¡No es tu hijo! – Capítulo 9

Traducido por Usagi

Editado por Yusuke


Espera, por qué dirías eso…

Los ojos dorados miraron directamente a los labios en forma de corazón que recibieron una mordida de su dueña, frustrada, Kalia miró severamente a Sheyman comprobando si estaba siendo serio o no.

Sheyman torció una de las comisuras de sus labios para después tomar una breve pausa y decir:

—Es una broma.

No, no creo que estés bromeando…

Pero pensándolo de nuevo, Sheyman no comenzaría una guerra solamente para verla más seguido, él no era tan despreocupado y no tenía razón alguna para hacerlo, desechando sus constantes preocupaciones, para después sonreírle y contestarle:

—¿Es así? —dijo como si se tratara de algo trivial.

El aún no se acomodaba su camisa blanca, como cualquier maestro de una familia noble de prestigio haría, pero estaba ahí de pie con las manos en los bolsillos de su pantalón y los hombros encogidos.

—Pero a veces siento que no soy capaz de hacer nada.

—Siento que voy a golpear algo.

Aunque estaba sonriendo su tono de voz tenía una pizca de enojo disfrazado, incluso aunque no se hubieran visto en un largo tiempo él no lucía contento, Sheyman había estado raro desde ese día.

Quizá lo que había pasado era algo intolerable, Kalia entendió que Sheyman estaba lo suficientemente molesto, lo que era muy injusto porque él no era el culpable.

Había sido sometido a actos indebidos y vergonzosos por una amiga en quien confiaba,  que tan miserable podría ser.

Como esperaba, soy una basura.

Recordando su innegable pasado, Kalia tristemente se culpaba y se reprendió a sí misma.

No, no deberías seguir arrastrando eso, el bebe en tu estómago podría ser el afectado por deprimirte, despierta, este cuerpo y mente ya no son solo tuyos.

Con eso en mente, Sheyman miró a Kalia quien tenía los puños cerrados y preguntó:

—¿Vienes de regreso del despacho del príncipe?

Kalia asintió ligeramente dudando, para finalmente pronunciar palabra.

—Bueno, Sheyman.

—¡Habla!

En respuesta al frío tono, Kalia inhaló profundamente y habló lo más rápido que pudo con honestidad.

—Una vez más, lo siento por ese día, nunca habia hecho algo como eso, asi que no sabia que te cansaria tanto hasta el punto de no poder levantarte de la cama, como sabes, solo soy una idiota con mucha energia.

—No, espera.

Sheyman alzó rápidamente las manos para detener su discurso.

—¿Quién no podía levantarse de la cama porque estaba cansado?

Tenía una cara de amargura y molestia que estaba tan blanca que podía hacer que la sangre desapareciera de cualquier rostro.

—¿Huh?

—¿Cómo demonios me ves?

Muy contrario a su rostro pálido, las orejas de Sheyman eran de un rojo intenso.

Tus orejas están rojas,¿no?

Kalia no podía creer que Sheyman se sintiera tan humillado que sus orejas se hubieran enrojecido, era tan inusual que estaba perpleja.

¿Qué diablos?

No podía ayudar pero inconscientemente puso inclinó la cabeza hacia un lado, Kalia miraba a Sheyman muy de cerca, mientras él sostenía su barbilla, Sheyman parecía susurrar algo para sí mismo, revolviendo su cabello platinado que brillaba con la luz de la luna.

El cabello cayó en su ordenada y limpia frente, sus profundos suspiros eran lo suficientemente altos como para mover su pecho y conteniendo su voz dijo:

—Por favor deja de disculparte, Kalia.

—No necesitas sentirte culpable por mi en lo absoluto —murmuró con dureza, mientras apretaba los dientes.

Mientras tanto Kalia estaba muda por la vergüenza mientras Sheyman seguía murmurando tensamente.

—¿Yo? No pude levantarme de la cama porque estaba tan cansado por la noche anterior.

—Pero no pudiste levantarte hasta el día siguiente…

—¡Callate! No es porque haya pasado eso, si no porque disfrute estar así…

Sheyman quien estaba muy enfadado detuvo su discurso mordiendo firmemente sus labios, para después exhalar profundamente y miró nuevamente a Kalia.

—Oh por Dios —dijo con profunda tristeza.

Tan pronto como pudo volvió a hablar, pero ahora un poco más propio.

—No es que no pudiera levantarme, es que no lo hice, Kalia no ignores que existe una diferencia.

—No podías levantarte, no te levantaste. ¿Cuál es la maldita diferencia?

Los labios de Kalia formaban pucheros, mientras asentía con la cabeza como si entendiera la mirada de Sheyman.

—Ah sí, de cualquier manera, yo lo siento.

—Te dije que pararas de disculparte. —Sheyman volvió a gruñir furioso.

—Entonces no te molestes.

Eso era todo, y parecía que Kalia estaba molesta por ello.

Durante este tiempo solo quiero pasar algún rato tranquila acariciando mi barriga.

—¿Piensas que me he ganado el título de mejor Archimago por nada?

¿Por qué me preguntas eso?

Kalia  contemplaba con seriedad el repentino cambio de dirección pero no pudo entenderlo, cuando señaló que no entendía, Sheyman le explicó de mal humor despejando su cabello de la frente.

—Es tan fácil, yo no puedo ser sometido por un pergamino.

Con una mirada confundida, Kalia preguntó:

—Pero estabas emocionado ese día ¿o no?

—No, eso es…

—Tú y yo estábamos alterados esa vez, ¿nosotros… tú? Sheyman solo hay una explicación para lo que pasó entre tú y yo, ¿de otra forma nosotros hubiéramos…?

Kalia quien estaba sumamente emocionada, dijo después de un tiempo:

—Después de todo los pergaminos de Derek son peligrosos, tanto que pueden manifestar el deseo incluso entre amigos.

En su emoción, Sheyman quedó estupefacto, perdiendo el habla, entonces sus facciones se estropearon por lo que escuchó, prendió una luz en medio del jardín del palacio imperial usando un pequeño hechizo, como si no pudiera contener algo dentro de él, luego otra luz enorme apareció tras de él, una salvaje y retumbante luz.

Y nuevamente, el bastardo explotó otro jardín imperial.

Era una fortuna que existiera una magia que reparara las cosas, Sheyman miró a Kalia quien lucía desconcertada y habló rápidamente.

—Oh lo que voy a decirte en este estado, estas bloqueada, te lo explicaré con calma, entonces no vayas a ningún lado por el momento, debo ir a arreglar algunas defensas en la barrera mágica, estaré ausente dos semanas, te explicaré todo cuidadosamente a mi regreso. Esperame.

—¿Dos semanas?

Estoy en problemas.

Kalia no pudo esconder su expresión, pero asintió mirando la mirada de águila que Sheyman le dirigía, solo entonces él se dio la vuelta luciendo satisfecho, mientras que en un impulso Kalia intentó decir algo mientras lo observaba irse.

—Sheyman.

Cuando lo llamó dudo por un momento, mirándolo mientras él volteaba la mirada hacia ella, pero no pudo retractarse porque ya lo había llamado así que con cautela dijo.

—¿Siguen sin gustarte los niños?

—¿A qué te refieres tan repentinamente?

Sheyman miró a Kalia debido a su pregunta tan repentina, mientras él buscaba segundas intenciones, Kalia agregó con una risa algo incomoda.

—Hablaste de matrimonio, cuando te cases pensarás en tener un hijo, pero puede que sigas odiandolos.

En algún momento Sheyman odio muchísimo a los niños y desde que Kalia hablaba de ellos no pudo evitar sentirse alarmado, sin importar si fuera un niño o recién nacido si hubiera niños cerca los alejaría de Kalia, pero ¿no sería diferente si fueran suyos?

Kalia había lanzado una pregunta muy incómoda para exprimir una esperanza que ni siquiera ella tenía, Sheyman la miraba con una expresión un tanto extraña, una que no podía ser descrita por ninguna, pronto él mordió su labio como si estuviera pensando algo y pronto lo liberó.

—Sí, sigo pensando lo mismo y será así en el futuro.

Con esas palabras, Kalia miró duramente a Sheyman sin siquiera notarlo, por alguna razón él volvió a enfatizar.

—Quiero casarme pronto, pero no es que yo quiera un hijo, entonces no lo necesito.

Tal como pensé.

Sheyman quien seguía mirando a Kalia, suspiró y dijo bruscamente:

—¿Cuál es el punto por preocuparnos por esto?

Bueno es porque tengo un bebe en mi vientre, tu hijo, maldito bastardo…

—De todos modos, me retiro.

Una vez más Kalia hizo una plegaria mientras lo veía marchar, después de eso, no dijo nada más acerca de niños a Sheyman.

♦ ♦ ♦

Sheyman había caminado por un tiempo considerable, deteniéndose frente al lobby antes de entrar, para después mirar hacia atrás y ver la espalda de Kalia, quien estaba caminando en la distancia.

El cabello dorado estaba amarrado y ordenado mientras brillaba a la luz de la luna que la envolvía en lugar de la oscuridad, tan brillante como si la luz solar repelieron la oscuridad de la noche y brillaba solo para él.

La había observado muchas veces y aun asi seguía cegando cada vez que la veía, una mujer sincera que no sabía cómo mantenerse firme, ahora se ponía de pie con la frente en alto y seguía adelante.

Al contrario de su cabello sedoso, sus manos estaban cubiertas de callos, habían muchas cicatrices hechas por flechas en sus hombros que la alcanzaron, una larga cortada hecha por una espada en su estómago, y marcas en su brazo derecho por ser desgarrado y unido nuevamente.

Sheyman había derramado su mana tres días y tres noches para poder unirlo nuevamente, pero las marcas no desaparecieron completamente, habían heridas y cicatrices que se quedaban para siempre, eran un honor y la prueba de su esfuerzo un testamento en la piel.

Además Kalia no era como los demás aristócratas, no se avergonzaba  de sus manos, que estaban trabajadas y lastimadas como las de un  monstruo, fueron unos estúpidos quienes la señalaban de esa manera. La mujer de acero, Kalia, como estaban escondidos entre las sombras de la alta sociedad, pero esas palabras no podrían ser escuchadas por nadie más que ellos.

De alguna forma era bueno que Kalia fuera falta de tacto, y no congeniaba con las damas de la nobleza o no estuviera interesada en entablar conversación con otros, gracias a ello había podido tener su corazón protegido al contrario que su cuerpo.

Eres una mujer que está fuera de peligro gracias a tu distracción.

Era tan gracioso que Sheyma comenzó a reír sin siquiera notarlo, mientras una pequeña cajita era movida en la  palma de su mano tras sacarla de su bolsillo.

Sheyman, quien estaba jugando con ella recordó las palabras de Kalia.

Hablaste de matrimonio, cuando te cases pensarás en tener un hijo, pero puede que sigas odiandolos.

Estoy seguro que ella quería decir algo para que incluso la densa Kalia hablara de esa forma.

Luina, la princesa de Ains.

Sheyman frunció el ceño recordando los sucesos de esa mañana.

3 respuestas a “¡No es tu hijo! – Capítulo 9”

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