Herscherik – Vol. 2 – Capítulo 6 (1): Orfanato, Barón y revelación

Traducido por Zacc

Editado por Sakuya


Al dejar el lugar de la informante, el grupo abandonó los callejones, regresando a la calle principal. Salieron cerca del orfanato donde la prometida de Orán fue voluntaria.

—¿Deberíamos echar un vistazo?

Preguntó Herscherik, recordando que si bien conocía la mayor parte de la ciudad del castillo, nunca había ido al orfanato. Además, todavía faltaba mucho para que oscureciera.

—Ahora que lo mencionas, no he estado ahí en mucho tiempo.

Después de asumir la posición de caballero personal, Orán trabajaba en el castillo durante todo el día, y recientemente, también durante la noche. En consecuencia, se había olvidado del orfanato, pero en este momento su maestro y compañero de trabajo lo dirigían ahí.

Era un edificio separado en el área residencial. La vieja edificación de piedra se encontraba detrás de una oxidada puerta de hierro, y desde las ventanas abiertas se escuchaban las voces de niños.

—¡Es el hermano mayor!

Una niña de aproximadamente cinco años los saludó. Con su cabello castaño y sus brillantes e inocentes ojos del mismo color, saltó a través de la puerta hacia los brazos de Orán, posiblemente los escuchó desde la ventana.

—¡Ha pasado mucho tiempo!

La pequeña usó todo su cuerpo para expresar su felicidad mientras hablaba animadamente con Orán.

—Me alegra que estés bien. ¿Cómo están los demás? ¿Están bien?

—¡Sí!… ¿Quiénes son estas personas?

La niña inclinó su cabeza mientras miraba al príncipe y a Kuro. Herscherik sonrió ampliamente tratando de no asustarla.

—Me llamo Ryouko, y el es Kuro, somos de Orán… quiero decir, somos amigos de tu hermano mayor. Un gusto conocerte. —Declaro amistosamente, pero la pequeña se escondió detrás del caballero.

Hm, parece que estoy siendo odiado…

Incluso aunque había obtenido resultados satisfactorios con su sobrina y tenía confianza en su interacción con niños… esto era deprimente.

—¡Octavian, cuanto tiempo!

Un hombre en sus cincuentas apareció a través de la misma puerta que la niña. Su cabello negro estaba manchado con rayos blancos, o más bien, era como si su cabello blanco tuviera algo de negro todavía, lo que le daba una impresión demacrada. No obstante, vestía ropa refinada digna de un aristócrata.

—Barón Armin, realmente ha sido un tiempo.

—No te he visto por aquí últimamente, así que me preocupé… Ven aquí, Colette. Estás trabajando ¿no?

Cuando el Barón la instó a que regresara, ella miró hacia atrás con ojos de protesta, pero al final, se resignó y regresó obedientemente. Sin embargo, antes de entrar al edificio, dio la vuelta y sacudió su diminuta mano. El príncipe sonrió y agitó su mano en respuesta, pero la pequeña entró rápidamente.

Creo que definitivamente soy odiado…

Mientras su depresión aumentaba, el Barón lo miró inquisitivamente.

—¿Y quiénes son tus acompañantes?

Frente al hombre se encontraba Herscherik, quien claramente lucía como un niño noble y bien educado, así como Kuro, que vestía ropas hechas a la medida. Ambos resaltaban de forma exagerada contra el orfanato.

—Este es el hijo de la casa en la que sirvo actualmente.

A diferencia del príncipe con Colette, Orán estaba renuente a usar la frase “amigo” para describir su relación. Aunque para ser honestos, lo que dijo no era mentira. Solo había omitido el hecho de que la casa que lo contrató fue la familia imperial y que únicamente servía a Herscherik.

La noticia de que se convirtió en un caballero personal en realidad no se había dado a conocer públicamente. Si se tratara de convertirse en un ayudante cercano del primer o segundo príncipe, entonces toda la ciudad hablaría de ello. No obstante, la presencia del séptimo príncipe era tan delgada como una sombra, de modo que sus ayudantes automáticamente se convertían en existencias desconocidas. Por supuesto, esto solo aplicaba a quienes no sabían la verdad.

—El joven maestro estaba interesado en el orfanato, así que lo acompañé hasta aquí. Me disculpo por la repentina visita.

—¿De verdad?

El Barón Armin asintió ante sus palabras, para luego girarse y exhibir una educada reverencia.

—Es un placer conocerle. Mi nombre es Armin. Aunque estoy en los peldaños más bajos de la nobleza… ¿puedo tener el placer de saber su nombre, joven maestro?

Herscherik regresó la mirada gentil del Barón con una sonrisa. Por algún motivo, parecía que el aire se había suavizado por su amabilidad.

—Mi nombre es Ryouko. Lamento visitar tan repentinamente.

