El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 215: Madre (2)

 Traducido por Shisai

Editado por Meli


Después de regresar a la casa del duque de Armelia, fui a ver cómo estaba mi esposo.

Estaba profundamente dormido con una expresión pacífica.

Su condición aún era delicada pero, su rostro había recuperado algo de color.

Suspiré aliviada al verlo, me senté en una silla junto a la cama y le acaricié la cabeza.

Había estado trabajando demasiado duro.

En cuanto a Iris, también estaba increíblemente preocupada por ella y quería ir a verla. Hubo varias ocasiones en que pensé que debería a ayudarla con algo, pero estaba tan preocupada por la salud de mi esposo que no podía soportar la idea de dejarlo.

A medida que la lucha por el poder se había intensificado en el palacio real, había insistido en que los asuntos del gobierno no podían descuidarse y había seguido transitando un camino peligroso.

Y no fue sólo físicamente, sino mentalmente.

Únicamente mirando al país y a la gente.

Los desastres y los incidentes ocasionados por el dinero falsificado habían lastimado a muchas personas. Sin la intervención de ella, sus subordinados, el conde Sagittaria y el príncipe Alfred, el reino no habría podido resistir por tanto tiempo.

Los funcionarios impuestos por la reina Ellia y el marqués Maelia, eran ignorantes e incompetentes, no tomando cartas en el asunto.

Si hicieron algo, fue con el propósito de aumentar más el daño y satisfacer su propia codicia.

Después de todo, sus benefactores estaban en la cima y ​​alentaron este comportamiento.

De hecho, incluso hubo quienes trataron de ganarse el favor siguiendo su ejemplo desde las sombras.

En otras palabras, si el gobierno no funcionaba y las organizaciones que administraban el reino y todos los asuntos relacionados con la población no actuaban correctamente, esto afectaría enormemente la vida de las personas en un futuro no muy lejano.

Incluso yo entendía eso, y no tenía nada que ver con el gobierno.

Tarde o temprano, se autodestruiría o, como sucedió, sería invadido por otro país.

No era una forma de hablar o una exageración decir que el país no habría podido resistir.

Y bajo estas circunstancias, mi esposo había trabajado sin descanso. Estaba tan preocupada por él que no podía pensar en otra cosa.

—Iris también tiene una adicción al trabajo. Tal vez ella lo obtuvo de su padre —murmuré sin poder evitarlo.

En el siguiente instante, sus ojos se abrieron hasta la mitad.

—Así que volviste, Melli.

—¿Te desperté?

—No… Más importante aún, ¿dónde está Iris? —Había preocupación en su voz ronca.

—Por favor, no te preocupes, esposo. El príncipe Alfred ha salido victorioso y la situación con las tierras de Armelia debería cambiar para mejor. En otras palabras, Iris triunfó.

—Ya veo. Es un alivio… —murmuró y dejó escapar un suspiro. Luego cerró los ojos una vez más.

Lo observé angustiada hasta que comenzó a respirar de manera suave y regular. Eso me consoló.

¿Estaba demasiado preocupada?, me pregunté en mi interior.

Cada vez que él cerraba los ojos, me atormentaba la idea de que nunca los volvería a abrir y que no habría forma de ayudarle.

Planté un beso en su frente, me levanté y crucé una puerta diferente a la que había usado para entrar.

A primera vista, no parecía una puerta. Era una con la pared. Sería casi imposible abrirla si no supieras de su existencia.

Las puertas ocultas que conducían a pasillos y habitaciones secretas eran comunes en las mansiones de nobles. Y, ésta en particular, conducía a una habitación que era tan grande como un pequeño trastero.

No tenía decoraciones, en el centro sólo estaban una pequeña mesa redonda y una silla ordinaria de madera sin cojines.

Entonces, me senté y tomé la espada que había sido colocada con sumo cuidado sobre la mesa.

Al igual que la habitación y los muebles, esta delgada espada también carecía de decoración.

Encajaba perfectamente en mis manos y la sostuve por bastante tiempo antes de desenfundarla.

Estaba desgastada pero en buenas condiciones. Un arma increíblemente práctica.

Tomé una respiración profunda.

Acerqué la hoja a mi frente y cerré los ojos.

Como era habitual cuando entrenaba, respiré profundamente para calmarme, como si rezara.

Entonces comencé a afilarla.

4 respuestas a “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 215: Madre (2)”

  1. Gracias por el capítulo. No aguantaba la espera entre cada capítulo, así que dejé que salieran varios, para leerlos de seguido… y valió la pena 😁

      1. Wow 😲, pero que buena noticia, estaré revisando mas seguido.

        Esperé por 6 capítulos, pero me los terminé muy rápido jajajaja, así que me alegraste el día 😁

        Muchas gracias por la noticia Shisai

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