Baño de la Diosa – Después de la Historia, Parte 3: Un cierto príncipe en el caos y un cierto doble

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


—Olvidé mi toalla…

El chico se dio cuenta cuando ya había comenzado a bañarse con el agua caliente en la bañera de piedra.

¿Tal vez había dejado la toalla afuera del baño con su ropa? Sin embargo, mientras trataba de seguir sus pasos, ni siquiera recordaba haber preparado una toalla.

Permanecer así probablemente sería inconveniente para el baño, pero tampoco era un gran problema molestar al soldado que cuidaba afuera.

El niño comenzó a lavarse los brazos después de triturar algunas hojas de búfalo y hacer una espuma jabonosa.

Las burbujas ligeramente verdes comenzaron a cubrir su cuerpo.

A pesar de que el niño todavía no estaba acostumbrado al olor a hierba de las hojas de búfalo, estaba relativamente acostumbrado a la vida de su segundo confinamiento.

El rey del desierto, que había conocido durante la fuerte tormenta de arena, lo había recibido con palabras demasiado molestas y amables. Pero, el muchacho no había vivido una vida lo suficientemente simple como para creer las palabras del rey, sus ojos lo delataban al máximo, eran demasiado agudos para igualar su tono compasivo y alentador.

Y así, antes de que pudiera descansar del entumecimiento causado por un año entero de encierro, fue llevado a Yohk’Zai con pretextos recubiertos de una azucarada amabilidad. Al final, solo lo lanzaron a una nueva prisión etiquetada como “habitación de invitados”, pero no sintió sorpresa ni desaliento.

Comparado con esa torre, ahora tenía una gran ventana, comida más que suficiente, y si lo deseaba, incluso podía bañarse como lo estaba haciendo en este momento.

Cuando pensó que había sido liberado, el castillo fue destruido, y podría decirse que la tierra estaba a punto de… bueno, colapsar. Para ser precisos, estaban siendo invadidos por Yohk’Zai, y él había sido encarcelado una vez más.

No es que no haya sufrido en absoluto. Pero en lugar de pensar en las circunstancias que lo rodean, el niño sintió esperanza dentro de él.

Él no tenía lo que se necesitaba para ser rey.

Lo supo desde que vio al ambicioso y seguro rey del desierto vestido con ropas azules. Sabía que este rey sería capaz de encantar a las personas con sus fuertes palabras, con sus ojos inquebrantables y con cualquiera de sus acciones.

Era quien merecía el título.

Comparado con un rey tan magnífico, él era casi insignificante.

Cuando llegó a esa conclusión, se dio cuenta de que la historia que había leído antes en la torre era cierta.

Era obviamente el descendiente de un usurpador. Él no era el sucesor legítimo del trono de Ii’Jibro.

Si tuvieran que encontrar su verdadero lugar de nacimiento, todas las personas que lucharon para liberarlo probablemente se desesperarían.

¿Por qué ese hombre que rescató a su madre de la torre tiene que convertirse en rey? ¡Hubiera sido mucho mejor si se hubieran escapado juntos y vivieran libremente, así no tendría que…!

Sabía que no podía hacer nada, pero seguía lamentando las decisiones de su antepasado una y otra vez. Barrido por sus preocupaciones, presionó su brazo más fuerte.

Fue en esos momentos cuando se sintió molesto consigo mismo por lo femenino que se sentía.

—Y para el próximo, ¡que sea el príncipe Hinoki!

Una voz aparentemente irritada y apresurada resonó a través del pequeño baño.

Todo el vapor que llenaba la habitación parecía ser succionado en la dirección de donde venía la voz, despejando su vista.

—Ah. ¡¿Príncipe Hinoki?! ¡Lo hice! Mmm, ¿no funciona casi todo el tiempo? Tal vez esto realmente funciona todo el tiempo…

Aunque solo estaba fingiendo, el joven Hinoki que se convirtió en el rey de Ii’Jibro abrió los ojos con sorpresa.

Frente a él estaba la bruja que había encontrado en la torre.

