Decidí crear muñecas – Capítulo 19

Traducido por Gatonegro

Editado por Ayanami


De regreso en el taller, bajé a cactus y le doy las buenas noches. No soy de las que entienden al tipo de personas que son incapaces de seguir una rutina. Si en verdad lo quieres, hazlo hasta que se te grabe en la cabeza… ¡pero, hoy, ni hablar! No seguiré mi rutina.

Aunque podría ser malo quedarme despierta hasta tarde, ya que tengo diez años, bueno, no pasara nada si lo paso por alto una vez. 

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El calor es abrumador, incluso ahora que el sol desapareció en el horizonte desde hace rato. Los veranos en Malgariod son intensos.

Si uno abre una ventana para refrescar el ambiente, con seguridad, el aire caliente lo sofocaría en instantes. Me alegra mucho haber confeccionado el collar del espíritu de agua con una semana de anticipación, gracias a él, puedo soportar estas temperaturas.

El cielo nocturno en su esplendor, se extiende más allá de mi línea de visión, solo puedo describirlo como si alguien hubiera salpicado muchos litros de leche. Las estrellas que adornan el firmamento eran tantas, que temía que el cielo cayera por el peso de todas ellas.

Ha lo que llamaba Vía Láctea en mi vida pasada, aquí se le conoce como las Llamas del Cielo.

Según cuenta la leyenda, se dice que hace mucho tiempo la superficie era controlada por los dioses que habitaban en el cielo. Pero ellos, eran realmente malvados. Asesinaban humanos por placer, en su tiempo libre. No siendo capaces de tolerar esto por mucho tiempo más, los sobrevivientes buscaron la ayuda de un sabio.

‘Por favor señor, salve nuestras almas de la destrucción’. Esas fueron sus tristes y desesperadas plegarias. Sin poder ignorar el dolor en sus súplicas, el viejo sabio se comprometió a hacer algo.

Así, en pos de cumplir su promesa arrojó, en dirección al cielo, una flecha formada de la luz más pura y brillante, está, al tocar el empíreo maldito, quemó todo con una furia devastadora a su paso. El camino de destrucción dejado atrás por el fuego, es, exactamente, lo que se conoce como Las Llamas del Cielo.

Bueno, siguiendo la historia. El sabio acabó con todos y cada uno de los dioses. Y su cuerpo pasó a ser la fuente de la alquimia y la magia.

Mi magia de muñecas es demasiado poderosa como para que un alma humana lo soporte, pero, no es como si no supiera que mi poder, una vez, perteneció a un dios.

La cantidad de cosas que puedo hacer, son muchas, y han ido creciendo a medida que aprendo más alquimia. Me pregunto qué es lo que encontraré al final de mi camino…sin saber qué es lo que sucederá de ahora en adelante con la casa Wisp o conmigo misma, la semilla de la curiosidad crece en mí.

Hoy, también daré lo mejor de mí. Cuando salté afuera, el viento amortiguó mi caída. Mi aterrizaje no produjo sonido alguno. Gracias, espíritu del viento.

Pedí prestada, una zona apartada del patio trasero y cubierta de arbustos. La nombre como, mi área de entrenamiento.

Uno puede ver el resultado de mis prácticas, ya que las ramas de los árboles están torcidas en ángulos extraños o se puede observar que la tierra está un poco removida. Me dispuse a dibujar un cuadrado mágico con una varita hecha de madera de roble. Realmente, éste es el horno de alquimia más antiguo. Esto es lo que es, realmente, la alquimia.

El cómo producir oricalco[1] de la mismísima chatarra. O crear medicinas imposibles a partir de aguas contaminada. En simples palabras, transmutar, en su totalidad, la existencia de la materia en cada una de sus formas o estados.

Si fuera humano…su vida no tendría fin.

Gatonegro
Supongo que se refiere a que si la alquimia, en sí misma, fuera humana o en el mismo caso tuviera conciencia propia.

<<Señorita, aquí>> Kajero me extendió una espada de cobre oxidada. Se coloca en el horno y luego hay que untarlo con tierra. Es una de las prácticas más básicas. Refinar una espada con tierra removerá el óxido. Cuando empiece a brillar, debes dejarla oxidar de nuevo. Repite esto una y otra vez.

Al principio, este proceso duró unas dos horas, pero, en esta oportunidad, se redujo a una hora.

