El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 97: Las reflexiones de un hombre

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Esos días tan lejanos, me vienen a la mente cuando cierro los ojos.

Esos días cálidos, cuando vivíamos todos juntos como una familia.

Mi padre manejaba la compañía en aquel entonces, los trabajadores lo amaban, el negocio continuaba expandiéndose, y cuando era niño, lo admiraba. Pensé que era majestuoso.

Mi madre… podría ser atemorizante cuando me regañaba, pero por lo demás, siempre tenía una suave sonrisa y era una mujer verdaderamente cálida.

Y si bien teníamos sirvientes, mi madre cocinaba todo, apoyaba a mi padre incluso detrás de escena. Cuando era niño, ver a mi padre y mi madre sonriéndonos me daba una sentido de orgullo y una sensación de calidez.

Luego estaba mi pequeño hermano, tan risueño con sus ojos brillantes. Era la primera vez que conocía a alguien que era más joven que yo. Y por esa razón, juré en mi corazón protegerlo.

Éramos ese tipo de cálida familia. Esos fueron días muy cálidos.

La pérdida de ellos fue realmente inesperado.

…Dicen que una persona comprenderá el verdadero valor de algo una vez que lo haya perdido… tenían razón.

Las cosas que disfrutamos y damos por sentado, lo difícil, de hecho, iba a venir. Cuán privilegiados fuimos.

Con estos recuerdos, me siento compungido… y melancólico. Así de importante fueron esos días para mí.

De repente, abrí los ojos. Lo que entra en mi visión es el estudio.

La habitación en la que estoy actualmente es la del presidente… en otras palabras, la habitación que mi padre había usado; en la que se había concentrado en su trabajo.

Cuando lo vi hace mucho tiempo, había muchos más libros y documentos, me pareció una sala terriblemente desordenada.

Ahora parecía desierta, y la vista que entró en mi visión era extrañamente solitaria.

Cuando estos pensamientos volvieron a mí, enderecé mi espalda contra el respaldo y apreté mis manos en puños.

Finalmente, lo he recuperado…

La pérdida de todo fue realmente repentina.

Ese día… padre y madre se habían ido en carruaje a la capital real debido a algunos negocios.

No pensé, ni podría haber imaginado nunca cuando me despedí, que estarían involucrados en un accidente y dejarían de existir.

De repente, recibí la noticia de que mi padre y mi madre habían muerto. No había tiempo para llorar, tuve que hacer los preparativos para el funeral y manejar otros asuntos.

Yo todavía era muy joven en ese momento, y era Vuld Rankam, quien era el jefe adjunto en ese momento, quien dirigió todo en mi lugar.

—Estará bien, solo déjame todo a mi.

Había perdido aquellos de los que yo dependía, y en mi soledad, apreciaba esas palabras más allá de todo.

Entonces hice todo lo que él me ordenó.

—…Hay un pequeño problema en el Conglomerado. Desafortunadamente, pueden llevar la investigación al presidente anterior, e investigar la casa de tu padre. ¿Te importaría dejar la casa y vivir escondido en otro lugar por un tiempo?

Y es por eso… Acepté todo lo que dijo, sin cuestionarlo.

Así que dejé la casa y comencé a vivir escondido en una casa destartalada ubicada en un distrito en la esquina de la capital real.

—Volveré por ti algún día.

Él nos envió fuera con esas palabras y una escasa suma de dinero, y ahí mi hermano y yo vivimos durante algún tiempo, ocultos.

Una semana… dos semanas y luego un mes.

Para el momento en que habían pasado tres meses, no pude evitar pensar que era extraño, y me dirigí al mercado.

Ahí me di cuenta, por primera vez, de que me había engañado.

—…Lo siento, pero ¿quién eres tú?

Esas fueron las palabras que pronunció suavemente.

— ¿Qué estás diciendo? Soy yo, Karim. Soy el hijo del ex jefe de este Conglomerado.

—…El hijo del ex jefe, por desgracia, falleció junto con el ex jefe y su esposa.

—Tú, ¿qué estás diciendo…?

—…¡Alguien!

Abrí la boca para decir más, pero Vuld había llamado a alguien.

—Este sinverguenza afirma ser el hijo del ex jefe. Tíralo fuera. —Es lo que dijo sin piedad.

— ¡Detente…! ¡Por favor, no hagas esto…!

Vuld ofreció una mirada de compasión mientras yo luchaba salvajemente.

[Traducido por Reino de Kovel]

Luego se me acercó mientras era arrastrado, y acercó sus labios a mi oído: —…He despedido a todos los que te conocían en este Conglomerado. No importa lo que digas, será en vano.

—….¡Qué…!

—…Eras un niño tan bueno. Puro, del tipo que sin importar lo que la gente dijo, lo hacías, no desconfiarias de ellos. Incluso consideré colocarte en la cima, para controlarte… pero las cosas han avanzado mucho mejor de lo que podría haber esperado. —Dijo con una sonrisa, y como diciendo que había terminado conmigo, señaló con una mirada a los hombres que me estaban arrastrando. En consecuencia, aumentaron su fuerza y me expulsaron rápidamente del edificio del Conglomerado.

Como todavía era joven, no sabía cómo ni a quién apelar.

Y eso no cambió a medida que pasaban los días. Sin embargo, para vivir, necesitaba asegurar un ingreso de alguna manera.

Eventualmente, logré mantenernos a los dos, pero luego mi hermano enfermó y necesitábamos aún más dinero; para entonces, la venganza se había convertido en una prioridad lejana.

Así he continuado, penosamente hasta este punto. Soportando una ira que no podría desatarse.

Y entre todo eso, ella apareció. Diciendo que necesitaba mi nombre y mi ayuda.

—…Perdóneme. El jefe del Conglomerado Azura está aquí para verte.

Volví al presente con las palabras del empleado que había aparecido después de golpear.

—Dejála entrar.

La persona que entró después de un breve momento fue la mujer que me había llevado.

—Estoy segura de que estás muy ocupado, y me disculpo por tomar así parte de tu tiempo.

—De ningún modo. Esto es para ti. No hay duda de que haría tiempo para ti.

—Fufufu…te has vuelto muy hábil con las palabras. —Ella se rió suavemente. En la oscuridad, pensé que ella era hermosa, y esa impresión no cambió a la luz. —Vine a firmar el contrato hoy. Tomemos lo que ha sido un acuerdo verbal hasta ahora y documentemoslo claramente por escrito.

—Si. Eso sería preferible.

La mujer a su lado me entregó el contrato, que revisé y firmé.

—En efecto. Bien entonces. Espero con interés nuestra asociación, a partir de mañana.

El acuerdo verbal con ella… en primer lugar, ella había dicho que quería mi ayuda.

Sobre querer unir el departamento de transporte de mi Conglomerado y el del Conglomerado Azura, y realizar envíos bajo el nombre de mi Conglomerado.

— ¿Cómo está el trabajo?

—Todavía hay mucho que necesito aprender. La verdad, las personas que enviaste han sido de gran ayuda.

La consecuencia de expulsar a todos los que habían ayudado a Vuld, fue la escasez de trabajadores en el Conglomerado.

Y debido a ello, hicimos que el Conglomerado Azura nos enviará trabajadores.

—Fufufu, he escuchado historias de ellos. Cosas como que nunca dejas nada a los demás, y que tienes un deseo bastante codicioso de aprender.

—…

De alguna manera, no podía estar de acuerdo o negarlo, e inconscientemente cerré mi boca.

Al notarlo, ella se rió una vez más.

—Es una cosa buena. Úsalos, junto conmigo. Nunca permita que otros te influencien, aférrate a tu voluntad y trabaja duro en la tarea a mano. Si haces eso, creo que incluso con vacilación, continuarás trabajando sin perderte. Ese es mi consejo para ti como tu senior.

—… ¿Entonces también tienes momentos de duda?

—Por supuesto. Soy humano como tú, y soy tu senior sólo por unos pocos años. Muchas veces he vacilado, sentido arrepentimiento y angustia.

Fue un poco sorprendente. Conociéndola, había pensado que cualquier dificultad se encontraría con una risa intrépida y sería superada, como cuando la conocí por primera vez…

—…Pero fue porque tenía una visión fija, que tenía que haber algo que pudiera hacer, incluso con manos como las mías.

—…Y ¿qué fue esa visión?

—Conocí a unos niños en el orfanato, y después de haberles leído historias a esos niños… comencé un negocio de vender esas historias como libros ilustrados. Y los beneficios que obtuvimos de ellos fueron enviados al orfanato como una donación. Creo que fue después de eso cuando me di cuenta. Por supuesto, es importante ganar dinero, pero entendí que la ‘ganancia’ necesaria para el Conglomerado no era solo eso, ese es mi incentivo. …¿Tú también tienes ese tipo de ambición o visión?

Reflexioné sobre sus palabras por un momento.

Entonces, la visión que persigo…

—No hay necesidad de decidir apresuradamente si no tienes uno ahora. —Ella dijo y sonrió, tal vez fue porque no había abierto la boca por un largo tiempo.

—…Un día… —Abrí la boca para expresar mis pensamientos, tal como estaban. —Trabajo relacionado con la medicina, y también, quiero el tipo de trabajo que pondrá sonrisas en las caras de las personas de esa ciudad.

—Ya veo…

Pero, en verdad, no sé para nada, cómo voy a llegar ahí. No sé lo que tengo que hacer.

Sin embargo, aun así, si llegaba a lograr aquello… sin duda, podría decir que todo lo que experimenté hasta ahora no fue en vano; Yo creo eso.

Su sonrisa simplemente se hizo más profunda cuando pronuncié esas palabras.

♥ ❤ ♥

               

7 respuestas a “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 97: Las reflexiones de un hombre”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido