La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 31: El pobre corderito cae en manos de una mujer malvada (4)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Aria, que no estaba avergonzada por el resplandor de los ojos que la rodeaban, se rio tranquilamente y se levantó de su asiento para acercarse a ellos, que todavía eran jóvenes.

—Ha pasado mucho tiempo, Caín, mi hermano y… señor Oscar.

Su reverencia fue tan gentil y elegante que una vez más las palabras fueron bloqueadas de la mente de los hombres. Cuando vio la cara de Mielle palidecer junto a ellos, Aria luchó para resistir el impulso de ridiculizarla.

—Bueno, ¿cometí un error…?

Cuando Aria preguntó eso a aquellos que no habían respondido a pesar de que ella había dicho hola, Oscar, quien volvió en sí, finalmente respondió. Caín todavía parecía incapaz de adaptarse al cambio de apariencia de Aria.

—Perdóname por mi grosería. No te he visto en mucho tiempo.

—¿Perdón? No digas una palabra así.

Oscar giró los ojos directamente después de saludar. Al darse cuenta de que su visión volvía lentamente hacia ella, Aria se dio cuenta de que no era porque no quería verla o porque la odiaba porque no había respondido.

No podía evitarlo porque los ojos de la gente cayeron sobre ella de forma natural. Aria expresó sus sentimientos con una nueva sonrisa cuando sintió que había arruinado el cumpleaños de Mielle a pesar de que no había actuado según lo planeado.

—¿Estás enfermo, hermano?

Caín seguía mirando en silencio a la cambiada Aria. Incluso después de que ella lo señaló dos veces, no pensó en corregir su comportamiento, y solo la miró con más atención.

—¿Hermano?

Fue solo entonces que Caín respondió con un parpadeo rápido. Pero en lugar de saludar a su hermanastra, con quien se estaba reuniendo después de mucho tiempo, se volvió para mirar hacia el otro lado.

—No —respondió brevemente.

Aria sonrió torpemente ante esto.

¿No es como un niño? Cuando se trata de la edad de una mujer, ahora es un adulto, ¿por qué vuelve la cara, demasiado asustado para dar una respuesta adecuada?

En el pasado, ella le tenía miedo. Se rindió y dejó que él le quitara la vida… Pensando en eso incluso ahora, no era divertido.

Solo la melodía que provenía de los instrumentos de cuerda llenaba el tranquilo salón, por lo que Aria bajó la mirada. Inclinó las cejas con tristeza y se mordió los labios rosados. Ahora no era el momento de insultar a Mielle. Había un hombre allí que le daría mayor tormento que un simple insulto.

—Oh, no creo que este lugar sea para mí… Entonces, subiré.

Aria, con su expresión miserable y hombros encorvados, parecía muy lamentable.

Oscar, que olvidó cuándo y dónde estaba, se acercó a ella. Sin embargo, su mano regresó rápidamente a su lugar después de que ella se inclinó rápidamente y desapareció. En el pasillo por el que Aria se había ido, Caín, Oscar y Mielle permanecieron en silencio, con diferentes emociones arremolinándose dentro de ellos.

♦ ♦ ♦

Aria no volvió a su habitación. Su destino era el jardín interior en el segundo piso. El lugar estaba abierto a los invitados, por lo que estaba completamente decorado, pero no había nadie porque el centro de la fiesta de hoy, Mielle, no salió del primer piso.

Disfrutó los refrescos que Jessie trajo con el reloj de arena en la mesa, preguntándose si Oscar aparecería allí o no. A juzgar por su larga experiencia de haber jugado con hombres en las palmas de sus manos, los ojos y la disposición de Oscar evidenciaron sus buenos sentimientos hacia ella.

Ni siquiera sabía cuál era su corazón debido a su carácter brusco, pero ella podía decirlo porque sus ojos y actitud eran diferentes. Tal vez, estaba atormentado por su constante balanceo en presencia de Mielle.

Entonces, ¿por eso vino a la fiesta de cumpleaños? ¿Quería calmar un poco su culpabilidad? Él es lindo.

El té verde todavía era dulce sin ningún terrón de azúcar. Aria, que disfrutaba de la dulzura con su lengua rojiza, alivió su postura y se recostó en el sofá. El proceso de convertir a alguien que no le gustaba en suyo era muy agradable y emocionante.

¿Piensa en mi cara todas las noches? Por eso no podía responder a su carta. Podría haber sufrido de una conciencia culpable. Lo que Oscar acababa de mostrar de sí mismo hizo que Aria pensara eso.