A lo largo de esta intensiva refinación, la espada corre el riesgo de romperse en pedazos o acorta su tiempo de vida útil si se hace incorrectamente. El siguiente paso requiere velocidad y unos sentidos agudos.

El objetivo es hacer que la espada pase por diez procesos de ‘refinamiento’ por día. Hasta ahora, esta espada ha pasado por diecinueve procesos. Solo un refinamiento más y estará lista. Concéntrate, vamos tú puedes.

Bien, para ser la primera mitad. Es más limpio que los nuevos que se venden en las tiendas. A continuación, degradémoslo.

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POV 3era Persona

El primero en darse cuenta fue Walf

<<Por allá hay algo>>

Al mirar a Kajero, éste pareció comprender el mensaje.

<<Uno ataca, el otro defiende>> Kajero, con estas líneas, estaba listo para atacar. Algo se había colado en el jardín de los Louivas.

Ocultaron completamente su presencia y su palpable sentimiento asesino, para no ser descubiertos por el intruso.

Kajero se encontraba de pie, como si estuviera protegiendo a una princesa, a la vez que les ordenaba a los animales en el jardín que mantuvieran formación.

Mientras tanto, Walf pateó el suelo y saltó a la velocidad de una bala. Había alguien observando a la princesa en la distancia, escondido en las sombras. No parecía tener malas intenciones, solo miraba.

<<Espiar es de mala educación>> Walf no llevaba su espada. Pero, aun así, los haría pedazos si eran personas malas. La situación actual, es un tanto delicada, por lo que, decidió hacer un ataque con su propio cuerpo.

 Aunque estaba lleno de una gran velocidad y poder…

— ¡Otto! —Dijo el oponente, mientras abrazaba a Walf para contenerlo y dispersaba, mágicamente, el impacto del ataque.

—Pero que lindo caballero, lo siento. No es como si quisiera lastimar a tu maestra ni nada. —La chica tenía una cara dulce y sonriente, como una tostada cubierta de miel.

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—Soy Feria, hermana de Phillka Louivas. No le prestes atención a mi forma de hablar o a mi vestimenta. Últimamente, he estado viajando, así que me vestí de hombre para ahorrarme cierta clase de problemas, tú, podrás imaginar cuáles.

Una joven espadachín de cabello negro, le dio su nombre con una voz dulce. Ella es, bastante buena, haciendo una expresión de género neutral, por lo que, probablemente, fue perseguida por muchas chicas.

Tal vez, soy solo yo, pero, de alguna manera, simpatizo con ella. En mi vida anterior, también recibí confesiones de otras chicas…

—En primer lugar, tenía planeado presentarme, formalmente, mañana, sabes. Pero, cuando me acercaba, escuche ruidos provenientes del jardín trasero. Fue entonces, que decidí echar un vistazo, sólo para que mi aliento fuera robado por una hermosa princesa.

Pero qué línea más cursi ( ㆆ-ㆆ). Si fuera un chico, quizás, la hubiera golpeado. La perdonaré, sólo porque es una chica. Además, recuerdo que yo también solía hablar de esa manera, cuando asistía a la secundaria.

—Justo ahora, estabas practicando alquimia, ¿estoy en lo cierto? Eres realmente dedicada, trabajando tan duro a estas horas de la noche ¿eres la aprendiz de Phillka?

—Sí, lo soy, tu hermano es muy amable conmigo.

—Hee-, mi hermano incluso dejo que alguien se le acercara, huh. Qué clase de anormalidad en el mundo es está… ¿Quizás, ustedes dos están saliendo?

Pero como, en serio, como acabamos en este asunto otra vez…

Hola, tengo diez años, no es una edad en la que sospecharías que estoy en una relación con un chico de dieciocho ¿Sabes?


[1] N/T: Oricalco: es el término con que se designa a un metal legendario mencionado en antiguos escritos griegos, el oricalco u orichalcum no es más que una aleación de cobre, zinc y plomo, no se considera algo valioso en la actualidad, pero en la antigüedad era un metal con mucho valor en la religión, el que se usaba para rendir culto a Poseidón y otros dioses de la antigua Grecia. Sin embargo, gracias a investigaciones se desestima que sea una aleación de metales. algunos arqueólogos han pensado que el oricalco no era más que ámbar. (Si no lo sabías ahora lo sabes)

2 respuestas a “Decidí crear muñecas – Capítulo 19”

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