Diario de Observación – Capítulo 17: Bertia 18 años (1)

Traducido por Kavaalin

Editado por Raine


*Ding dong* *Ding dong*

Las campanadas desde la catedral resonaban a través del claro cielo azul.

La capital estaba llena de gente alegre y de puestos repartidos por doquier.

Había un número abrumador de personas amontonadas en el corto camino que llevaba desde el palacio real hasta la catedral, tratando de asomarse para al menos poder vislumbrar a los protagonistas del día de hoy. Los caballeros encargados de mantener la paz y el orden se alineabann a ambos lados de la calle.

—¡Felicitaciones a Su Alteza Real, el príncipe heredero Cecil y a la princesa heredera Bertia-sama!

—¡Larga vida a Su Alteza Real, el príncipe heredero Cecil y a la princesa heredera Bertia-sama!

Rodeado de caballeros montados, el carruaje avanzaba lentamente transportando a los protagonistas… en otras palabras, a mí, Cecil Glo Alphasta y a mi futura esposa, Bertia Evil Nochesse.

Por fin. Hoy es el día de mi boda con Bertia.

♦ ♦ ♦

Han pasado aproximadamente dos años desde la crisis de la “caída”.

Finalmente, Bertia se ha graduado de la Academia Halm. Después de su graduación, lo siguiente era obviamente su casamiento conmigo.

Parece que para Bertia, quien estaba ocupada con su vida estudiantil, los preparativos para el matrimonio, su entrenamiento de princesa heredera, etc., los dos años pasaron en un abrir y cerrar de ojos, según me había dicho; pero desde mi punto de vista, estos dos años que habían tenido cada vez menos posibilidades de reunirme con Bertia, habían sido extremadamente aburridos y largos.

Había estado tan aburrido que, sin querer, terminé formando una alianza (que nos favorecía bastante a nosotros, fue casi como haberlos obligado) con el reino vecino, lidié con la “basura” del reino, molesté a Zeno y un montón de otras cosas más.

Un poco en broma, consideré invadir un reino que había descubierto era inestable políticamente, pero no quería hacer llorar a Bertia, así que rápidamente deseché la idea. En vez de eso, intenté establecer una relación de amistad entre nuestros reinos y, desde las sombras, respaldé en secreto al quinto príncipe, hijo de una concubina, pidiéndole que usurpara el trono. Ese reino aún no parece haberse asentado, pero el quinto príncipe es una excelente persona a mis ojos, por lo que después de algún tiempo, deberían poder mantenerse estables de alguna manera u otra.

De ese modo, esperé tranquilamente mientras continuaba matando el tiempo, organizando entornos en los que Bertia pudiera venir y liberarse del estrés.

Todo eso finalmente terminaría hoy. A partir de ahora, podría llevar una vida pacífica pero a la vez divertida y agradable junto con ella.

Mientras lo pensaba, mi estado de ánimo se levantó inevitablemente y la sonrisa que les mostraba a los ciudadanos que habían venido a vernos se convirtió en una sonrisa natural.

Supongo que este alentador sentimiento que llena mi corazón es “felicidad”.

Y a mi lado está Bertia…

—Estoy tan nerviosa. En un momento como éste, supongo que debo hacer eso, ¿no? Estaré bien si escribo la palabra “persona” en mi palma y me la trago [1]. Oh, pero en este caso, me pregunto, ¿debería escribirla en kanji? ¿O ahora que estoy en Roma, debo actuar como los romanos y escribirla con el alfabeto de este reino? Ah, ¿qué debería hacer? ¡Qué tanta gente me esté viendo me pone tan nerviosa que mi corazón está a punto de salírseme!

Ella llevaba un vestido blanco puro e iba tan bellamente arreglada que se veía mucho más refinada y encantadora de lo normal. Como siempre, se encontraba murmurando cosas incomprensibles para mí y estaba concentrada escribiendo algo en la palma de su mano con su dedo.

