Dama Caballero – Capítulo 66: Así fue como comenzó

Traducido por Kiara

Editado por Nemoné


—Quiero que trabajes en la mansión Blaise.

Los ojos de Kuhn se abrieron. Había tomado innumerables disfraces en su trabajo de asesinato e infiltración, sin embargo, esta ocasión fue diferente de cuando puso un pie dentro del castillo de Blaise en el sur. Esta vez… Mirabelle conocía su rostro.

Kuhn habló, su voz suave:

—Como te dije antes, general, la dama más joven de la mansión Blaise ya ha visto mi cara. No creo que sea la persona más adecuada para esta tarea.

Kuhn no le había dicho a Elena, pero ya le había informado a Carlisle lo que había sucedido en el palacio. Carlisle sabía que Kuhn y Mirabelle ya se habían conocido.

—Lo sé. Ella te salvó y le diste tu nombre.

—Lo hice.

—Aun así, ella no sabe que eres mi subordinado, o que estás tomando medidas por el bien de Elena, así que no hay problema.

Kuhn no pudo pensar en una respuesta. De hecho, todo lo que Mirabelle sabía era que él estaba involucrado en un trabajo peligroso. Por supuesto, cualquier empleador sería reacio a dejar que ese tipo de personaje trabaje para ellos, pero cuando Kuhn lo pensó, sabía que los sentimientos de Mirabelle hacia él eran de buena voluntad, no de desconfianza. Ella deseaba encontrarse con él nuevamente. No era probable que Mirabelle rechazara a Kuhn, incluso si lo conocía cara a cara.

Después de considerarlo racionalmente, Kuhn se dio cuenta de que no tenía ninguna razón para rechazar este trabajo. Se había infiltrado en posiciones enemigas en peores circunstancias y, sin embargo, de alguna manera, todavía no quería hacerlo. Nunca pensó que volvería a ver a Mirabelle.

—General, yo… —Kuhn estaba a punto de negarse.

Carlisle frunció el ceño y lo interrumpió, cambiando su expresión a una mirada fría.

— ¿Por qué estás evitando la misión? Si realmente no quieres hacerlo, captura a la persona que se infiltró en la mansión Blaise y tráemela lo antes posible.

Kuhn no dijo nada, porque el príncipe tenía razón.

—Fueron lo suficientemente buenos como para ocultar su presencia y escapar de ti. Estoy seguro de que te das cuenta de que no puedo enviar a nadie más para esta tarea.

—Entiendo.

Kuhn luchó contra su renuencia y aceptó la orden de Carlisle, él sabía mejor que nadie lo formidable que era su oponente, y los sirvientes empleados en la mansión Blaise fueron los primeros sospechosos. Ninguna persona se destacó especialmente para él, pero eso fue más preocupante. Después de todo, el enemigo más peligroso era el que parecía ser un amigo.

—Iré a la mansión de Blaise tan pronto como asuma una identidad falsa.

—Bien.

La mirada de Carlisle finalmente se levantó. Miró hacia la sala donde Elena estaba dormida, con una rara mirada de aprensión en su rostro.

—No has olvidado mi pedido original, ¿verdad?

—No, general. Pondré su seguridad en primer lugar, pase lo que pase.

Carlisle había ordenado a Kuhn desde el principio que salvara a Elena en cualquier emergencia y dejara atrás a cualquier otra persona. Si Elena y Mirabelle alguna vez estaban en peligro, Kuhn tenía que elegir lo primero sin dudarlo.

—Si ella se resiste, llévala por la fuerza. Puede ser difícil para ti, pero…

Kuhn no sabía por qué las palabras de Carlisle se fueron apagando. Era fácil para un asesino como él dominar a una mujer como Elena. Sus oídos eran más sensibles de lo que él esperaba, lo que despertó las sospechas de Kuhn, pero no estaba al tanto de esos detalles.

—Lo tendré en cuentas.

Kuhn sabía cuánto se preocupaba Carlisle por Elena, no porque lo había visto de primera mano, sino porque cualquiera que conociera al príncipe que sobrevivió en el campo de batalla notaría el cambio en él. Carlisle nunca habría tenido una mirada tan preocupada antes.

Pero así fue como comenzó. Antes de regresar al Palacio Imperial, Carlisle hizo que los instructores de etiqueta le enseñarán cómo tratar a las mujeres. En el pasado, Carlisle consideraba a las mujeres como objetos inanimados, su comportamiento hacia ellas era terrible. Incluso Kuhn nunca había visto al príncipe tratar a las mujeres con una sensibilidad particular en todos sus días con él.

Entonces, de repente, apareció Elena. Kuhn notó de inmediato los cambios en Carlisle cuando le presentó a Elena por primera vez. Todo lo que Carlisle hizo fue para ella.

Entonces él me enviará más lejos.

