Una vez más en la luz – Capítulo 5

Traducido por Den

Editado por Yusuke


Era como un león dorado con una preciosa seda exótica envuelta alrededor de su cuerpo, una espada larga en su cintura, y grandes ornamentos dorados en sus antebrazos.

Tan pronto como escucharon su voz, las damas de la corte en el jardín se arrodillaron al unísono.

—Que el brillante futuro sea otorgado al Imperio.

—Sea otorgado.

Al escuchar el saludo, el hombre se levantó lentamente de su asiento.

Sus ojos azules brillaban intensamente a la luz del sol.

Su espíritu era similar a un depredador que se encontraba en la cima de la cadena alimentaria.

Aunque ahora estaba sonriendo, de alguna manera se parecía a un león que escondía sus garras cuando no estaba cazando.

Sentí un poco de curiosidad porque escuché un rumor de que con solo ver al emperador, normalmente las personas retrocederían de miedo, pero yo estaba bien.

Entonces, me di cuenta en el momento en que lo miré a los ojos. La verdad de que estaba reduciendo deliberadamente su presencia por mí. Normalmente sería difícil para un bebé mirarlo independientemente de cuanto suprimiera su presencia. De hecho, no venía a visitarme a menudo por temor de que la bebé se asustara o lastimara.

Pero, para mí, parecía que podía hacer contacto visual con él porque la Alisa, de 14 años, también existía al mismo tiempo.

Sin embargo, bajé la mirada por un momento.

No quería atraer la atención innecesaria del emperador.

Mientras me miraba de forma vacía, se acercó sin hacer ningún ruido y me acarició cálidamente la cabeza.

—Realmente has crecido bastante.

Era una voz cálida que hablaba como si fuera demasiado adorable para soportarlo.

De repente lo miré a los ojos nuevamente y una vez más cerré los ojos.

Tenía un cabello dorado oscuro como un hilo dorado y ojos azules como el cielo otoñal. Era mi padre y el emperador de este imperio, Tyrion de Elmir.

Conquistó las naciones vecinas, era la misma persona que nutrió el imperio y allanó el camino de la gloria desde la conquista de la capital; un sabio gobernante que expandió su magnífico reinado por el mundo. El héroe de guerra perfecto.

Sin embargo, era un secreto solo para las personas del palacio imperial que él, que normalmente era perfecto y de mente fría, cambiaba la forma en que trataba a su familia.

Incluso ahora la mirada en sus ojos era increíblemente suave.

Cuando renací, se dijo que tiró monedas de oro a la gente en la capital y presentó personalmente sus bendiciones a Dios. Perdonó a los criminales que tenían delitos leves y dio pan a los hambrientos.

Todos, independientemente de su estatus y rango, celebraron el día de mi nacimiento.

Incluso el propio emperador vagó por el palacio con una gran sonrisa todo el día.

Porque era una historia en el imperio, que la creyera o no, la verdad es que… Ese día, mi nombre, Aisha, sonó en todo el imperio todo el día.

Todo fue por mi bien. Por el bien de la amada princesa Aisha de Elmir.

Cuando la emperatriz se rio, el emperador dijo:

—¿Te gustaría que te cargue en brazos?

Extendió las manos con una mirada vacilante, pero retrocedió y dijo:

—Supongo que no…

Sacudió la cabeza de un lado a otro.

—Porque eres así de pequeña, parece que te romperás si te toco.

Me sorprendió.

Soy pequeña, pero eso no significa que me rompa como el vidrio. 

Sin embargo, significaba que era muy valiosa para él que ni siquiera quería molestarme.

—Mi querida hija.

Dándose por vencido a cargarme, en su lugar, apartó un poco mi cabello. Su suave voz me envolvió.

—Aún así, no se romperá. —Mi madre se echó a reír por un momento—. Porque Aisha ya tiene 10 meses.

—Sí, tienes razón.

Agité la mano.

Mis manos todavía eran pequeñas, no podía creer la verdad de que solo habían pasado 10 meses desde que renací.

—Así que te estoy diciendo que…

El emperador siguió hablando como si esperara.

—Cuando cumpla un año, se celebrará un banquete para festejarlo.

—¿Un banquete…?

El rastro de las palabras de mi madre se desvaneció ligeramente.

—¿Estará bien? Porque Aisha es muy tímida con los extraños…

Sentí un toque gentil acariciándome, como si preguntara si estaría bien. La emperatriz lo malentendió por mi hábito de evitar a la gente.