No entiendo lo que estás haciendo pero, por lo que acabas de decir, esa cosa que pareciera ser un amuleto de buena suerte debería haberse hecho antes de que salieras al público, ¿no? Si eres capaz de hacerlo mientras te encuentras entre esta multitud de personas, en medio de un desfile en dirección a la catedral, creo que el amuleto de la buena suerte no es necesario.

—Mi adorable Tia, me siento mal por decir esto cuando estás haciendo algo interesante pero, ¿podrías saludar a los ciudadanos por el momento? Estoy seguro de que todos lo están esperando.

—¡¡Ah!! ¡¡E-Eso es cierto!! Como una villana de primera clase, yo… eso no es correcto, ya que mi objetivo es ser una princesa heredera de primera clase, debo trabajar duro para convertirme en una existencia amada por los ciudadanos, ¡¡aunque sea sólo un poco!! —En respuesta a mis palabras, Bertia levantó su rostro con nerviosismo y, después de mirar a su alrededor, agitó ambas manos.

Era un poco demasiado enérgica para una princesa heredera, pero, bueno, los ciudadanos parecían estar encantados, así que considerémoslo como algo bueno. Más que nada, me divertía verla comportarse así.

Cuando el carruaje llegó a la catedral, Bertia y yo nos separamos cada uno por su lado. Originalmente, se suponía que íbamos a entrar juntos a la catedral después de bajar del carruaje, pero como Bertia dijo que quería caminar hacia el altar junto a mi suegro, entré en la catedral y esperé su llegada en el interior.

Los inflexibles miembros de la iglesia odiaban romper las tradiciones, por lo que al principio se habían opuesto. Sin embargo, dado que no había ninguna regla en particular que estableciera que los dos teníamos que ingresar al mismo tiempo, no había necesidad de hacer un escándalo por eso, así que no los tuve en cuenta.

Cuando susurré: “¿Quién es su monja favorita ahora? ¿No está actualmente embarazada de tres meses esa muchacha pelirroja?” al oído del particularmente persistente sacerdote, éste se quedó callado. Como dije, no habría ningún problema.

Después de despedirme de Bertia, me iba a dirigir a donde se suponía que debía esperarla, cuando Kuro, quien usualmente vestía un uniforme de sirvienta tan negro como su pelaje pero ahora estaba usando un hermoso vestido celeste adornado con una simple pero brillante tela iridiscente, se me acercó, tiró de mi manga sigilosamente y me entregó un cuaderno que parecía completamente hecho a mano.

—¿”Lista de cosas que quiero hacer para mi boda. Las cien mejores, escrito por Bertia”?

Cien mejores… eso es bastante, ¿no?

Cuando estábamos haciendo los preparativos para la ceremonia, a veces ella decía cosas como “Quiero que esto sea así” o “Ah, quiero hacer esto otro” de manera discreta, pero ¿tal vez estaba tratando de controlarse a pesar de que todavía había muchas cosas que quería hacer?

Le habría concedido cualquier capricho que estuviera dentro del alcance de mis capacidades a mi adorable novia, así que habría sido mejor que me lo hubiera dicho.

Rápidamente escaneé el cuaderno mientras pasaba las páginas.

Era demasiado tarde para algunas cosas, pero había muchas otras que aún podían hacerse.

—Kuro, gracias por hacérmelo saber. Le pediré a Tia que haga inarizushi[2] más tarde, ¿de acuerdo? —Sonreí mientras trataba de acariciar su cabeza… pero mi mano fue abofeteada.

Bueno, ella básicamente no quería ser acariciada por nadie más aparte de Bertia, así que no había nada que hacer. Sin embargo, parecía estar satisfecha con mi respuesta ya que levantó su pulgar con su habitual expresión estoica.

—Zeno.

—¿Sí, Su Alteza?

Cuando lo llamé mientras miraba el cuaderno que tenía en la mano, recibí una respuesta de inmediato desde mi lado.

—Por el momento, por favor prepara esto, esto y esto. Vamos a necesitar la cooperación del marqués y la marquesa Nochesse y de mi padre para esto, así que, por favor, hazles saber. También quiero hacer esto para ella, pero… ¿habrá suficiente tiempo para prepararlo?

