Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 31: Orden de la Nieve

Traducido por Bee

Editado por Sharon


En la mañana, fui con mi madre al sastre.

Ayer confiaba en poder pasar. Sin embargo, todavía estaba nerviosa, así que no pude dormir mucho. En tal estado, ¿estaría bien por la tarde?

Fuimos por las prendas tal y como había dicho mi madre.

Ella no era mucho más alta que yo, por lo que tampoco crecería mucho a partir de ahora. Por lo tanto, creo que la ropa que compré hoy podría usarse por el resto de mi vida.

Después, comimos una comida ligera en la ciudad.

Luego, me llevé a Natalia y las tres llegamos a la Orden de Caballeros.

Mientras que la Orden de los hombres estaba ubicada en la frontera de la Capital Real, este lugar parecía estar en las afueras de la zona residencial. El edificio en sí no era muy diferente.

Mi madre entró primero, y Natalia y yo la seguimos.

Aquí también había un mostrador de recepción al entrar, y detrás de él había una mujer.

—Bienvenido a la Orden de la Nieve.

Ahora que lo pienso, tenía tal nombre.

La Orden y la Orden de las mujeres, en general son conocidos de esa manera, pero sus nombres eran diferentes. La de los hombres se llamaba “Orden del Hierro Negro”.

En esa nota, la Orden de la Nieve era una organización subordinada de la Orden del Hierro Negro. Por lo tanto, Wilhelm-sama, el capitán de caballero, tenía un rango más alto que el capitán de la Orden de la Nieve.

—¿Cómo puedo ayudarle?

—Soy Elizabeth, duquesa de Ambrose. Por favor llame a la Capitana Anastasia.

—Um… ¿Tiene una cita previa?

—Un mensajero fue enviado anoche, creo, así que ella debería estar consciente.

—¡Entiendo! ¡Por favor, espere un momento!

La recepcionista se apresuró dentro del edificio.

Parecía que los caballeros también se turnaban para manejar la recepción aquí. Aunque, creo que sería mejor si contrataran a alguien como recepcionista habitual.

Otra mujer salió. Y, con una sonrisa, me ofreció una silla a mi madre ya mí.

—Actualmente la estamos llamando, ¿estaría bien que espere aquí?

—Ciertamente.

—Sí.

Asentí con la cabeza a las palabras de la mujer y me senté junto a mi madre.

Por “ella”, debe haberse referido al capitán de la Orden de la Nieve. Eso solo me puso nerviosa. Al parecer seré probada personalmente por la Capitana.

—Carol.

—Sí.

—¿Ha pensado correctamente acerca de lo que dije anoche?

—Sí.

Después de mucha deliberación, estoy aquí.

—¿Eh? ¡¿Madre e hija?!

Por alguna razón, la recepcionista se sorprendió. Es el tipo de reacción que usualmente recibo cuando salgo con mi madre. Se ve muy joven.

—Entonces, eso es bueno. No desperdicies esta oportunidad.

—Lo sé, madre.

Poco después, una mujer salió del edificio.

Probablemente estaba en sus treinta y tantos años. Todavía parecía estar en su juventud, pero el aire a su alrededor la hacía parecer intimidante.

En el momento en que apareció, lo entendí.

Esta persona era la Capitana de la Orden de los Caballeros de la Nieve.

—Me disculpo por hacerle esperar, duquesa de Ambrose.

—No me importa. El mensajero que envié anoche debería haberte dicho los detalles.

—He escuchado. También hay algunas cosas que me gustaría preguntarle al respecto, así que si pueden seguirme.

—Muy bien.

Invitadas por la Capitana, nos dirigimos adentro.

En cuanto a la estructura de la guarnición, no parecía haber mucha diferencia con respecto al otro lado. El camino por el que anduvimos no difería cuando fui a la oficina de Wilhelm-sama.

Y, más allá de ese camino, había una puerta extravagante.

La oficina.

—Por favor, entra.

Abrió la puerta y nos invitaron a entrar.

Mi madre entró primero, seguida por Natalia y por mí. Frente a nosotros había un gran sofá, donde madre se sentó sin dudarlo. Qué agresiva.

Me senté a su lado y Natalia se paró detrás mío.

La Capitana cerró la puerta y rápidamente se sentó frente a nosotros.

—Perdonen la introducción tardía. Soy la Capitana de la Orden de la Nieve, Anastasia Aibringer.

—Elizabeth, duquesa de Ambrose. Esta es mi hija Carol y su doncella, Natalia

—Soy Carol Ambrose. Es un placer conocerla.

Capitana de la Orden de la Nieve, Anastasia Aibringer-sama.

¿Aibringer… sama?

—Aunque he escuchado la historia de antemano… ¿la hija de la duquesa de Ambrose desea unirse a la Orden?

—Sí, eso es correcto.

—Puede ser grosero preguntar esto, pero… ¿habla en serio? —dijo Anatasia-sama al ver mi figura.

Probablemente estaba pensando: “¿Esta niña pequeña y delgada?”

—Carol.

—Ah… Lo siento. Es como dijiste. Me gustaría unirme a la Orden.

—Ya veo…

Mientras reflexionaba, Anastasia-sama se puso una mano en la barbilla. De alguna manera es un gesto similar a Wilheim-sama.

