No confío en mi hermana gemela – Capítulo 17

Traducido por Maru

Editado por Sharon


—¿Es así?

—Sí. Ella también está comiendo. También probar… ¿Puedes darme uno?

A pesar de que parecía una simple solicitud, llevaba un significado oculto. Erusia lo decía abiertamente para permitirle entrometerse entre nosotros dos. Era un método muy simple y eficiente.

Me mordí el labio con dureza. No podría hablar ahora. No podía evitar esperar el desastroso resultado sin poder abrir la boca.

Ian la miró mostrando la mayor pena en su rostro y se encogió de hombros. Los ojos de Erusia brillaron y caí en la desesperación.

Sí, no se podía evitar. Al final me iban a robar una vez más. Mientras pensaba de esta manera, las palabras que salieron de la boca de Ian fueron una sorpresa.

—No.

—¿Perdón?

Erusia abrió mucho los ojos con una expresión que decía que no entendía lo que acababa de suceder. No era solo ella sino también yo. ¿Por qué no podía…?

—Si Laurentia dice que no te de uno, entonces no puedes comer.

—P-Pero solo uno es…

—Jaja.

Se rio alegremente. Fue una risa suave donde Erusia no tuvo más remedio que dejar de hablar y hacer una mueca. ¿Qué tenía de divertido?

—No creo que tu hermana esté siendo cruel. Tampoco creo que sea dominante. Pienso que dice lo correcto

—Pero aún…

—Además —detuvo sus palabras Ian, mirándome en silencio mientras mordía el dulce con sabor a fresa. La mirada en sus ojos era agradable comparada con la anterior—. No le doy dulces de fresa a cualquiera.

Sentí la dulzura del caramelo en mi boca goteando por mi garganta.

♦ ♦ ♦

Puse los ojos en blanco. Vi a Laurentia, que tenía la boca ligeramente abierta, y parecía haber perdido el alma… ¿En qué estaba pensando?

Pensando en querer verla una vez más, me detuve antes de regresar al ducado. Era difícil buscarla en un castillo que ni siquiera era grande. Cuando le pregunté a la gente, dijeron que ella acababa de pasar por allí.

Al final, fue solo después de interrogar al mayordomo que estaba revisando el trabajo en la oficina de Laurentia que pude averiguarlo. En estos momentos ella siempre iría con su hermana y conversaría. Me moví de inmediato.

Un cuarto oscuro y caro. Lo primero que pensé al ver a la hermana menor en su cuarto, fue que en verdad vivía en un lugar oscuro. ¿Ella quería vivir en un lugar así? Era una habitación donde no podía entrar una sola luz.

Mientras tanto, mis ojos se encontraron a Laurentia mirándome con sorpresa. Estaba abrazada a su hermana gemela más joven.

Aunque la gente decía que no podían distinguirse, ese tipo de chiste ni siquiera era gracioso. ¿Cómo no podrían saber cuándo eran tan diferentes? Puse un caramelo en la boca de una expresión exasperada.

—La hermana mayor es más hermosa.

El sonido de ella mordiendo el caramelo con una cara asombrada hizo eco. Sin embargo, debería ser bastante difícil. ¿No le dolían los dientes?

Giré mi cuerpo hacia Erusia y hablé. Eran palabras triviales. No había nada en lo que estuviera particularmente interesado. Solo palabras pronunciadas por cortesía.

Sin embargo, resoplé al verla retorcerse tímidamente como la hija de un noble. Hubo muchas aristócratas que me mostraron esta imagen. Si no mostraba la actitud apropiada, se darían la vuelta y difundirían el rumor de que era homosexual.

¿Pensaron que esto evitaría que las mujeres se me acercaran? ¿Como diciendo “si no puedo tenerte nadie más podrá”?

Era un método vulgar y cobarde que ni siquiera valía la pena tratar. Por eso era tan ridículo ver a Erusia comportarse de la misma manera.

Sin embargo, Laurentia lucía extraña. Parecía terriblemente ansiosa. Se mordió los labios sin descanso y sus ojos temblaban. Estaba extremadamente preocupada por la conversación que estaba teniendo con su hermana menor.

¿Que Erusia se equivocaría? ¿O que su hermana menor se lastimaría con mis palabras? No, nada de eso estaba bien. Entendí todas sus preocupaciones e inquietudes. Estaba preocupada de que me enamorara de su hermana menor.

Me complació. No parecían celos pero, ¿y qué? Solo esto era suficiente. Era como si me hubiera convertido en una persona bastante importante para Laurentia, y que para ella no era solo “cualquiera”.

Era por eso que sonreí y hablé con Erusia, quien tendió la mano.