Cualquiera que fuera la razón, era bueno. La relación entre Oscar y Mielle iría mal si continuaba así. No era suficiente para crear un rumor sobre su relación rota todavía, pero ella sería un obstáculo. De esa manera, Mielle probaría la desesperación bocado a bocado, hasta que su vida se perdiera.

Jessie, que la estaba atendiendo, también sonrió alegremente cuando Aria se echó a reír. Eso era porque su maestro se había visto muy infeliz en la fiesta, pero había logrado recuperar su sonrisa. Por supuesto, Jessie estaba confundida por el repentino cambio de humor, pero todo lo bueno era bueno. Ella solo era feliz cuando su maestro lo fuera.

Aria esperó a Oscar en el jardín sola durante mucho tiempo. Esperó hasta que el té se hubiera cambiado tres veces y los refrescos se hubieran humedecido. Como estaba aburrida, incluso le pidió a Jessie que le trajera un libro. Afortunadamente, él apareció cuando Aria había pasado algunas páginas.

—¿Te… estoy molestando?

—De ningún modo. Es un jardín abierto a todos.

Su expresión era complicada. Parecía estar lamentando algo, pero eso no cambió nada. Estaba en el jardín donde Aria se estaba divirtiendo. Oscar, sentado frente a ella, sacó algo de su manga.

—¿Qué es esto?

—Es una carta de respuesta. La traje porque pensé que nos encontraríamos hoy de todos modos.

Era la tan esperada carta de respuesta de Oscar. Ella no pensó que él la traería en persona, por lo que aceptó la carta sin poder ocultar su expresión. Estaba caliente porque se la había puesto dentro de la manga.

—Gracias…

No debería haber sido posible, pero estaba preocupada porque él no había respondido. Entonces, recibir la cálida carta la hizo sentir extraña.

Puede que solo se tratara de sucesos cotidianos, pero el hecho de que él hubiera ido allí para entregarlo en persona la hizo sentir extraña. Aria, quien parpadeó un par de veces para sacudirse sus confusos sentimientos, volvió a aplicarse su máscara.

—¿Disfrutaste la fiesta? —preguntó Aria.

—Bueno, no me gustó mucho.

—Oh, entiendo.

La fiesta no era un lugar agradable. Era más como un lugar para probar y hablar mal de los demás.

En el pasado había disfrutado y asistido a muchas fiestas, pero en lugar de las fiestas en sí, había disfrutado a las personas que la habían amado. Por supuesto, todo lo que habían amado había sido la apariencia de Aria.

—Sin conocidos, es aún más difícil —expresó Aria.

—Estoy de acuerdo. No tengo conocidos con quienes asistir a la fiesta.

—¿Sería la fiesta un lugar divertido para reunirse con gente?

—Bueno, personalmente, me parece mejor encontrarme con amigos en otros lugares —contestó Oscar

Debido al consenso entre ellos, los dos pudieron hablar sin ningún sentimiento de desaprobación. La expresión de arrepentimiento de Oscar se relajó un poco.

—Así es. Es más conveniente hablar ahora, en el jardín, que cuando nos encontramos en el primer piso, ¿verdad? —preguntó Aria.

—Podría decirse así —respondió a la pregunta después de detenerse un poco.

No era solo el lugar lo que hacía más fácil hablar con ella. Era porque Mielle no estaba allí. Se sintió culpable al hablar con Aria frente a Mielle.

¿Por qué? ¿Por qué?

Una breve oleada de agonía pasó por la mente de Oscar.

Si Aria fuera una simple conocida, un intercambio de cartas con ella como amiga no sería un problema para él, tanto si Mielle estaba presente como si no. Sin embargo, ¿por qué no podía ser honesto cuando Mielle estaba cerca? Ni siquiera podía decirle que estaba intercambiando cartas con Aria.

No odiaba el intercambio. Por el contrario, estaba un poco complacido con la carta de Aria, que le había transmitido su simple rutina diaria. Antes de quedarse dormido, incluso pensó en el rostro de Aria mientras ella escribía su carta con seriedad, a pesar de que nunca había pensado en Mielle de esa manera.

—¿Cuándo vas a volver? —preguntó la joven.

—Volveré por la noche.

—¿Vas a volver después de la cena?

No estaba planeando hacerlo. A diferencia de la última vez, esta vez había informado a la mansión del duque de su paradero, para que fuera a su casa y cenara allí.

Además, estaba allí para la fiesta de cumpleaños de un menor, por lo que todo terminaría antes del atardecer. Por lo tanto, no había necesidad de perder el tiempo hasta altas horas de la noche en esa mansión inconveniente. No había planeado hacer eso.