—Solo las mujeres pueden pertenecer a la Orden de la Nieve, por lo que siempre hay escasez de personas. Por lo general, a medida que crecen como Caballeros, se casan, quedan embarazadas y abandonan la Orden. Es bien recibido querer unirse con esas intenciones, pero…

—¿Hay algún problema?

—Ambrose… Um, Señorita Carol, ¿estás realmente segura? La Orden es un lugar enfocado en las batallas. Por lo tanto, tiene que someterse a una dura capacitación y también debe ir a la guerra en caso de emergencias. Y muy bien puedes perder tu vida allí. Una vez que te unes, tu vida no está garantizada.

Mi hermano mayor dijo algo similar. Pero soy consciente de eso. Mi resolución no vacilaría.

—Estoy preparada para ello.

—No seré responsable de este asunto.

—Sí.

Cuando dije eso, Anastasia-sama se rascó la cabeza.

¿Me pregunto por qué?

—Señora Elizabeth, me gustaría preguntarle.

—Sí.

—Supongamos que su hija se une a la Orden y es asesinada accidentalmente durante el entrenamiento, ¿qué haría?

—Si juzgo que es inevitable después de investigar la causa del accidente, entonces no lo culparé.

Mi madre respondió de manera resuelta.

Sin embargo, Anastasia dio un fuerte suspiro.

—La Señora Elizabeth puede pensar de esa forma, ¿pero qué creerán otras personas? ¿No hablaría ese incidente de la falta de responsabilidad de la Orden de la Nieve? Cualquier incidente desafortunado que le suceda a su hija, un miembro de la Casa Ducal de Ambrose, puede convertirse en un desencadenante para que las facciones se rebelen contra la familia real. Por eso, no podemos asumir la responsabilidad.

—Entonces, la que quiere decir es que Carol no debe ingresar a la Orden.

—Hablando francamente, sí. En cuanto a la prueba de entrada, como es una regla, la haré. Sin embargo, el estándar para aprobar no se basa en qué tan bien lo hace uno. Hay muchas partes a la discreción del examinador. Esto es porque los casos varían. Por ejemplo, si alguien demuestra poca empatía, no pasará no importa cuán excelentes sean sus destrezas fìsicas. Por el contrario, si sentimos que tienen potencial, incluso si actualmente no tienen la habilidad, podrán pasar. Y estaré a cargo de la prueba de la Señorita Carol.

En otras palabras, Anastasia-sama lo haría… Tragué saliva.

—Aprobará o no a mi discreción, independientemente de cuán buenas sean sus calificaciones. ¿Le queda claro después de escuchar estos factores?

—¿Está diciendo que Carol no pasará, no importa lo bien que lo haga?

—Como persona preocupada por el futuro de este país, es una consideración natural.

¿Quién lo hubiera pensado?

Mi camino para unirme a la Orden estuvo cerrado desde el principio.

—De hecho, entiendo.

Y luego, mi madre asintió.

—¿Lo entiende? Si aún quieres hacer la prueba a pesar de eso, entonces no te detendré. Aunque, el resultado ya está claro.

—Por favor, hagamos la prueba. Mire las cualidades de Carol y juzgue sin pensar en el estado de nuestra Casa. Por el nombre de Elizabeth, duquesa de Ambrose, no haré responsable a la Orden si algo le sucede a Carol. Cuando la Capitana Anastasia decida, espero que tome una decisión con las cualidades de Carol y mis palabras en mente.

—Entiendo. Pues bien, Señorita Carol, haga la prueba.

El hilo delgado que mi madre logró conectar.

Tengo que jalarlo y asegurarlo de alguna manera.

Sabía que esto era solo por mi egoísmo.

Exteriormente, pensé que la perspectiva de la Capitana Anastasia es correcta. Era natural preocuparse.

Por lo tanto, yo…

Tendría que mostrar mi valor más allá de eso.

—Entonces, vamos a la pista de entrenamiento. La prueba es una medida de su capacidad física general.

—Antes de eso, un momento, por favor.

Detuve a Anastasia-sama que estaba a punto de ponerse de pie.

No puedo mostrar mi valor en la prueba de habilidad física.

Por lo tanto, debo mostrar mi valor a través del conocimiento que había adquirido.

—Escuché que la Orden de la Nieve está reclutando esposas, arqueros y caballeros médicos.

—Sí, eso es correcto.

—Para las espadachinas, la calidad requerida es la capacidad atlética. En el caso de los arqueros, es experiencia con un arco. Y…

El conocimiento que poseía.

Esta era la única forma de hacer uso de él.

—Las cualidades necesarias para los caballeros médicos son un conocimiento excepcional de la medicina y la farmacia. Lo que estaba escrito en el letrero no es un error, ¿verdad?

La educación que recibí como futura reina.

Como parte de eso.

Tengo mucha confianza en mi conocimiento, superior al de un médico.


Sharon
Ya saben, niños y niñas, los agujeros legales son muy importantes. Siempre revisen y explótenlos al máximo. ¡Ya quiero ver la cara del Capitán cuando se entere!

Capítulo 32 ya disponible en la edición 30 de Kovel Times.

3 respuestas a “Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 31: Orden de la Nieve”

    1. Lo sabia …hay ella se va ha desatascar ..💪🏼👏🏼❤️❤️👏🏼 Gracias por subir los capítulos ..👏🏼👏🏼Y por su esfuerzo 👏🏼👏🏼👏🏼

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