No es como si pudiera revelar qué soy un príncipe…

Consideró mientras se inclinaba. Desde que había llegado a través de su ruta habitual por los callejones, sería malo que revelara su nombre real. Y si diera su nombre, probablemente surgiría otro tipo de problema.

—En ese caso me dirigiré a ti como Lord Ryouko.

—No hay necesidad de añadir el “Lord” a un niño como yo. Ah, el que está detrás de mí es Kuro. Él es… mi escolta.

El susodicho frunció el ceño al oír estas palabras, pero continuó en silencio. De todos modos, ya que era raro para alguien de su edad ser un mayordomo exclusivo, ser introducido como un niñero era lo mejor.

—Entonces, te mostraré los alrededores.

El Barón Armin comenzó a caminar con los tres visitantes detrás. El interior estaba más limpio de lo que Herscherik había imaginado. La versión esperada era una con secciones en ruinas repartidas por todo el lugar y ratas corriendo alrededor.

—Hay doce chicos y ocho niñas aquí, un total de veinte pequeños. —Explicó a sus invitados. —Todos son niños que perdieron a sus padres, no tienen a nadie que los crie, o no tienen un lugar a donde ir.

—Barón Armin, ¿porque un orfanato?

—Yo no fui quien inició este lugar… fue mi esposa. Nosotros no fuimos bendecidos con un hijo.

Según él, su esposa amaba a los niños pero no tuvo ninguno. Como tal, decidió abrir un orfanato en su lugar, para salvar a pequeños en circunstancias difíciles y convertirse en sus padres.

—Aunque desde el punto de vista de los demás, solo estábamos usando a estos huérfanos como sustituto de nuestros propios hijos…

De pronto, dos niños corrieron frente al grupo. Parecían ser más jóvenes que Herscherik.

—Director~ ¿Te vas a quedar esta noche?

—Directo~r~

Los pequeños bailaron alrededor del Barón.

—Sí, estaré aquí.

—¿Puedes leernos un libro antes de dormir?

—¿Puedes?

El niño más grande inclinó la cabeza y el más joven lo imitó. Cuando el Barón asintió, los dos corrieron felices.

—Pero nosotros verdaderamente pensamos en ellos como nuestros propios hijos. Desafortunadamente, mi esposa partió al jardín del cielo hace algunos años, pero quería preservar este precioso lugar.

—Tanto usted como su esposa son espléndidos.

El príncipe pudo darse cuenta del genuino amor que el hombre sentía por los niños mientras los saludaba. En ningún momento le pareció que estos niños estuvieran siendo tratados como sustitutos. E incluso si lo fueran, no cambiaba el hecho de que los había estado criado adecuadamente, como si fueran sus propios hijos. Incluso si era hipócrita, era mejor que no hacer nada bueno.

El Barón sonrió ante sus palabras, pero su expresión se oscureció rápidamente.

—Es solo que… últimamente ha sido bastante difícil administrar todo.

—¿No estás recibiendo ninguna ayuda del país?

Herscherik recordó el plan presupuestario que encontró en el castillo real. La columna sobre bienestar ciertamente tenía todo el dinero para ayuda destinado al orfanato.

—La ayuda del país es una cantidad minúscula.

¿”Minúscula”?

El príncipe ladeó su cabeza. Aunque ciertamente no era mucho, aún debería ser suficiente para mantener un pequeño orfanato de veinte niños sin muchos problemas.

De ninguna manera. ¿Podría ser que el dinero de ayuda fue robado en algún momento…?

Algo como eso era una posibilidad con la situación gubernamental actual, y Herscherik internamente bajó la cabeza, avergonzado. Viendo como el dinero era distribuido pero no llegaba a su destino, la posibilidad de que alguien se lo haya embolsado era bastante alta. E incluso si el orfanato apelaba, era sumamente probable que fuera aplastado antes de que el proceso se completara.

—Ahora mismo, estamos recibiendo ayuda gratuita de la iglesia, por la cual estoy muy agradecido. En el pasado el joven Octavian y su p…

Antes de que el Barón terminara la oración, se detuvo a sí mismo y miró a Orán.

—Perdón. Para mencionar algo tan terrible…

—No, está bien.

El caballero enseñó una sonrisa forzada, pero no lucía bien en los ojos del príncipe. La forma en que sonreía mostraba mucho dolor oculto.

Fue entonces cuando un pensamiento lo golpeó repentinamente. Si alguien valioso para él fuera herido o asesinado, probablemente no podría mantener su cordura o tomarse la molestia de preocuparse por alguien más.

Si padre o alguien de mi familia… o incluso Kuro u Orán fueran asesinados, entonces…

No estaba limitado solo a ellos. Si las personas que había conocido desde que llegó a este mundo fueran asesinadas… al pensar en ello, Herscherik sintió como si algo frío cubriera su cuerpo.

—Lo lamento. Estoy esperando algunos invitados. Me retirare ahora.