—Estará bien solo mostrar su rostro por un segundo el primer día —respondió el emperador.

—¿Estás planeando celebrar el banquete por mucho tiempo?

Mi madre inclinó la cabeza hacia un lado.

La escala y el esplendor de un banquete era una medida de lo importante que era el personaje principal.

Normalmente duraría uno o dos días para los aristócratas, como máximo el banquete se llevará a cabo durante tres días. Pero ahora que el emperador había hablado primero, tuve el presentimiento de que mi banquete no duraría unos días.

El emperador asintió con la cabeza, sereno.

—Sí. Y sería bueno si invitáramos a tus padres. He enviado a alguien.

La emperatriz se sorprendió. Sus ojos brillaron con intensidad.

La casa de los padres de la emperatriz, en otras palabras, mis abuelos maternos, era una familia marquesa que protegía la frontera norte en Lussel.

Naturalmente, no había ninguna razón para que vinieran a la capital.

El emperador realmente parecía haberse dado cuenta de que la emperatriz, que no llevaba mucho tiempo en el palacio, anhelaba su hogar maternal. Por eso propuso aquello. Si mi banquete de cumpleaños se celebraba durante mucho tiempo, entonces estaría justificado que mi madre y sus padres se encontraran bastante.

—Tendremos la celebración de cumpleaños durante varios días. Lo más importante es que es el primer cumpleaños de Aisha.

—¿Entonces cuánto tiempo durará…?

Aunque fingía no entender su conversación, naturalmente no podía evitar agudizar los oídos.

¿Qué es lo que va a hacer? 

Pensándolo cuidadosamente, una semana más o menos sería eficiente. ¿Quería pasar más días celebrando mi cumpleaños?

Una semana sería suficiente para mostrar una seriedad adecuada.

Incluso durante una semana, no era algo sencillo pensar en los gastos del presupuesto y la mano de obra necesaria.

Si no quiere presumir de lo mucho que se preocupa por mí a todos, eso estará bien.

Sin embargo, el emperador nunca se rendía.

Su voz llena de confianza resonó en el jardín interior.

—Un mes.

Todos guardaron silencio.

Pude sentir que esas palabras hicieron que los sirvientes y madre se quedaran sin palabras.

—¿C-Celebrar un banquete durante un mes…?

El comentario de la emperatriz también fue mi comentario.

Parecía como si el emperador quisiera presumir de lo mucho que se preocupaba por mí a todos.

Una vez escuché a la niñera contar la historia de cuando el príncipe heredero nació. Cuando fue coronado como el príncipe heredero, se celebró un banquete durante un mes. El oro volaba, cada joya era llamativa, y el banquete fue como uno nunca visto en el mundo.

La emperatriz estaba congelada con la boca abierta.

Normalmente no hay ninguna nación que celebre un banquete para una princesa imperial.

—P-Pero el presupuesto.

—Esto es por el bien de mi querida hija, el dinero no es importante.

El emperador persuadió con seriedad a la emperatriz.

¿Por un mes? ¡No quiero! Grité internamente.

Era una molestia, me sentía como si estuviera cansada. Sin embargo, era imposible para mí persuadir al emperador.

¿Por casualidad la emperatriz podrá detenerlo? Un mes es demasiado excesivo. 

Teniendo esa esperanza, miré a la emperatriz. Sin embargo, al momento siguiente, me di por vencida. Porque los ojos de la emperatriz brillaban más que antes.

—Para que sea un mes…

Su rostro estaba lleno de una emoción desbordante que no podía ocultar.

Porque no había pasado mucho tiempo desde que había entrado al Palacio Imperial, su posición era baja.

Aunque falleció debido a su cuerpo débil, la anterior emperatriz, Tetis era la princesa nativa y su gente todavía estaba por todo el palacio.

Además, porque era la “princesa imperial” a la que dio a luz, la emperatriz estaba preocupada por mi posición. Como Esis ya estaba aquí, tenía pocas posibilidades para ser una sucesora, ya que la posición de los padres desempeñaba un papel importante.

Sin embargo, como para aclarar la ansiedad por completo, el emperador anunció que el banquete en mi honor dudaría un mes.

Me mordí el labio con amargura.

Aunque hacía la vista gorda, era consciente de cuánto me apreciaba la emperatriz. Había querido celebrar mi cumpleaños todo el tiempo posible. Aumentaría mi valor, sé que esto es por el bien de elevar mi posición.

Por lo tanto, la emperatriz estaba agradecida por la propuesta del emperador. Finalmente, se sonrojó hasta el contorno de sus ojos.

Mientras los observaba, sentí una repentina debilidad en mi corazón.

Mi padre y mi madre de mi vida anterior no eran como estas personas en absoluto. Mi madre, la emperatriz, estaba más preocupada por la autoridad y los asuntos del palacio imperial, por lo que la realidad era que era indiferente a sus hijos, pero eso no era muy diferente de padre, el emperador. Lo único que le importaba era el príncipe heredero que lo sucedería.

No, hubo una excepción. 

Sonreí con amargura.

La princesa Marianne. Esa chica.

De repente me dolió la cabeza al pensar en ella.

Cuando gemí, la emperatriz, que rápidamente lo reconoció, me levantó para revisar.

—¿Qué pasa, Aisha? ¿Te sientes mal?

Los amables ojos que me miraban estaban llenos de preocupación.

Me quedé en silencio.

Cuando la miré a los ojos, de alguna manera sentí como si el dolor en mi cabeza ya no estuviera.

Cuando dejé de gemir para demostrar que todo estaba bien, la emperatriz sonrió alegremente y me acunó suavemente.

Dentro del jardín de cristal, las mariposas volaban y hermosas flores estaban en plena floración.

En la punta de mi nariz, estaba el aroma del té, la emperatriz y la sonrisa del emperador.

Todo era tan hermoso como un sueño.

—Aisha, mamá y papá están aquí —me susurró la emperatriz con voz cálida.

—No hay de qué asustarse.

Mientras hablaba, me acariciaba suavemente el pelo.

—¿Y escuchaste eso? Tu banquete de cumpleaños durará por un mes.

La emperatriz sonrió alegremente.

—Todos celebrarán tu cumpleaños.

Cerré los ojos.

Cuando llegó la oscuridad, la sensación de que mi garganta estaba completamente seca porque ni siquiera podía beber agua fue vívida.

Pero ahora, mientras yacía en el sol en este cuerpo, recibí la mano de la emperatriz y el amor del emperador.

El emperador que permanecía en silencio, asintió.

—Estoy tan feliz de que Aisha viniera a nosotros. Sería bueno si pudiera mostrarte esa alegría con este banquete.

—Esas son palabras apreciadas.

Por mi bien, que había cerrado los ojos, la emperatriz cantó una nana.

Era una melodía dulce.

En la calidez que me envolvió, me quedé dormida.

♦ ♦ ♦

Y cuando abrí los ojos, antes de darme cuenta, había regresado a mi palacio.

Era la hora de ser envuelta por la oscuridad.

Por el bien de permitirme dormir bien, las cortinas de mi habitación estaban cerradas y estaba oscuro.

Siguiendo las estrictas costumbres del palacio imperial, la emperatriz y yo dormimos separadas. Como eso siempre fue así, no tenía nada de lo que sentirse sola.

Todo estaba en silencio.

Pensando sola en el silencio, llamé a los espíritus dentro de mi corazón.

Chicos. 

Entonces los espíritus comenzaron a aparecer a mi lado uno a uno.

Desde el comienzo de mi renacimiento, los diminutos espíritus estaban a mi lado desde entonces. Porque estaban a mi lado, eran más que amigos para mí.

Si no estuvieran aquí, tal vez no hubiera podido adaptarme a mi nueva vida y hubiera perecido inmediatamente. 

Mientras susurraba en mi corazón, como para consolarme, los niños me acariciaron.

¿Mmm…? 

Pero por alguna razón, los espíritus estaban un poco extraños.

Especialmente, los espíritus de luz.

Como si estuvieran siendo corteses, se pusieron en fila e inclinaron la cabeza.

Levanté mi cuerpo ligeramente, curiosa.

¿Qué sucede? 

Trataron de transmitirme un mensaje. Pero antes de que pudieran, la cortina se agitó ligeramente y la luz de la luna ahora inundaba la habitación. Detrás de las cortinas blancas penetraba la brillante luz amarilla de la luna. Su brillante luz iluminaba toda la habitación.

Una luna llena.

Abrí los ojos de par a par.

Detrás de la cortina había un hombre. Era increíblemente misterioso con ojos que brillaban con una luz dorada como la de la luz, y un cabello platino que se mecía.

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