisle.

¿Carlisle? Tan pronto como escuchó el nombre, el reconocimiento apareció en la cabeza de Elena.

Carlisle van Dimitri Ruford. A quien Mirabelle se refería es el príncipe que fue asesinado hace veinte años.

Elena se dio cuenta repentinamente, y fue como si un hilo de seda enredado se soltara de golpe.

—Mirabelle, ¿qué año es?

—Es el año 367 del Imperio. ¿También te olvidaste de eso?

En ese momento, Elena no pudo decir nada, como si hubiera sido golpeada por un rayo. Exactamente veinte años en el pasado, alrededor del momento de la muerte del Príncipe Heredero. Y fue solo un año antes de que la Familia Real fuera destruida.

Elena lo recordaba claramente. En el pasado, el Príncipe Heredero debía aparecer en la sociedad por primera vez, y Elena estaba acompañada por Mirabelle en el baile. Al final del día, sin embargo, se habían ido a casa sin verlo.

Sólo después se reveló que el príncipe no asistió porque lo habían asesinado, y seis meses después, la familia real comenzó a debilitarse cuando se reveló que el Emperador había estado luchando contra una enfermedad a largo plazo.

Sí, ella recordaba ahora. Mirabelle también se había apresurado a entrar en su habitación de esta manera cuando supo que el Príncipe Heredero iba a asistir al baile esa vez.

Hoy fue…

¿Fue realmente ese día? Lo que había sucedido hasta ahora pasaba por la cabeza de Elena.

¿Realmente he vuelto en el pasado?

Es imposible de creer. ¿Cómo demonios pasó? ¿Por qué? 

Surgieron una serie de preguntas sin resolver. No había nadie a quien preguntar, y nadie a quien dar una respuesta.

Comenzó a darse cuenta de que este momento, que ella pensaba que era solo una fantasía, era la realidad. Se puso pálida, como si hubiera olvidado cómo respirar.

— ¿Estás bien?

Mirabelle sostuvo la mano de su hermana mayor con cuidado, mirándola con ojos ansiosos. A pesar de este pequeño gesto, Elena volvió a llorar. No importaba cómo volviera al pasado. Ahora había una oportunidad real de proteger a su familia que ella atesoraba tanto. Nunca dejaría que ese futuro ocurriera de nuevo.

Elena agarró la mano de Mirabelle y habló con un devoto susurro.

—Esta vez, prometo protegerte. No importa lo que pase…

Mirabelle asintió lentamente ante las fuertes palabras de su hermana. Ella estaba actuando de manera extraña hoy. Al principio, había pensado que Elena estaba bajo estrés por tener que manejar los asuntos del Conde, pero Elena había dicho algunas cosas inesperadas.

— ¿Estás realmente bien, mi hermana?

—Por supuesto, especialmente cuando estás delante de mí así. ¿Cómo podría no estar bien? Este momento es para mí… No puedo describir lo mucho que lo aprecio.

Gracias por estar viva, Mirabelle.

La cara de Mirabelle se sonrojó de vergüenza. No entendía por qué su hermana mayor estaba actuando de esta manera, pero de todos modos sonrió con timidez porque eso significaba que Elena la amaba. El hecho de que Elena fuera la mejor hermana del mundo nunca cambiaría.

Elena se echó hacia atrás, abrazó a Mirabelle con fuerza y ​​la miró con ternura, como si estuviera manejando un objeto frágil. Elena casi no podía soportar mirarla, y le dolía el corazón por el futuro que Mirabelle no sabía.

Un pensamiento de repente vino a su mente.

— ¿Dónde está padre ahora?

—Dijiste ayer que papá tenía asuntos urgentes hoy y que no regresaría hasta la noche.

—Oh, yo…

Elena le dio una sonrisa torpe y luego pensó con cuidado. Para evitar la misma tragedia tenía que hacer algo a la vez. No quedaba mucho tiempo para cambiar el futuro.

¿Debería correr hacia su padre y contarle sobre su futuro? Elena inmediatamente negó con la cabeza. Era improbable que él creyera esta historia extravagante, que a ella le costaba entender aún, e incluso si creía lo que decía, la familia Blaise era absolutamente leal a la Familia Real. Su padre era un hombre que lucharía hasta la muerte en lugar de huir. Debido a esto, había sido asesinado en su vida anterior por el emperador Paveluc.

¿Cómo podía evitar que Paveluc se convirtiera en emperador? Nadie lo sabía ahora, pero el duodécimo emperador Sullivan sufría una grave enfermedad a largo plazo.

El actual emperador moriría pronto.

— ¿Debería asesinar a Paveluc antes de eso?

Aunque volviera al pasado y sus habilidades con la espada no desaparecieran por completo, sería necesario volver a entrenar su cuerpo para alcanzar la condición física máxima. Había fallado en su objetivo original, pero aún era ella quien apuntaba con su espada al infame Emperador Paveluc.

Pero, incluso si el asesinato fue exitoso… La Familia Real perseguiría a la persona que mató a Paveluc, ignorante de sus hechos. La familia Blaise no podría evitar la responsabilidad.

Y si ella fallaba…

Cerró los ojos con fuerza, sin querer siquiera pensar en el resultado. Aunque no quería admitirlo, había trabajado toda su vida para matar a Paveluc. Elena sabía mejor que nadie lo fuerte que era. Ya había perdido con él una vez, ¿sería posible ganar con esta segunda oportunidad? No había una garantía de que podría matar a Paveluc esta vez mientras ocultaba su identidad. No podía arriesgar la vida de su familia ante una posibilidad tan escasa.

No puedo permitirme fallar.

Incluso si el peor resultado posible sucediera, ella necesitaba poder asegurarse de que la familia Blaise sobreviviera, pero no se le ocurrió un buen plan. A pesar de que se había sacrificado valientemente en su vida anterior, estaba más avergonzada de no poder vengar las muertes de sus familiares.

Ella había hecho todo lo que podía hacerse sola. Ahora necesitaba un asistente para darle fuerza.

Si solo hubiera alguien que pudiera ayudarme…

Solo una persona le vino a la mente.

— ¿Príncipe Carlisle?

Que ella supiera, se suponía que debía morir en unos pocos días. Pero… ¿y si él no muere? El Príncipe Heredero, hijo del emperador actual, sería el mayor obstáculo para Paveluc, incluso si Carlisle solo lograba la mitad de sus logros en el campo de batalla.

No, sería muy útil si los rumores sobre él fueran ciertos. Además, si ella pudiera convertirlo en emperador, él podría interponerse en el camino del ascenso de Paveluc al poder.

Tenía que salvar al príncipe Carlisle, alguien que debería haber muerto. Sería una decisión que sacudió aún más a todo el continente. Los efectos de ello serían impredecibles.

Después de un momento de vacilación, Elena se rió de sí misma con frialdad.

No me importa si el mundo entero se ahoga en sangre. Solo quiero salvar a mi familia.

Caminaría con una sonrisa por este camino manchado de sangre. Elena miró los brillantes ojos de Mirabelle e hizo una profunda promesa una vez más.

Ella la salvará esta vez. No importa el costo.


[1] Beligerante es un adjetivo para una persona o grupo que está dispuesto a la hostilidad.

Kiara
Hola, hace un tiempo empecé a leer esta hermosa novela y me encantó, inmediatamente supe que debía compartirla con todos ustedes amantes de las novelas en español. En esta historia conoceremos a Elena y su deseo por salvar a su familia, una protagonista diferente de lo acostumbrado, que espero les guste tanto a como a mi. Agradezco a Crystal Crater de Shainatranslation por permitirnos traer esta hermosa historia al español (Las traducciones originales y más actualizadas son de shainag translations. Se le da su respectivo crédito a la página en inglés). Por favor disfruten y nos vemos en el próximo.

Nemoné
Hola a todos, es Nemoné. Espero disfruten la novela de Elena, ¡traído a ustedes al español por Kiara! (Ya ella agradeció al fansub inglés). Ahora conocerán a una protagonista que tiene por delante de todo a su familia. Espero logren apreciar sus esfuerzos (y a ella). Nos leemos ~

11 respuestas a “Dama Caballero – Capítulo 1: La razón por la que no puedo morir”

  1. Muchas gracias por el nuevo proyecto, está novela tiene un buen tema, del regresó en el tiempo, Elena luchará por salvar a su familia y no le molestará ensuciarse las manos para mantenerlos a salvo.
    Cuídense y esperó puedan mantener el proyecto.
    Saludos

  2. Fue un muy buen comienzo, supongo que el primer paso para cambiar todo, es evitar que maten al príncipe heredero, que efectivamente será nuestro protagonista.

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