Sus peculiares rasgos faciales y su cabello negro combinaban perfectamente con la descripción de una bruja encontrada en los viejos mitos de Ii’Jibro. Y a pesar de que solo estaba cubriendo sus pechos con un trozo de tela, no parecía avergonzarse en absoluto, ni siquiera le importaba mostrarle su piel de mármol.

Al principio, sus ojos negros estaban llenos de alegría, pero cuando bajó la mirada, lentamente hizo una expresión extraña.

—Umm, definitivamente no vine a robarte la vida o… la fertilidad ¿sabes?

—¿Qué te hace pensar que puedes convencerme? —le respondió con frialdad, después de fingir apartar la vista de su rostro.

—¡No, lo juro! Ni siquiera sabía que te estabas bañando. O en realidad, ¡no tenía otra opción!

La bruja bajó la mirada hacia cierta tela que sostenía en sus manos.

—Ya ves, me encontré con Huu… Quiero decir, ese tonto Karasu, luego quería tomar un baño junto con Kyousui, ¡pero luego me preocupaba que pudiera negarse por vergüenza! Entonces pensé que tendría que darle las sales de baño, y en cambio obtuve esta toalla para el cuerpo… Eso significaría que el próximo lugar al que iría sería un baño ¿verdad? Así que esto no fue mi culpa en absoluto, fue todo por ese idiota duro y denso de Karasu, ¿no crees?

—Espera, no puedo seguir tu historia en absoluto.

—Bueno, en primer lugar, a pesar de que alguien como yo, que no tiene ninguna relación con este mundo, se está preocupando tanto por ellos, ¿quién piensa Karasu que es para disfrutar tranquilamente de su vida de recién casados con Kyousui cuando él es el que más me preocupa? Y, de todos modos, ¿por qué tengo que escuchar sus delirios de enamorado? “Una avergonzada Kyousui también está bien, lavarla de nuevo así ha sido siempre mi sueño.” Diablos, ¡no quiero escuchar tus supuestos sueños!

Parecía estar ardiendo de rabia, movía los brazos arriba y abajo. Luego, de repente, se quedó sin energía, solo para comenzar de nuevo con más fuerza.

La bruja simplemente apareció sin previo aviso, comenzó a pasear interminablemente con historias sin sentido, y enloquecer de la nada. Y todo eso estando medio desnuda.

Obviamente, había sido un error pensar que estaba cuerda… ¿Probablemente ella estaba rota más allá de la reparación?

Después de dudar de su cordura, de repente recordó su propia postura, sin una sola cuerda cubriendo su cuerpo, y se avergonzó.

Inmediatamente golpeó sus brazos cubiertos de burbujas hacia la bruja.

—No me importa si viniste a robar mi esperanza de vida o fertilidad o algo así. Solo dame esa toalla para el cuerpo o lo que sea, ahora.

—Oh, sí… correcto. Estás en una edad difícil después de todo. Lo siento, lo siento. Aquí tienes.

Hinoki envolvió la tela que recibió de la bruja alrededor de sus caderas.

Luego la miró intensamente.

¿Por qué apareció frente a él otra vez?

¿Fue ella quien le dio a Huuron la llave que usó? Si ese era el caso, entonces debe haber sido cómplice en la trama organizada por el rey de Yohk’Zai. Pero entonces, ¿por qué apareció de nuevo?

Hinoki permaneció en silencio, tratando de adivinar lo que la bruja estaba tratando de lograr. La bruja también, solo masculló sin sentido tratando de encontrar algo que decir.

Una vez más, el vapor llenó el baño una vez más mientras permanecían en silencio. Una sola gota cayó del techo, haciendo un ruido de salpicadura. Como empujada por ese ruido, la bruja rompió el silencio.

—Umm, te ves más animado de lo que pensaba.

—No sé lo que estabas pensando, pero realmente no me siento mal.

—Yo… ya veo. Eso es bueno.

Aparentemente había sido demasiado vaga. Después de mirar frenéticamente a su alrededor, miró a Hinoki, y como si estuviera reforzando su resolución, miró fijamente su cuerpo.

Hinoki estaba sorprendido.

—¿Podría ser que realmente quieres mi fertilidad?

