El Perezoso maestro espadachín – Capítulo 20: Viaje a la capital (1)

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


— ¿Ustedes dos empacaron todo lo que necesitan?

—Sí, parece que sí.

El dúo de madre e hijo, está de pie en la puerta de la mansión, vistiendo ropa adecuada para viajar.

Eran Riley e Iris.

—Pero… ¿Sera y yo realmente seremos suficientes?

—Eso es correcto. En mi opinión, deseo que…dos más nos sigan.

—Empecemos, ustedes dos serán más que suficientes.

Parece que le resultaba difícil permanecer debajo del sol durante demasiado tiempo, por lo que Riley dio sus primeros pasos hacia el carruaje.

Ian suspiró al suelo, mientras veía a Riley abrirse camino en el carruaje.

—La capital…capital…quiero decir, es bueno que te vayas. Pero, por qué debes actuar así…

—Señor Ian, por favor —Sera le dio a Ian una mueca de desprecio, mientras lo golpeaba con el codo, luego, inclinó la cabeza.

El conde había acudido personalmente a las puertas para despedirlos.

— ¿Han terminado sus preparativos?

— ¡Sí!

Iris respondió, antes de que Ian y Sera pudieran hacerlo.

—Hm, no había necesidad de que tú también fueras.

Como si no estuviera satisfecho, la cara de Stein se desmoronó, cuando miró a Iris y al carruaje.

Parece que Riley estaba durmiendo dentro del carruaje, ya que no podía verlo.

—Esa era la condición ¿verdad?

Al contrario de lo que Stein había querido. Incapaz de ocultar su sonrisa, Iris comenzó a consolar a su esposo para que no estuviera deprimido.

—Son mis primeras vacaciones con mi hijo, así que, por favor, no rompas el estado de ánimo con tus celos.

— ¿Quién está celoso…?

—Estás celoso. ¿No es así?

El conde resopló con los brazos cruzados.

—Ya que vas con él, asegúrate de que Riley, realmente, compita…

—Stein.

Iris entrecerró los ojos y llamó el nombre de Stein.

Stein, no había terminado de hablar y se estremeció cuando la miro a los ojos. Para una mujer, que nunca había practicado esgrima, tener tal presencia, no era justo.

—No lo obligare a hacerlo. Son vacaciones. Solo vamos a hacer turismo. Como dije antes, ¿no era esa la condición?

La condición para que Riley se fuera a la capital; no era para que compitiera, sino para que viera el torneo.

Gracias a la negociación de Iris, Riley podía ver el mundo entero, llevar a su madre de vacaciones y abandonar la mansión.

Significa, que no necesita pelear con la espada.

—Bueno, se lo sugeriré.

Iris se echó a reír, mientras subía al carruaje. Todos los sirvientes detrás de Stein comenzaron a inclinarse simultáneamente.

Era hora de irse.

—Entonces, Ian. Sera.

—Sí —dijeron los dos al mismo tiempo.

—Les dejo su seguridad a ustedes.

Cuando Iris se subió al carruaje, Stein llamó al mayordomo, Ian, y a la sirvienta, Sera, que estaban esperando.

Ian y Sera se inclinaron y respondieron al mismo tiempo.

—Sí, incluso a costa de mi vida.

—Sí, incluso si me cuesta la vida.

Esa fue la determinación de los sirvientes, proteger a sus amos. Llenos de lealtad, los dos respondieron sin dudarlo y desenvainaron sus espadas ligeramente, hacia Stein, luego, comenzaron a mover el equipaje.

Aunque era un viaje familiar de un conde a la capital, el equipaje era bastante ligero.

—Entonces, nos despedimos.

Parece que decidieron turnarse para guiar a los caballos, con Ian en el asiento del conductor y Sera dentro del carruaje.

Con el chasquido del látigo, los dos caballos comenzaron a moverse.

♦ ♦ ♦

El carruaje, que se dirigía a la capital tenía un diseño simple. La temporada actual no era verano, ni invierno, sino primavera, es un carruaje hecho solo para la primavera.

Fue diseñado para que los pasajeros puedan sentir la brisa de primavera, mientras viajan.

—Ha pasado un tiempo desde que visité Solia, estoy emocionada.

— ¿Solia? —Preguntó Riley.

—Ah, olvidé decírtelo. Solia es el nombre de la capital. La capital tiene un nombre, y se llama Solia, algo así como Iffa para el pueblo de Iffa.

— ¿Oh? No estaba al tanto. Pensé que solo se llamaba la capital.

—Bueno, es de esperar, ya que, abandonaste el condado en muy pocas ocasiones. Será mejor que te acostumbres pronto. Cuando lleguemos, escucharás mucho más Solia que la capital.

Sera comenzó a explicar Solia con una sonrisa brillante, mientras Iris recordaba algo. Habían pasado veinte minutos desde que partieron de la mansión.

Riley, que había estado mirando por la ventana con la barbilla apoyada en su mano, miró a Sera. Parece que su historia sobre la capital sonaba mucho más interesante que la vista del pueblo de Iffa desde la ventana.

