Un día me convertí en una princesa – Capítulo 88

Traducido por Den

Editado por Sakuya


Dejé a un lado la carta de Zenit. Esta vez no iba a responderle de inmediato, sino que le escribiría más tarde en la noche.

En nuestras correspondencias no hablábamos de nada importante, solo de nuestra vida cotidiana. Además, como no podíamos salir de nuestras residencias, ella de la mansión del duque y yo del Palacio Esmeralda, no había mucho de qué hablar.

No planeé intercambiar cartas con ella durante tanto tiempo, pero esto resultó ser más divertido de lo que esperaba.

Fue como cuando la vi cara a cara. Se abrió camino por mis muros de duda que tenía sobre ella.

Las emociones que sentía hacia Zenit habían cambiado. Si solía sentir lástima por ella antes, ahora probablemente…

—No tener nada que hacer me hace pensar en todo tipo de cosas.

Me di unas cuantas palmaditas en mis mejillas y me levanté de mi lugar.

Aunque escribíamos sobre nuestra vida diaria, Zenit a veces hablaba de su tía.

De acuerdo a «Princesa encantadora», ella debería estar muerta. Ella fue quien la dejó en la residencia del duque.

Zenit usaba Magrita como su apellido, así que cuando hablaba de su tía, decía que era “alguien como su familia”, pero enseguida me di cuenta que se refería a la condesa Rosaria.

Decía que pronto llegaría a la capital, y no podía ocultar su emoción. Por supuesto, estaba feliz porque finalmente iba a conocer a su único pariente de sangre. Sin embargo, no podía alegrarme por ella. Porque en el momento en que leí aquello en la carta, no pude evitar sospechar la razón por la que venía. ¿Estaba planeando algo? En el libro también había llegado a la capital durante esta época. Pero era diferente, porque en la historia Zenit ya había logrado finalizar su debut y entrado al palacio.

Sea lo que sea, ya no era tan divertido leer sus cartas.

—Ah, hace buen tiempo.

Tan pronto como salí del palacio me cubrí los ojos con mis manos debido al sol. Obelia era una tierra donde las únicas estaciones que había, eran el verano y la primavera, por lo que hacía calor todo el año, aunque no era tan caluroso y llovía mucho.

—Ha llegado, princesa.

El jardín familiar, lleno de rosas blancas, apareció frente a mí.

Siempre que me desplazaba estaba sola debido a que Félix no estaba a mi lado. Además, solo me quedaba en el Palacio Esmeralda.

Me acostumbré rápidamente. Aunque al principio las doncellas se sorprendieron, también se acostumbraron.

—Si hay algo que necesite, por favor llámeme.

—Gracias, Seth —le sonreí agradecida mientras se marchaba, haciendo la misma expresión que Lilly hizo antes. Pero probablemente no estaría tan lejos, preparada para cuando la llamara.

Me mordí los labios con amargura mientras atravesaba los arbustos de rosas.

—Ah —suspiré.

Estos días todos hacían esas caras cuando me veían.

No podía evitar ponerme nerviosa al verlos. Pero, probablemente, habría tenido la misma reacción si viera a alguien en mi situación.

Suspiré una vez más y miré la mesa frente a mí llena de postres que me gustaban. Había más dulces de chocolate de lo normal, por lo que probablemente fueron más cuidadosos esta vez.

Seth era una persona fría, pero siempre era cariñosa conmigo, je, je.

Me sentí conmovida por un momento. Luego, me acerqué la taza a los labios.

Lilly y las otras doncellas parecían preocupadas porque pasaba demasiado tiempo sola. Pero en este mundo tenías que vivir solo, comer solo, beber solo. Estaba bien no tener que preocuparme por los demás, ¡especialmente porque podía comerme todas estas galletas yo sola!

Además, ¿la vista del jardín no era demasiado bonita como para dejar de venir aquí por Claude? ¡Eso sería muy injusto!

Igualmente, el Palacio Esmeralda era la única propiedad que me pertenecía entre los demás palacios. E incluso él reconoció que era mía cuando me encerró aquí. Mira esto. Devoré alegremente los postres en la mesa. Estos días, todo lo que hacía era comer y dormir y, aun así, les preocupaba que adelgazara.

El viento sopló y las sombras de los árboles se sacudieron.

Me serví té. Claude nunca me dejó hacerlo, sino que hacía que las doncellas se encargaran de eso, pero yo no era así. ¿Qué sentido tiene tener manos y pies si no los usas? La familia imperial tiene una reputación que mantener, pero ¿qué le importaba eso a una princesa olvidada como yo?

Dejando estos pensamientos de lado, apoyé los codos en la mesa y me agaché.

Ah, esto es agradable. No tengo que preocuparme por lo que piensen los demás. 

Los nobles tenían que aprender etiqueta, pero se lo exigían más a las damas que a los caballeros.

Sentarse elegantemente, decir cosas bonitas y estar de pie correctamente. ¿Por qué este mundo o el otro siempre le exigen más a las mujeres? Ew, qué molesto, ugh. Me irrité más al pensar en eso, por lo que bebí el té de un trago. Aunque a menudo bebía té de Lipe con Claude, ahora lo hacía incluso sin él.

Dejé la taza vacía y miré a mi alrededor.

La fragancia del jardín rebosante de flores, flotaba alrededor de mi nariz. Los brillantes rayos del sol iluminaban las hojas verdes. Y sobre el puro césped había una pequeña mesa de té, llena de postres como siempre, y dos sillas. Lo único fuera de lugar era la taza vacía frente a la mía.

La vi en silencio y serví té. Mi brazo era demasiado corto para alcanzarla, así que tuve que levantarme ligeramente. Al momento siguiente, estaba a rebosar. No había nadie para beberla, pero me sentí mejor mirándola.

La observé en blanco y, después de un momento, aparté la mirada.

—Oh, un gorrión —contemplé al pájaro elevarse rápidamente hacia el cielo. Fue después de que mi taza se hubiera enfriado.

Era una tranquila y silenciosa hora del té.

Den
Se me rompe el corazón al ver a Athanasia así. También en su anterior vida siempre estuvo sola, y ahora lo vuelve a estar... T^T

♦ ♦ ♦

—Hoy es el cumpleaños del emperador —dijo Lilly mientras me cepillaba el cabello.

En ese momento dejé de bostezar y miré su rostro, pero ella me observaba con atención.

—Sí. Todos deben estar ocupados.

Supongo… 

Era el cumpleaños de Claude, sin embargo, reaccioné como si esas noticias no tuvieran nada que ver conmigo.

—Escuché que habrá un baile en el Palacio Garnet.

Hace algún tiempo, oí de Félix que iba a haber un baile en el Palacio Garnet para Claude.

Originalmente iba a participar, pero con Claude amnésico, era un plan que desapareció hace mucho tiempo.

Se suponía que después del debut, participabas en eventos como el baile de cumpleaños del emperador, pero… dado que el anfitrión no me quería ahí, no había nada que pudiera hacer.

—No es como si fuera a ir a ninguna parte.

—Su Majestad se recuperará pronto —dijo Lilly como si me estuviera consolando; me limité a sonreírle.

Hoy también estaba soleado afuera. Azulito estaba posado tranquilamente en su jaula. A veces lo dejaba salir porque pensé que se sentiría incómodo atrapado en la jaula todo el día, pero siempre era difícil volver a meterlo dentro.

14 respuestas a “Un día me convertí en una princesa – Capítulo 88”

    1. Hermosa!!! Esta novela me abrió los ojos al mundo del isekai de reencarnación jaja esperando las nuevas actualizaciones e encontrado y leído ya no se ni cuantas novelas del mismo género (todas sin traducción total t.t) son hermosas

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