El último jefe, la bruja – Capítulo 30

Traducido por Ichigo

Editado por Sakuya


Punto de vista de Will.

La única manera de salvar a los aldeanos de la maldición es matar a Raz.

No hay tiempo u otro método. Es un sacrificio inevitable para salvar a tanta gente como sea posible.

La decisión de Sonia es correcta. No está en absoluto equivocada.

Como de costumbre, estoy sorprendido de lo capaz que es. En un solo día, se dio cuenta de que la nueva Fiebre de Maná era una maldición y decidió con calma el plan de acción, mientras cuidaba de los pacientes y ayudaba a los médicos.

Honestamente, la respeto y pienso que nunca podré compararme con ella.

Y, aun así, ¿por qué me siento tan inquieto?

『Está bien. Resolveré todo.』

Quería que Sonia dijera eso con confianza.

¿Qué tan tonto soy? Puse mis irrazonables expectativas en una chica de dieciséis años y me deprimí cuando las cosas no salieron como yo quería… soy el peor.

Cuando viajaba con Emerald y el príncipe, era más bien el que los detenía. Me oponía a las ideas imprudentes que Emerald proponía, expresando mis duros puntos de vista.

Ahora soy yo quién está en su posición. Qué patético.

Aun así, está situación es demasiado.

Raz no ha hecho nada malo. Su madre, que vivió como deseaba y abandonó a Raz. Los aldeanos, culpaban al niño de los pecados de sus padres y lo aterrorizaban. La bruja, que siembra el caos manipulando los corazones de la gente. Todo el mundo es demasiado miserable.

Como era de esperar, no puedo estar seguro de arreglar todo con la vida de un niño de ocho años.

Aunque lo entienda en mi mente, mi corazón sigue rechazando la idea.

No debí haber sobrepuesto a Raz con mi yo del pasado. Ahora no puedo dejarlo solo.

♦️ ♦️ ♦️

Me escapé de la posada en medio de la noche y me dirigí a la cabaña donde se alojaba Raz.

La única taberna del pueblo seguía funcionando. Supongo que es en tiempos como estos que te dan ganas de beber. Me movía con sigilo para evitar que nadie me viera.

Había luz que se filtraba desde la cabaña de Raz. Debe ser la lámpara que le entregué al mediodía. Supongo que ahora Raz debe estar envuelto en una manta con Tirle, descansando.

Me escondí en el bosque, lejos de la cabaña, y esperé la mañana con la respiración contenida.

No vine aquí para encontrarme con Raz. Solo vine para estar alerta.

Apuesto a que es muy poco probable que la bruja malvada venga a ver a Raz. Pero no podría dormir aunque me quedara en la posada de todos modos.

No voy a protestar contra las decisiones de Sonia y Lord Sanigue. No estoy cualificado para hacerlo. Solo hago lo que puedo sin ir en contra de las órdenes de mi ama.

Si amanece sin que pase nada, será el último día de Raz.

Si Sonia me da permiso, voy a cuidar de Raz tanto como sea posible este día.

Si se siente bien, le cocinaré panqueques. Algunos elegantes y con mucha crema y fruta. Apuesto a que nunca ha comido nada de eso.

Probablemente no tenga suficiente energía para jugar, así que le contaré varias historias. Hablando de historias que harían feliz a un niño de ocho años, deben ser historias de aventuras, ¿verdad? No soy muy bueno contando historias, pero tengo mucho material. Después de todo, hace unos meses estuve viajando por el país.

Para ser honesto… no soy muy bueno con los niños.

Las aprendices de brujas en Cucurouge no se contienen en absoluto, así que siempre termino pasando una experiencia amarga. Siempre estoy corriendo frenéticamente tratando de escapar.

Pero al menos hoy, intentaré hacer lo mejor para ser amable con Raz. Me dedicaré a hacerle feliz.

No hay forma de que alguien como yo pueda borrar el odio de Raz en un día, así que esto es todo lo que puedo hacer.

Si nadie puede hacer nada por Raz, al menos asistiré a sus últimos momentos y lo lloraré después.

Fui un caballero. Sé como ayudar a mis camaradas, que fueron fatalmente heridos en el campo de batalla, a descansar en paz. Para terminar sus vidas sin dolor o miedo.

No puedo dejar que Sonia asuma más tareas difíciles.

Ella tomará las decisiones despiadadas y yo seré el que se ensucie las manos. Eso estaría bien para mí.

Eso es, después de todo, solo la auto-satisfacción de un hombre que no puede ni siquiera salvar a un niño.

Es como si estuviera borracho de impotencia y me sintiera mal del corazón.

Ah, esto apesta. No importa lo que piense, no puedo evitar sentirme deprimido.

♦️ ♦️ ♦️

Entonces, unas horas más tarde, hubo movimiento. Tres sombras se dirigían hacia la cabaña de Raz. A juzgar por su paso inestable, parecían estar borrachos.

Tuve un mal presentimiento e inmediatamente salí corriendo del bosque.

Pero llegué un paso demasiado tarde.

El sonido del cristal rompiéndose resonó en la cabaña, seguido del grito agudo de Tirle.

—¡Cállate, chucho! ¡Te mataré a patadas!

—No pareces muy arrepentido… ¡Baja más la cabeza!

—Podríamos divertirnos más si fueras una chica. Después de todo tu madre era muy lasciva.

Lo que saltó a mi vista fue el temblor de Raz sosteniendo su cabeza ensangrentada, los pedazos de botella de licor esparcidos por la cabaña, Tirle enterrado en el heno y los aldeanos riéndose vulgarmente.

—¿Qué están haciendo?

Aunque estaban sorprendidos por mi apariencia, los hombres con el rostro colorado no se apresuraron a huir.

—Los forasteros no deben entrometerse en la aldea, dah. Este tipo no puede quejarse de lo que le hacemos. Esta es una ceremonia para disipar el aire sombrío de la aldea. Una ceremonia, te digo.

Los hombres de la derecha e izquierda se rieron, coincidiendo con las palabras del hombre del medio. Fue un argumento horrible y apenas articulado.

No tenía tiempo para tratar con ellos. Estaba a punto de entrar en la cabaña para comprobar las heridas de Raz, cuando… Vi a Raz levantar la cabeza y mirar fijamente a los aldeanos. La sangre había manchado las vendas alrededor de su rostro, pintando una imagen muy espantosa.

El odio ardía en sus ojos.

—¡Aaagh!

De repente, uno de los borrachos empezó a echar espuma por la boca. Ocurrió en un instante. Luego, cayó hacia la pared y se desplomó.

Instantáneamente comprendí que la maldición estaba haciendo efecto.

Los ojos abiertos del hombre empezaron a temblar y pronto dejó de moverse.

—¡Eek!

—¡¿Qué ha pasado?!

Sakuya
Su karma :3

Mientras los otros hombres comenzaban a entrar en pánico, sentí que la vista de Raz se movía. Actué al instante.

—¡Detente, Raz!

Él se estremeció cuando me interpuse entre él y los hombres. Si no se había olvidado completamente de sí mismo, podía detenerlo.

—Cálmate. Trataré la lesión de tu cabeza. No tienes nada de qué preocuparte, así que…

Cuando estiré la mano lentamente, el rostro de Raz se contrajo como si fuera a llorar y la golpeó a un lado. Luego chocó conmigo e intentó escapar.

Oh, no. Las cosas podrían ser serias si lo dejo escapar.

Lo detuve por reflejo. Fue entonces cuando su vendaje se enredó y se deshizo.

—¡¿Qué…?!

Moretones negros salieron a la superficie en la piel de Raz. Era el resultado de un golpe o el efecto de una maldición.

La innumerable cantidad de moretones era incomparablemente espeluznante y no era de extrañar que Raz los escondiera.

Y yo los expuse.

Uh, oh. Lo estropeé.

En el momento en que hice contacto visual con Raz, algo oscuro corrió por mi cuerpo. Perdí momentáneamente el control sobre mí mismo.

Raz huyó, deslizándose entre los aldeanos, cuyas piernas se debilitaron por el miedo.

La vista de su espalda, moviéndose lejos, se hizo borrosa y eventualmente mi consciencia se tiñó de blanco.

♦️ ♦️ ♦️

Siento como si mi cabeza se fuera a derretir debido a la alta fiebre. Mi garganta arde con cada respiración que tomo. Mis lágrimas y mi sudor se mezclan entre sí y se derraman, tanto mi corazón como mi cuerpo son un desastre.

No me he sentido tan mal desde aquella vez.

Una vez, cuando era niño, la fiebre de Mana se extendió en la capital.

No me había resfriado ni contagiado de ninguna otra enfermedad, pero esa vez me quedé postrado en la cama.

Tenía siete años, si no recuerdo mal.

Siendo huérfano, fui acogido por la familia de mi tía. Fueron tras mis poderes mágicos desde que tenía un “núcleo”. Me discriminaban descaradamente de mis primos, a veces me trataban como si no existiera y mis comidas eran solo un poco mejores que la basura.

Sin embargo, solo cuando me desplome por la fiebre del maná me dieron comida adecuada. Debe haber sido porque ellos se preocuparían si yo muriera y sus ingresos disminuyeran. Mi tía venía a mi habitación, que parecía un almacén, para comprobar mi estado e incluso a veces me limpiaba el sudor.

Ah, preferiría estar enfermo si eso significa que esto continuará. Recuerdo haber pensado eso muy bien.

Pero inmediatamente me recordó la realidad.

—Duele, mamá.

—Me siento mal… Hace frío.

Las voces quejumbrosas de mis primos resonaban en la habitación de al lado.

—Sí, sí. Todo está bien. Si bebes la medicina, estarás como nuevo. Cuando estés mejor, podemos ir todos al museo. Tu querías ir, ¿verdad?

La voz de mi tía estaba llena de ternura.

Nunca me había mostrado ni una pizca de esos mimos.

Mi pecho estaba casi aplastado por la envidia y la soledad.

No me dieron la costosa medicina para la fiebre de mana. A pesar de que fue comprada con el dinero ganado por la venta de mi mamá. A pesar de que yo, que tenía “núcleo” tenía síntomas muy severos.

¿”Podemos ir todos al museo”? Apuesto a que yo me quedaría atrás.

Nada bueno pasaría, aunque mejorara.

Qué injusto. Qué frustrante, qué cruel.

Yo también quiero actuar como un necesitado. Quiero que me mimen.

Por supuesto, no por mi tía.

Nunca había conocido a esa persona, ni había visto su cara, pero definitivamente sabía que yo también tenía una. Quería llamarlos al menos una vez.

—Mamá…

Me despertó mi propia voz sollozante.

Soñé con un recuerdo muy desagradable. Mi humor no podía ser el peor.

—Will, ¿estás despierto? Todo está bien.

Un rojo brillante brilló a través de mi borrosa visión.

Una mujer tan bella como la diosa había envuelto mis manos con las suyas y me miraba con una sonrisa llena de afecto.

No, era Sonia, no la diosa.

Me preguntó si me oyó hablar dormido hace un momento… Eso sería demasiado embarazoso. 

Si pudiera mover mi cuerpo como quisiera, probablemente gritaría, atravesaría la ventana y escaparía de la habitación.

Sin una pizca de burla, Sonia me limpió la cara y el cuello con una toalla. Una vez más me enamoré de su devoción.

