La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 24: El secreto del reloj de arena (3)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Pero no ahora.

Ella era diferente del pasado, cuando había vivido en una lucha constante. No podía hacer lo mismo ahora que era consciente de su posición y de sí misma y se había dado cuenta de las consecuencias de cada movimiento. No, ella no haría lo mismo. Además, no podía permitirse dedicar su tiempo a una fiesta de cumpleaños tan pequeña.

Si uso lo que sé para construir riqueza y poder, algún día tendré una gran fiesta, incluso si no quiero.

Era un futuro que se lograría si ella avanzaba así.

La expresión de Jessie se oscureció ante la resuelta respuesta de Aria. Parecía pensar que su maestra debería mantener la apariencia pública. Los actos no estaban muy lejos porque ya se había puesto en contacto con la banda y los artistas, por lo que si los llamaba ese día, vendrían de inmediato.

—Si cambia de opinión, avíseme. Nos prepararemos rápidamente —agregó al final.

Era por si acaso. Recientemente, Aria había estado callada y cambiada, pero más que nada, siempre había sido voluble. No sería extraño que gritara que quería que Jessie llamara al mago y a los artistas en su cumpleaños.

Poco después del cumpleaños de Aria, llegaría el cumpleaños de Mielle. Como siempre, Mielle había invitado a varios conocidos de renombre y celebraría una fiesta decente y grandiosa, por lo que si preparaba una fiesta sencilla para Aria, un rayo caería sobre ella más tarde.

—No sucederá, pero bueno, gracias. Les enviaste las invitaciones, ¿no?

—Sí, se los envié a todas las personas que mencionó y recibí respuestas de inmediato.

Eran solo las pocas señoritas que había conocido a través de Sarah, pero las invitó porque tenía que hacer algo.

Afortunadamente, después de recibir la invitación de cumpleaños de su nueva amiga, todos felizmente enviaron una respuesta positiva.

—¿Es este el fin de lo que querías decir?

—Sí, señorita.

—Está bien, entonces vete.

La vanidad y la pretensión a la que Aria se había dedicado se habían alejado de su vida porque no había ayudado en absoluto a salvarla.

Jessie se fue y Aria se concentró en leer de nuevo.

♦ ♦ ♦

Aria recibió un regalo cuando su cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina. Se quedó perpleja y le preguntó al remitente porque todavía era joven, por lo que no había conocido a nadie que pudiera haberle enviado un regalo.

El mayordomo respondió, manteniendo su comportamiento suave hacia ella.

—El conde lo envió.

—¡¿Mi padre me lo envió?!

—Sí. ¿Lo cojo?

—¡Por favor!

El conde tenía que estar ocupado preparándose para su negocio en el norte, entonces, ¿por qué enviaría un regalo?

Algún tiempo después del sonido de un golpe en la puerta, Aria les dio permiso para entrar, y un criado con un cuerpo enorme entró en su habitación con el mayordomo. El criado llevaba el regalo del conde, al que se había referido el mayordomo. Era una caja lo suficientemente grande como para alcanzar su cintura. Aria se sorprendió al ver la caja colocada en el centro de la habitación.

—¿Mi padre envió esto?

—Sí, así es.

En el interior, había algunos abrigos forrados de piel, algunos vestidos lujosos, lindos adornos que las niñas de su edad podían usar y un lujoso decorado con joyas.

El oso de peluche con una gran joya en los ojos, la nariz y las orejas no era un artículo normal ni siquiera a simple vista. La carta escrita a mano contenía un mensaje que decía que lamentaba no poder estar con ella, que la felicitaba por su cumpleaños y que volvería pronto.

Creo que las cosas han funcionado mucho mejor de lo que pensaba. No puedo creer que él mismo haya escrito una carta y me haya enviado un regalo.

En el pasado, ese nunca había sido el caso. Acababa de darle dinero para una fiesta de cumpleaños, por lo tanto no esperaba mucho, pero su negocio parecía ir bien ahora.

No muchos lugares producían pieles. Era producido solo en el norte. Sería fácil monopolizarlo una vez que obtuviera las cuentas correctas. Sería difícil romper un acuerdo a mitad de camino contra un noble, por lo que ahora, el conde acumularía una riqueza masiva del pelaje monopolizado.

Cambiaste de opinión tanto con solo una pieza de información. ¿No es muy fácil, padre?

Bueno, por eso se había enamorado de su hermosa madre. Deseó poder quitarle el asiento a Mielle con la misma facilidad.

Aria, sonriendo por las decenas de miles de pensamientos de dañar a Mielle, parecía ser una niña que estaba encantada de recibir el regalo de su padre.

♦ ♦ ♦

Tenía una clase con Sarah por la tarde. Era la última clase antes de su cumpleaños, que sería pronto.

Aria iba a pedirle un favor en la clase de ese día, lo que uniría la estrecha conexión entre ellas.

Mientras la esperaba, se dedicó a leer. Pasó el tiempo y oyó el sonido del carruaje fuera de la ventana. Podría ser alguien de visita, así que cuando miró hacia afuera, vio que el carruaje se había detenido cerca de la mansión.

Cuando Aria abrió la ventana y asomó la cabeza, pudo ver que Sarah estaba de buen humor ese día. Aria agitó su mano y la recibió en voz alta y con entusiasmo. Como siempre había sido, Sarah levantó la cabeza y se volvió hacia la habitación de Aria, y las dos compartieron la alegría de su reunión con una sonrisa.

—¡Sarah!

—Señorita Aria.

Al principio, ella había fingido ser una niña inocente con la idea de mostrarse de esa manera, pero recientemente asistía a clase mostrando la mitad de su verdadero yo.

Sarah era la única que ciertamente podía ayudarla en este momento, y de alguna manera estaba a gusto con ella.

En el pasado, había sido regañada miles de veces por correr en la mansión, pero no después de su regreso al pasado. La única respuesta que recibió ahora era que debía estar muy feliz para actuar de esa manera.

Eso era porque todos sabían que ella había cambiado. Sabían que actuaba con gracia como una mariposa todos los días. Aunque estaba actuando de la misma manera que en el pasado, sus reacciones variaron ampliamente dependiendo de su comportamiento habitual. Además, ya estaba claro que Aria era particularmente aficionada a Sarah.

No había nadie para ayudarla, y Sarah solo era una humilde maestra de etiqueta, pero Aria la seguía meticulosamente. Eso la hacía parecer una niña inocente, una que no preguntaba nada, simplemente miraba a las personas por lo que eran. Sin embargo, ninguno de ellos sabía lo calculadora que era.

—¡Profesora!

Cuando llegó al primer piso, Aria corrió hacia ella y la abrazó por la cintura.

—Deberías haberte quedado en tu habitación ya que voy a subir de todos modos.

Aunque respondió fríamente, sus brazos abrazaron suavemente a Aria, quien sintió afecto por las manos que le recorrían la espalda.

—Te vi, y sin siquiera darme cuenta…

—Bueno, ¿qué dije sobre el saludo? Tendré que entrenarte desde el principio otra vez.

Cuando Sarah le advirtió con una cara que no se veía dura en absoluto, Aria liberó sus manos de su cintura, agarró su propia falda e hizo una reverencia para saludarla con gracia. Sarah también saludó a Aria cortésmente.

—Tienes frío, ¿verdad? No nos demoremos aquí y subamos.

—Vamos a hacer eso.

Los dos subieron al tercer piso, tomadas de la mano. Tuvieron una conversación amistosa entre ellas antes de comenzar la clase, bebiendo té de romero caliente para calentar sus cuerpos fríos. El próximo cumpleaños de Aria era el tema principal de la conversación, y era lo que Aria esperaba.

—Entonces, pronto es el cumpleaños de Aria.

—Así es.

—¿Tienes algo especial que quieras?

Sarah ya habría preparado un regalo porque la fiesta era en unos días, pero parecía lista para ofrecerle a Aria lo que quisiera.

¿Cómo no puedo responderle cuando entró en la trampa con sus propios pies?

Al contrario de lo que tenía en mente, Aria murmuró y no respondió con facilidad. Cuando su respuesta se retrasó, Sarah dijo que algunas joyas o un vestido serían buenos.

—No, ya tengo vestidos y adornos. Esos son suficientes. Soy más un…

Aria se sonrojó y retorció su cuerpo. Parecía avergonzada de continuar.

¿Qué demonios quiere?

Aria, que había estado haciendo una breve pausa, respondió con una sonrisa tímida:

—Quiero un pañuelo bordado por la profesora.

—Oh, Dios mío…

¿Cómo podría ser tan pura?