—No le doy dulces de fresa a cualquiera.

Me eché a reír al ver la expresión de Laurentia extrañamente cambiante.

—Es algo que solo le doy a Laurentia —agregué—. Confío en ella. Entonces, ¿por qué no confías en tu hermana mayor?

♦ ♦ ♦

Al escuchar las palabras de Ian, fruncí el ceño. ¿Confía en mí? ¿Cuántas veces nos habíamos encontrado para que confiaras en mí? ¿Qué tanto de un ser grosero y desconfiado creía que era cuando decía eso? Lo miré con ojos incomprensibles.

—Entiendo que la hermana menor quiere comer dulces, pero si tu hermana mayor dice que no puedes, entonces no deberías comerlos. Además solo doy dulces a las personas que me gustan. Desafortunadamente, debido a que la hermana menor es alguien que conocí recientemente, no encajas en esa categoría. Lo lamento mucho —dijo mientras miraba a Erusia.

Todas sus palabras y su voz me apoyaban completamente. Además, estaba alejando a Erusia y dibujando una clara línea.

Lentamente relajé mis puños apretados. Los había estado apretando con tanta fuerza que ahora podía sentir la sangre correr. Luego respiré de manera constante. El aire fresco y frío pasó por mi cerebro y corazón. Solo entonces pude captar la imagen completa de la situación.

—Y así, solo cuando la señorita Erusia y yo nos hicimos cercanos pudimos dar y recibir dulces.

Ian se me acercó después de sonreír. Lo miré después de enderezar mi espalda. Me miró con ojos suaves y me volví para ver a Erusia, que parecía haber perdido la cabeza.

—¿Puedes dejarla ir? —me preguntó con las caderas ligeramente dobladas. Miré hacia Erusia una vez más y asentí con la cabeza en silencio mientras estiraba la mano. Sosteniendo ligeramente la mano de Ian, dejamos la habitación de Erusia.

Antes de que se cerrara la puerta de la habitación, giré la cabeza e hice contacto visual con Erusia. De alguna manera salió una sonrisa.

—Esta vez las cosas no saldrán como lo planeaste.

♦ ♦ ♦

—¿Hasta dónde me vas a arrastrar?”

—Ah, mis disculpas.

Me urgía ir de la mano de la que se quejaba detrás de mí. Exageró mucho su dolor mientras se frotaba las muñecas.

¿Qué, mi agarre fue tan fuerte? Normalmente le hubiera dicho que no exagerara, pero me contuve porque me estaba sintiendo bien.

Esta fue la primera vez que Erusia le movió la cola a su objetivo y falló. Nunca lo había visto antes.

Muy pocos hombres pudieron escapar de la inteligente Erusia con su disposición pícara. Muchos de ellos se enamoraron de ella. Y aunque no lo hicieran, escucharían todas sus peticiones.

Hoy fue igual. No eran más que dulces. No había nada fácil que pedir dulces. No, ¿podrías llamar a eso una solicitud? Un caramelo ni siquiera valía miles de oro. Era algo que los niños comunes a veces comían como refrigerio.

Erusia estaba convencida de que al aprovechar los dulces sería capaz de crear una brecha entre Ian y yo, e imprimir su presencia. Sin embargo, Ian inesperadamente dibujó una línea firme y se negó.

Pensando en eso otra vez, esa escena fue la mejor. No pude evitar querer estallar en carcajadas de inmediato. La expresión que puso Erusia… Mis labios se torcieron.

—Te ríes. Aunque no sé qué es tan gracioso.

Me giré para mirar a la voz a mi lado. Era este hombre. Erusia había sido humillada por primera vez por este hombre. Eso me trajo alegría.

—Te ves bastante satisfecha.

—Para ser honesta, lo estoy. Estoy complacida. ¡Tanto así! Estoy en deuda contigo.

—Eso es un alivio. Estaba preocupado porque parecía que no te gustaba mucho.

Sinceramente, me preocupaba que se iría con Erusia, entre otras cosas. Pero no lo hizo. Realmente me gustó esa parte.

Entonces extendí mi mano. Acaricié la cabeza del hombre sonriendo juguetonamente.

—¿Qué es esto? —murmuró con una mirada de desconcierto.

Con una expresión orgullosa elogié su logro.

—Te estoy alabando mucho. Este es el mejor elogio que puedo dar.

—¿Sacudiendo mi cabeza?

—Sí.

Por lo general, hacer esto era algo que a los demás les gustaba. Lo miré con ojos asombrados.

—De todos modos, realmente eres increíble.

—¿De qué estás hablando? —preguntó mientras alejaba mi mano.

—Normalmente, cuando alguien pide un dulce, ¿no lo regala? No es un gran problema.

—Ah, ¿eso?

Se palmeó los bolsillos del pantalón sin pensarlo mucho. Mientras miraba en blanco preguntándome qué estaba haciendo, él extendió ambas manos con una sonrisa juguetona.

—No le di uno porque no tenía ninguno.

—¿Qué?

¿No le diste uno porque no tenías? ¿Qué es eso? Antes dijiste que no se lo darías a cualquiera. Respondiste de inmediato hasta el punto en que sería vergonzoso para otros. ¿Pero que…?

—El que estaba comiendo y el que estaba en la boca de Laurentia, solo tenía dos.

Se sintió como si me golpearan en la parte posterior de la cabeza.

¿Y qué? ¿Estás diciendo que le hubieras dado uno si tuvieras uno? Decir que no se lo darás a cualquiera, y que ella no está en esa categoría, ¿fue todo una mentira?

Sí, algo estaba mal. Por lo general, sería un asunto de risa si un adulto se pusiera de mi lado. Nada hubiera cambiado si le hubieras dado uno.

Pero… Pero para mí este era un tema importante.

Era la primera vez que alguien me apoyaba. Al mismo tiempo, aunque no conocía a este hombre por mucho tiempo, al menos pude saber que podíamos intercambiar confianza.

Por eso fui feliz. Al menos pensé que había adquirido un aliado que no se enamoraría de Erusia.

Pensé que podría abrir mi corazón un poco más… ¡Pero…!

—Ah, por supuesto, las palabras que dije más tarde no eran falsas.

—¿Qué estás diciendo?

No puedo comprenderlo. La confusión solo aumentó a medida que se intercambiaron obras poco confiables. No sabía lo que este hombre quería decir, pero la herida que había recibido de él podría volver a ser alegría.

—Por favor dime claramente. De esa manera, también puedo ser honesto.

Miré a mi alrededor a mi alrededor. El lugar al que lo arrastré era un pequeño terreno baldío ubicado detrás del castillo. Este era el lugar donde solía jugar cuando era joven. En estos días nadie venía aquí.

—Para ser sincera, me gustó que no estuvieras en favor de Erusia. Cuando ella fija un objetivo y actúa, la mayor parte de los hombres se enamorarán de ella.

—Bueno, parecía de esa manera.

Mis cejas se fruncieron. ¿Parecía así? Fruncí mis labios con ira.

—Pero en su lugar te pusiste de mi lado. Dijiste que creías y confiabas en mí.

—Es verdad.

—Eso me hizo feliz. La mayoría de las personas, independientemente de su género, habrían defendido a Erusia. En el pasado, siempre que había un desacuerdo o una necesidad de concesión, las manos siempre la alcanzaban.

—Porque las personas lamentables siempre necesitan simpatía.

¿Estás tratando de enojarme? Sería bueno que te callaras y escucharas. 

Apreté un poco mi puño.

—Honestamente pensé que sería lo mismo en este caso. No es nada más que dulces. Una solicitud increíblemente ligera. Pero te negaste.

Silenciosamente miré los dulces en mi mano.


Maru
Me apena que Laurentia sienta tanta ansiedad por las cosas que haga Erusia. Entiendo que tenga tan poca confianza en ese aspecto. Pero parece que Ian no va decepcionarnos.

20 respuestas a “No confío en mi hermana gemela – Capítulo 17”

  1. “No le doy dulces de fresa a cualquiera”. Kyaaaa!!!! Mi corazón explotó !!! Jajaja tenías razón Maru, Ian es alguien que odias y amas jajaja es que después le dice “no le di porque no tenía” bitch!! Jajaja ¿Por qué juegas con nuestros sentimientos? Jajaja ay lo amo!

  2. Bien hecho Ian, Marcando el límite y diciendo a todas voces tu no tienes nada que hacer en nuestra relación.
    GRACIAS POR SU TRABAJO, SON LAS MEJORES.

    1. Buenas noches soy consciente de que es un sacrificio traducir, editar novelas,etc.Pero yo necesito saber la razón del porque tardan si estan haciendo un maraton de capitulos voy a seguir esperando pero si no es asi me gustaria saber por que tardan o si abandonaron la novela
      Pd:Agradeceria si me dicen el link o app donde esta la novela en el idioma original o en ingles porque la paciencia no es una de mis cualidades.
      Saludos😊😊😊😊

  3. Wow!!! Ian te has ganado mi corazón Omo o heterosexual me encantas 😍😍😍😍…..aunque se que todos esos rumores son falsos🤭🤭🤭 tienes que ganarte a Laurentia ánimo, ella te necesita como no tienes idea🥺🥺
    Gracias 🥰

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