Moví mi boca para agradecerle, pero no salió ninguna voz. Mi garganta está ronca. Aunque parece que mis intenciones se entendieron completamente, ya que Sonia se rió.

Mi cabeza está nublada y no funciona bien, pero al menos puedo adivinar que estoy en la habitación de la posada. Sólo está ella en la habitación.

Poco a poco, fui recordando. Fui golpeado por la maldición de Raz y me derrumbé. Me pregunto cuánto tiempo pasó después de eso. Hay más luz afuera.

—Lo siento. Era muy fácil de predecir, pero no pude imaginarlo hasta que realmente sucedió. Fue mi ineptitud.

¿Por qué se disculpaba Sonia? Fue debido a mi falta de poder.

Yo había estado ahí y, sin embargo, no podía hacer nada.

—Lo he reportado a mi hermano. También hablé de la situación con los médicos y hechiceros e hice que busquen a Raz. Oh, es verdad, Tirle está a salvo.

A mi mirada inquisitiva preguntando por el estado de los aldeanos, Sonia respondió con:

—Uno de los aldeanos de la cabaña falleció, pero los otros siguen a salvo. Sus condiciones tampoco han empeorado. Es gracias a ti, Will. Raz debe estar agitado después de maldecirte.

Aparentemente, la maldición se volvió inestable debido a la vacilación en el corazón de Raz. Pero sigue siendo una situación en la que no podemos bajar la guardia. ¿Debería Sonia estar aquí? Podría estar cerca de mi muerte.

—Will… ¿puedes beber la medicina?

Pude levantarme mientras me sostenían, pero mis manos temblaban demasiado para aceptar la medicina. Incapaz de seguir mirando, Sonia disolvió la medicina en agua y la agitó con una cuchara.

—Aquí tienes.

La cuchara que me ofreció me dio un montón de preocupaciones, pero no podía molestarla más que eso. Justo cuando abrí la boca con reserva, la cuchara fue empujada hacia adentro.

Es muy dulce. Una sustancia espesa, parecida a la miel, se esparció por mi boca. Después de dos o tres tragos, mi garganta se calmó gradualmente.

—Lo siento…

—Realmente, eres un sirviente problemático. Duerme un poco más.

Me acosté de nuevo, pero no tenía ganas de cerrar los ojos. Tengo miedo de preguntar qué pasará la próxima vez que despierte. O, más bien, ¿me despertaré?

Hubo un tiempo en que estaba abrumado por la verdad y quería morir, pero las cosas son diferentes ahora. Me arrepiento. Quiero pagar mi deuda con Sonia.

—Está bien. Estaré contigo hasta la noche.

Sonia me cogió la mano otra vez. Estaba caliente y me tranquilizó.

Esta chica siempre me da lo que deseo, y cada vez, mi corazón se vuelve más suave.

Me he vuelto completamente dependiente de ella y dejo que me mime todo el tiempo.

Me gusta Sonia. 

Fui sincero con mis sentimientos.

No es como si estuviera superponiéndola con mi madre. Mi corazón se ha conmovida por ella como un ser humano único.

—No te preocupes, te protegeré.

Sonia es definitivamente la única persona en el mundo que me diría eso.

Cuando me despierte, me rendiré.

Juro que siempre estaré con ella y me dedicaré a Sonia. No me iré a ninguna parte.

Mi conciencia fue tragada por la oscuridad.

Ichigo
No sé cómo la autora puede terminar el capítulo con un final así, pero más allá de eso, ESE FINAL ME DEJÓ SUPER PREOCUPADA POR WILL. Sé que tiene a Sonia de su lado, pero más le vale al autor no hacer que me preocupe por ellos T-T

3 respuestas a “El último jefe, la bruja – Capítulo 30”

  1. Ayuda Will haz hecho bien 👍 felicidades 👏 👍😉
    Solo falta que el se cure y resolverlo el problema de la epidemia esta xdxd
    PD me gusta mucho esta historia

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