Era solo un pañuelo, y ella siempre podía regalarlo. Si dijera que pararan la clase de hoy y bordaran, habría podido hacer algo.

Los ojos de Aria brillaron como si estuviera siendo sincera. Sarah se conmovió y, sin saberlo, acarició la cabeza de Aria.

—¿De verdad crees que es suficiente? Es solo un pañuelo. Puedo ganar diez o cien y dártelos en cualquier momento.

—¡Sí! No sé si es demasiado pedir, pero… espero que hagas muchos bordados que sean un poco diferentes de lo que hemos estado haciendo. Debería haber muchos patrones diferentes.

—No es mucho. Te daré un pañuelo lleno de bordados que puedes estar segura de que tendrá todo mi entusiasmo y pasión, así que espera con ansias.

Al igual que Aria, los ojos de Sarah también brillaron. Verla apretando el puño era una vista muy confiable.

Sarah estaría ocupada más tarde porque haría su debut en la sociedad con el cambio del año. Se reuniría con el marqués Vincent pronto. Ahora era el momento adecuado para recibir un sincero regalo de ella. De todos modos iba a suceder, pero Aria agregó un pequeño consejo para que se viera mejor más tarde.

—¿Y por qué no haces otro para ti como el mío? Parece que tenemos un vínculo profundo, y que estamos cerca… ¡Oh! Lo siento si lo pensaba solo yo. Es que te quiero tanto… Solo espero que tú también lo pienses.

Debido al hermoso bordado en el pañuelo, el marqués Vincent se interesaría en Sarah, por lo que sería perfecto si llamaba la atención del marqués con el pañuelo que hacía juego con el de Aria.

Tal vez Sarah pensaría que era gracias a Aria que el marqués se enamoraría de ella, y que podría expresarle su gratitud de alguna manera. Sarah podría considerarla una benefactora de toda la vida, diciendo que gracias a que pidió un pañuelo, el marqués mostró interés en ella.

Estaba predestinado, pero no estaba mal agregar un poco de sabor.

—También quiero mucho a Aria. Quiero que seamos amigas de toda la vida.

La voz de Sarah estaba llena de sus sentimientos. Parecía que lloraría si Aria lanzara algunas palabras más. También tenía una expresión en su rostro que le decía a Aria que haría un gran pañuelo en unos pocos días.

Efectivamente, los ojos de Sarah estaban llenos de lágrimas. Ella todavía era joven y parecía ser sensible.

Ah, a Sarah le habían gustado los niños en el pasado.

La edad de Aria no era muy diferente a la de ella, pero parecía una niña porque era más pequeña que las de su edad, a pesar de que una enorme víbora se enroscaba dentro de su cuerpo.

—Espero tu debut social más que mi cumpleaños. ¡Es un evento único en la vida!

¡Un debut social único en la vida! Allí, las mujeres demuestran su valía y presumen para ganar un punto de apoyo. El mundo social es el lugar donde los rumores circulan más rápidamente, por lo que las mujeres influyentes naturalmente tienen el poder allí. Por supuesto, el centro de ese poder es la riqueza.

Por lo tanto, no importaba cuán importante fuera un debut social, no era algo que tuviera mucho que ver con Sarah actualmente. Era inútil tratar de llamar la atención sobre sí misma, que era una dama de una familia vizconde promedio.

Sarah estaba lejos de ser importante, aunque podría llamar la atención por un momento si se veía hermosa. Tal vez por eso tenía una pequeña sonrisa amarga en su rostro al mencionarlo.

—Bueno, realmente no espero mucho.

—¿Por qué?

—No creo que vaya a pasar nada especial.

Por su inflexión, parecía haberse rendido. Tal vez, ese no era el caso solo para ella, pero sus conocidos y miembros de su familia podrían no esperar mucho tampoco, excepto Aria, que conocía los eventos del futuro.

—No digas eso. ¡No puede ser! Estoy segura de que siento que algo bueno te está esperando —dijo Aria, tomando las manos de Sarah.

Todos irían a encontrarse con un hombre, como con su madre, la condesa. Sarah tenía una buena vida, pero sin duda era algo bueno que su vida mejorara un poco.

—Me alegra que hayas dicho eso. Gracias.

Sarah podría pensar que era una charla infantil de alguien que aún no conocía el mundo, por lo que Aria pensó que sería mejor detenerse en este punto. No funcionaría incluso si ella exagerara sus declaraciones de todos modos, así que cambió el tema.

