Dinero de consolación – Capítulo 12: Protegeré a Su Alteza (1)

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


La forma más fácil para mí de proteger a Su Alteza, era haciendo que se quedara junto a mi hermano todo el tiempo.

El personaje de mi hermano en la novela era alguien sumamente posesivo.

Mi corazón se rompe cada vez que te veo hablando con otro hombre, ¿quién sería capaz de decir colosal frase?

Esa es la razón por la que para Banach, quien también tenía en la mira a mi hermano, le sería impensable acercarse a Su Alteza estando mi hermano en los alrededores. Además, por hoy, yo estaba almorzando con ellos.

—Este es el prototipo de la falda.

—Julia, ¿por qué no haces esto después? Sino, nadie tendrá tiempo suficiente para almorzar, ¿sabes? Me aconsejó Su Alteza—. Gente, me disculpo por esto. Julia… Quisiera decirte que no está bien que te olvides de tus alrededores sólo porque estás demasiado concentrada en tu trabajo.

El aura que lo rodeaba parecía cambiar completamente cuando se trataba de dinero, ya que dio su opinión abiertamente.

Todos los plebeyos lucían agradecidos al escuchar las palabras del Príncipe.

—Ah, si nadie se opone a ello, ¿les gustaría comer un poco de esto?

Saqué un paquete de pan de mi bolso. Estos panes eran ligeramente más pequeños que una papa y, un poco más difíciles de comer comparados a los normales. Pero, debido a su tamaño, sería más fácil para las mujeres el consumirlos.

Aunque me era desconocido por qué el Príncipe también había decidido comer de los panes que les había pasado a los estudiantes plebeyos.

—Es delicioso.

—Estos son unos panes de prueba que Julia decidió elaborar para las raciones militares.

Había bastantes panes sobrantes de los que había puesto en la bolsa de mi hermano esta mañana.

—Eh, están deliciosos. ¿No vas a venderlos?

—Su Alteza…

— ¿Qué…?

Cuando le sonreí, el Príncipe me miró dubitativo.

— ¿Podría escribir una reseña de ellos?

— ¿Incluso de estos…?

Me preguntó el Príncipe mientras se terminaba el pan.

— ¿Debería escribir que me gustaron?

— ¡Sí! Ya que hay de diferentes sabores, por favor, escriba una reseña después de probarlos todos.

Saqué diez diferentes tipos de panes de mi bolso.

—Quiero pedir un tiempo fuera…

—Por supuesto. ¿Podría además escribir la reseña en forma de reporte?

—Por favor, no lo conviertas en un trabajo.

El Príncipe agachó la cabeza mientras yo chasqueaba la lengua.

—Roland, ¿podrías hacer algo con esta hermana tuya?

—Su Alteza, la comida casera de mi hermanita es siempre deliciosa, así que me gustaría que hiciera un reporte sobre esta inmediatamente. Por favor, esfuércese.

Un profundo suspiro pudo escucharse venir desde Su Alteza.

—Si no quiere comerlos, entonces por favor devuélvamelos para así poder dárselos a otras personas.

Le dije malhumoradamente. Cuando Su Alteza vio mi rostro, se rió gentilmente mientras decía:

— ¿Y esa expresión en tu rostro?

— ¿De qué expresión está hablando?

Cuando me volteé para mirar a mi hermano, este también me estaba sonriendo.

—Pareciera que Julia ya se calmó, pero aún te sientes de mal humor, ¿verdad?

No era eso. Esto no se trataba de si yo estaba de mal humor o no.

— ¡Yo también soy humana!

Por alguna razón mi hermano me acarició la cabeza gentilmente.

—La señorita Knocker es una persona muy adorable.

Todos los plebeyos me estaban sonriendo. Esa es la razón por la que digo que también soy un ser humano. ¡No puedo entenderlos!

—Nunca pensé que Julia también se vería adorable al tener ese tipo de expresión en su rostro.

Mi hermano se paró de golpe al escuchar las empalagosas palabras de Su Alteza.

— ¿Por qué… te paraste tan repentinamente?

—Su Alteza, ya le había advertido acerca de esto anteriormente.

—Es sólo un cumplido. Roland, por favor, cálmate y detén esa sed de sangre tuya.

Levanté mi cabeza para mirar a mi hermano. Parecía que se había tomado en serio las melosas palabras de Su Alteza, así que sus labios estaban crispados.

—Hermano, me siento profundamente agradecida de que actúes así por mi bien, pero ¡yo no soy alguien quien será fácilmente engatusada por tales halagos superfluos!

— ¿No has considerado que tal vez no sean sólo palabrerías o halagos superfluos?

Mi hermano me miró como si yo fuera una persona a la que se deba tener lástima. ¡¿Por qué?! ¿Acaso dije algo que no debía?

—Cómo puedes ver, hermano, yo no soy el tipo de persona amada por los demás. Por esa razón nadie me ha dicho nunca que soy adorable, excepto por los formales halagos obligatorios.

Todos a mí alrededor parecieron suspirar. ¡¿Por qué?!

En el momento en que traté de exteriorizar mi frustración, vi a mi prometido acercarse hacia nuestro grupo, por lo que decidí pausar el asunto por ahora. En el momento en que me di cuenta de su presencia, regresé rápidamente a mi expresión habitual y me volteé para encararlo.

— ¿Por qué Su Alteza y Roland están sentados tan cerca de esos plebeyos? ¡Vengan y siéntense conmigo! Hay alguien que me gustaría presentarles a ambos.

Su Alteza y mi hermano ya leyeron el libro profético, por lo que ya estaban al tanto del asunto del que mi prometido quería hablar.

—Lamento el mal momento, sin embargo, en este instante estamos discutiendo sobre la ración militar de emergencia. ¿Podrías volver más tarde?

Lo rechazó cortésmente mi hermano.

—Roland, por favor no digas eso. Su Alteza, ¿usted está bien con esto?

Ah, este chico es un verdadero idiota. Traté lo máximo que pude de no suspirar mientras endurecía mi expresión.

—Julia, incluso si tomo prestadas a estas dos personas, tú no deberías tener ninguna queja al respecto, ¿verdad?

La tengo. Ya que le prometí a Su Alteza que lo protegería…

—Joven Lamore, Su Alteza y mi hermano están actualmente discutiendo asuntos de estado. Usted está siendo una molestia para ellos.

—Eres tan molesta. Tú ni siquiera tienes poder de decisión en este asunto.

 

Este tipo, ¿estaría bien si le destrozo la cabeza?

—Lamore, Julia es tu prometida y mi amiga. Cuida tu vocabulario.

—Lo siento, señor…

Debido a la advertencia de Su Alteza, mi prometido me miró con una expresión irritada en su rostro. No te tengo miedo, ¿sabes?

—Como había mencionado Julia previamente, estamos en medio de una discusión importante, así que te veré la próxima vez.

Su Alteza trató de despachar a mi prometido, pero falló. La razón era porque la Heroína, Banach, había aparecido repentinamente desde detrás de mi prometido.


Nemoné
En los anteriores capítulos, aún era indiferente ante Banach, pero en serio está empezando a fastidiarme. También, su traductora aka Kavaalin, ha estado sacando capítulos traducidos sin parar. Parece que no puede aguardar mucho ya que saca continuamente capítulos. Yo también, como editora, hago mi tarea y paso al siguiente por las ganas de saber qué pasará. Sin embargo, ustedes tienen que esperar ansiosamente por éstos cada semana. Por favor, anticipenlos.

5 respuestas a “Dinero de consolación – Capítulo 12: Protegeré a Su Alteza (1)”

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