—Entendido. Esto… Bueno, podría hacerlo si tomara prestado el poder de uno de mis espíritus conocidos. Después de eso, todo dependerá de si podremos o no hacer arreglos para el personal.

—Haz tu mejor esfuerzo, entonces.

—¿Su Alteza…?

—Si se trata de Zeno, sé que podrás hacerlo. ¡Buena suerte!

—¡Espere! ¡¿No es esto demasiado irracional?! Es demasiado irracional, ¿entiende?

—Está bien. Carlos y los demás están acostumbrados a mi irracionalidad, por lo que tienen una gran cantidad de sirvientes en espera por si surge la ocasión. En el peor de los casos, podrás manejártelas de una manera u otra si les pides ayuda.

—¡¡No hay manera de que simplemente pida prestados los sirvientes de otras familias!!

—¿No crees que sería malo si aún no obtienes su permiso para el momento en que Bertia y yo hayamos subido al altar? ¿No deberías apurarte?

—Ya está decidido, ¿no? ¡¿No?!

—Caminaré tan lentamente como pueda. Ya que la novia ingresará al lugar después de mí, si yo no lo hago, entonces Tia tampoco entrará, así que lo harás a tiempo si corres. ¡Haz tu mejor esfuerzo!

—¡¡Su Alteza, idiota!!

Cuando sonreí e imité el gesto de Kuro de levantar el pulgar, Zeno salió corriendo mientras gritaba.

A pesar de que se quejó, es un buen chico capaz de hacer las cosas cuando se lo propone, por lo que todo debería estar bien.

Y ya que yo soy el que está siendo egoísta esta vez, ignoraré ese “idiota” de ahora.

—Ahora bien, también debería hacer cuanto pueda.

La mayoría de las cosas escritas en la “Lista de cosas que quiero hacer para mi boda. Las cien mejores” debían ser hechas por el novio, en otras palabras, yo, así que las memoricé para no omitir nada. Tendría que insertarlas en el itinerario de la ceremonia.

—Aun así, Kuro, habría sido más feliz si me lo hubieras dado antes…

Kuro, quien había estado observando en silencio mi conversación con Zeno con su habitual rostro inexpresivo, agitó la cola una vez, me dio la espalda y se alejó luciendo satisfecha.

Por la forma en que había actuado, decidiendo entregarme la lista con tan poco tiempo, ésta tenía que ser otra de sus travesuras habituales o su venganza contra mí por haberle arrebatado a su ama.

—Pues bien, hagamos nuestro mejor esfuerzo. Kuro se ha tomado la molestia de entregar su tarea y más que nada, quiero hacer de Tia la novia más feliz del mundo.

Mientras hojeaba las páginas del cuaderno, me dirigí calmadamente hacia donde debía esperar a mi adorable esposa.

♦ ♦ ♦

Una feliz música para dar la bienvenida a la novia resonó dentro de la catedral.

Originalmente, en este reino era costumbre que la catedral se mantuviera en silencio aparte de los aplausos del público, pero el deseo de Bertia era que hubiera música.

La selección de las canciones también la hizo ella pero, sorprendentemente, este tipo de ambiente era bastante bueno.

Quizás las personas presentes también sintieron lo mismo y, aunque al principio parecían algo sorprendidas, ahora las expresiones de todos se convirtieron en sonrisas.

La puerta del largo pasillo frente a mí se abrió lentamente, revelando a Bertia y al marqués Nochesse.

Al mirar a Bertia, quien llevaba un hermoso velo, todos se quedaron sin aliento. Un instante después, los aplausos para bendecirnos comenzaron a resonar dentro de la catedral.

Con su mano apoyada en la del marqués Nochesse, mi novia caminó un paso a la vez hacia mí.

Las lágrimas comenzaron a brotar en las esquinas de los ojos del marqués Nochesse. Cuando tomé la mano de Bertia del brazo del marqués Nochesse, él me amenazó con una aterradora mirada en su rostro.

