Ya no te amo – Capítulo 25

Traducido por Melin Ithil

Editado por Sakuya


—¿Cómo diablos voy a decir que casaré a mi hija con el emperador de Vinfriet, si me avergüenzo de que recién te separaste de Wistash?

—No estoy segura de por qué estás enojado, si es justo así como pasó.

Ni siquiera te preocupas por mí, te enojas porque te afecta a ti.

Ante la despreocupada respuesta de su hija, el rostro del marqués se mostró escalofriante, era un tanto confusa porque además parecía querer deshacerse de ella de inmediato.

Había querido huir a su casa después de la declaración de matrimonio de Arendt con su hija, pero inmediatamente todos los nobles lo acosaron con preguntas, —¿Sabías que tu hija sedujo a Joachim XII? Entonces, ¿por eso rompió su compromiso con el duque de Wistash? Sus diálogos a primera vista habían sido formulados como preguntas, pero era obvio que le estaban dando declaraciones y solo querían saber más. Todos ellos estaban convencidos de que el marqués había juzgado que el emperador sería un mejor yerno que el duque y empujó a su hija al emperador. No existían otras hipótesis que pudieran formular más que esa y él no supo qué decir para desvanecer el mal entendido. Si se atrevía a decir que no estaba enterado de nada, se convertiría en un padre estúpido y descuidado que no sabía que su hija se iba a casar.

—Sabía que había una razón para que la señorita Solen no hubiera tenido vergüenza al ir a una fiesta tras romper con su prometido.

Después de escuchar aquellas palabras el marqués no pudo continuar más porque todo su cuerpo temblaba con desprecio. Esa fue la primera vez que sintió rencor. Siempre había sido el objeto de envidia y respeto, era un noble como pocos, bondadoso con los que estaban debajo de él. Fue por eso que mantuvo a su hija, concebida antes del matrimonio, ocultándola lo más que pudo de las actividades sociales. Se preguntaban si el hombre que seguían, que tanto admiraban, alguna vez traería a su hija. Bueno, nunca fue así.

—Si realmente ibas a usar la casa Solen, ¿no crees que mínimo deberías haberme dicho algo? ¿O no eres consciente de que hacer esto solo daña la reputación de la familia?

—Disculpa, no sabía que al hacer que Solen produjera una emperatriz para otro país provocaría una falta para la familia.

—¡¿Ahora si hablas de eso?! —El marqués terminó alzando la voz. Aunque sentía que ya era tarde para gritarle a la despiadada de su hija, sería algo incómodo y ya no quería volver a hablar con ella.

Después de ver cómo le alzaba la voz y como estaba controlado por tanta ira, ella solo le dio la espalda. Ya no sentía decepción o tristeza.

Bueno, fue como esperaba.

Supuso que su padre estaría molesto porque odiaba no tener el control, pero ya no quería seguir lidiando con él, ya había llorado ese día y estaba mentalmente cansada. Quería llegar a su habitación a descansar, pero antes de que pudiera hacerlo, la volvió a detener.

—Te pareces demasiado a tu madre, eres igual de vulgar. Aun cuando también eres mi hija. —Realmente estaba jugando esa carta—. ¿Atrapar un hombre solo para mejorar su estatus? Tsk.

—¿Por qué me maldices por un error tuyo, padre? —Respondió con total disgusto. Estaba cansada, había pasado por demasiado ese día, estaba exhausta. Significaba que no tenía el espíritu para soportar tal abuso unilateral—. Mi madre lo hizo mal, mi padre cometió un error, pero la única que es maldecida soy yo.

—¿Eh? ¿No sé de qué estás hablando?

—Entonces, ¿podrías hablar de las cosas que he hecho bien?

El marqués se mordió la lengua ante la respuesta de su hija.

—¡No debiste haberlo hecho así, actuaste fuera de lugar!

—Debería controlarse, pronto deberá respetarme, padre. —Después de todo, ¿qué marqués se atrevería a hablarle de esa forma a una emperatriz? Más aún, ella llevaría el apellido de su país, Thierry y no Solen—. Joachim XII es un hombre que la gente aprecia y sabe diferenciar las cosas entre público y privado. Sabe cómo cuidar de la mujer que será su esposa.

Era imposible que su padre no entendiera lo que sus palabras querían decir, así que ahora tenía algo de vergüenza en sus ojos.

—¿Te atreves… a amenazarme?

—¿Por qué debería?

