Esta Villana quiere mantener al Jefe Final – Tomo I – Capítulo 11

Traducido por Mochi

Editado por Yusuke


—Eres extraña.

Aileen inclinó su cabeza ante la figura abatida de Claude.

—¿En serio lo soy? Eso era una medida esperada hacia alguien como el rey Claude quien tiene un gran sentido de la responsabilidad.

—¿Qué tipo de responsabilidad?

—Vaya, hacer que sea yo quien lo diga.

—¡Jajajaja! —Keith, quien servía el té, no pudo aguantarse más y finalmente soltó una carcajada mientras observaba a Claude.

—¿Qué es tan gracioso Keith?

—Q-Quiero decir, una dama quien usó a un monstruo como rehén para amenazar al Rey Demonio y luego le dio un afrodisíaco. Santo cielo, qué talento tan sobresaliente tiene.

—Me honra su cumplido señor Keith.

Aileen bebió un sorbo del té preparado y lo volvió a poner en su plato. Aileen se encontraba sentada dentro de la misma sala de recepción en donde la habían acostado luego de desmayarse ayer. Después de que Claude le dijera persistentemente que se fuera a casa, ella logró entrar por la fuerza y finalmente logró tomarse un descanso. Era un problema si el único lugar aceptable para guiar a los huéspedes era este lugar pero no estaba tan mal considerando el té servido y el nivel de comodidad proporcionado por el sillón. Parece que Keith que estaba convulsionando de risa se había enderezado a sí mismo.

—Pero que decepción. Pensar que el rey Claude era inmune a el afrodisiaco…

—No hay manera que nuestro rey fuera a ser afectado por una droga tan insolente.

Beelzebub soltó una respuesta extrañamente orgulloso.Keith continuó con una sonrisa torcida.

—Ha habido muchos que han formulado planes para asesinar al rey Claude usando veneno. Su cuerpo ha desarrollado involuntariamente resistencia, llega al punto donde la medicina rara vez funciona en él. En primer lugar es el Rey Demonio después de todo.

—Vaya, ¿me pregunto si será más efectivo con una dosis más fuerte?

—Lo he decidido. De ahora en adelante, no tomaré ni una mordida de cualquier alimento que hayas preparado.

—Entonces yo pensaré en otra manera.

—Esta bien si no piensas sobre nada.

—Pero no tengo tiempo después de todo.

Aileen puso una mano en su mejilla mientras dejaba escapar un suspiro ansioso.

—¿No me vas a preguntar por qué?

—Pero no quiero escucharlo.

—Ya veo. La verdad es que tengo que atender a un banquete nocturno en dos meses.

—Ahora, ¿la pregunta que hiciste antes siquiera importa incluso cuando no tengo la opción de escucharlo o no?

—Así que, por como sea posible, quiero pedirle al rey Claude que sea mi escolta.

—Solo tengo que escucharte, ¿verdad? Entiendo pero, ¿cómo terminaste planeando en darme el afrodisiaco?

—¿Habrías sido comprensivo si hubiera sido honesta?

Su mirada cuando lo estaba cuestionando causó que Claude se quedara sin expresión. Keith sostuvo su estómago y comenzó a reírse.

—E-Entonces tu intención era establecer un hecho por adelantado, ya veo.

—¿A qué te refieres con “ya veo”, eh? ¡Niña! Si quieres atraer la atención de nuestro rey, primero que todo, quítate toda la ropa y muestra tus intenciones de obedecer. Nuestro rey es un ser amable. Él te mostrará algo de piedad.

Al escuchar eso, Claude quien estaba sentado en un asiento individual se puso tenso. Los ojos de Beelzebub estaban serios. Solo por un momento, Aileen tuvo una cara seria pero inmediatamente su sonrisa volvió a adornar su cara y, entonces, puso su mano encima de su pecho.

—Si es lo que el rey Claude desea.

—¡No lo es! ¡Bel quedate callado y tú deja de intentar quitarte la ropa!

—¿Entonces atenderás al banquete conmigo?

Claude se quedó perplejo por ella. Keith, que se estaba riendo demasiado, dijo mientras inhalaba profundo entre medio.

—¿Acaso no está bien? Me refiero, ir al banquete nocturno. ¡Con gusto haré los preparativos!

—¡Vaya! Muchas gracias, señor Keith.

—Espera un segundo, no empieces a decidir tú solo como continuar con todo. Nunca dije que iría.

—No perdonaré al humano que imponga a nuestro rey a hacer algo que él no quiera.

Beelzebub caminó un paso hasta en frente como para proteger a Claude.

—¿Dijiste un banquete nocturno humano? Si algo tan ridículo como eso molesta a nuestro rey, destruiré ese lugar en pedazos.

—Señor Beelzebub. No está entendiendo, ¿o lo está?

—¿Qué dijiste?

—Detente Bel. Tengo el presentimiento que ella te va engañar para algo.

—¡¿No quieres mostrarle al mundo el esplendor del rey Claude?!

Beelzebub se quedó boquiabierto.

—El rey Claude es una persona magnífica, ¿no es así?

—Por supuesto, nuestro rey es una persona magnífica.