Sera estaba sonriendo de emoción.

—Todos están muy animados y hay muchas cosas que ver. Esta es la primera vez que ustedes dos visitan Solia, ¿verdad?

Cuando Sera aplaudió con la pregunta, Riley respondió.

—Así es.

—Entonces, deberías esperarlo. Solia es un muy buen lugar. Puedo afirmar que será un recuerdo maravilloso. ¡Con tu permiso, permíteme actuar como tu guía!

Riley aceptó el favor de Sera con una sonrisa, luego, hizo su primera pregunta.

—La capital…no, Solia debe estar llena de gente, ¿verdad? No soy bueno caminando entre multitudes.

—Hm, es cierto que la plaza central está llena de gente. Es una intersección de cuatro vías que divide la capital en cuatro distritos, y es el mejor lugar para escuchar los chismes más recientes del castillo. Aparte de eso, deberías estar bien, el Joven Maestro debe ser capaz de manejarlo.

—Cuatro distritos…

La capital…el destino actual para el grupo de cuatro, Solia, es tan grande que se divide en cuatro distritos norte, oeste, este y sur, en aras de la organización…

Los distritos oeste, este y sur, son el lugar donde vive la mayoría de los plebeyos y comerciantes.

Una imagen de un círculo que se dividió en cuatro partes iguales. Él recuerda haber visto el mapa que tenía el área superior, denominada como ‘el Palacio’.

—Entonces, ¿dónde vivías, Sera?

Entre el equipaje que trajeron, también había un mapa de Solia, e Iris se lo entregó junto con su pregunta.

Mientras miraba el mapa que Iris le entregó, señaló con el dedo con una sonrisa.

Estaba señalando el “distrito oeste”.

—Aquí, en Solia oeste.

— ¿Dejaste Solia?

—Se denominó como tal para facilitar la organización. Donde señalé se llama Solía ​oeste.

El dedo de Sera se deslizó hacia la izquierda y luego hacia abajo, y hacia abajo de nuevo a la izquierda.

—Esto se llama Solia sur. Y esto es Solia este. ¡Ah! La parte norte es una excepción. Simplemente, lo llamamos el Castillo de Solia. Ahí es donde se lleva a cabo nuestro objetivo, el torneo.

—Impresionante, ¿entonces, es muy grande?

— ¡Es una ciudad, sin mencionar la capital! ¡Una ciudad importante que posee el palacio! No se puede comparar con nuestra mansión o el pueblo de Iffa.

Cuando Sera le dedicó una sonrisa tortuosa para aumentar su anticipación, Ian, que conducía el carruaje, miró detrás de él y se unió a la conversación.

—He estado en la capital varias veces. No solo hay cosas que ver, sino también deliciosa comida.

— ¡¿De verdad?!

Las mejillas de Iris se pusieron rojas de anticipación.

—Hmm…

A diferencia de su madre.

—En realidad, con respecto a ese sueño del que me hablaste antes, Joven Maestro.

— ¿Hm?

El carruaje fue conducido sobre un bulto con un ruido sordo. Parece que la rueda había pasado sobre una piedra grande, pero no afectó su viaje.

Pero, fue suficiente para cambiar la cara de Riley.

—Entre los bocadillos en Solia, hay algo similar a lo que me has dicho…en tu sueño.

— ¿Algo parecido?

Ian, que guiaba a los caballos de manera experta, miró a su alrededor y luego movió los ojos hacia atrás.

—Sí, eso que dijiste… ¿cómo era? Ah bebidas carbonatadas, ¿verdad?

—Cuando lo bebes, puedes sentir las burbujas estallar en tu garganta. Siempre hablaste de que es dulce, frío, impactante, y cuando lo bebes con hielo…casi puedes sentir que vas al cielo.

Popsi, Nineup, Cocaloca.

—Sí, sí, ¿qué pasa con eso?

Cuando Riley recordó los tres refrescos, preguntó con gran ánimo.

¿Por qué estoy sudando tanto, aunque no sea verano?

—Dijiste que era un sueño, así que no estoy seguro de si es lo mismo que me dijiste, pero…hay algo así. ¿Supongo que lo llamarías una cerveza dulce que no te emborracha? No, era más como una bebida que parece estallar en tu garganta. El color era…negro…

Riley se levantó rápidamente y presionó su rostro hacia el asiento del conductor.

— ¿Riley?

— ¿Joven, joven Maestro?

Iris y Sera se estremecieron de sorpresa.

— ¿Hay coca? … ¿Aquí?

Las mandíbulas de Riley cayeron. Ahora mismo.

La idea de querer beberlo en este momento era tan fuerte que casi tenía síntomas de abstinencia.


Kiara
Popsi, cocaloca, nineup, esa forma de evadir el copyright si que se puede ver.

4 respuestas a “El Perezoso maestro espadachín – Capítulo 20: Viaje a la capital (1)”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido