El gato blanco que juró venganza – Capítulo 10: El Rey Dragón

Traducido por Kowloon

Editado por Nelea


 En este mundo en el que Ruri fue convocada, hay un gran continente.

En este continente, hay innumerables países aquí y allá. Entre esos países había 4 jugadores principales:

El Reino Dragón, gobernado por el demi-humano de la raza dragón;

El Reino de las Bestias, gobernado por las bestias de la tribu león;

El Reino del Espíritu, gobernado por un Kirin (unicornio japonés);

y por último, el imperio más fuerte dentro de todos los países actualmente gobernados por Humanos.

Si las 4 de estas grandes potencias emprendieran una guerra, el continente quedará definitivamente en un estado devastado. Para evitar eso, se estableció una alianza entre ellos desde hace mucho tiempo.

El actual Reino Dragón es un lugar pacífico donde conviven humanos y demi-humanos. En el pasado, los demi-humanos eran tratados como esclavos, y fue solo después de la llegada de la gente de raza dragón que fueron liberados. Y así, la formación del Reino Dragón.

Aunque los demi-humanos sobresalen en habilidad y poder mágico en comparación con los humanos, solo se reúnen en pequeños grupos y tienden a no tener ninguna relación con otras tribus. La razón de su forma de vida de comunidad cerrada fue porque priorizan la cultura de su propia tribu, que fue, por cierto, la razón de su caída.

No importa cuán excelente o fuerte sea un individuo, cuando se enfrenta con cantidad, no hay posibilidad de victoria. Algunos fueron asesinados, otros se convirtieron en esclavos, y hubo algunos que prefirieron la muerte a la esclavitud.

Una parte que pudo escapar buscó la ayuda de la raza más sabia y más fuerte del mundo, la raza Dragón.

El anciano de la raza Dragón de esa época se enojó con la raza Humana por el continuo incremento en sus traicioneras acciones y procedió a liberar a los esclavos y creó un país que los acogería.

El anciano/primer Rey de la raza Dragón quería crear un lugar donde los humanos y los demi-humanos pudieran vivir juntos en paz, y activamente dieron asilo a aquellos sin hogar, convirtiendo al Reino Dragón en lo que es hoy.

Cada generación después, solo el más fuerte de la raza de dragones gobernaba el país.

Con su poder y estatus reconocido desde una edad temprana, el Rey Dragón actual está en edad para el matrimonio. Sin embargo, aunque recibió ofertas no solo de su propio país, sino de los países vecinos, todavía estaba soltero y no tenía intención de casarse.

La gente empezaba a preocuparse por el Rey Dragón por no tener a una mujer a su lado.

Hoy, Klaus sonrió con amargura cuando vio a Agete entrar a la oficina oval mientras sostenía un archivo con fotos de probables futuras esposas que pasaron por una investigación especial.

—Eso es bastante, Agete-dono.— Klaus

—Tengo que dejar que Su Majestad revise esto hoy. Si hay tantas candidatas, debe haber al menos una que atraiga su atención. Ayúdame, Klaus.— Agete

Klaus siguió el comando de Agete y comenzó a organizar las fotos en la mesa, esperando que esta vez salga un resultado.

—…Por cierto, ¿dónde está Su Majestad?— Klaus

—Salió a la calle.— Agete

—¿Otra vez? En este punto, estaría bien que alguien lo trajera de vuelta…—Klaus

—Eso… sería difícil.— Agete

—Si tan solo su majestad actuará de la misma manera que un cierto Rey Bestia. Por lo que escuché, él tomó su 19a consorte el mes pasado.— Klaus

—¿No es eso un poco excesivo?…— Agete

—Eso es verdad. Cada vez que él toma una nueva consorte, tenemos que enviar un regalo de felicitación. No solo nos cuesta dinero, sino que también tenemos que tomar en consideración para que los regalos no se superpongan con los anteriores. La gente del departamento de tesorería y asuntos exteriores ha estado fastidiándonos sobre esto.— Klaus

Fue durante esa charla cuando la puerta se abrió silenciosamente y entraron dos figuras.

Klaus y Agete se inclinaron mientras saludaban a la persona que fue la primera en entrar.

—Bienvenido de nuevo, Majestad.

—Aaa.

Después de asentir, el Rey Dragón hizo una mirada desagradable cuando vio las pilas de fotos en su escritorio.

—¿Que es todo esto?—Rey Dragón

—Son las candidatas a novia para Su Majestad. Está bien si hay varias seleccionadas que llamen su atención. No importa su linaje familiar, apariencia o poder mágico, a cualquiera que Su Majestad elija puede convertirse en su Reina.—Agete

El Rey Dragón miró a Agete y puso las manos sobre las fotos. Después de eso, una llama apareció y convirtió las fotos en cenizas que fueron expulsadas por las ventanas, desapareciendo sin dejar rastro.

