El Secreto de la Belleza – Capítulo 9: La fiesta de Té

Traducido por Akatsuki

Editado por Sharon

Corregido por Tulskas


—Bienvenido, señorito Julius.

Un hombre de mediana edad, que espera en la entrada de la casa Verjus, se inclinó al verlo bajar del carruaje.

—Ah, gracias, Edward.

Edward es el mayordomo principal de la casa Verjus, y quien recibió a Julius. Como había visitado la finca varias veces antes, ya lo conoce.

—Todos están presentes.

—Así que soy el último. Nos retrasamos un poco más de lo planeado.

—Entonces le mostraré el camino.

—Oh, sí, por favor.

Julius siguió al mayordomo dentro de la propiedad luego de que él le abriera la puerta, invitándolo a pasar.

—¿Se encuentra el vizconde Verjus? —pregunta Julius mientras caminan por el pasillo, recordando lo que su padre le había dicho en el desayuno.

—No, mi señor se encuentra en una reunión de negocios, probablemente regrese al anochecer.

—Ya veo, es algo que no se puede evitar. Mi padre me pidió que le diera sus saludos al vizconde Verjus, ¿podrías decírselo cuando regrese?

Explicó la razón por la cual quiso encontrarse con él y le pidió que transmita el mensaje.

—Lo entiendo, se lo haré saber.

Llegaron a la entrada del salón mientras hablan.

—¡Joven Julius! Bienvenido.

—¿Cómo está, señorita Emilyn? Me siento honrado por recibir su invitación.

Cuando su prometida le vio ingresar al salón después de Edward, se levantó de su asiento y corrió hacia él.

Ambos se saludaron con una sonrisa, mientras ella toma la mano de su amado y lo guía a la mesa donde otras dos personas esperan en sus asientos.

—Hola Julius.

—Buenas tardes, joven Julius.

—Buenas tardes a ustedes dos.

Aquellas personas son Lilycia, quien está sentada a la derecha de su prometido con Emilyn a su izquierda, y Maxian, siendo el asiento de Julius el que está frente a él.

Al momento en que el recién llegado se sentó, una sirvienta se acerca y le coloca una taza con té en la mesa.

—Llegas tarde, Julius.

—Lo siento. Tuve un visitante inesperado esta mañana.

Maxian no lo acusaba, pero Julius les contó sobre el visitante inesperado que interrumpió su entrenamiento.

No era la primera vez que el príncipe hacía algo así. Como lo sabían desde hace tiempo, sonrieron con ironía al entender sus palabras.

—Su Alteza en realidad no se aburre de eso.

—Como que quiero… admirar su entusiasmo.

—Buen trabajo, joven Julius.

Julius solo pudo sonreír a sus palabras, así que tomó algunos panecillos de la mesa para ocultar su gesto y se los comió.

Disfrutando de su suave textura y fuerte sabor, levanta su taza llena de té hacia sus labios, cuyo dulce aroma le hace cosquillas en la nariz.

Julius disfruta del aroma por un momento antes de beber el té de color escarlata.

Sabe exactamente cómo huele, ligeramente dulce, y es agradable tomarlo después de algunos panecillos. Suspiró brevemente.

Entonces se dio cuenta que todos le observan en silencio.

akatsuki
incluyéndome.º-º

—¿Qué sucede, Maxian? ¿Por qué te estás poniendo rojo?

—¿Huh? ¡N-No, no es nada!

—Está bien entonces.

Julius le pregunta a Maxian, que está sentado enfrente suyo. Él se asustó y levantó su mano en señal de negación.

—Señorita Emilyn, ¿hay algo sobre mi rostro? —le pregunta a su prometido, confundido por la reacción de su amigo.

—No, está hermoso como siempre.

—E-Está bien.

Aún no está convencido, pero asiente con la cabeza porque Emilyn también se sonrojó.

—¿Señorita Lilycia? ¿Qué…?

—Joven Julius, estaba comiendo deliciosamente y nos quedamos fascinados, eso es todo.

—Les dejé ver a todos un lado vergonzoso de mí.

—No, fue muy llamativo.

—¿Qué?

Los tres sintieron un extraño atractivo sexual por la forma en que Julius bebía su té y para cubrir ese sentimiento, tomaron de sus tazas.

Julius no sabía lo que estaba pasando, pero se sonrojó ante las palabras de Lilycia.

♦ ♦ ♦

A pesar de que los cuatro estuvieron presentes en el baile del otro día, sólo habían logrado reunirse al final así que no tuvieron mucho tiempo para charlar.

Hablando y tomando el té, la fiesta se desarrolló sin problemas.

Entonces, Julius recordó algo.

—Oh, cierto. Vamos a entregarlo antes de que lo olvide.

—¿Joven Julius? —pregunta Emilyn con curiosidad hacia su prometido, quien se levanta de repente. Sin embargo, en lugar de contestar él se acerca y se arrodilla cerca de ella, luego saca una cajita pequeña y se la muestra.

Aquella cajita es lo que Julius le había pedido a Parla que consiguiera.

—Todo es inferior ante tus ojos deslumbrantes, pero permíteme adornarte con joyas. Permíteme obsequiarte esto.

—¿Huh? ¿Eh? Gracias.

Emilyn está sorprendida del repentino regalo que su amado le otorgó, pero lo acepta de inmediato.

—Mmmm, ¿Puedo abrirlo?

—Por supuesto, también quiero verte cuando lo mires.

Ella abrió la cajita con el consentimiento de Julius. Dentro hay un par de pendientes esmeralda que combinan con el color de sus ojos.

—¡Guau! ¡Maravilloso!

—¿Puedo ponértelos?

—¿L-Lo hará, joven Julius? ¡Si, por favor!

Emilyn le devuelve la cajita y gira levemente hacia un lado para que le coloque los pendientes.

Su expresión se parecía a la de un caballero dirigiéndose a la guerra. Sin embargo, su cara estaba muy enrojecida. Julius toma uno de los pendientes y toca suavemente el pequeño lóbulo de la oreja de Emilyn con su mano izquierda.

Ella, por reflejo, se mueve un poco

—Eres algo cosquilluda, ¿no? —le pregunta Julius, colocando el pendiente hábilmente en la oreja derecha—. Ahora el otro lado.

—E-Está bien.

Emilyn gira en su silla, mostrándole su oreja izquierda a Julius para que coloque el último pendiente.

—¡Oh! Le quedan bien, señorita Emilyn.

—G-Gracias.

Julius se ríe ligeramente mientras la halaga. Parece que de la cabeza de la dama sale vapor, pero todavía falta el golpe final.

—La próxima vez, por favor, acepta mi anillo.

—E-Eso es…

Hace un tiempo le regaló un collar, ahora unos pendientes, y luego planea darle un anillo.

Era un rito antiguo para pedir matrimonio. Es la costumbre en el Reino Aullène que un hombre le regale a una mujer tres obsequios y ella los acepte antes de poder comprometerse.

Por supuesto, Emilyn es la prometida de Julius y ya se iban a casar, así que es normal que se pusiera nerviosa cuando ocurrían cosas como esta.

Sin embargo, no era un sentimiento que odiara.

—¡Si! ¡Lo estaré esperando!

Julius sonríe encantado a su respuesta.

Ambos están pensando en establecer la fecha de su matrimonio… pero el gran problema es que Emilyn todavía piensa en Julius como una mujer que se disfraza de hombre.

Sin embargo Julius, desesperado, tomó medidas drásticas porque Emilyn no se da cuenta de la verdad. Era inevitable que la situación terminara así.

Además, sus amigos, que de repente se quedaron fuera de la conversación de los amantes, estaban en agonía porque el aura que emitían les daba un sabor muy dulce.

—Quiero té sin azúcar.

—Estoy de acuerdo.

Trataron de beber su té, pero solo empeoro las cosas.

—Aún así ¿Está seguro?

—¿Sobre el matrimonio entre Julius y la señorita Emilyn? Por lo menos, no haría algo tan grosero como para cortar el ánimo.

—Estoy de acuerdo.

Ambos, que también malinterpretan el género de Julius como Emilyn, están muy perplejos sobre su futuro.

Sharon
Oh cielos… Esta gente… Pues creo que la sorpresa se la va a llevar Emilyn en la noche de bodas XD

Akatsuki
xD

6 respuestas a “El Secreto de la Belleza – Capítulo 9: La fiesta de Té”

  1. Ya no puedo esperar a la noche de bodas jajajaja a ver si al pobre le empiezan a creer que es hombre, al menos la prometida. Y si hacemos un escuadrón de “Por la integridad masculina de Julius”?

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