El contrato de la Princesa y la Duquesa Monstruosa – Capítulo 9

Traducido por Lily

Editado por Lucy


Esto es el cielo.

Leslie sonrió al sentir el sabor de la comida en su boca, con sus ojos brillando.

¡Este es un mundo nuevo! La comida que comí por la mañana fue deliciosa, pero ésta que estoy disfrutando ahora en la mansión de la duquesa Salvatore está en un nivel mucho más alto.

Al principio, Leslie, quién comía poco a poco mientras veía a la duquesa, no se dió cuenta que sus mejillas estaban repletas de comida.

Mientras del otro lado de la puerta del salón de recepciones, el mayordomo, las criadas, observaban a Leslie con gran detalle, incluso la propia duquesa Salvatore la miraba con una sonrisa.

—Oh, Dios mío, ¿de dónde secuestró la duquesa a esa señorita?

—¿Que? ¿Secuestrar..? Ella fue… ¿secuestrada?

—¡Es linda!

—¡Oh!

Sin saber la ridícula conversación estaba teniendo lugar al otro lado de la puerta, Leslie hizo el esfuerzo por tragar con calma los restos de comida que se encontraban en su boca.

Había pasado un tiempo desde que se oían risas y pequeños gritos en la mansión Salvatore, en general los sirvientes siempre mantenían un carácter recto y serio debido a la personalidad justa de la duquesa Salvatore.

No acostumbraban a recibir invitados tan pequeños, pero siempre se emocionaban cuando llegaba un invitado a la mansión.

—Esta delicioso.

Todos sonrieron mientras miraban a la pequeña niña de cabello blanco, debido a que sus mejillas estaban tan llenas que se tapó la boca con sus manos.

Además de eso, incluso la duquesa se veía feliz hoy. Todos estaban muy seguros que se debía a la invitada.

Los sirvientes, incluida Jenna, esperaban que la linda visita se quedará con ellos por más tiempo.

—Madre.

Se escuchó una voz suave y grave, un hombre de pelo gris oscuro casi negro, y de gran altura entró en el salón.

Era el primer hijo de la duquesa Salvatore, Bethrion Laen Salvatore.

Bethrion, la persona más joven de la división de Caballeros Imperiales, entró en el salón sin siquiera haberse quitado la armadura cuando llamó a su madre.

Una pequeña criatura blanca, a quién nunca había visto antes, estaba frente a él, con las mejillas llenas de arroz, la niña lo vio sorprendida.

¿Ese es el invitado por el cual los sirvientes estaban tan ruidosos en la entrada? Bethrion se quedó perplejo, miró a la duquesa Salvatore, quien ahora estaba muy relajada bebiendo una copa de vino.

—Madre, este invitado es…

—Aha.

La duquesa se llevó nuevamente la copa de vino en dirección a su boca, y extendió su mano para acariciar el cabello plateado de Leslie que brillaba a través de sus ásperos dedos

—Mi hija.

—¡Eh!

—¿Qué dijiste..?

Debido a la respuesta de la duquesa, las dos personas que estaban en la sala junto a ella se quedaron sorprendidos a su respuesta.

Primero fue Leslie, quién aún con comida en la boca, hacia un esfuerzo desesperado por tragarlo todo. Mientras que Bethrion miraba a la duquesa confundido.

—¿Tuve una hermana y no sabía de su existencia?

—Acaba de convertirse en mi hija, ¿no es ella linda?

La duquesa miró a Leslie y luego con su dedo señaló a Bethrion.

—Ella es mi hija. Ahora, señorita Leslie, a partir de hoy ese de allí será su hermano mayor.

Ese fue el primer encuentro entre Leslie y su hermano Bethrion.

Por un momento hubo un silencio incómodo, y fue el muchacho quien lo rompió.

—¿A qué te refieres con “ese”?

Bethrion frunció el ceño en vista de su madre, en solo unos cuantos minutos pasó de ser una persona a ser un simple “eso”.

Muy rara vez la duquesa bebía vino, y no había duda en que estaba de buen humor.

—Dios, Beth, ¿no vas a decir hola?

—¡Madre!

La duquesa no pudo evitar mostrar felicidad al recordar el lindo apodo con el cual llamaba de pequeño a su hijo.

Bethrion frunció el ceño al oír ese nombre, como si estuviera preocupado… La miró con los ojos abiertos.

—Haa.

Su madre tenía razón, debería de presentarse.

Avanzó en pequeños pasos hacia Leslie, y se posicionó por encima de su cabeza, su cuerpo cubrió el de ella con su sombra, para luego pronunciar unas simples palabras.

