El Secreto de la Belleza – Capítulo 21: Realidad

Traducido por Akatsuki

Editado por Sharon

Corregido por Gia


—¡¿Joven Julius?! ¡Joven Julius! ¡Por favor, aguante!

Emilyn corrió hacia Julius, quien se había desplomado, sin dejar de temblar, por el ataque del hombre encapuchado.

Se arrodilló en el suelo junto a Julius, examinó su herida y comprobó su estado.

Su respiración… era muy pesada, pero todavía se sentía.

Su pulso… latía como un despertador.

Sus heridas… Su hombro izquierdo había sido cortado tan profundamente que, incluso ahora, la sangre brotaba de ella. El líquido tiñó rápidamente su camisa de un color rojo vivo.

—Si no detengo el sangrado pronto… ¿Huh?

Emilyn miró la sangre que fluía de la herida de Julius. Pensó que, de momento, debería detener el sangrado al presionar la herida, pero sintió que algo andaba mal.

Julius empezó a sudar y su respiración se volvió más rápida. Al principio, pensó que se debía a la herida, pero no era normal que sufriera tanto dolor.

—¡Joven Julius! ¿Qué pasa…? ¡Aah!

De repente, pensó en algo y miró la daga que estaba cerca de ella. Era el arma que uno de los encapuchados había usado para atacar a Julius.

Estaba cubierta con su sangre, por lo que era difícil decirlo, pero si la miraba con cuidado, podía ver otro líquido en la hoja.

—Eso es… ¡No me digas, ¿veneno?!

Emilyn dedujo que él estaba sufriendo por el veneno, su respiración se volvió pesada y su rostro perdió color.

Si estaba en lo correcto, el veneno ya había entrado en su cuerpo, por lo que no sería suficiente con solo detener el sangrado.

Era poco probable que no fuera fatal, debido a que lo usaron unos asesinos con la intención de quitarle la vida. Claramente era un veneno letal.

—Tengo que apresurarme, si no…

Si conociera el tipo de veneno, entonces podría darle el antídoto. Sin embargo, Emilyn no sabía nada sobre este ni de los hombres de negro que habían muerto. Aun así, no se podía quedar sin hacer nada, a pesar de que no había medicina en ese lugar.

Lo único que podía hacer era extraer el veneno de su cuerpo, aunque fuera solo un poco. Era la única opción que tenía. Ella solo podía confiar en su fuerza de voluntad.

—Joven Julius, lo lamento —murmuró y empezó a quitarle la camisa manchada con sangre.

Le costó mucho quitársela por completo, debido a que se encontraba desmayado. Puso la cabeza de Julius sobre sus rodillas y logró quitarle la prenda levantando su cuerpo ligeramente.

—¿Huh?

Con la camisa fuera, una imagen inesperada la recibió. Había esperado que Julius tuviera un corsé debajo de su camisa, pero ese no era el caso. Su piel se reflejó directamente en sus ojos. Además, no había señal de que ella(él) tuviera senos. Sí, absolutamente nada. Había mujeres con pechos pequeños en este mundo, pero esto era diferente.

—¿Eh? ¿Qué? ¿P-Por qué?

Julius es una chica ¿Por qué no tiene senos?

Akatsuki
Escupir.

Sharon
Escupir x2.

Emilyn estaba enfrentándose a una situación inimaginable, por lo que perdió la cabeza y su mente dejó de funcionar. Sin embargo, se recuperó rápidamente, debido a que Julius empezó a tener dificultades para respirar. Decidió pensar en eso luego e, inmediatamente, comenzó con su tratamiento.

—Lo pensaré después, ahora tengo que salvar al joven Julius…

Ahora que se encontraba recuperada, tomó el hombro de Julius y sustrajo un pañuelo para limpiar la sangre alrededor de la herida. Luego, puso su boca en ella e intentó succionar el veneno. Tuvo cuidado de no tragar la sangre, escupiéndola a un lado.

Lo hizo varias veces hasta que decidió que había succionado una cantidad considerable de veneno. Puso el pañuelo sobre la herida una vez más e intentó detener el sangrado.

No había tenido tiempo para pensar mientras succionaba el veneno desesperadamente, pero ahora que presionaba la herida, podía ponerse a reflexionar un momento.

Lo que estaba en su mente era, por supuesto, lo que vio debajo de la camisa de Julius cuando se la quitó. Incluso ahora, si ella girara hacia un lado, podría verlo sin necesidad de confiar en sus recuerdos.

Ante los ojos de Emilyn, estaba el pecho de Julius al descubierto y sin nada que ocultar. No importaba cuántas veces lo mirase, no importaba cuántas veces parpadeó, se mantuvo plano. Al ver su pecho podría decirse que era precioso, había sido bien entrenado y estaba en forma, lo que ocasionó que Emilyn se sonrojara instintivamente.

—¿Entonces, es así después de todo?

Demasiadas cosas le sucedieron a la vez y su mente estaba en un caos, pero finalmente pudo aceptar la realidad.

—El joven Julius es… ¿un hombre? —murmuró para sí misma. La incómoda sensación dentro de ella aumentó.

La idea que había tenido durante todos esos años resultó ser falsa. Ella no sabía cómo expresar sus sentimientos.

Su estado mental era como si el mundo se hubiera colapsado.

—Tal cosa, tal cosa…

Sin embargo, sin importar cuánto intentara negarlo, el cuerpo frente a ella no podía ser el de una mujer. Esa era la triste verdad y, probablemente, no se trataba de ninguna mentira.

A pesar de que estaba conmocionada por la situación, todavía movía sus manos correctamente. Arrancó el dobladillo de su vestido para usarlo como un vendaje y lo ató por encima del pañuelo. En cierto sentido, podría tratarse de una acción para escapar de la realidad.

Eso era lo mejor que podía hacer sin herramientas o conocimiento médico.

Ella quería creer que los efectos del veneno habían disminuido porque había succionado mucho, pero, definitivamente, era mejor que un médico lo examinara.

Sin embargo, Emilyn se puso ansiosa porque no estaba segura de si debería montar el caballo con Julius inconsciente. En primer lugar, levantar a Julius sobre el caballo sería difícil.

También, pensó en dejarlo ahí e ir a pedir ayuda. Sin embargo, le tomaría tiempo y dejar a Julius solo, la ponía ansiosa.

Después de pensar, Emilyn retiró la cabeza de Julius de su regazo y se dirigió hacia el caballo blanco que estaba atado en el árbol.

—Por favor, préstame tu poder para salvar al joven Julius —le habló mientras lo desataba del árbol.

Emilyn llegó a la conclusión de que era demasiado peligroso dejarlo ahí y que tenía que llevarlo de regreso a la capital real de alguna manera.

No sabía si el caballo la entendía o no, pero siguió a Emilyn obedientemente hasta donde Julius estaba y se inclinó lo más bajo que pudo.

—Eres realmente inteligente, ¿verdad? Gracias.

Emilyn concluyó que sería difícil poner a una persona inconsciente sobre un caballo de pie, pero que podría manejarlo de alguna manera si lograba que se agachara. Por eso, agradeció al inteligente animal, el cual se movió como deseaba. Se agachó y levantó el cuerpo de Julius.

Era imposible para Emilyn, con su pequeña estatura y falta de fuerza, levantar todo el cuerpo de Julius, por lo que solo levantó la parte superior del cuerpo mientras tiraba del brazo derecho intacto. Ella puso el brazo derecho sobre el caballo y se fue al lado opuesto. Desde ahí, lo jaló y lo levantó sobre el caballo.

—Ponte de pie —ordenó una vez que estuvo segura de que el cuerpo de Julius no caería. El caballo se levantó con el menor movimiento posible.

Ella asintió con satisfacción mientras el caballo se ponía de pie con Julius sobre su espalda. Posteriormente, se subió también.

—Quiero regresar a la capital real, por favor.

Emilyn sostenía a Julius, quien estaba en la silla y, con voz suplicante, mientras tocaba ligeramente su cabeza, le pidió al caballo que avanzara.

Entonces, el animal comenzó a correr como si estuviera preocupado.

♦ ♦ ♦

Emilyn regresó a la capital real y buscó desesperadamente ayuda. Cuando la encontró, Julius rápidamente pudo recibir atención médica.

Como había supuesto, Julius había sido envenenado, pero gracias a sus primeros auxilios fue capaz de contrarrestar el veneno y salvar su vida.

El médico le dijo que si no hubiera succionado el veneno, probablemente él habría perdido la vida.

El hecho de que Julius, quien era considerado como un héroe a causa de la guerra, se convirtiera en el blanco de alguien desconocido, lo que conmocionó a la capital real. Todos habían estado celebrando la victoria, pero ahora estaban en un alboroto.

El palacio real vio grave la situación y envió a algunos caballeros a investigar, pero no pudieron obtener pista alguna de los cadáveres que recogieron basándose en el testimonio de Emilyn.

A juzgar por el momento, ellos podían conjeturar que era alguien del reino Lakshurusu, que había librado una guerra contra ellos. Sin embargo, suponiendo que lo fueran, les resultaría difícil protestar sin tener evidencias concretas, por lo que el caso se mantendría sin resolver.

4 respuestas a “El Secreto de la Belleza – Capítulo 21: Realidad”

  1. ¡¡¡AL FINNN!!!! *Grito fangirl x1000*

    Dios, estos asesinos podrían ser lo mejor que le pudo haber pasado a Julius, espero que ahora la idiota de Emilyn comience a tomar en serio sus sentimientos…. y de paso que el amigo también se entere de que es un hombre, eso va a ser divertidísimo.

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