—¡Aaaaa! ¡¿Qué está haciendo?! ¡Las candidatas por las que pasé grandes dolores escogiendo toda la noche!…—Agete

—Te dije que no se necesitaban, ¿no es así? Además, un Rey Dragón se decide en función de su poder, por lo que no hay necesidad de forzarme a encontrar una compañera. —Rey Dragón

—Incluso si dices eso, es verdad que los fuertes darán a luz a niños fuertes. Si no te gusta, entonces trae a tu propia compañera. ¡No es como si tuvieras a alguien de todos modos! —Agete

—… …—Rey Dragón

Agete estaba seguro de que el Rey Dragón no tenía a nadie en quien estuviera interesado en este momento. Pero su silencio provocó su sorpresa y la de Klaus.

—… ¿De verdad tienes a alguien en mente? —Agete

—… Realmente no la llamaría “compañera”. Pero me gustaría charlar con ella.—Rey Dragón

El Rey Dragón no negó totalmente la posibilidad de tener algunos sentimientos favorables hacia la mujer que mencionó. Al oír eso, la cara de Agete estaba llena de emoción.

—¡Oh cielos! ¡Qué noticia tan alegre! ¿Dónde está ella ahora? ¿Cuál es su raza? ¿Cuál es su nivel de poder mágico? ¡¿Qué clase de persona es ella? —Agete

—Por favor, cálmate, Agete-dono. ¿Sabes algo sobre esto, Finn? —Klaus

Mientras se preocupaba por el viejo dragón con gran espíritu a su lado, Klaus le preguntó al hombre que estaba tranquilo todo el tiempo, parado cerca de la entrada. Si Finn, quien sirve como guardia del Rey Dragón, estuvo presente, probablemente él sepa algo sobre esto.

Pero Finn se limitó a cruzar los brazos e inclinar la cabeza.

—Pensar que incluso Finn no sabe quién es esta persona… ¡¿Quién es ella?!—Agete

—Ni idea. —Finn

—… ¡¿HAR?! —Agete

—Te lo dije, no lo sé. —Finn

Finn habló sobre el evento que ocurrió en el callejón. Sobre la sombra de la chica en apuros, los matones que derrotó y la ayuda que ofreció el Rey Dragón.

—En ese momento, solo se intercambiaron unas pocas palabras, así que no conocemos su nombre. Pero su cabello rubio era hermoso… —Fin

El Rey Dragón se quedó mirando su mano. La sensación del suave y sedoso cabello de la chica que conoció en el callejón que tocó inconscientemente se estaba reproduciendo en su mente.

—Hou~ Es un color bastante raro para una persona. Bien hecho, Majestad.—Agete

Sintiendo algo en el aire, Agete comenzó a sonreír. Se dio la vuelta y señaló a Finn.

—Hey Finn, movilicemos a la caballería dragón y capturemos a la chica rubia… Perdónenme, ¡“invitémosla” al castillo! ¡¡No podemos ser groseros con la futura Reina!! —Agete

—¡Espera, solo espera un minuto! ¡Nunca dije nada sobre mi estando interesado en esa mujer! —Rey Dragón

El Rey Dragón se asustó al ver la acción de Agete. Agete estaba empeñado en dar la bienvenida a su llamada “futura novia” al castillo.

—Oh, no se preocupe. Su Majestad acaba de decir que quería “charlar” con ella. No hay nada malo en sentirse atraído por una mujer. Eso solo significa que tienes algo de interés en ella. Nosotros la raza dragón somos así. Esto me recuerda a mi pasado~ —Agete

Como si todo fuera un hecho aceptado de acuerdo con la palabra de Agete, el Rey Dragón solo podía sostener su cabeza con dolor.

Era cierto que estaba interesado en la chica con el raro color del cabello. Pero no tenía planes de hacer nada en este momento.

Sin embargo, se sentía presionado por los ataques que había estado recibiendo de Agete en estos días. Pensó que al decirle a Agete que estaba interesado en alguien, Agete lo dejaría en paz. Su plan fracasó totalmente.

—Por favor, cualquier cosa menos el despliegue de la caballería dragón. —Rey Dragón

Si la gente descubriera que la caballería dragón fue usada para buscar a una chica solo por el simple interés que él tuvo por ella, la gente pensaría en él de manera extraña.

El Rey Dragón miró a Klaus para pedirle ayuda con la situación.

—En ese caso, pidamos el regreso de Joshua. La observación de Nadarsia ya no es necesaria después de todo. Incluso sin usar la caballería dragón, si es una persona con un raro color de cabello, se la encontrará fácilmente, Agete-dono.—Klaus

—Supongo que eso es cierto. —Agete

Con Agete de acuerdo con eso, el Rey Dragón suspiró aliviado. Mientras que, al mismo tiempo, el pensamiento de que él podría ser capaz de encontrarse con la chica de nuevo le dio una sensación de calidez en el interior.


[Nota Nelea: pobre Rey Dragón a él también lo acosan con lo de casarse T U T, ¡entiendan somos felices solteros! \ v . v / ]

2 respuestas a “El gato blanco que juró venganza – Capítulo 10: El Rey Dragón”

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