Dejaré de ser la subordinada de una villana – Capítulo 30

Traducido por Herijo

Editado por Michi

Corregido por Sharon


El clima de hoy era perfecto. El cielo se encontraba sin una sola nube.

El refrescante viento movía el verde pasto de los campos. Desde encima de esa colina, se podía observar el territorio del conde.

—¡Se siente genial, ¿cierto?! Este clima es el mejor.

—Ciertamente, este clima fresco sienta a la perfección —expresó Su Alteza con una brillante sonrisa que parecía eclipsar el sol.

Hoy estábamos teniendo el picnic planeado el otro día. Y por alguna razón nos acompañaba el príncipe.

El plan inicial era salir de la capital solo nosotros tres, pero de alguna manera el día de la cita, Su Alteza llegó junto a George.

Debido a eso, el plan de salir de la capital se vio cancelado ya que sería demasiado peligroso. Por lo tanto, se decidió que sería en la pequeña colina a las afueras de nuestro territorio.

Viendo al príncipe, que tenía una sonrisa en su rostro, busqué el momento adecuado para escabullirme a las sombras y preguntarle a George sobre el asunto en cuestión.

—George… ¡¿Por qué Su Alteza nos está acompañando?! ¡¿Y por qué no sabía nada de esto?!

—Bueno… es que se trataba de un picnic, y como el pobre no sale seguido del Palacio Real, pensé en invitarlo.

Era demasiado tedioso pensar sobre todo el asunto de la seguridad, pero decidí perdonar a George debido a lo lindo que era.

Era problemático, pero como ya nos estaba acompañando. No valía la pena seguir pensando en eso. Y no era como si fuéramos a regresar.

—No se puede hacer nada, ¿eh…?

—¡¿Entonces estuvo bien que lo invitara?! Me alegro. Después de todo, eres muy amable, Cosette.

Solté una pequeña risa. ¡Demasiado adorable!

Muchas veces me he preguntado si la sonrisa de George era fingida.

Es tan linda que me está mareando.

—Bueno, por lo pronto avisemos al chef para que haga más comida.

—Sí, ¡quiero comer hasta reventar!

Me repuse y ordené a Sisie que fuera a hablar con el jefe de cocineros.

Nos encontrábamos camino a la cima de la colina.

En esta refrescante brisa, George se encontraba corriendo alrededor de Su Alteza. Remias y yo caminábamos un poco más atrás.

Cuando llegamos a la ubicación, las sirvientas ya se encontraban ahí con todo preparado.

—Qué clima tan agradable… Y con este tiempo, no hay mejor actividad que volar cometas.

—¿Volar cometas?

Saqué el cometa de mi propia creación de la bolsa.

—¿Qué les parecería jugar con esto que creé anoche?

Había tres personas y una solo cometa, pero si tomábamos turnos no debería haber problemas

Por cierto, el diseño era un dibujo basado en Remias, George y yo.

El tiempo de producción fue de aproximadamente una semana en el taller de pintura.

—¡Se usa de la siguiente manera!

Tomé el hilo de la cometa y empecé a correr con todas mis fuerzas, pero no logré hacer que se elevará.

¿Volar un cometa era tan difícil?

Cuando caí al suelo mientras trataba de mantener el aliento, tres personas se acercaron a ver cómo me encontraba.

—¿Te encuentras bien?

—Si volar cometas se hace así, no parece algo divertido

—¿Quieres algo de agua?

Maldita sea… si ese es el caso…

Bebí algo de agua para remojar mi garganta, y comencé a recordar las memorias de mi hija y yo volando cometas desde que era pequeña.

¡Eso es! Si es entre dos personas debería resultar mejor.

—George, trae el cometa y acompáñame, tengo una idea.

—Sí.

—Empecemos— grité mientras empezaba a correr.

Gracias a su ayuda, el cometa se elevó en el cielo.

Después de tener éxito, pasamos el resto del tiempo volando el cometa hasta que la sirvienta fue a buscarnos.

La comida después de estar jugando tanto era deliciosa. Remias comió sin preocuparse por lo que contenía.

Después continuamos jugando hasta que el sol se ocultó.

—¡Fue un día bastante genial!

—Hacía tiempo que no me divertía así. Cosette, realmente me divertí.

—Cierto. La comida también fue deliciosa.

—Fue un día maravilloso y nunca creí que las zanahorias pudieran saber así de bien. Cosette, de verdad muchas gracias.

Que todo el mundo se haya divertido fue una bendición.

Y creo que la exigencia de Remias respecto a la comida bajó de nivel. En realidad, había muchos platillos que decían no gustarle que no había probado.

Desde entonces, nosotros cuatro hicimos la promesa de reunirnos regularmente para divertirnos.

Aparte del picnic había un montón de cosas que me gustaría hacer.

Estaba recordando todas las actividades que hice con mi hija en mi vida anterior. De alguna manera, creí que haciéndolas con esos tres podría conectar con ella.

Herijo
Y con esto termina el arco de la infancia. El siguiente capítulo comienza la etapa de la academia, claro después del capítulo de charla corta.

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