Al dejarlos, el Barón los alentó a deambular por el orfanato libremente. Su voz hizo que volviera a la realidad. Esta puede haber sido la primera vez desde su vida anterior que había sentido una emoción tan fuerte que, estaba atónito.

¿En qué estaba pensando de nuevo…?

Se preguntó a sí mismo. Sin embargo, no obtuvo ninguna respuesta.

—Hersche, ¿qué pasa?

Susurró Kuro notando el comportamiento inusual de su maestro. Pero este sacudió la cabeza.

—No es nada.

El príncipe sonrió para aliviar la preocupación de su mayordomo. También era para aligerar ese inexplicable sentimiento de antes.

—Oigan, esta es la sala de trabajo.

Orán llamó a los dos que se habían detenido. En la habitación había niños y niñas mayores trabajando. Parecía que estaban empacando dulces y chocolates.

—Ellos hacen las cosas de aquí para vender en la ciudad. A cambio, una parte de las ganancias se asignará a los costos operativos del orfanato. —Explicó.

Todos trabajaban arduamente cuando una de las niñas levantó la mirada repentinamente.

—¡Es el hermano mayor!

La pequeña que alzó la voz fue Colette, a quien conocieron afuera. Al verlos corrió felizmente hacia Orán. Ese acto se convirtió en el detonante para que el resto de los niños en la sala también se apresuraran hacia él.

—¡El hermano mayor realmente vino!

—¿Cómo estás? Lo que me recuerda, ¿cómo está la hermana mayor? Ella no ha venido recientemente. —Preguntó un chico mayor que Colette, pero sus palabras provocaron que el caballero hiciera un gesto de dolor que rápidamente cambió por una sonrisa.

—La hermana mayor se ha ido, a un lugar muy lejano.

Al escuchar esto, los niños dejaron salir gritos de decepción.

Esta “hermana mayor” probablemente sea la prometida de Orán…

Asumió Herscherik. Seguramente ayudaron en el orfanato porque ambos adoraban a los niños.

—¡Hey! ¡Todavía estamos en medio del trabajo!

Una voz áspera resonó en la habitación. La voz pertenecía al niño más grande en la sala de trabajo. El príncipe volteó y vio a un chico con cabello corto color azul marino, intensos ojos negros, y tres cicatrices que parecían provenir de las garras de alguna bestia cruzando su mejilla izquierda. Probablemente era tres años mayor que él.

—Lo siento, Rick.

El chico llamado Rick resopló y volvió a su trabajo. Los otros niños hicieron lo mismo.

—¿Está bien si ayudo?

Herscherik había extendido su mano para ver de cerca uno de los productos finalizados junto a él, cuando Rick lo fulminó con la mirada y gruñó.

—¡No lo toques! ¡Maldito niño rico!

Su tono no parecía una advertencia provocando que se detuviera instantáneamente. Más que un aviso, su voz tenía una mezcla de odio y repulsión.

—Estoy seguro de que un joven maestro como tú solo se está burlando de nosotros por tratar tan duro de hacer tal “dinero de bolsillo”.

—Rick, ¡eso es demasiado!

Antes de que el príncipe pudiera responder, Colette levantó la voz. Se acercó deprisa y se disculpó inclinando su cabeza.

—Lo lamento. Rick tiene una boca sucia… um, Lord Ryouko, ¿verdad?

—Puedes solo llamarme Ryouko, Colette.

Herscherik sonrió provocando que la niña se sonrojara un poco y se girara avergonzada.

—¿Están vendiendo estos?

Sin notar el cambio en la pequeña, señaló los paquetes firmemente envueltos. Colette asintió.

—Sí. Al llenar cuidadosamente estas bolsas con dulces, hacer labores simples de costura y cosas así… podemos ganar un poco de dinero. Y usaremos ese dinero para el orfanato. Muchos aristócratas los compran. —Respondió mostrando una sonrisa orgullosa.

No obstante, era un trabajo que no debería tener que hacerse. Este amargo pensamiento llenó la mente del príncipe. Si su país funcionara correctamente, entonces estos niños no necesitarían esforzarse así.

—Perdón por dejarlos esperando. ¿Cuál es el problema?

El Barón regresó y Herscherik sacudió la cabeza en respuesta.

Otra vez no puedo hacer nada…

Aunque estaba siendo atormentado por este sentimiento de impotencia, sus ojos se rehusaron a dejar que una sombra los cubriera.

3 respuestas a “Herscherik – Vol. 2 – Capítulo 6 (1): Orfanato, Barón y revelación”

  1. ¿Aristócratas comprando los dulces de niños huérfanos? Por alguna razón, se me hace un poco extraño, especialmente porque la prometida de Orán fue mencionada y por la actitud que los nobles han demostrado hasta ahora .-.
    ¡Gracias por la traducción! <3

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