—¡¡Déjame repetirlo una y otra vez!! Te estoy confiando a mi hija.

Asentí con firmeza mientras respondía.

—Déjemelo a mí.

Cuando recibí la mano de Bertia, por fin experimenté la sensación de “Ah, realmente va a ser mi esposa” y sentí una oleada de calor en mi pecho.

Sentí pena por el marqués Nochesse, quien parecía sombrío cuando se abstuvo de romper en lágrimas ante mis ojos, pero mi rostro se relajó por reflejo.

—¿Vamos, Tia?

Un nervioso y tembloroso ¡¡¡Hahiii!! escapó desde debajo del velo en forma de respuesta e incluso se cayó de inmediato. Ya que había predicho que las cosas podrían terminar así, no estaba realmente nervioso cuando rodeé su cintura con mi otra mano, apoyándola de forma natural.

—L-L-L-Lo siento, Cecil-sama.

—Es un deber del marido apoyar a su esposa. Sólo hice lo que era de esperarse.

Cuando le susurré al oído suavemente y besé su cabeza sobre el velo, se escuchó un pequeño jadeo y un ¡Hyuu! se podía escuchar desde debajo del velo.

Lamentaba no poder ver su expresión debido al velo, pero su rostro seguramente estaba enrojecido en este momento. La prueba de ello era que la temperatura de la mano que sostenía se elevó y la parte donde su piel estaba expuesta se volvió ligeramente carmesí.

—No hay necesidad de apresurarse. Vayamos despacio, al ritmo de Tia. Incluso si algo llegara a suceder, yo me haré cargo, así que no hay necesidad de preocuparse, ¿de acuerdo?

—C-Cecil-samaaaa…

Me pregunto si sólo era mi imaginación que la voz de Bertia se había convertido en una llorosa. ¿Qué debería hacer si en el momento en que levantara su velo se encontraba llorando y le escurrían los mocos?

Eso me parecería lindo a su manera, así que estaba bien. Sin embargo, a Bertia sí le importaría. Así que cuando levante su velo, me pregunto si podré hacerlo en un ángulo en el que los asistentes no puedan ver su cara para poder limpiarla rápidamente con un pañuelo.

—Todo va a estar bien, ¿de acuerdo? —Cuando me volteé para mirarla con una sonrisa, tal vez Bertia había recuperado un poco la compostura porque comenzó a caminar lentamente.

Por supuesto, mantuve una mano en su cintura para que no se cayera otra vez, mientras que la otra mano todavía sujetaba la suya con firmeza. Tengo que decir que esto era una medida para que ella estuviera a salvo y que de ninguna manera era porque tuviera alguna segunda intención, ¿de acuerdo?

Cuando llegamos frente al arzobispo que manejaba la catedral, aunque bastante renuente, todavía le quité la mano de la cintura y miré hacia adelante.

—De aquí en adelante, se llevará a cabo el casamiento del príncipe heredero del Reino de Alphasta, Su Alteza Cecil Glo Alphasta y su princesa heredera, Bertia-sama. —El arzobispo, ataviado con una fina túnica, declaró con una voz que resonó dentro de toda la catedral.

De acuerdo con la tradición del arzobispo, los jefes de ambas familias… en otras palabras, mi padre, Su Majestad el Rey y el padre de Bertia, el marqués Nochesse, tenían que confirmar que no había ningún error al proceder con este casamiento. Después de eso, habría una señal para que los asistentes se sentaran y daría comienzo la ceremonia.

De ahí en adelante, sería largo, muy largo.

Básicamente, para este tipo de ceremonias, cuanto más elevado es el estatus social, más imperdonable es si las cosas son simples, por lo que termina siendo bastante largo. En resumen, esta ceremonia con el estatus más prominente del reino, la realeza, era tan larga y aburrida que uno podría quedarse dormido sin darse cuenta.

