Dinero de consolación – Capítulo 65: La felicidad que el dinero no puede comprar

Traducido por Kavaalin

Editado por Raon Miru


Anular mi compromiso no era la gran cosa para mí. Inesperadamente, había dicho en voz alta lo que de verdad pensaba.

—¿Julia?

Su Alteza me miró con incredulidad.

—Si Su Alteza así lo quisiera, podríamos anular nuestro compromiso. Tampoco es como si esta fuera mi primera vez.

Sentí que el ambiente a mí alrededor se ensombrecía.

En el reino de Lao Fan, anular un acuerdo matrimonial era considerado como la mayor de las desgracias para una mujer.

—¿Su compromiso ya ha sido anulado una vez? ¿Cómo puede estar tan tranquila? ¿Es que no está avergonzada de vivir?

Aunque lo que había dicho era excesivo, debido a la gentileza que emanaba la princesa Pao, sus palabras no habían sonado tan extremas.

—Yo estaría más que dispuesto de acogerla si Rudy decide dejar a la señorita Julia.—dijo el príncipe Yufa con una expresión seria.

—Aah… Sería una vergüenza para el reino si uno de nuestros príncipes se casara con una dama que ya ha sido descartada.

Dijo una voz indiferente, como si quisiera provocarlo.

—Yo creo que las personas que vean a la señorita Julia como un bien dañado sólo porque su compromiso fue anulado es mucho peor.

Mientras decía eso, el príncipe Yufa miraba a la princesa Pao con una expresión lastimera.

—Si la aversión hacia las mujeres de nuestro hermano ya está curada, ¿por qué se molesta en mostrarle todo su afecto a una mera hija de un conde? Debería ser más consciente de su posición como príncipe. Aunque, si está dispuesto a ceder su derecho al trono, siéntase libre de hacerlo.

El príncipe Inzu soltó una risilla.

—¿Una mera hija de conde…?

El príncipe Yufa dirigió su mirada hacía Su Alteza.

—Rudy, ¿no crees tú también que las palabras mera hija de un conde son las menos adecuadas para definirla?

—Así es. Pienso que son completamente inadecuadas.

Al escuchar la respuesta anterior, miré a ambos con una expresión irritada en mi rostro.

—Rudy, ¿se está burlando de mí?

—¡No, no estoy tratando de burlarme de ti! ¡Lo estás malentendiendo!

Lo miré con desconfianza. Este parecía inquieto antes de continuar.

—Yufa y yo tratábamos de hacerte un cumplido.

Parecía decidido a convencerme de ello.

—Bueno, parece que no me queda más que confiar en sus palabras.

—Por favor, créeme —dijo el príncipe, con una sonrisa relajada.

Su Alteza rara vez bajaba la guardia. Es por eso que esta actitud desesperada suya me parecía enternecedora.

Mi corazón había terminado hecho un desastre después de que me comprometiera con él. Siempre terminaba sintiéndome frustrada, confundida y molesta.

No obstante, su rostro afligido me hacía pensar que dejarlo marchar sería toda una lástima. A pesar de que pensaba que no tendría problemas si regresábamos a ser sólo amigos, una parte de mí deseaba por más.

Al verlo tan relajado, la princesa Pao inclinó adorablemente su cabeza.

—¿Por qué el príncipe Rudnik se comprometió con ella? ¿No es extraño? Además de que es una dama dañada cuyo compromiso fue anulado… ¡Ah, ya entiendo! ¡Debe estarlo extorsionando con alguna debilidad suya!

Eso es grosero, ¿sabe? 

Aunque no es como si pudiera cambiar la mentalidad de la gente de este reino.

Mientras pensaba en eso, Su Alteza dejó escapar una fuerte carcajada.

—Así es. Me retiene usando mi debilidad.

Mientras pensaba a cuál se refería, la princesa me fulminaba con la mirada.

—¡Tú! ¡Eres una bruja que amenazó al príncipe Rudnik para convertirse en su prometida!

Ella me recordaba a algo. Es verdad, era parecida a un perro Pomerania. Había un marqués que tenía uno  al que le gustaba ladrar.

—¿Me estás escuchando? ¡Quiero que rompas tu compromiso con el príncipe Rudnik ahora mismo! ¡Es una orden!

Comencé a reír ante sus palabras.

—¿De qué te estás riendo?

—Oh, lo siento. Es sólo que la princesa Pao me parece adorable.

—Ya sé que soy adorable. No me comprarás con un cumplido tan obvio.

La princesa Pao estaba enfurruñada.

—¡Que mujer tan terrible eres! ¡La posición social del príncipe Rudnik te ha cegado! ¡Eres una vergüenza!

