Dinero de consolación – Capítulo 55: Sentimientos a transmitir

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


Cuando vi a Su Alteza, recordé que había olvidado decirle algo importante.

—Tengo algo que decirle a Su Alteza.

— ¿Aún tienes algo que decirme después de todo lo anterior? Tengo un mal presentimiento.

—No es la gran cosa.

—No me digas que es sobre la anulación de nuestro compromiso.

—Ya no volveré a hablar sobre eso.

—Bueno…

Me acerqué a Su Alteza y sujeté una de sus mangas.

—Me gustaría hablar con usted a solas.

— ¿Qué planeas hacer?

Su Alteza me miró fijamente por un rato, antes de continuar.

—Entiendo. ¿Estás de acuerdo con que hablemos en mi habitación?

—Estaría bien.

—Schnei, ustedes dos quédense aquí.

El joven Schnei me miró preocupado.

—Si llegas a ser atacada por Rudy, grita. Iré de inmediato a rescatarte.

— ¡Nunca haría eso! Schnei, realmente te mandaré a volar como sigas así.

Su Alteza me tomó del brazo y me guió a su dormitorio en la puerta contigua. La habitación de Su Alteza estaba amueblada de forma simple con unos pocos muebles y una cama extra grande. Su Alteza cerró la puerta, se dio la vuelta y me miró fijamente.

— ¿De qué querías hablar?

—Hmm, bueno…

A pesar de que se me había trabado la lengua, Su Alteza esperó pacientemente a que hablara.

Respiré hondo y comencé a hablar.

—Bienvenido de vuelta, joven Rudy. Aunque me tomó un poco de tiempo darme cuenta de que el joven Rudy no se encontraba en el reino.

—Ah, lo sabía…

Su Alteza parecía complicado.

—Pero, cuando me enteré de que el joven Rudy no estaba aquí, comencé a preguntarme constantemente si regresaría pronto.

— ¿De-De verdad?

Bajé mi mirada hasta mis zapatos.

—Sin embargo, cuando volvió y vi al joven Schnei aferrándose a su brazo… pensé que mi compromiso volvería a ser anulado.

—Espera, espera, espera. Schnei es un hombre, ¿sabes?

—Ahora lo sé.

Su Alteza volvió a hacer una mueca como si se hubiese tragado algo amargo.

Entonces, volví a mirar hacia abajo mientras seguía hablando.

—Es por eso que durante el tiempo que el joven Rudy no estuvo aquí… hasta cuando finalmente regresó… me sentí sola…

Incluso después de que terminé de decir todo lo que quería, Su Alteza continuó guardando silencio. Como estaba ansiosa por conocer su reacción, decidí levantar la mirada y vi que estaba sonrojado hasta las orejas, mientras se tapaba la boca con su mano izquierda.

Ah, Su Alteza es tan adorable.

Instintivamente puse mi mano en su cintura.

— ¿Ju-Julia?

—Lo extrañaba tanto.

Vi cómo a Su Alteza se le entrecortó el aliento. Y después me abrazó tan fuertemente que me era difícil respirar.

—No digas cosas tan lindas.

Sus palabras me hicieron feliz, pero su abrazo era doloroso.

—Su-Su Alteza.

—Eres mi prometida. Nunca te daré a nadie. Te amo y quiero que también me ames.

A pesar de que se suponía que era yo quien estaba sintiendo dolor, las palabras de Su Alteza parecían ser aún más dolorosas. Comencé a acariciarle la espalda.

Al sentir mi toque, Su Alteza me miró a la cara.

— ¿Puedo besarte?

Esas palabras me dejaron sin aliento. Sentí que mi cara se ponía caliente, ¡como si estuviera en llamas! Su Alteza se acercó lentamente a mi rostro sin esperar por mi respuesta.

Ah, vamos a tocarnos.

En el momento en que pensé eso, oí la puerta abrirse. Era el joven Schnei que nos miraba desde el otro lado de la puerta.

—Rudy, no deberías hacer eso.

—No nos molestes. Y no nos espíes.