No hubo respuesta, era obvio que sabía temer a la posición de emperador. Su comportamiento cambió completamente, ahora lucía débil. Esto causó una sonrisa en ella.

—¿Alguna vez pensaste en verme hacia arriba? —No sabía porque las personas a su alrededor parecían creer que todo siempre permanece igual. Miró nuevamente a su padre, que había cerrado la boca y antes de irse recordó agregar algo más—. Bueno, es curioso, no sé qué te habrán dicho esas venenosas voces en esa vulgar fiesta, pero a mí nadie me dijo nada…

—¿Qué…?

Sin ninguna etiqueta en su rostro se dibujó una sonrisa fría.

—¿No es curioso?

¿No era consciente de que la gente ataca al débil? Realmente asombroso. Probablemente no había experimentado algo como eso en toda su vida, después de todo, siempre vivió sintiéndose encima de los demás.

—Espero que ya no me entretengas más, estoy cansada.

Hubo un tiempo en el que ella deseó el cariño de su padre, en el que se sintió abandonada. Aunque siendo sincera, hubo un par de ocasiones en las que no se sintió completamente sola. Había tenido entre seis y ocho años, no recordaba bien, pero hubo un momento en el que ella puso su vida en riesgo. Había caído de un árbol durante el verano. Su cometa se había atorado en un árbol, así que trepó para bajarla, pero en un momento tropezó y su conciencia se puso borrosa, solo vio a un hombre rubio correr hacia ella. Al creer que había sido su padre, cerró sus ojos sin temor.

Oh, parece que papá vino a salvarme.

Se sentía feliz, si era su padre quien la salvaba, habría caído una docena de veces más para que él cuidara de ella. Qué ilusa. Fue un sirviente quien la salvó, había visto como la niña caía del árbol y corrió a salvarla, mientras su padre miraba, como si no le importara si estaba a punto de morir o no. Nunca se comportó como un padre. Después ella se enteró de su compromiso y que debería irse a una edad temprana porque su padre ya tenía otra hija. Estaba siendo abandonada, realmente se sintió triste. Entonces dejó de lado al marqués.

♦ ♦ ♦

Estaba hablando por teléfono, una pantalla hecha con cuatro piedras mágicas.

[Entonces, ¿cuándo vuelves?]

Era su medio hermano, Lenny Artur Joachim, el que estaba al otro lado. Era quien se ocupaba de los asuntos de estado que no podían esperar a que Arendt volviera. Fue gracias a él que había podido ir a buscar esposa a Thierry.

         [¿Tan difícil es Thierry?]

—Volveré pronto, deja de preocuparte. —Respondió amablemente mientras sonreía vagamente con la barbilla apoyada en el escritorio. Sus palabras y expresiones eran suaves, pero las yemas de sus dedos intimidaban a una piedra mágica de la pantalla, cada que la movía, emitía un ruido extraño.

         [¡Oye, oye! ¡Para!]

—Sí, sí.

         [Espera… hombre]

—¿Eh? —Inclinó la cabeza para preguntar ingenuamente, como si quisiera saber que pasa.

Su hermano chasqueo su lengua, conocía a Arendt y como se comportaba. Era como un niño jugando una broma de mal gusto y rodó sus ojos en blanco, mostrando su disgusto. Era un lado de Arendt que pocas personas conocían, así que quiso saber la causa de esto.

         [¿Qué es lo que sucede?]

—No pasa nada.

De nuevo la interferencia. ¿Por qué hacía eso? Entonces pensó en un tema que podría interesarle.

         [Bueno y ¿quién es la persona con la que te casarás?

La interferencia se detuvo.

7 respuestas a “Ya no te amo – Capítulo 25”

  1. Vaya tío más pesado… anda a freír monas! Estamos hasta el moño de tus quejas sin sentido, TÚ HIJA te ha dado un ZAS EN TODA LA BOCA aristocrático, ahora ella pertenece a la cúspide de la realeza, emperatriz ni más ni menos y tú eres un mero siervo insignificante que no merece la más mínima atención. Dicho esto, Arigatou, espero sigan actualizando seguido como hasta ahora y cada vez más. Las quiero

  2. El padre de Niveia es una completa basura, ver que ella llego al extremo de lastimarse solo para que ese bastar** le mostrara aunque fuera un poco de cariño hace que odie con todo mi ser al marques y sienta mucha pena y dolor por la protagonista.

  3. Tipo grande ya y no acepta las consecuencias de su calentura y se desquita con la persona que no merece culpa alguna, que tipo asqueroso y desagrable!!!!

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