Bertia estaba rígida por el nerviosismo, por lo que probablemente no se quedaría dormida, e incluso si llegara a hacerlo, estaba cubierta por el velo, así que más o menos, no estaría expuesta. Sin embargo, si yo fuera a cerrar los ojos descuidadamente, se convertiría en una catástrofe, así que tenía que prestar atención.

Como no podía hacer nada más, evité el aburrimiento pensando en lo que estaba planeado para después de esto y en los divertidos, emocionantes planes para la luna de miel.

Déjenme decir esto: definitivamente siento respeto y gratitud hacia el Dios que me permitió conocer a Bertia, ¿de acuerdo?

Sin embargo, creo que debería permitírsele a mi mente vagar un poco mientras escuchaba como el oficio religioso se llevaba a cabo. Después de todo, creo que definitivamente no eran para Dios, sino que se hacían por el bien de las personas, por las donaciones y por el estatus social de la iglesia.

—Bien, entonces, procederemos a hacer que Su Majestad el Rey otorgue el Emblema del Príncipe Heredero y el Emblema de la Princesa Heredera. Su Majestad, por favor.

—Bueno.

La ceremonia se acercaba a su etapa final, mi padre otorgaría el sello.

El sello tenía la forma de un anillo, algo muy importante para simbolizar nuestros estatus como realeza.

Hablando de eso, en Alphasta, el emblema de un miembro de la realeza era rediseñado cuando nacían, cuando cumplían la mayoría de edad y cuando se casaban.

El sello de la realeza cuando uno nacía hasta que uno maduraba era solo algo para demostrar su estatus social, por lo que incluso si se usaba en documentos oficiales, no significaba mucho.

Obviamente, no sería nada bueno que pudiera falsificarse demasiado fácilmente y como era algo que debía usarse antes de convertirse en adulto, se usaba para distinguir a aquellos que no poseían grandes responsabilidades.

Después de convertirse en adulto, el sello demostraba que eran miembros de la realeza, que asumían las responsabilidades del reino, por lo que era necesario tratar ese poder con una tremenda precaución.

Y, por último, el sello en el matrimonio tendría el símbolo de la esposa grabado dentro del propio emblema del hombre… creando el sello que sería usado durante toda la vida.

Se haría un nuevo sello para la persona que se convertiría en la esposa como muestra de que era miembro de la realeza, pero era indispensable incluir su símbolo representativo individual y el símbolo de su esposo en el emblema. Al hacerlo, se afirmaba que ambos se reconocían mutuamente como marido y mujer.

Por lo tanto, la ceremonia de los anillos era especialmente esencial en este casamiento.

—Otorgaré estos anillos de la familia real al príncipe heredero, Cecil Glo Alphasta y a la princesa heredera, Bertia.

Mi padre se paró frente a nosotros y levantó los anillos que estaban encima del cojín de terciopelo rojo que le había entregado el arzobispo para mostrárselos a los asistentes, antes de que bajara la mano lentamente para presentarnos los dos anillos.

Un anillo tenía el diseño que representaba todos los elementos rodeando una corona y el otro tenía el diseño de un zorro negro con una corona.

El primer anillo tenía la parte del elemento oscuro de mi emblema original cambiado por el dibujo de un zorro negro.

El segundo anillo tenía el dibujo de un zorro negro que había sido diseñado a la imagen de Kuro, quien era el espíritu contratado de Bertia, pero se le puso la misma corona que estaba grabada en el centro del mío.

La ceremonia de los anillos terminaría después de que Bertia y yo tomáramos nuestros respectivos anillos y los pusiéramos en nuestros propios dedos, luego los levantaríamos para que la audiencia los viera.

Sin embargo…

—¿Eh?

Ignoré el débil sonido de sorpresa que escuché a mi lado cuando tomé el anillo de Bertia en lugar del mío.

—Tia, ¿podrías darme tu mano?

—Um, ¿Cecil-sama?

Mientras todavía estaba desconcertada, tomé su mano izquierda y deslicé suavemente el anillo sobre su dedo anular, besándolo ligeramente como un pequeño extra.

Aunque el lugar se volvió un poco ruidoso, lo ignoré por completo.