Los ojos lilas de Leslie se abrieron por la sorpresa, en ellos se reflejaba una pequeña luz violácea. Por la impresión, un “¡Heek!” escapó de su boca.

—Soy el comandante líder de la orden de caballeros de Lynche, Bethrion Laen Salvatore.

Al oír las palabras de Bethrion, los sirvientes que estaban detrás de la puerta sacudieron la cabeza en señal de negación.

Era el doble de grande que una persona normal, agregando que el simple hecho de llevar una armadura lo había ver aún más atemorizante.

Además, era un joven muy guapo y bien educado, los niños pequeños tenían una impresión de él muy aterradora.

No sabía cómo debería lidiar con niños, sus ojos quedaron fijos a los de Leslie. Lo único que podían hacer los criados que estaban detrás de la puerta era tragar saliva y esperar alguna mala reacción de parte de ella.

—¿Llorará?

—Va a llorar.

Los sirvientes miraban a Leslie con tristeza en sus ojos, ya estaban conscientes de que lloraría en cualquier momento.

Incluso Jenna esperaba ver lagrimas caer por sus mejillas…

Sin embargo la duquesa estaba sonriendo, y humedeció sus labios con una copa de vino.

En ese momento, se escuchó en la sala se escuchó un sonido proveniente de la garganta de Leslie.

Ahora, apenas tragando la comida que estuvo en su boca, rápidamente se aclaró la garganta, se levantó de la silla y se paró frente a Bethrion, inclinó su cabeza ligeramente y respondió.

—Soy Leslie Sperado, segunda hija de la familia Sperado.

—¡No está llorando!

—Y no solo eso, ¡A la vez ella es muy linda!

Los sirvientes observaban a Leslie mientras saludaba cortésmente y sin derramar ninguna lágrima. Ellos miraron la escena con mucha atención, aún impresionados por la atmósfera que había entre los dos niños.

La duquesa Salvatore, quién sonrió tranquilamente ante la cara confusa de Bethrion, dio ligeras vueltas  con la copa de vino en su mano y dijo:

—Oh, dios mío, ¿no es esta conversión entre hermanos demasiados formal?

Los ojos de ambos miraron torpemente a la duquesa.

—Beth, ¿qué edad crees que tiene la Señorita Leslie?

Estoy seguro de que pasara todo el día llamándome “Beth”. 

Bethrion, quién miró a la duquesa con un rostro preocupado, dirigió su mirada a Leslie.

Sus ojos color verdes oscuros atraparon a Leslie mientras sujetaba su falda de forma inquietante, ninguno de los dos apartaba su mirada del otro.

¿Que edad puede tener?

A menudo solía ver a niños pequeños de diferentes edades, pero aún así, no era capaz de descifrar por su cuenta sus edades de acuerdo a su tamaño, se quedó pensando mientras arrugaba sus cejas.

Durante un largo tiempo, el silencio se hundió en el salón, al rato el joven logró responder.

—¿Tienes 5?

Leslie miró a Bethrion, con los ojos muy abiertos. ¡Tenía 12 años, y la había confundido con alguien de 5 años!

—Señor Bethrion, ¿no parece tener al menos 10 años?

 —Sí, cinco años es muy poco.

—Yo pienso que unos 9 años…

Leslie, en comparación con los otros miembros de la familia se veía pequeña, y ahora podía escuchar perfectamente a los sirvientes hablar detrás de la puerta.

Aún estaba sorprendida por la edad que dijo Bethrion, a decir verdad sólo la duquesa Salvatore y Jenna conocían su verdadera edad, la mujer se rió en voz baja.

—Lo recuerdo claramente.

Bethrion volvió a abrir la boca y comenzó a balbucear. Una voz baja y áspera se escuchó en el salón.

—Entei era así cuando tenía cuatro años. Pero como ella es una niña… Pienso que eres un año mayor que él, así que tienes cinco años.

Bethrion, quien olvidó que el tamaño promedio de su familia era casi el doble que el de las personas normales, parecía haber respondido basándose en su experiencia con su hermano.

Luego, miró con confianza a la duquesa Salvatore. Sin embargo una voz pequeña ligeramente circular llegó a sus oídos.

—Tengo 12 años…

Leslie abrió la boca una vez más después de mirar aBethraon:

—Cumplí 12 este año.

Con una mirada ligeramente impresionada, arrugas aparecieron en el rostro de Bethrion, y un rastro de vergüenza se apareció en su ojos.

No puede ser, ¿ésta niña tiene 12 años? Pensé que tenía 5, además es muy pequeña.

Bethrion solía utilizar la estatura de su família para calcular la edad de las demás, los Salvatores son altos, pero Leslie, quién creció bajo las reglas de la familia Sperado, era muy difícil para medir su edad por su tamaño, teniendo en cuenta que no podía ser muy alta por el tipo de comida que solía comer.