—Entonces debe participar en el banquete. Solo al mostrarse en frente de los humanos que su miedo tomará forma a algo importante como es el rey Claude. Así es como tú amado Rey Demonio podrá brillar.

—Nuestro rey brillará…

Claude tenía una expresión complicada en su rostro al ver la manera en que se le iluminaban los ojos a Beelzebub cuando lo miraba. Él había decidido que sería feliz si su amado rey fuera alabado por los humanos. Y Claude no podía distanciarse de las expectativas de los monstruos.

—Rey Claude, ¿serías mi acompañante?

—No creo que pueda atender normalmente en primer lugar.

—Vaya, ¿por qué piensas eso?

Claude puso su mano en el recargo del sillón y acomodó su barbilla en dicha mano, continuando como si sus palabras fueran algo trivial.

—Soy el Rey Demonio. Sin lugar a dudas será obstruido antes de llegar al evento. Es una molestia.

—Rey Claude… ¿No escucho lo que dije ayer? Es solo cuestión de que yo lo mantenga.

Una vez más Keith explotó en risa, Claude frunció brevemente e inmediatamente volvió a poner su cara inexpresiva.

—No quiero escuchar sobre eso.

—Entonces, por favor escuche una vez más. Te voy a mantener. En otras palabras, serás el prometido de la hija del ducado D’Austriche.

—Primero que todo, dejame señalar que tu hipótesis de mí volviéndome tu prometido está mal.

—Estás siguiendo a la hija de los D’Austriche. Entraras orgullosamente por la puerta principal. Si tengo que decirlo, también es porque tú eres el Rey Demonio.

La cara de Claude formó una expresión indescriptible hacia Aileen quien irradiaba de autoconfianza ante la idea de asumir toda responsabilidad.

—¿Tiene alguna otra preocupación?

Cuando ella egoístamente continuó con la conversación, Claude volvió a cruzar sus piernas y alejó ligeramente su cara.

—Tu posición se volverá mala. Si la gente comienza a pensar que te estás aliando con los monstruos…

—¡Oh, vaya! Vaya, vaya, vaya… ¡¿Estás preocupado por mí rey Claude?!

Con ambas manos agarradas frente a su pecho, Aileen se acercó ante los ojos de Claude. Sorprendido, Claude intentó alejarse y crear algo de distancia pero desafortunadamente, como él actualmente estaba sentado, su posición no cambió.

—Eso está bien. Tengo la peor reputación. ¡No puede volverse peor de lo que ya está así que puede estar tranquilo!

—¿Esta bien que me digas eso a mí?

—Después de todo es la verdad. En primer lugar, este banquete nocturno fue hecho para ponerme en ridículo, ¿sabes? Me informaron que tenía que firmar el documento de anulamiento en público y entregar la empresa que yo cree mientras inclinó mi cabeza hacía él. Y después tengo que celebrar el compromiso entre el príncipe Cedric y la señorita Lilia.

Cuando Aileen dejó salir una risa vacía, Claude contestó a su declaración con silencio. Ante eso, Beelzebub resopló.

—La criatura llamada humano es tan absurda.

—¡Ahí es donde el rey Claude se une al juego, señor Beelzebub!

Beelzebub cuyo nombre de repente había sido mencionado por Aleen se estremeció y dio un paso atrás.

—El hombre que puede estar al lado de mi actual ser es el hombre quien puede lograr que todos no hagan nada menos callarse. Su cara, su título y todo sobre él es perfecto, ¿acaso hay alguien en el mundo que pueda igualarse?

—¡Y-Ya veo…!

—¿Pueden parar por favor? Te dije que no iré al banquete.

Aileen se callo debido al inesperado tono firme de Claude. Ambos, Beelzebub quien estaba haciendo sonidos de “ooh” y “aah” en admiración y Keith quien estaba convulsionando de risa se quedaron en silencio. Claude silenciosamente se paró de la silla y acomodó su mirada en Aileen.

—HIja del ducado D’Austriche. Por favor, vete. No te despediré. Vete a casa con tus propios pies.

—¿Qué pasa si me niego?

—Haz lo que quieras. Ya no me involucraré más contigo quien solo trae problemas.

Cuando Claude le dio la espalda, Aileen estaba comprometida en la parte más importante de su mente. La ganancia o los beneficios de involucrarse con el ducado D’Austriche no le traerán nada más que problemas. A eso se refería, ¿cierto? Efectivamente, Claude no ocupaba el dinero y el poder político de los D’Austriche. Él es el Rey Demonio después de todo, si quisiera algo, fácilmente podría obtener cualquier cosa. La única razón por la que no hace nada es porque no quiere. En ese caso, ¿qué es lo que quiere? En el juego fue encantado por Lilia supuestamente porque ella lo trató como un humano cuando lo conoció por primera vez. Pero, Lilia era la Donzella de la Espada Sagrada así que tenía una relación incompatible con los monstruos…

¿Cómo terminaron juntos en el juego? Ahora que lo pensaba, Aileen no lo podía recordar. Fue en ese momento donde.

—¡Su Majestad el Rey Demonio! ¡Su Majestad! ¡Un niño perdido!

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