En un instante, la bruja entró en pánico.

—Y-Yo, ¡te digo que no es eso! Solo olvida eso ya. No lo quise decir de esa manera, ya ves, bueno, solo me preguntaba si tal vez algo malo te había sucedido…

Qué bruja tan difícil de entender, aunque era cómplice del rey Huuron, se preocupa por la persona a la que habían encarcelado.

Hinoki resopló ligeramente y respondió de manera lúdica.

—Afortunadamente no he sido torturado ni maltratado. El Rey Huuron solo me está tratando como invitado… por ahora, eso es.

La bruja se relajó después de escucharlo, pero frunció el ceño ante sus últimas palabras.

—Ya veo, tiene sentido. Estoy tan contenta, lo hice a tiempo. O no, eso no es lo que quiero decir…

Ella arregló su postura sentada, y tosió ligeramente.

Luego se inclinó ante Hinoki, quien la miraba tratando de descubrir qué estaba tratando de hacer.

—¡Lo siento mucho!

Ella de repente se disculpó.

¿Qué tan difícil de entender podría ser ella?

—Yo le pregunté. Le pedí a Huuron que te sacara de la torre y te ayudara. Nunca pensé que te encerraría en otra torre en Yohk’Zai y se haría cargo de Ii’Jibro. Aahh, si solo hubiera pensado mejor… Solo le dije que te sacara de la torre, nunca dije nada sobre qué hacer después. No puedo decir que no hizo lo que pedí… Ahh, es tan astuto que es molesto.

Hinoki era cauteloso al observar a la bruja.

Sus acciones y apariencia eran realmente sospechosas, pero no pudo detectar ningún otro motivo en su voz.

Solo le parecía arrepentimiento, enojo y sufrimiento.

—Es por eso que ahora asumiré la responsabilidad y te salvaré. Y no te preocupes, hay algo que podemos intercambiar. Me aseguraré de sacarte de aquí y regresarte a Ii’Jibro. —dijo apresuradamente con una respiración irregular, apretando los puños mientras hablaba. Su emoción era preocupante, podía desmayarse fácilmente por esa cantidad de estrés.

Habiendo dicho eso, Hinoki todavía dudaba de que la bruja se ofreciera para ayudarlo por la bondad de su corazón.

Empezó a pensar qué situaciones favorecerían a la bruja. Si no quería sufrir más, tenía que evaluar esta situación desde un punto de vista más objetivo.

—Eso es bastante descabellado para que lo prometas. ¿Y qué? ¿Qué querrías en el caso de que Ii’Jibro me fuera devuelto?

Hinoki pensó que tal vez ella no pudo llegar a un acuerdo con Huuron, y ahora estaba tratando de usarlo.

Tal vez la bruja quería las tierras fértiles, o las minas de piedra lunar, o incluso los muchos tesoros que quedaban de la edad de los sabios reyes antiguos.

—Bueno, están sucediendo muchas cosas, pero… En el caso de que suceda lo que dices, primero necesitaríamos detener la invasión a Jebas —comenzó a decir la bruja.

—¿Qué? —preguntó sorprendido cuando escuchó una respuesta que no había esperado en absoluto. Pero la bruja lo ignoró y comenzó a contar con los dedos.

—Después de eso me gustaría arreglar las piedras de fuego que Triht quiere. Entonces me gustaría que cesen las demandas irrazonables de la tribu Ottko Yu, y si algo se puede hacer por la hambruna debido a los arrijighock. También estoy preocupada por los campos zhaltkane en Insen… así que también me alegraría si el problema con las corrientes de agua subterránea pudiera ser resuelto. Incluso si no pudieran ser controlados, al menos si se pudieran predecir sus movimientos…

Hinoki se quedó más boquiabierto mientras ella continuaba hablando.

Ya no solo era descabellado. Después de enumerar todos los nombres de esos otros países, incluso mencionó las corrientes de agua subterráneas.

Aunque fuera una bruja, esto era demasiado irrazonable. Si hubiera alguna criatura capaz de hacer todo eso, solo podría ser Dios.

—Espe… Espera un minuto. ¿Hablas en serio acerca de todo eso?