—Sí…

—¡Eso es genial! Ha pasado mucho tiempo desde que conocí a mi amigo, así que quería hablar contigo un poco más.

Pero no pudo responder como tenía pensado.

¿Por qué? ¿Por qué?

Tal vez era porque había mirado a los ojos de Aria, que había estado esperando un poco más. No quería decepcionarla a pesar de las molestias. Además, Oscar también quería tener un poco de tiempo para conversar con Aria.

—He estado sola últimamente porque he estado comiendo en el comedor. Mi padre no estuvo aquí, mi madre está ocupada y Mielle… no bajó porque está enferma. Estoy feliz porque creo que va a ser bastante ruidoso hoy.

Aria estaba sonriendo de alegría, y él estaba claramente cautivado por sus ojos. La medida en que ella había crecido y madurado mientras él no la había visto era suficiente para hacer temblar el corazón de Oscar.

Ver cuánto le había gustado su respuesta lo hizo querer regresar solo por la mañana, pero no podía. Tenía que asistir a una clase temprano en la mañana, por lo que no podía retrasarse.

Mientras agonizaba sobre qué decir sobre la conversación cortada, los ojos de Oscar se posaron en el vestido de Aria. Era el vestido que le había regalado.

Deseó haberle enviado un vestido más lujoso. No era un vestido barato, pero ni siquiera era el vestido que había elegido como su favorito. Era solo un vestido modesto como agradecimiento. De alguna manera, se arrepintió de eso. Sin embargo, la prenda parecía como si fuera la única cosa bella y noble del mundo, beneficiándose de la apariencia colorida de Aria. Era realmente asombroso.

—Te ves genial en el vestido.

Aunque no era el tipo de persona que decía esto, no pudo evitar alabar a Aria por su belleza. Estaba preocupado de que ella pudiera pensar que era extraño, pero parecía contenta de ser alabado.

—Me alegra que hayas dicho eso.

Los párpados de Aria, parpadeando lentamente, eran como las alas de una mariposa, y el dibujo de sus labios se veía muy sexy. Sintió algo indescriptible. A menudo se quedaba sin palabras porque se veía más hermosa que cuando pensaba en ella.

Oscar tragó saliva. Bebió té varias veces para calmar su sed, pero tenía la boca seca. Lo que estaba haciendo se sentía especial a pesar de que la conversación no se desviaba de temas como el clima frío o si sus clases eran difíciles o no. El tiempo pasó en un instante.

—Te veré de nuevo a la hora de la cena.

Oscar asintió en silencio. Sin embargo, la razón por la que no fue grosero fue porque su expresión era completamente tranquila y sus ojos solo perseguían a Aria.

Aria, sonriendo como el sol, lo dejó, dejando un suave aire persistente detrás de ella. Fue como un espejismo. Intentó extender la mano y sostenerlo, pero Aria ya había desaparecido.

¿Qué demonios es este sentimiento…?

Su corazón latía. El flujo del tiempo era extraño, y su cerebro, que siempre había sido elogiado por su brillantez, no funcionaba correctamente. Oscar se miró las manos vacías durante un rato en el tranquilo jardín interior vacío de gente.

Maru
Bueno, lo perdimos. Está siendo dominado por una lujuria creciente que aún no sabe ni que tiene... Y puede que algo más.

♦ ♦ ♦

Por supuesto, el foco de la cena fue Mielle.

Originalmente había sido lo mismo, pero lo fue aún más por el hombre llamado Lane que había venido con el conde. Le prestó mucha atención a Mielle y le hizo muchas preguntas.

—He oído que ha dado consejos al conde varias veces. Todavía es joven, entonces, ¿cómo adquiriste esa gran cantidad de conocimiento?

—¿Esa gran cantidad de conocimiento? Lo acabo de recoger aquí y allá —respondió Mielle con timidez mientras sus mejillas se ponían ligeramente rojas.

Aria tragó un resoplido y se comió la sopa.

¿Mielle alguna vez ayudó al conde? Ella había sugerido algunas ideas tontas, pero en realidad no habían ayudado.

El conde nunca los había usado en su negocio. Aunque la había elogiado cada vez que ella le había dado su opinión.

La idea de mi hija es extraordinaria —solía decir.

Quien realmente lo había ayudado era ella, así que Aria se preguntó por qué Mielle se llevó todo el crédito.

—Todo depende de qué uses incluso el más mínimo conocimiento. No importa cuánta información y conocimiento tenga, es inútil si no puede usarlo. En ese sentido, es seguro decir que la señorita Mielle, que siempre ha dado consejos al conde, tiene una habilidad sobresaliente.