Entre los caballeros, Kuhn operaba mejor en la oscuridad, por lo que a menudo estaba involucrado en asesinatos o infiltraciones de posiciones enemigas. Sin embargo, ahora estaba principalmente a cargo de proteger a la persona amada de Carlisle. El hecho de que Carlisle lo envió con ella revelaba cuánta prioridad le daba a su seguridad.

Los oídos de Carlisle y Kuhn captaron el sonido de Elena moviéndose por la habitación. Ella se había despertado de nuevo. Carlisle giró la cabeza hacia la puerta y luego le dio una orden a Kuhn.

—No hay mucho tiempo, así que debes infiltrarte en la mansión lo antes posible.

—Sí, general.

Después de que Carlisle terminó de hablar, entró en la habitación. Cuando Kuhn observó cómo Carlisle se retiraba con urgencia, lo sintió de nuevo. No sabía si Elena podría convocar accidentalmente una tormenta de sangre si cometía un error…

Kuhn había oído hablar de eso una vez en el pasado. En la parte posterior del cuello de un dragón había una escama que crecía al revés, por lo que se llamaba escama inversa y se decía que era el punto débil del dragón.

Kuhn sintió como si hubiera encontrado la escama inversa de Carlisle.

Kiara
Entonces Caril tomó clases para saber tratar con Elena, ooooh su nivel de compromiso es sensacional. Por cierto ya estamos cerca de la boda. Gracias por leer nos vemos en el próximo

Elena se recuperó con toda su fuerza. En verdad, su fatiga no era por la droga, sino por el estrés acumulado por los preparativos de la boda. Después de un sueño profundo, se despertó más ligera y más fresca que antes.

Entonces, Carlisle dijo algo inesperado para ella.

— ¿Qué? ¿Qué dijiste?

 Los ojos de Elena se abrieron, pero Carlisle continuó sin hacer nada.

—Dije que no es necesario pagar la dote.

—Es… ¿Eso es posible?

Los matrimonios entre nobles rara vez se realizaban sin dote. Cuando sucedía, los demás iniciaban cotilleos diciendo que era un matrimonio de amor verdadero. No estaba necesariamente mal. Sin embargo, ninguna novia nunca había pagado una dote por un matrimonio imperial.

—Ya hablé con mi padre. Te lo digo ahora para que no te sorprendas.

— ¿El emperador lo aprobó?

Aunque Elena no conocía muy bien a Sullivan, observó que era un político astuto cuando se conocieron por última vez. Era difícil creer que aprobaría una boda sin dote, incluso si fuera con la familia Blaise.

Carlisle le dio una sonrisa.

—Mi padre cree que la Familia Imperial se arruinará si decidimos aceptarlo —Expresó Carlisle.

— ¿Arruinado? Quiere decir…

La mirada de Elena se volvió hacia el anillo de cuentas azules en su dedo. Aunque Carlisle y Sullivan afirmaron cosas diferentes sobre el anillo, estaba claro que Sullivan la valoraba más que antes. Si realmente creyera que el hombre que se casara con Elena se convertiría en emperador y reviviría al Imperio Ruford, nunca dejaría ir esa boda. Carlisle había explotado hábilmente esa parte de la psicología de su padre.

— ¿Lo amenazaste con lo que dijiste sobre este anillo? —preguntó Elena

—Compromiso es probablemente una palabra más apropiada que amenaza, pero de lo contrario no renunciaría a la dote.

—Sin embargo, la familia Blaise no es pobre. Podemos pagar justamente la dote y la ceremonia de boda solicitada por la Casa Imperial —afirmó ella.

—Te sorprendería la dote que buscaba mi padre.

Elena lo miró perpleja. Aunque Elena manejó las finanzas, su padre no se lo había aclarado.

¿Es una cantidad mayor de lo había planeado?

Los Blaise tenían una riqueza considerable, y parecía imposible que incluso una dote de princesa agotara sus finanzas por completo. Las mujeres nobles generalmente no se preocuparían mucho por eso, pero el enfoque financiero de Elena no le permitió dejarlo de lado. Su frente se arrugó, mientras Carlisle le ofreció su tranquilidad.

—No tienes que preocuparte por eso.

— ¿Cómo no puedo preocuparme? Es un asunto serio si el emperador solicitó una alta dote.

—Por eso digo que ya no lo necesitas.

La propuesta de Carlisle era tentadora, pero no estaba segura del enfoque. Quizás la casa Blaise parecería barata frente a otros nobles, y no sabía cómo la Familia Imperial lo toleraría.

Carlisle tenía los codos sobre las rodillas mientras estudiaba lánguidamente a Elena.

—A veces no escuchas cuando hablo —Indicó.

—No, por supuesto que estoy agradecida, pero la reputación de mi familia está en juego. Solo estoy siendo cautelosa.