Al contrario, la posición de Su Alteza fue lo que me hizo dudar sobre si debía aceptar o no su proposición. Entonces, ¿por qué la había aceptado?

—¡Una prometida debería ser un alma sanadora! ¡Yo sanaré al príncipe Rudnik con amor verdadero!

Miré hacia la distancia y le pregunté:

—¿Amor verdadero? ¿Qué constituye al amor verdadero?

Cuando dije eso lentamente, ella enderezó su postura mientras respondía apasionadamente.

—¡¡El amor verdadero es una felicidad que no puede ser comprada con dinero!! Dado que ni siquiera puedes entender eso… ¡deberías anular tu compromiso!

¿Una felicidad que no podía ser comprada con dinero? Incliné mi cabeza.

—¿Qué es exactamente esa felicidad que el dinero no puede comprar?

Sus ojos se abrieron de par en par.

—¡No podría explicarlo exactamente! Sin embargo, el amor verdadero es un sentimiento que no cambia sin importar nada y tampoco puede ser comprado con dinero.

El amor no podía ser comprado con dinero…

—Ufufufu, ¿así que la princesa Pao trata de decir que sin importar lo que le pase al príncipe Rudnik, su amor por él no cambiará? ¿Incluso si es despojado de su posición de príncipe y exiliado del reino de Palacio sin un centavo?

Ella me miró mientras sonreía triunfante.

—Eso no pasará.

—¿Por qué no?

—¡Porque el príncipe Rudnik es hijo único!

La miré sorprendida.

—¿Existe evidencia de que el rey de Palacio no tenga ningún hijo secreto? ¿Puede asegurar que no existe ningún príncipe que haya sido alejado del ojo público hasta que se convirtiera en adulto? ¿Qué sucede si ese príncipe secreto exilia al príncipe Rudnik? Aunque doy por seguro que la princesa Pao se quedaría al lado de Rudy. ¡Después de todo, su amor es verdadero! ¿No es maravilloso el amor verdadero?

Mi comentario no hizo más que añadirle leña a la situación y todos a nuestro alrededor se habían quedado en silencio.

Ese era mi entendimiento del amor verdadero.

—¡¿Qué hay de ti?! ¿Seguirías amando al príncipe Rudnik en esa situación?

Esa pregunta me tomó por sorpresa, lo cual se mostró en mi expresión.

—¡Ves! ¡No amas al príncipe Rudnik! ¡Sólo eres una mujer malvada que está detrás de su estatus, honor y dinero!

—Je, je, je. ¿De verdad piensa que esas tres cosas son lo único valioso que posee Rudy? Aunque las perdiera, yo aún lo encontraría valioso.

Cuando oyó mis palabras, tragó saliva.

—¿No estás confundiendo al príncipe Rudnik con una posesión? ¡Príncipe Rudnik! ¿Es que no se da cuenta de sus verdaderas intenciones?

Su alteza pestañeó un par de veces antes de responder.

—Julia siempre ha dicho que para ella soy como un eslabón… Pienso que ella no dudaría en anular nuestro compromiso si dejara de formar parte de la realeza.

—¿De verdad piensa eso? Si Su Alteza perdiera su honor y estatus, lo contrataría en mi tienda sin pensármelo dos veces.

—Eres realmente imperturbable…

Él dejó escapar un suspiro exasperado. En ese momento el príncipe Inzu murmuró algo.

—Se me hace difícil entender cómo es que el príncipe Rudnik pudo ser víctima de una mujer tan atroz —dijo con un volumen lo suficientemente alto para ser escuchado por todos.

Al oír su comentario, la princesa me apuntó con el dedo y sonrió triunfante.

—¡Eso es verdad! ¡Eres demasiado vulgar! ¡Ya deberías entender que el dinero no compra la felicidad!

Le devolví el gesto.

—La princesa Pao es realmente adorable.

Ella frunció el ceño al escuchar mi comentario.

—Le diré una cosa a la adorable princesa Pao. —continué hablando mientras me acercaba a ella—: Eso es verdad, existe un tipo de felicidad que el dinero no puede comprar. Por ejemplo, el corazón de la gente. Sin embargo, la mayoría de la felicidad viene del dinero.

Sentí como el aire a mí alrededor se estancaba.

—Príncipe Rudnik, sería mejor para usted que no se casara con esta mujer. Ella no se merece que le brinde felicidad.

Reí ante la queja del príncipe Inzu.

—¡¿Qué es tan gracioso?! —gritó irritado.

—Me disculpo. El príncipe Inzu dijo algo tan interesante que no pude evitar reír. ¿No le parece así? Sus palabras implican que una mujer no puede obtener la felicidad a menos que un hombre se la proporcione.

Mostré una sonrisa antes de continuar hablando.