—¿Es eso así?

—Sí, mi maestro estaba muy sorprendido de escuchar a la señorita Mielle. Él dice que es increíble a su corta edad, a pesar de que es muy meticuloso.

—No sé quién es su maestro, pero… me alegro de que me dé un favor.

El conde, que estaba viendo a Lane felicitar amablemente a Mielle, dijo:

—Todavía no lo he conocido, pero ha hecho un trabajo muy fácil para resolver los problemas de este negocio, así que creo que es un gran hombre.

—¡Oh Dios mío! ¿Es eso así?

—Sí. Me gustaría conocerlo.

—El horario de mi maestro es apretado ahora, por lo que tomará un poco de tiempo, pero he venido a visitarla en su nombre.

—Jaja, ya veo. Supongo que no puedo encontrarme fácilmente con un hombre ocupado —dijo Mielle.

—Programaré una reunión en un futuro próximo.

—Estaré a tu cuidado.

Lane parecía algo sarcástico en la forma en que daba elogios, y estaba ansioso por apelar a los méritos de su amo.

Aria, observando la escena, estaba silenciosamente perdida en sus pensamientos.

¿Qué demonios quiere? ¿Quiere conectar a Mielle con su maestro? ¿O él mismo está buscando el favor de Mielle?

Fuera lo que fuese, no había esperanza. No había forma de que Mielle le diera su corazón a nadie más que a Oscar. No importaba cuán grande fuera el maestro de Lane, ¿sería mayor que el heredero de la familia del duque de Frederick, que tenía el poder solo por detrás de la familia imperial? A menos que fuera el príncipe heredero, Mielle no estaría interesada en él.

Aria se rio por dentro ante sus continuos esfuerzos y siguió comiendo. Ella no dijo una palabra en la cena esa noche. Nadie le habló, y no había nada más que decir. Además, no sentía la necesidad de hablar de esto o aquello porque estaba con Oscar. Pretender ser patética funcionaría mejor para él.

Efectivamente, Oscar miró de reojo a Aria durante toda la comida. No podía hablar con Aria ya que todas las personas de la familia del conde Roscent, incluida Mielle, estaban allí, pero no podía dejar de ser consciente de ella.

Aria disfrutó la mirada y le sonrió de vez en cuando. Era una sonrisa que implicaba: “Así es como me ignoran, pero estoy bien”.

Cuando lo encontró, se sentó frente a él y comió así. Cain y Mielle la ignoraron por completo, pero su reacción era un poco diferente a la de entonces. En ese momento, sí hubiera sido como ver a una pobre niña. Ahora, estaba de un humor terrible por Aria y no sabía qué hacer. La cara de Oscar se enfrió.

—Señor Oscar y mi hermano, ¿vais a volver a la academia después de terminar tu comida?

—Eso es lo que estamos pensando. Simplemente nos tomamos el tiempo libre para venir aquí.

Cuando Aria miró a Caín, quien respondió, sus ojos se encontraron. Al igual que Oscar, la miró durante toda la comida. Ella no le había respondido ni un poco, pero él parecía bastante satisfecho con eso.

—Gracias por venir a propósito, aunque estás ocupado. Amo tanto tu regalo —dijo Mielle, señalando su cuello.

Un collar brillante colgaba de su cuello largo y delgado. No había nada más que el collar, pero parecía un regalo de un amante.

El presente hizo que Aria se sintiera extraña.

Debe ser bastante difícil para él caminar por la cuerda floja entre la hermana mayor y la hermana menor.

No era un mal presentimiento. Más bien, había un poco de emoción. ¡Qué doloroso debe ser para él prestar atención a ambos lados! Aria estaba segura de que Mielle estaría enferma y cansada de ver a Oscar, que seguía mirando a la niña malvada. Aria sola se sintió agradable.

—¿Señor Oscar?

—Ah, sí. No es nada. También me alegra que te guste.

Oscar, que estaba distraído por algo, no pudo dar una respuesta adecuada hasta que Mielle lo llamó dos veces. La expresión de Mielle se volvió cada vez más incómoda.

Fue Lane, no Oscar, el que calmó a Mielle, por lo que Aria tragó una carcajada mientras veía que se estropeaba el cumpleaños de Mielle.

—Por cierto, hice algo mientras mi padre estaba fuera.

Mielle trató de refrescar el estado de ánimo, por lo que cambió de tema brillantemente. En ese momento todos los ojos cayeron sobre ella, incluso los de Aria.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido