Emperatriz del Bisturí – Capítulo 10

Traducido por Maru

Editado por Nemoné


—Bueno, lo que dices no está mal. Para ser honesto, este Emperador aprecia a nuestra dama, pero en un rincón de mi corazón temo que no puedas cumplir con tus obligaciones reales. Me ha preocupado eso por un momento.

Inesperadamente, parecía no tener ninguna mala voluntad hacia ella, más bien, sentía el calor que emanaba de él.

Elise inclinó su cabeza una vez más.

—Lo que dice es correcto. Me falta mucho para poder convertirme en Princesa Heredera.

Se sintió tan aliviada de que el Emperador tuviera la misma opinión que ella… Desafortunadamente, pronto descubrió que no era así. En su lugar, dijo algo inesperado.

—Sin embargo, después de ver cómo actuaste hoy, todas mis preocupaciones desaparecieron.

— ¿Qué?

—En este momento, si vemos tu comportamiento de hoy, parece que podrías hacer tus deberes reales extremadamente bien.

—…

— ¡Hoy me conmovió mucho tu temperamento, ya que pudiste reprimir tus propios deseos personales de convertirte en Emperatriz y has buscado en tu corazón todo defecto personal! —Continuó, satisfecho—. La auto-introspección no es una tarea fácil de hacer. ¡Eres digna de elogio! ¡Admirable, por cierto!

La cara de Elise se sonrojó del color de la remolacha. ¡Esta conversación fluía de forma extraña!

—E-Eso no es cierto. De verdad me falta mucho para convertirme en Emperatriz. Solo pienso en mí y en mi terrible personalidad…

Hizo todo lo posible para pensar en todas sus cualidades negativas, pero el Emperador cortó sus palabras.

—Para. Entiendo completamente lo que estás tratando de decir.

—Su Majestad…

— ¿Qué edad tienes ahora?

—Dieciséis…

El Emperador volvió su vista a su jardín de rosas.

Rosas de todos los colores pasaban por la última parte de su ciclo de vida actual. Entonces, florecerían magníficamente.

—Dieciséis es una edad tan frágil y joven, como esta rosa.

Mientras hablaba, miraba una rosa que estaba a punto de abrirse. El brote tenía un color carmesí profundo. Cuando finalmente floreciera, definitivamente será hermosa.

—Sé por lo que estás preocupada. Ahora que te convertirás en la Princesa Heredera, te sentirás agobiada por las responsabilidades que conllevan el título. Pero, ¿a quién no le falta en el mundo? Lo que es verdaderamente importante es cómo y qué. Lo vas a hacer ahora. Si siempre actúas como hoy, serás una princesa y, más tarde, Emperatriz.

—…

¡No! ¡No es cierto!

Se sentía tan frustrada que creyó que podría estallar en cualquier momento. No sabía lo que lo estaba cegando, pero él estaba emanando infinitas vibraciones de afecto a su manera.

¿Qué tengo que hacer? Necesito cancelar el compromiso hoy, no importa qué.

Si se retiraba ahora, no tenía idea de cuándo podría reunirse con el Emperador de nuevo.

¿Y si el compromiso se anuncia oficialmente? Entonces ya no sería algo que pudiera cancelarse, incluso si cambiara de opinión. ¿Qué debería decir? ¿Debo decir que no me gusta el Príncipe Heredero?

Se mordió el labio. Su cabeza daba vueltas mientras trataba de pensar en ideas para escapar de este desastre, cuando de repente, se le ocurrió una idea para romper el compromiso.

—Su Majestad, en realidad hay una razón más por la que quiero romper el compromiso.

— ¿Qué es?

Ella dudó por un momento. Estaba preocupada por cómo reaccionarían, pero se obligó a escupirla.

—Para ser honesta… Hay algo que quiero hacer.

— ¿El qué?

—Quiero ser médico.

Una vez más, un pesado silencio cayó sobre toda la zona.

No pudieron hacer un seguimiento de cuántas veces les sorprendió en silencio. Sin embargo, antes se quedaron en silencio por sorpresa y asombro. Esta vez, simplemente fueron tomados por sorpresa por lo absurdo de la situación.

—E-Elise… ¿Médico? —preguntó su padre entre tartamudeos.

Su tono parecía querer decir: “¿Qué clase de broma es esta?”

Pero Elise asintió con la cabeza.

—Sí, padre. Quiero ser médico.

— ¿Por qué de repente estás brotando con estas tonterías…?

Al Marqués Ed le dolía la cabeza de todas las continuas acciones espontáneas de Elise. Pensó que ella se había establecido, ¡pero ahora estaba causando grandes problemas justo delante del Emperador!

—Señorita Elise, ¿hablas en serio? ¿De verdad quieres ser médico?

—Sí, es cierto.

—No importa cuánto te aprecie, no permitiré mentiras.

El Emperador la miró directamente a los ojos. Parecía como si pudiera ver directamente su corazón. Elise aceptó su mirada sin inmutarse.

—Lo mencioné de repente, pero realmente quiero ser médico.

Reflexionó sobre su vida en la Tierra.

Un bisturí sangriento. Los signos vitales temblorosos. La felicidad de salvar una vida moribunda.

Cuando pensó en su pasado como médico, su corazón comenzó a latir más rápido.

Ella pudo haber entrado en el delicado y suave cuerpo de Elise, pero era una doctora hasta la médula.

Una vez más, en esta vida, quería sentir la tensión y la satisfacción que sólo puedes sentir cuando cambias la muerte por vida.

—Eh, eh… Esta conversación repentina de convertirse en médico de la nada… —El Emperador se rió con una carcajada cuando se dio cuenta que ella hablaba en serio—. Marqués, ¿sabías que tu hija tenía un sueño así?

—No tenía ni idea…

—Médico. Sí. Es bueno, es un trabajo significativo. Pero, señorita, ¿sabes de verdad lo que hace un médico?

—Sí. —Asintió con la cabeza.

¿Existía alguien en este Imperio que supiera más que ella lo que era ser médico?

—Es un trabajo mucho más duro de lo que crees.

—Lo sé, pero creo que eso lo hace mucho más significativo.

El Emperador dejó escapar un pequeño suspiro.

—No parece ser una broma. ¿Es por eso que lees tantos libros de medicina? ¿Es porque querías ser médico? —El Emperador recordó bien lo que ella dijo en su anterior conversación—. ¿Crees que la hija mimada y protegida de un marqués puede ser médico?

—Lo siento, pero… no hay ninguna ley que prohíba que una mujer se convierta en médico. De hecho, ya existe un precedente de un caso en el que una dama de la Casa del Vizconde Lione se convirtió en una.

Entonces, Elise se dio cuenta de lo que realmente quiso decir el Emperador.

El campo médico era un ámbito profesional al igual que la alquimia, el derecho y el campo ejecutivo, que era una de las profesiones más respetadas del Imperio. Por lo tanto, al igual que en la Tierra moderna, era un campo muy respetado y hay una feroz competencia si se quiere avanzar.

No siempre fue un trabajo respetable, pero en los últimos cien años, el concepto de medicina se generalizó y la percepción del pueblo cambió radicalmente. El Imperio también llegó a respetar los campos médicos.

Por lo tanto, incluso entre los nobles, muchos querían convertirse en médicos. Entonces, si querías ser uno, tenías que pertenecer a la clase burguesa o, como mínimo, ser un ciudadano muy rico.

Probablemente me esté preguntando si creo que puedo pelear con ellos y derrotar a la competencia para convertirme en un verdadero médico.

El Emperador siguió hablando.

—Para ser reconocido como médico del Imperio, debes pasar la prueba del Consejo Médico. No importa cuán noble sea tu rango, no puedes recibir ningún trato especial durante la prueba.

Parecía estar preguntando si podía hacerlo, pero Elise asintió sin preocuparse.

—Puedo hacerlo.

El Emperador tocó la mesa sin decir palabra por un tiempo. Era un hábito cuando estaba preocupado.

—Esto es problemático. Ya decidimos que fueras la esposa de Linden. Pensar que dirías de la nada que quieres ser médico, y sin embargo, parece que no estás bromeando… Esto es un problema.

Elise no tenía nada que decir, así que asintió con la cabeza.

— ¿Por qué la señorita de repente quiere ser médico?

En sus palabras, ella recordó su lejano pasado. La razón por la que quería ser doctora era simple.

—Quiero intentar salvar la vida de la gente.

La primera razón era porque ella había vivido una vida sin sentido,  por lo que quería vivir una significativa. Por eso eligió el trabajo de salvar vidas.

Sin embargo, después de convertirse en médico, se adentró en su trabajo. Terminó siendo una adicta a él.

—Ah… Pensar que quieres salvar vidas…

El Emperador se veía como si se hubiera quedado sin palabras después de escuchar su respuesta.

—Lo siento mucho, Su Majestad…

— ¿Por qué lo sientes? Es un trabajo excelente y digno. —Rió con una sonrisa hueca.

Si alguna otra hija de una casa noble dijera eso, lo encontraría admirable y la miraría con alabanza. Pero… Pensar que esto era con la hija de la Casa Clarence… Se suponía que ella se casaría con el Príncipe Heredero.

Finalmente, el Emperador habló como tal.

—Señorita.

—Sí, Su Majestad.

—Entiendes que si te ordenamos casarte con el Príncipe Heredero debes obedecer, aunque no quieras.

—Sí, Su Majestad…

—Sin embargo, no deseo obligarte a hacer algo que no te guste. ¿Sabes por qué?

Elise sospechó la respuesta, pero no respondió.

—Realmente te aprecio como mi propia sobrina. Es por ello que quiero saludarte como parte de mi familia y no obligarte a hacer algo que no quieras.

Ella sintió una opresión en el pecho ante esas palabras cálidas. Él era así también en su vida anterior.

El Emperador siempre miró a su yo perdedor con un afecto infinito como si fuera de su familia biológica, no, como si fuera su verdadera hija.

—Por lo tanto, hagamos esto.

— ¿Eh?

—Hagamos una apuesta.

— ¿Apuesta?

—Puede que sea un poco injusto para ti, señorita.

El Emperador se rió alegremente mientras Elise parecía conmocionada.

Luego dijo algo completamente inesperado.

No fue solo “un poco injusto” en absoluto.


Capítulo 11 ya disponible en la revista. Busquen la edición 20 y ¡woalá!

8 respuestas a “Emperatriz del Bisturí – Capítulo 10”

  1. Disculpen la ignorancia de la pregunta q voy hacer ….. please! Me pasarian el link de la revista para leer el siguiente cap. Gracias, arigato, thank :”)

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