En lugar de críticas, sentía que el ruido de las mujeres era algo más cercano a la admiración, por lo que estaría bien que no me preocupara por eso.

Más que nada, Bertia era lo más importante en este momento.

Cuando le había mencionado la ceremonia de los anillos por primera vez, Bertia hizo una expresión extremadamente feliz. Pero después de escuchar los detalles de la ceremonia, se mostró un tanto abatida. Aunque eso me molestó, ella se recuperó rápidamente y, como estaba encantada con nuestra boda, no le pregunté el motivo. Sin embargo, después de mirar la lista que me había dado Kuro, pude entender la razón: ella anhelaba tener la ceremonia de “Intercambio de Anillos”.

Ese tipo de tradición no existía en este reino, por lo que no lo sabía. Sin embargo, más que entender la razón, sólo quería concederle su deseo. Además… cuando intenté ponerle el anillo, se sintió similar a una ceremonia para unirte a tu pareja mediante el anillo y sorprendentemente no estaba tan mal. E incluso si no podía adivinar cuál sería su expresión bajo el velo, el dedo que toqué estaba cálido, lo que indicaba que estaba encantada y por eso yo también me sentía feliz.

—Tia, ¿también me pondrás el anillo? —Cuando sonreí con dulzura y extendí mi propia mano izquierda, ella tragó saliva y con un leve asentimiento, tomó mi anillo.

Sentí como mi pecho se calentaba mientras la veía poner el anillo en mi dedo lenta y cautelosamente, con sus ligeramente temblorosos dedos.

El que yo pueda tener este tipo de sentimientos, seguramente es todo gracias a ella.

Habiendo terminado de poner el anillo en mi dedo, miró mi rostro a través del velo. Definitivamente estaba preocupada por si debía o no terminar besando mi anillo, después de haberme visto hacerlo con el de ella.

En ese caso, perfecto. Seguía el rito del “Beso de Juramento” en el que, en lugar de en el dedo, intercambiaríamos un beso en los labios. Miré intencionalmente al arzobispo y aunque todavía estaba sorprendido, entendió mi gesto y continuó con la ceremonia.

—Pues bien, lo siguiente es el Beso de Juramento.

Mientras levantaba el velo lentamente, mi mirada se encontró con los ojos llorosos de Bertia.

Gracias a Dios. Su rostro podría estar completamente rojo y sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero su condición no era tan miserable como había creído.

Tal vez todavía estaba en shock debido a mi inesperada acción o podría estar nerviosa, pero Bertia estaba congelada en su lugar, temblando como un pequeño animal. Junté las manos de Bertia y suavemente las envolví con las mías.

—Bertia Evil Nochesse… No, Bertia Evil Alphasta. Yo, Cecil Glo Alphasta, juro que continuaré amándote, respetándote, reconfortándote y ayudándote en la enfermedad y en la salud, en la felicidad y en la tristeza, en la riqueza y en la pobreza y que lucharé a tu lado sin importar las dificultades que puedan surgir, hasta el final de mi vida.

Ante mis palabras, sus ojos se abrieron aún más. Sintiéndome satisfecho, suavemente puse mis labios sobre los suyos.

Ella gritó quedamente mientras su rostro se volvía completamente rojo y su pequeña boca se abría y se cerraba. Su piel sonrojada contrastaba aún más con su vestido blanco y la hacía ver aún más adorable.

Su rostro se mantenía oculto para los asistentes bajo las capas de su suave velo y puede que su expresión no pudiera verse con claridad o tal vez que la gente estaba embriagada por el ambiente por lo que incluso esta expresión llena de sorpresa y desconcierto era vista como “encantadora”. Suspiros de dulce admiración llenaron todo el recinto.

Fue sólo en la dirección del asiento del marqués Nochesse que creí escuchar un ruido como si alguien apretara los dientes debido a su sed de sangre, pero sería mi derrota si fuera a prestarle atención. Después de todo, el padre de la novia seguramente siempre era así.