—Entonces, ¿qué quieres hacer primero cuando seas grande?

—Enseñar a los niños —dijo Sarah con una sonrisa ante la pregunta de ARia.

—¿Sarah quiere ser maestra? ¿Como ahora?

—Sí, así es. Gracias a Aria.

—¿Gracias a mí?

Aria ladeó la cabeza ante la misteriosa respuesta.

—Sí, estas clases con Aria han sido un sueño. Cuando sea adulta, quiero ser una maestra que enseñe a niños lindos y encantadores como Aria.

Sarah se sonrojó al responder y Aria estaba tan sorprendida que no pudo mantener la boca cerrada. Ella no había esperado que eso sucediera. A Sarah parecía gustarle más de lo que había pensado. Fue todo lo que Aria pudo pensar cuando escuchó los planes de Sarah para el futuro.

¿Cómo no puedo usar a Sarah así? ¿No es eso un insulto a Dios?

Sin una forma de evitarlo, Sarah suplicó a la serpiente que abriera la boca y la mordiera.

—¡Entonces, quiero ayudarte! Enseñemos a los niños juntas más tarde. ¡Estudiaré mucho y seré la mejor maestra!

—Eso es bueno.

A pesar del clima frío, las dos, que se habían apegado a la cálida atmósfera, comenzaron la clase después de varias conversaciones más sin importancia. Como siempre, revisó lo que ya había aprendido y recibió una gran cantidad de elogios de Sarah, pero la clase fue mucho más informativa y agradable que aprender cosas nuevas.

—De hecho, es un secreto, pero… espero con ansias el debut de la señorita Aria, no el mío.

—¿Por qué?

—Eres tan encantadora y hermosa que cuando debutes en la sociedad, pronto hipnotizarás a todos.

Ante las sinceras palabras de Sarah, Aria sonrió inocentemente y sostuvo su mano.

—¿De verdad?

—Por supuesto, estoy segura de eso.

—Estoy tan emocionada de solo pensarlo. ¿Te vas a quedar conmigo?

—Por supuesto.

Aparte de la familia del duque, que había heredado la sangre de la familia real, si la marquesa, que era el pináculo del poder, la ayudara a debutar en la sociedad, nadie podría ignorarla como antes.

Aria, que ocultó sus insidiosos pensamientos más íntimos, siguió siendo una niña encantadora para Sarah.

♦ ♦ ♦

¿Por qué no viene Oscar? Le había dicho que me visitara hoy en la carta. ¿Es posible que haya escrito la fecha incorrectamente?

Aria estaba preocupada de que él no viniera a pesar de que aún quedaba mucho día. Existía la posibilidad de que no pudiera venir porque estaba ocupado durante el semestre.

No, si era así, probablemente habría recibido una respuesta, pero al ver que no había noticias, eso significaba que él vendría.

¿Cuándo vendrá?

Una señorita que estaba de visita para celebrar el cumpleaños de Aria la saludó con cuidado, ya que parecía que su ansiedad comenzaba a mostrarse en su rostro.

—¿Estás enferma, señorita Aria?

—No.

Cuando la joven dijo eso, los ojos de otras jóvenes sentadas alrededor de la mesa, que no eran muy grandes, se sintieron atraídas por Aria. Ahora, las preocupaciones iban dirigidas hacia ella, quien fingió no estar mal y sonrió brillantemente, negándolo nuevamente.

—Estoy realmente bien. Simplemente no podía dormir porque estaba tan emocionada por hoy. Era la primera vez que invitaba a la gente.

—Oh, ya veo.

—Entiendo.

Solo entonces, volvió el estado de ánimo. Las señoritas en el jardín interior sonrieron suavemente a la melodía tranquila. Todas celebraron el cumpleaños de Aria con una copa de champán sin alcohol.

Me alegro de que haya una banda.

Aria había sido reacia a aceptar la solicitud de Jessie de una banda justo antes de su cumpleaños. Sin ella, sin embargo, habría sido una pequeña y miserable fiesta de cumpleaños. Entonces, Aria decidió darle a Jessie algo como regalo.

—Abramos los regalos primero.

—Vamos a hacer eso.

Aria desenvolvió los paquetes con una expresión emocionada a pesar de que no esperaba mucho de los regalos que venían en tamaños pequeños.

—¡Guau! ¡Esa es una horquilla linda!

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