—No obstante, una mujer puede ser feliz sin la necesidad de un hombre.

En un intento de menospreciarme, replicó:

—Antes mencionó que la mayoría de la felicidad viene del dinero. Las mujeres viven de los ingresos de los hombres, así que una mujer no puede ser feliz sin un hombre.

Suspiré con irritación.

—¿Trata de decir que una mujer no puede ganar dinero?

—¿Qué?

—Yo manejo mi propia tienda. Y, si mira en las calles de Lao Fan, verá a un montón de mujeres trabajadoras.

—Es ridículo comparar a los plebeyos con los nobles.

Al escuchar su respuesta mi sonrisa se evaporó y fue reemplazada por un profundo suspiro. La conversación con el príncipe Inzu estaba lejos de ser entretenida. Era demasiado prejuicioso y no creía que tuviera lo necesario para comprender lo que yo trataba de decir.

A continuación, el príncipe Yufa respondió calmadamente.

—La señorita Julia es diferente a las damas de la realeza de nuestro reino, ella siempre rebosa de felicidad. Esa es una de las razones por las que quiero una esposa como ella, pero no creo que Inzu lo entienda.

—Justo cuando creí que la misoginia de mi hermano se había curado, resulta que sólo tenía mal gusto para las mujeres.

Me di cuenta de que Su Alteza estaba riéndose por lo bajo después de escuchar el comentario sarcástico del príncipe.

—Estoy seguro de que el príncipe Inzu tiene buen gusto. Pero me alegra que no sea rival en el amor. Creo que es suficiente con que yo sea el único que conozca el lado bueno de Julia. De otro modo, me vería en problemas, ya que cualquier ser humano decente sería inmediatamente fascinado por sus encantos.

Su Alteza, ¿está insinuando que el príncipe Inzu no es un ser humano decente?

—Dado que Julia me parece una buena mujer, yo también debo tener mal gusto. Además de que si dejara de ser parte de la realeza, estoy seguro que ella me mantendría económicamente —dijo Su Alteza mientras me sonreía, a lo que respondí devolviéndole el gesto.

—Obviamente lo mantendría. A cambio, lo haría trabajar como una mula. ¿Está de acuerdo con eso?

—Pienso que suena divertido. ¿Quizás me influenciaste?

Ambos comenzamos a reír. Pensaba que era increíble que fuera capaz de aligerar el ambiente tan fácilmente.

—¡Ah! ¡Señorita Julia! —alguien llamó mi nombre.

Cuando volteé para saber quién era, vi a la princesa Mulan, la hermana del príncipe Yufa.

—Princesa Mulan. No necesita dirigirse a mí tan formalmente.

—¡No diga eso! ¡Después de todo, respeto muchísimo a la señorita Julia!

Recientemente, nos habíamos convertido en socias.

Después de que regresara a su reino al sufrir un desamor con mi hermano, le escribí una carta. En esta le proponía iniciar un negocio juntas. Para mi sorpresa, la princesa Mulan me dio una afirmación inmediata.

Después de aquello, le solicité al duque Xiao Lang, quien me había estado ayudando con la distribución de mis productos en Lao Fan, que escribiera una carta de recomendación para mí.

Tanto la princesa como el duque me habían ayudado anteriormente a vender accesorios avalados por la familia del conde Knocker, hechos con pequeñas gemas que el barco del capitán Báhr había traído como suvenires.

Las ventas fueron explosivas.

A pesar de que los artículos estaban destinados a los plebeyos, también eran populares entre las damas de la nobleza.

Que se formalizara el compromiso entre la princesa Mulan y el duque Xiao Lang ciertamente también había ayudado a impulsar las ventas.

A la temprana edad de treinta años, poseía el estatus más alto después de la realeza. Era famoso por no coquetear con las mujeres, a pesar de ser bastante atractivo.

Era conocido como el apuesto noble inconquistable por ninguna mujer. Como la princesa Mulan había sido la única capaz de agitar su corazón, todas compraban los accesorios para obtener un poco de su buena suerte.

—¡Mi compromiso pudo suceder gracias a usted, señorita Julia! ¡Déjeme idolatrarla!

—Por favor no lo haga.

—¿Por qué no?

La expresión de la princesa Mulan se volvió más suave mientras hacía un adorable gesto de insatisfacción. Seguidamente, sonrió benevolentemente.

—¡Quisiera que la señorita Julia fuera mi hermana! Todavía no es demasiado tarde, ¿sabe? Puede anular su compromiso con el príncipe Rudnick y casarse con mi hermano.

—Lo siento, pero no puedo hacer eso —dije mientras sonreía de manera torpe.

Parecía estar más reacia de lo que esperaba a dejar ir a Su Alteza.

La princesa Pao, quien se había mantenido en silencio todo ese tiempo, comenzó a hablar tímidamente con la princesa Mulan.

—Hermana Mulan, um, ¿por qué habla tan humildemente con una mera hija de conde?

La princesa se sorprendió al darse cuenta de que ella estuvo aquí todo este tiempo.

—Pao ¿Te encontrabas presente?

—S-Sí.

Al presenciar la dinámica entre ellas, era obvio que la princesa Mulan poseía mayor poder.

—¿Y? ¿Dijiste algo?

—S-Sí. ¿Por qué habla tan humildemente con una hija de conde?

La princesa Mulan frunció el ceño después de escuchar la pregunta de la princesa.

—Porque la respeto. Ha sido de gran ayuda para que yo pudiera encontrar la felicidad. Fue tan humilde como para brindarme su ayuda y siempre se preocupa por mí, una completa extraña para ella. Nunca he conocido a nadie como ella. Además, no conozco a nadie de un reino extranjero con tantas conexiones como la señorita Julia.

—¿Eh?

La princesa Mulan me sonrió cariñosamente antes de darle una gentil respuesta a la princesa Pao.

—¿Recuerdas a nuestra hermana mayor que siempre has respetado, la princesa Lanfa? Su matrimonio con el rey de las tierras del sur había sido decidido, ¿verdad? ¡Quien los presentó no fue otra más que la señorita Julia! Además, con sólo mencionar las palabras avalado por la familia del conde Knocker, todos los comerciantes cambiarán su actitud contigo. ¡Es más confiable que la princesa de este reino! En el caso contrario, si te opones a la familia del conde Knocker, ¡hay una gran posibilidad de que todos los comerciantes se nieguen a comerciar contigo!

Las exageraciones de la princesa Mulan hicieron que el rostro de la princesa se pusiera pálido.

—Bueno, la señorita Julia es una diosa entre los comerciantes, ¡así que eso es natural! Incluso mi prometido la llena de cumplidos.

Como si acabara de recordar algo, la princesa Mulan se excusó por un segundo y trajo a un hombre con ella. Era el duque Xiao Lang, su prometido.

Él se acercó a donde me encontraba parada y dijo:

—Me dijeron que había una hermosa diosa, así que vine a presenciarla. Resultó ser la señorita Julia.

—Soy una diosa, ¿verdad?

El duque Xiao Lang soltó una risilla.

—Para mí, Mulan es la diosa número uno, pero supongo que la señorita Julia también lo es.

La princesa Mulan parecía estar satisfecha con su comentario y sonreía.

—Yo no soy rival para la princesa Mulan. Ella es la verdadera diosa.

Al oírme decir eso, ambos suspiraron.

—Tengo que aprender a ser más compasiva y humilde como ella.

—Tiene razón. Piense en la señorita Julia como una diosa natural y en Mulan como alguien que aspira a ser una diosa. Con la señorita Julia como modelo a seguir, Mulan aprenderá a ser una diosa majestuosa.

Esto es vergonzoso, así que por favor deténganse.

Mientras me encontraba ocupada pensando eso, observé los alrededores de la habitación y me di cuenta de algo.

—Su Alteza, ¿dónde está el joven Schnei?

Parecía que el joven Schnei había desaparecido.


Kavaalin
¡BEST! ¡CAPÍTULO! ¡¡EVER!! Mientras leía este capítulo no podía dejar de pensar cosas como “¡eso mamona!” y “que perra mi Julia~”. Aunque Rudy y Yufa tampoco se quedaron atrás. Vi que más de alguno se largó a llorar con el final del capítulo anterior, pero, por favor, ¿es que aún no conocen cómo es Julia? Ella no se pondría a llorar por algo tan nimio como que coqueteen con Rudy con ella delante. Una hembra alfa como ella se limitaría a dejar en claro quién es la jefa~

6 respuestas a “Dinero de consolación – Capítulo 65: La felicidad que el dinero no puede comprar”

  1. Yo fui de las que lloro con el final del capítulo anterior ajajajajaja es que me imagine un salseo cliché entre tanta diversión.. menos mal no paso nada extraño y en cambio fue divertido!! gracias por estos capítulos! no había visto que habían actualizado <3

  2. Primera parte: Difaman
    En mi mente: Solo perate tantito que ya caen las putiza.(?)

    Segunda parte: Contra ataque de todos lados.
    En mi cabeza: En sus caras, perras! xD

    Gracias por el capítulo~

    P.D: Que raro que no puedo hacer login… se siente raro, pero puedo usar nombres raros en consecuencia xD

  3. Me encanta Julia, me rei cuando dijo que mantendría a Rudy a cambio de hacerlo trabajar como una mula. Estoy totalmente de acuerdo con Kavaalin.

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