—No lo pienses demasiado. En casa y en el extranjero, se rumorea que mi amor por ti es tan grande que rechace la dote. No habrá daño a la reputación de su familia.

Parecía demasiado bueno para ser verdad que lo rechazaría. Lo que ofreció tan casualmente era inusual en la Corte Imperial del Imperio Ruford.

—Esto es demasiado bueno para mí.

—Sí, así que creo que me debes otra —Le recordó él.

Elena sintió que ya estaba tenía una enorme deuda con Carlisle. Además de eso, se sentía incómoda por no pagar la dote, pero Carlisle simplemente sonrió.

—Solo recuerda pagarme más tarde.

Pero como sugirió Carlisle, la aparición de un matrimonio amoroso tenía varias ventajas. En primer lugar, su relación parecería más fuerte para los demás, y en segundo lugar, al no usar el dinero de Blaise, era más fácil entregar el control financiero a Mirabelle. Los beneficios fueron tan tentadores que Elena casi se disculpó con Carlisle.

—Entonces lo aceptaré sin reservas. Nunca olvidaré pagarte más tarde.

Aunque estaba con Carlisle por el bien de su familia, después del matrimonio no estaría cerca para ayudarlos con tanta frecuencia. Elena había sido parte de la familia Blaise toda su vida. Le preocupaba cómo le iría a su padre, su hermano y a Mirabelle sin ella, pero no podía ser egoísta y rechazar el gravoso favor que Carlisle le ofreció.

Mientras tanto, Carlisle respondió con una mirada satisfecha.

—No tienes que agradecerme. Es todo para ti, después de todo.

—Parece que soy la única que se beneficia, ¿no? —Expresó Elena.

—Digamos que lo que te beneficia a ti también me beneficia a mí. Nos casaremos pronto.

El corazón de Elena se suavizó. Tal vez realmente era hora de que se casara con Carlisle.

—Vamos a cenar juntos antes de que vuelvas.

—Es demasiado tarde para eso…

—No permitiré que te niegues. Si no quieres caminar desde el palacio hasta tu mansión, deberías seguirme.

Él le sonrió con picardía y Elena sintió la necesidad de rebelarse. Era perfectamente capaz de regresar a casa si Carlisle le brindaba un carruaje, pero no podía negarse después del gran favor que le había dado. Finalmente, Elena estuvo de acuerdo.

—Bien.

La sonrisa de Carlisle se profundizó ante su respuesta. Es casi como si renunciara a la dote solo para crear esta situación. Elena sintió que tenía otra deuda y se estaba hundiendo en las garras de un pantano llamado Carlisle.

♦ ♦ ♦

Los días pasaron, la boda de Carlisle y Elena sería pronto.

Michael entregó a Mirabelle algunas noticias inesperadas.

—Jovencita, alguien vino a una entrevista después de ver el aviso.

— ¿Entrevista? Creo que ya hemos contratado a suficiente gente…

— ¿Entonces lo envió de regreso?

Mirabelle pensó por un momento y sacudió la cabeza.

—No. Pero como ha venido hasta aquí, sería más apropiado si lo rechazara en persona.

Michael asintió ante su juicio.

—Sí, mi señora. Está en el salón del primer piso. ¿Te gustaría verlo primero? Me reuniré contigo de inmediato una vez que termine mi trabajo.

Mirabelle y Michael generalmente realizaban las entrevistas junto, pero al final Mirabelle lo había hecho muy bien sin Michael, por lo que ya no había necesidad inmediata de que la siguiera.

—Bien. Iré primero.

Mirabelle sonrió alegremente y se dirigió hacia el salón. Hoy estaba inusualmente soleado, y ella comparó su sonrisa con el clima. Esperaba que fuera un día igual de hermoso durante la boda.

Mirabelle tarareaba para sí misma mientras abría la puerta del salón. Dentro había un hombre de espaldas a la puerta, y Mirabelle dejó de respirar, parecía reconocer su cabello oscuro y su piel pálida.

El hombre se dio la vuelta después de escucharla entrar, y ella sintió que su corazón caía al suelo. Es Kuhn, el hombre que apareció en su sueño anoche. Miró a los ojos verdes de Mirabelle y habló con una cara impasible.

—Hola. Ha pasado mucho tiempo, mi señora.


Kiara
Es la otp definitiva, ya saben que me gusta mucho esta pareja, siento que ahora estarán mas cerca que nunca. ¿que creen ustedes?

4 respuestas a “Dama Caballero – Capítulo 66: Así fue como comenzó”

  1. Muchas gracias por el capítulo, para mí ya no cabe duda, Mirabelle y Kuhn terminarán como pareja, de seguro que se opone Elena, pero si Mirabelle insiste, no podrá decir que no, y ella diciéndole a Carlisle, quien es incapaz de negarle nada, Dios, esté arroz ya se coció, kukuku.
    Saludos

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