—Por supuesto que hablo en serio. —dijo la bruja asintiendo de inmediato. —Pensando en eso, todo comenzó porque ayudé a esa persona varada… Y por la forma en que esto sucede, ya no puedo disfrutar de tomar un largo baño. Como renuncio a mi hora de baño para esto, quiero verlo hasta el final.

Hinoki no podía entender lo que estaba tratando de decir en absoluto.

¿A quién se refería con una persona varada? En primer lugar, ¿qué tipo de relación tuvo un largo baño con todos los países que mencionó antes?

—Por eso, primero te dejaré escapar de aquí. Entonces tendrás que esconderte con alguien hasta que todo se enfríe —diciendo eso, extendió su mano.

Su mano no parecía la mano de un guerrero, ni de un campesino. Más que nada, parecía la mano de los aristócratas que rodeaban a Hinoki cuando su padre todavía estaba vivo.

Una piel suave que nunca probó dificultades, pero dio una impresión completamente diferente.

—No lo entiendo. ¿Qué obtendrías de entrometerte con esos países? ¿No quieres algún tipo de compensación? ¿Qué pasa con el dinero? ¿O plata? ¿Consideraste arrebatar todo el tesoro de Ii’Jibro tal vez?

—Eso estaría bien~. Todo tipo de riquezas… Soy una mujer después de todo, me encantan las cosas brillantes. Pero no importa cuánto me gustaría conseguir, no tendría sentido.

Ella se está contradiciendo a sí misma.

—De todas formas, ¡apúrate! Será más difícil si empiezas a sospechar de mí.

La bruja se inclinó hacia adelante desde su habitación, y agarró el brazo del confundido Hinoki.

Hinoki inmediatamente se apartó tratando de huir de él.

Gracias a la espuma jabonosa, la mano de la bruja se deslizó.

—Huh, ¡espera!

La bruja gritó sorprendida.

Sin embargo, Hinoki estaba más sorprendido por su propia reacción que la de la bruja.

Si la siguiera, podría convertirse en el gobernante de Ii’Jibro aunque solo fuera de nombre. Podría sentarse en el mismo trono que su padre una vez, y pasar por alto a las familias vasallas que una vez le sirvieron.

Incluso si él no era el legítimo dueño del trono, probablemente agradaría más a la gente que fuera el gobernante antes que ser esclavos de Yohk’Zai.

Pero, solo pensar en convertirse en rey lo hizo estremecerse.

Puede que aún no esté loco, pero mi mente se rompió hace mucho tiempo.

Él era demasiado débil. Cuando sus sospechas se confirmaron de repente, Hinoki solo pudo admitirlo.

—Estoy agradecido por su amabilidad, pero no puedo aceptarlo.

—¿Huh? ¿Por qué?

Ella no estaba al tanto de la situación que rodeaba a Hinoki, por lo que inocentemente inclinó la cabeza confundida.

—No tengo lo que se necesita para ser un rey. ¿Qué podría hacer un tonto que quedó atrapado dos veces?

—Pero, no podías evitar eso. Todavía eres un niño después de todo…

Al ver a la bruja negándose a retroceder, Hinoki comenzó a molestarse.

—¿Qué tiene que ver ser un niño con esto? ¿Cuántas personas crees que serían lo suficientemente ingenuas como para ser más considerados solo porque soy un niño?

—Bueno, cierto… Mmm, entonces, deberías obtener algún tipo de tutor o asistente. Si le preguntas a esas personas que intentaban rescatarte de la torre, estoy seguro de que aceptarán ayudarte, después de todo parecían decentes.

Cuando Hinoki la escuchó, estaba envuelto en una sensación de culpa indescriptible.

Siempre había estado preocupado cuando pensó que debería sentir gratitud hacia las personas que lucharon para liberarlo.

¡Él nunca fue una persona digna de ser salvada!

—Si descubrieran mi verdadero lugar de nacimiento, probablemente se irían.

La bruja frunció el ceño.

Incluso la bruja probablemente perdería interés y desaparecería si supiera quién era realmente Hinoki.

Gritó entonces, tratando de deshacerse de todas las dudas que había acumulado en lo profundo de su corazón.

—No soy del linaje del rey. ¡Solo soy el hijo de un usurpador!

—Eh. ¿Qué? ¿Sabías de eso?

—¿Huh…?

La bruja sonaba completamente indiferente.

—El hombre que rescató a tu madre de la torre fue tu padre, ¿verdad? Tu antepasado fue un hombre valiente, para rescatar a tu madre, se opuso al rey…

Era cierto, era valiente o, mejor dicho, debe haber sido valiente. Pero, ese no es el problema ahora.

—P-Por eso, no puedo convertirme en el rey.

—¿Por qué?

—¿Realmente me estás poniendo atención?

—Qué grosero. Te escuché. Simplemente no eres del linaje del rey de la primera generación, ¿verdad?

Parecía que ella estaba tratando de decirle ‘¿Cuál es el problema con eso?’

El camino que tomó la conversación fue tan diferente de lo que Hinoki esperaba que las palabras no le salían.

—La historia de que tu antepasado asumió el trono ya es bastante antigua, ¿no? Y desde entonces naciste, después de las próximas generaciones de reyes. Es tu linaje, ha pasado el tiempo más que suficiente. Y primero…

La bruja dijo con confianza mientras lo tomaba del brazo, pero de repente fue interrumpida.

—Si me callo, no lo sabrán.

—¡Así que ese es el problema!

Mientras respondía, Hinoki mantuvo su cabeza en cuclillas.

Cuanto más hablaba con la bruja, más sentía que su sentido común se estaba desmoronando.

—Y aparte de eso, ¿qué otro problema hay? Ah, ya sabes, si no quieres que se sepa, puedes intentar acercarte a la tribu Ottko Yu.

—¿Por qué es eso?

—Porque la tribu Ottko Yu ya lo sabe.

Aunque era un secreto que solo él debería saber…

Hinoki se sentó dónde estaba, exhausto, tanto por el alivio de desaparecer esa carga en su espalda como por la estupidez que sentía por atormentarse con un complejo de inferioridad.

—Hablar contigo… me está haciendo sentir extraño… Espera, ¿qué quieres decir con eso?

La bruja miró al Príncipe Hinoki con una mirada maliciosa. Pero se encogió de hombros y dijo:

—Bueno, de alguna manera entiendo que estuviste preocupado por muchas cosas. Pero mira, aunque sabía todo eso, todavía quiero apoyarte. También por el bien de Ii’Jibro. Así que, vamos, es hora de irnos.

Ella extendió su mano una vez más.

Hinoki miró esa mano por un momento, pero luego negó con la cabeza.

—No puedo. Después de todo, no puedo convertirme en rey.

La bruja recibió eso con una mirada perpleja.

—Me doy cuenta de que no te importa mi linaje. Pero a muchas personas les importa y claramente vivirían con ansiedad. Y encima de eso… No estoy hecho para ser un rey. Incluso si… incluso si tuviera que aceptar tu ayuda y me convirtiera en el rey, Ii’Jibro seguramente se hundiría en el caos tarde o temprano.

Él no nació para ser un rey, no por su linaje, sino todo él. Una vez que lo aceptó, no hubo forma de cambiar su forma de pensar.

Odiaba su propia impotencia. Por un lado, su fuerza le abandonaba la espalda y sentía que el aire era succionado de sus pulmones.

Sintió una piedra atrapada en sus entrañas, solo al pensar en el futuro de Ii’Jibro.

Él la miró. La bruja que siempre estuvo desnuda por alguna razón, no parecía tener miedo o avergonzarse frente a las personas, y siempre hablaba con palabras incomprensibles. Pero tal vez, si él la escuchara, que incluso estaba preocupada por las corrientes de agua subterráneas…

—Bruja, si te importa la gente de Ii’Jibro, por favor escucha mi única solicitud.

Parecía estar sumida en sus pensamientos pensando en algo, luego parpadeó una vez y miró a Hinoki.

—El rey Huuron es fuerte. Debe parecer un rey increíble para la gente de su propio país. De alguna manera, quisiera que la gente de I’Jibro recibiera la misma bendición.

—En otras palabras, ¿estás diciendo que quieres confiarle Ii’Jibro al rey Huuron?

Hinoki asintió.

—Exactamente. Lo que quiero es la integridad de las propiedades y el estatus social de las personas, eso es todo. Me refiero a dejarle todo a él ahora mismo.

—¡¿Ahora mismo?! ¿No se puede hacer después? Incluso si te tratan como un invitado por el momento, no hay pruebas de que estarás a salvo más adelante. Y también, tuviste que pasar un año entero de sufrimiento, ¿realmente quieres vivir así…?

—Pareces bastante insegura. ¿Tal vez podamos hacer un intercambio para ‘convencerlo’? ¿O fueron esos intercambios que mencionaste solo un farol?

—No fueron un farol. Estoy segura de que podría convencerlo. Estoy segura, pero…

Hinoki comenzó a sonreír ante la vacilación del a bruja.

Hizo una amplia sonrisa que no contenía miedo a la vergüenza ni a la arrogancia.

—Entonces está bien. Esta será mi última orden como un rey falso. No pediré nada más.

Ella miró fijamente a Hinoki. Se decía que los ojos negros de una bruja podían ver a través de cualquier mentira. Entonces, Hinoki la miró fijamente, sin apartar la mirada.

Después de un rato, la bruja asintió a regañadientes.

—Bueno. No lo quería, pero acepto que no quieres convertirte en un rey. Trataré de convencerlo tan pronto como pueda. Le propondré mis condiciones y te liberaré.

—Estaré agradecido si lo haces.

Hinoki se enfrentó a la bruja e hizo una reverencia.

Casi siempre fue tratado como un debilucho, su vida en confinamiento que lentamente corrompió su determinación, cuando pensó en el significado de todo eso, y al darse cuenta de que habría un final para él, lo convirtió en algo completamente diferente.

—Escucha, ¿tienes algo que quieras hacer? ¿Qué piensas hacer después de que estés fuera de aquí y dejes de ser un rey?

Después de escuchar todo eso, el único pensamiento en el que podía pensar era en el mapa que había visto en la torre.

Siempre soñó con ver con sus propios ojos todos los países sobre los que solo podía leer en los libros, la aldea nevada de Triht, el reino de Insen, la tierra de Tohji, en el extremo norte, y el lugar llamado paradis, Jebas.

—¿Recuerdas el mapa que te mostré antes? Si pudiera, me gustaría ver… Oh, bueno, no importa.

De repente negó con la cabeza para desenredarse de ser absorbido en sus sueños.

No había forma de que se le permitiera ser tan egoísta.

Solo podía vivir como lo habían hecho sus antepasados, como una persona común en Ii’Jibro. Y espera poder ayudar al menos a algunas personas de esa manera.

—El mapa, eh. ¡Bien! Esto fue un poco diferente de lo que esperaba, pero debería funcionar… Por cierto, ¿no ha olido algo desde hace un tiempo? ¿Qué es ese olor herbáceo? Whoa, es de mis manos. ¿Podría ser de las burbujas verdes en tu brazo?

Olió sus manos mientras fruncía el ceño con disgusto.

—Es el jabón de Yohk’Zai. Huele mal. Incluso si estoy acostumbrado a vivir confinado, no puedo acostumbrarme a ese olor.

Hinoki tomó el frasco con hojas de búfalo en polvo y se lo mostró a la bruja.

—Huh, espera, ¿qué es esto? ¿Es esto una especie de bandera? ¿Acabo de levantar una bandera? ¿No fue suficiente con la toalla del cuerpo?

Por un instante, la bruja parecía estar a punto de estallar en lágrimas.

—Ahh, como sea, ya no me importa. ¡Toma esto, ladrón!

Por alguna razón, la bruja intercambió a la fuerza el jabón hecho a mano que había obtenido del príncipe de Jebas con las hojas de búfalo. Hinoki una vez más comenzó a dudar de su cordura…

Aclaración: Ambos llevan una toalla durante toda la conversación, tapando sus partes íntimas.

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