Además el cuerpo delgado de Leslie contribuyó a desenfocar la vista del caballero.

—Ja, ja, ja.

En raras ocasiones, la duquesa solía ver a su hijo mayor avergonzado, y sin poder evitarlo se echó a reír a carcajadas.

Luego llamó a Leslie para que se acercara a su lado.

Miro a Bethrion, al mismo tiempo que con su mano acariciaba minuciosamente los finos cabellos plateados de la nia.

—Para ser tu primer encuentro, dejaste una muy buena impresión, Bethrion.

El muchacho miró a su madre con el ceño fruncido.

No era que se había equivocado a propósito.

—Lo siento, señorita Leslie, al parecer mi hijo no es muy bueno en estas cosas. Tengo un segundo hijo, su nombre es Entei pero al parecer llegará tarde hoy.

La duquesa Salvatore sonrió ligeramente y miró a Leslie.

—¿Que tal nuestra comida? ¿Fue de tu agrado?

—Sí, fue realmente delicioso.

Cuando la niña habló sus ojos lilas brillaron de forma hermosa y sus mejillas se tornaron de un color rojizo.

—Nunca antes había tenido una comida tan deliciosa. Era como comer en el cielo.

Luego, cuando cerró los ojos ligeramente y sonrió, los sirvientes de la  mansión dieron pequeñas respiraciones porque no podían evitar sonreír ante la ternura que provocaba la niña. Incluso el chef de la cocina no pudo evitar gemir mientras lloraba de felicidad y ponía su mano en su pecho lleno de orgullo.

Hace 16 años, fue reconocido como una persona muy talentosa por la familia imperial, luego pasó a trabajar como un simple chef regular para la duquesa Salvatore y no pasaba un día en el que se sintiera decepcionado.

No importa cuán caros y buenos fueron los ingredientes, nadie podía decir que era delicioso. Más bien, la familia imperial le dio una mejor respuesta.

De alguna manera, había estado tratando desesperadamente de escuchar algún buen comentario de parte de su empleador, pero nunca llegó a escuchar tales palabras. Pero la respuesta de Leslie fue más que suficiente para él.

“Sí, estuvo delicioso.”

Guardería esas palabras en el fondo de su corazón.

El chef se sentó en el suelo con total felicidad, porque finalmente había obtenido su recompensa.

Los otros sirvientes que trabajan en la cocina lo miraron con total alegría, ahora cocinar sería más divertido para ellos.

Leslie, quien ni siquiera sabía la felicidad que había traído a los sirvientes, miró por la ventana del salón y se dio cuenta que ya era tarde, la duquesa habló.

—Señorita Leslie, ya es muy tarde ¿no la estaría buscando el marqués?

La duquesa con su dedo señaló en dirección a la ventana. La luna y las estrellas se mostraban a plena vista e iluminaban el cielo.

Leslie parpadeó mientras miraba hacia la luna. Pensando en ello, era lógico que anocheciera, cuándo entró en la mansión ya era de tarde.

Es la primera vez que veo pasar el tiempo tan rápido.

Incluso cuando pasaba mi tiempo aprendiendo lo poco que me enseñaban, cuando me regañaban, y me dejaban encerrada sola en mi habitación y no veía a nadie en todo el día, para mí el tiempo parecía fluir lentamente. 

Así que la niña no había entendido cómo, aquella vez, Eli se había lamentado, diciendo cuando regresó de un recorrido por la tienda de ropa Eligidress: “Oh, el tiempo pasa tan rápido. Es una lástima.”

No había podido entenderlo entenderlo.

Pero hoy, sí.

—Señorita Leslie, si lo desea, puedo prestarle un carruaje.

Leslie sacudió la cabeza ante las palabras de la duquesa Salvatore.

—No, le dije al cochero que les dijera que estaría rezando toda la noche en el templo. Así que no hay nada de qué preocuparse.

—Eso es genial, señorita Leslie. Entonces, ¿por qué  no se queda en nuestra casa esta noche? No acostumbramos tener huéspedes pero siempre disponemos de habitaciones limpias.

A la niña le pareció genial la oferta de la duquesa Salvatore, no quería pasar ni una noche más viviendo con los Sperados.

—El marqués puede ser molesto, lo mejor sería dejarlo de lado… Es un hombre terrible.

A primera vista, la duquesa estaba preocupada por Leslie, y no le importaba mucho la opinión del marqués.

Para ella siempre fue divertido ver al marqués cuándo las cosas no salían como quería.

Ahora que tenía una oportunidad, no podría desaprovechar de ver su cabeza estallar en el futuro.

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