Si fuera yo y mi linda hija, quien se asemejaba a su madre, se casara algún día, pondría a prueba a su pareja, lo miraría con ojos asesinos y, sin querer, lo acosaría una, dos o incluso tres veces.

Ahora que había obtenido una existencia que podía alborotar mi corazón, no había forma de que no entendiera cómo se sentía.

—¿Tia?

Incliné mi cabeza, una acción cargada con doble significado: “¿No era este el juramento que deseabas?”  y también “¿No harás tú también tu juramento?”.

—Um, eso… errr… eso… ¿cierto?

Tal vez ella percibió el significado detrás de mi mirada o tal vez estaba tratando de decir las palabras del juramento a su manera mientras entraba en pánico, pero mientras abría y cerraba la boca una y otra vez, volteó su mirada inquieta y miró hacia el arzobispo, buscando su ayuda. Sin embargo, dado que en esta ocasión había agregado repentinamente las palabras que creía que ella deseaba escuchar, el arzobispo, quien no podía entender lo que estaba pasando, no podía hacer nada. De hecho, sólo puso una sabia y gentil sonrisa en su rostro para ocultar su incomodidad, pero tal vez porque exudaba una impaciencia impropia de su yo habitual, sólo asintió con la cabeza en respuesta a Bertia y no hizo nada más.

—Um… um… um… ¡¡Yo, Bertia Evil Alphasta, continuaré a-a-a-amando a Cecil-sama sin importar qué!! ¡¡Prometo apoyarlo!! ¡¡Hasta que la muerte nos separe!!

Las palabras de su juramento hicieron eco en todo el lugar con una voz llena de convicción.

Pensaba que estaba desconcertada por el repentino giro de los acontecimientos y se preguntaba qué debía hacer pero Bertia, te quedaste desorientada porque habías olvidado las palabras de tu juramento, ¿verdad?

Percibí que había tratado de recordar las palabras, pero su juramento fue bastante resumido, ¿no? Bueno, estamos hablando de Bertia, esto era bastante de su estilo. Las comisuras de mis labios se curvaron naturalmente y una sonrisa se me escapó.

Sin importar cuándo, ella era una persona muy divertida.

—Oye, Tia. ¿Y el Beso del Juramento? —Sonreí y le pedí un beso con un deje de alegría a la chica que estaba haciendo una expresión de satisfacción por cómo había declarado su consideradamente resumido juramento.

Sinceramente, de acuerdo con las costumbres de este reino, y en base a su vida anterior, sólo había un beso de juramento, pero por cómo se estaban desarrollando las cosas, no debería ser extraño de mí parte el pedirle un beso, ¿no?

—¿B-B-B-Beso de J-J-J-Juramento? Pero antes…

—También quiero un juramento de tu parte, ¿de acuerdo? —Incliné mi rostro hacia ella mientras seguía protestando que lo del beso ya había sido completado, por supuesto, como quería que ella me diera un beso, evidentemente me detuve justo antes de llegar a sus temblorosos labios.

Su respiración se entrecortó. La abracé ya que estaba tan sonrojada que creí que se caería en cualquier momento.

Por lo general, a estas alturas, aparecería el ataque de la cola de Kuro, pero como era de esperarse, no podía interrumpir ahora. Hablando de eso, sería malo si nos interrumpiera en medio de la ceremonia, por lo que Zeno, quien había regresado sin que me diera cuenta, ya la tenía tomada entre sus brazos.

—¿Tia? —Llamé su nombre quedamente para que sólo ella pudiera escuchar, engatusándola dulcemente.

Ella tragó saliva, tal vez para prepararse, luego cerró los ojos y acercó sus adorables labios a la comisura de los míos.

¿Qué es esto…?

Esta extraña sensación en la que el calor se reúne en mi rostro. Mi corazón late aún más implacablemente que de costumbre, como si acabara de terminar de hacer ejercicio. Además, por alguna razón, era como si estuviera sintiendo una picazón, como si quisiera soltar un grito, era muy extraño… pero me sentía muy cómodo.