—La gente bestia tiene buenos oídos, ¿sabes? De todos modos… Después de ese beso, ¿qué piensas hacer en tu habitación? ¿Desde cuándo Rudy se convirtió en un lobo?

Su Alteza soltó un gran suspiro después de haberse quedado en silencio por un momento.

—Y pensar que la oportunidad finalmente había aparecido…

— ¡Prometida de Rudy! Por favor, dime tu nombre.

Ah, parece que todavía no me he presentado.

—Soy la hija menor del Conde Knocker, Julia.

— ¿Julia?

—Sí.

El joven Schnei sonreía mientras entraba a la habitación, apartó los brazos de Su Alteza y me abrazó.

— ¡Schneider, Julia es mía!

— ¡Lo sé! Pero, la gente bestia son criaturas que luchan por sus parejas.

— ¿Así es como vas a devolver mi amabilidad?

—Me gusta Rudy, pero me gustan aun más las galletas crujientes.

Yo reía mientras acariciaba la cabeza del joven Schnei.

—Mañana te hornearé muchas más.

— ¿De verdad? ¡Te amo Julia, por favor, se mi pareja!

Declaró el joven Schnei mientras enterraba su cara en mi pecho.

— ¡Schneider! ¡Aléjate de Julia, ahora!

—Amo a Julia, es muy esponjosa.

El joven Schnei se aferró aún más. Su Alteza hacía una mueca mientras trataba de alejar de mí al joven Schnei, pero este no mostraba ningún signo de querer soltarme.

—Su Alteza, el joven Schnei me quiere porque puedo hornear esas galletas duras. Joven Schnei, le enviaré el pastelero al que entrené así que no tiene que aferrarse tanto a mí.

Cuando dije eso, el joven Schnei negó con la cabeza.

— ¿No se supone que la receta de las galletas es un secreto?

—Bueno, es una larga historia, así que sirvámonos algo de té primero.

El joven Schnei y yo reíamos mientras nos dirigíamos hacia la puerta. El joven Schnei dejó la habitación antes que yo y en el momento en que traté de seguirlo, Su Alteza me agarró del brazo y me susurró al oído.

—Nunca amaré a nadie más que a ti. Cree en eso.

Mis oídos cosquilleaban por las palabras y el aliento de Su Alteza. Podía sentir cómo mi corazón se aceleraba y sólo podía asentir como una tonta. Su Alteza presionó ligeramente sus labios contra mi oreja antes de salir de la habitación, dejándome sola.

Después de haberme quedado sola no pude evitar taparme la oreja que había sido besada. No esperaba que Su Alteza hiciera eso. Hice una sonrisa amarga ante este doloroso sentimiento de felicidad que me embargaba.


Kavaalin
Aww, esa escena hizo que valiera la pena mi tortura con el japonés~

Nemoné
Maldita sea. Yo quería beso... Pero no puedo odiar a Schnei, es un bebé. *sentimientos confusos*

13 respuestas a “Dinero de consolación – Capítulo 55: Sentimientos a transmitir”

  1. No puedo evitar imaginarme a Mathilda es su estudio riendose diciendo que su señorita al fin podrá ser feliz JAJJAJAJAJAJAJA.
    P.d: el príncipe no pela ni una… Y aún así yo también quería un beso de ellos : (

  2. Aaaaaaaaaaaah!!! LPM!
    Ojalá se hagan un tapizado para su sillón con la piel de ese sujeto!!
    Interrumpió en el peor momento ¡La puta madre!

    Odio esa clase de personajes. Me provoca el mismo odio que el mercenario ese que trabaja para Julia (ya no me acuerdo su nombre x suerte)… No, al mercenario odio mucho más.

    Gracias x el cap x cierto

  3. ¿Embargaba? No entiendo
    Todos sabemos que si no los interrumpian todos en el Palacio escucharian los “gritos” de Julia y está novela sería +18
    Lo sé soy muy mal pensado

    1. ‘Embargar’ se utiliza cuando algo te produce mucho placer o agrado. Por ejemplo, el regalo embargó a Nemoné. De la misma manera que ese besito en la oreja embargó a Julia.

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