—¿Cecil-sama? —Después de que el rostro de Bertia se alejó del mío, tal vez pensó que era extraño que no reaccionara porque abrió tímidamente los ojos. —Cecil-sama, su cara está sumamente roja. ¿P-P-Podría ser que se siente tímido?

Sentirme tímido…

Ante las palabras de Bertia, de repente me di cuenta de mi propio estado y me tapé la boca con una mano por reflejo. Por alguna razón, me sentí muy avergonzado y sin querer aparté mi mirada de Bertia.

Vi a Bertia, quien estaba tan roja como yo… no, incluso más roja que yo, sonriendo muy alegremente ante mi reacción por el rabillo de mis ojos, pero eso era lo último en mi mente ahora.

—Arzobispo, proceda…

No podía soportar que Bertia me mirara con sus ojos radiantes, así que insté al arzobispo a seguir con la ceremonia mientras miraba hacia otro lado.

El arzobispo recobró el sentido ante mis palabras y declaró con un rostro sonriente que ahora seríamos reconocidos como una pareja casada, presentando el “Libro de los Votos” ante nosotros. Teníamos que firmar el libro, proceder con el discurso de clausura y la boda terminaría.

Logré recuperarme un poco después de escuchar la voz del arzobispo y firmé el juramento escrito con mi sonrisa habitual antes de instar a Bertia a firmar también.

Con esto, seríamos oficialmente marido y mujer.

Mientras me sentía aliviado de que la ceremonia de la boda terminaría de manera segura, escuchaba respetuosamente el discurso de clausura del arzobispo, el cual nuevamente era sumamente tedioso. Quería que terminara mientras aún me sentía renovado, pero no podía hacer nada para evitarlo.

—¡¡Con esto, los reconocemos como marido y mujer!!

En el momento en que se dio fin a la ceremonia con la misma vieja declaración de siempre, la catedral se llenó de aplausos. Observando el lugar, los dos volteamos hacia los asistentes y sonreímos juntos mientras saludábamos.


[1] Escribir el kanji de “persona” en la palma de la mano y hacer el gesto de comérselo es una superstición japonesa que se usa para calmarse. Es el equivalente a cuando nos dicen que nos imaginemos a la gente en ropa interior.

[2] El inarizushi es un arroz de sushi envuelto en tofu frito.

Kavaalin
Hola~ Esta vez no les habla ninguna de sus traductoras habituales. En el Reino estamos implementando estrategias (trabajo forzado) para ayudar a las novelas ser traducidas más rápidamente. Así que me fue dado el privilegio (con azotes incluidos) de ayudar con este capítulo. :3 ¡Y qué capítulo!. Pensar que me tocaría justo el de la boda, jejeje. Me divertí mucho traduciendo las adorables reacciones de Bertia y espero que ustedes también se hayan divertido leyéndolas~

Raine

Capítulo 18 (completo; no dividido en partes) ya disponible en Kovel Times edición 23.

15 respuestas a “Diario de Observación – Capítulo 17: Bertia 18 años (1)”

    1. Noooo, la pelirroja embarazada de 3 meses es una monja que era la favorita del sacerdote, Cecil uso la información del libertinaje del sacerdote para chantajearlo y aceptara que Bertia fuera entregada por su padre en el altar.

  1. Aaaaaahhhh joder que lindos, imaginar a Cecil en modo nervioso es muy divertido, ahora me pregunto ¿cómo quiere la luna de miel?. 7u7. Enserio gracias por la traducción aunque hubo maltrato animal hacía el encargado de hacerlo, de igual forma estoy agradecida de que gracias a todos los traductores puedo disfrutar de este hermosa historia, y, sinceramente no sé cómo es que lo hice como para no gritar durante la boda. XD

  2. Jujuju ya lo había leído en Kovel times pero igua vuelvo a llorar 😭😭😭😭😭 no quiero q termine (aunque se q ya terminó 😱😱😱)
    Ahhhhh adoro al príncipe Cecil, es muy confiable y esta vez incluso mostró su lado lindo 😍😍😍
    Gracias por la droga 😆😆😆

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