Juego otome yandere – Vol 1 – Extra: Clase de cocina de Lycoris

Traducido por Aleksei

Editado por Narumi

Corregido por YukiroSaori


—Hoy vamos a cocinar.

Quien dijo repentinamente eso mientras empujaba ropa hacia mí, era mi prometida, Lycoris Radiata. Recientemente, sus visitas eran tan relativamente frecuentes que no me sorprendían más.

En nuestro primer encuentro, ella me hizo enojar en grande; en algunos aspectos, las únicas características que me parecieron atractivas fueron sus ojos rasgados y el lunar bajo su ojo. Aunque su apariencia madura podría atribuirse al hecho de que a pesar de ser una niña de diez años era bastante alta, ahora me queda claro que su madurez es más por su mente que por su altura.

Cuando la chica en cuestión entró en mi línea de visión, fruncí el ceño…

Su habitual cabello negro ondulado suelto fue atado con poca elegancia con una cuerda y una pieza de tela doblada en forma de triángulo cubrió su frente. El vestido rojo que le sentaba bien, estaba oculto a la vista por un blanco y espeso delantal.

Su traje era una imitación basada en los vestidos con delantal y cintas blancas que llevaban las sirvientas al trabajar.

Aunque, no sé cómo se llaman oficialmente.

—¿Sabes? Nadie quiso prestarme un vestido con un delantal.

—Eso es obvio.

Al darse cuenta de mi dudosa mirada, hizo un puchero. Podía imaginar el desconcierto de los sirvientes si llegaran a ver a la hija del duque paseándose alrededor con un traje de sirvienta.

—Pero de alguna manera fui capaz de encontrar un paño limpio para que funcionara. ¡Ah! Puedes estar tranquilo. La ropa que estás sosteniendo es algo que tomé prestado apropiadamente del señor Mayordomo.

Justo antes de que señalará ese hecho. Yo estaba extendiendo la ropa que me dio. Junto a una sencilla tela rectangular unida a un cordel había un chaleco. La tela rectangular probablemente estaría envuelta en la parte inferior de mi cuerpo como un delantal, pero ¿Cuál era la finalidad del chaleco?

—Es porque es negro.

Ella, de alguna manera, declaró con orgullo ese hecho.

—¿Voy a estar parado en la cocina llevando esto?

—No hay nada malo en ello. El duque de Ranuncula nos dio todo su apoyo. Y no hará daño si un hombre puede cocinar. Además, una vez que tengamos doce años no podremos hacer esto en los dormitorios de la escuela.

A pesar de que mi padre le entregó su consentimiento, esto era realmente ilógico.

—Probablemente tendremos a una cocinera en los dormitorios…

Pero mi queja le entró por un oído y salió por el otro, mientras ella envolvía el cordel de la tela alrededor de mi cintura y ponía el chaleco encima de mi camisa. Estaba planeado reprenderla por no mantener una distancia apropiada al interactuar con alguien. Pero vacilé.

Al menos antes de que las posibilidades de entrar en contacto con otros hombres aumenten al entrar en la escuela y debute en la alta sociedad, tengo que rectificar esa forma indefensa de actuar.

Sin que supiera de mis complicados pensamientos internos, Lycoris empezó a murmurar.

—Estilo Garçon~ [1], que lindo~.

No entiendo la primera parte, pero llamar “lindo” a un hombre en una edad influenciable era definitivamente un tabú. En verdad, desde el fondo de mi corazón quiero que deje de llamarme así. Pero tampoco quiero que piense en mí como un hombre de mente estrecha.

Ser rebelde para evitar ser llamado lindo no era mi intención, mientras tanto ella siguió arrastrando mi brazo a la cocina.

—Hoy, el desafío es hacer “gachas de avena”.

—¡¿Qué demonios es eso?!

—Es un poco difícil de explicar a qué sabe con palabras. Sería más sencillo el simplemente hacerlo.

Y así, el repentino curso de cocina comenzó.

Comencé lavando cuidadosamente mis manos, procedí a lavar las frutas e inmediatamente después de eso algunos granos desconocidos, luego corte las frutas y agregue todos los ingredientes juntos en una olla.

Cuando me di cuenta de que algunos de los ingredientes picados eran muy amargos y de débil consistencia, pregunte:

—¿También estos van a ser añadidos?

—Estos son ingredientes muy importantes que no se deben olvidar.

Fue lo que ella respondió. De alguna manera, hoy me tenía siguiendo su ritmo, espero no terminar haciendo algo que me deje insatisfecho.

Después de terminar la cocción de la tan llamada “gachas de avena”, con cautela aparté los ingredientes amargos que odiaba en un plato pequeño.

—¡¡Espera!!

Debido al pánico en su voz, mi mano se congeló.

—Voy a probarla primero. Me sentiría avergonzada si a la final tiene un sabor extraño.

Su punto era ilógico.

A pesar de que ella era la que me guiaba, el que estaba cocinando era yo. Incluso si el resultado de la comida tenía un sabor extraño, no habría ninguna razón para que ella se sienta avergonzada.

Por último, su intención se hizo evidente. Bueno, era algo que sin embargo me esperaba.

Después del incidente en el que casi ingerí esa comida envenenada, las personas a mí alrededor empezaron a preparar mis comidas con cuidado. Los sirvientes encargados de la cocina se ofrecían personalmente a probar la comida para una cata de veneno; Además, la sopa ya no se añadía al menú.

Yo les dije que estaba bien, incluso si ellos no lo hacían, pero nadie me escuchó.

Era patético decirlo pero… A pesar de que la cantidad de comida que consumo no menguó, me sentía algo melancólico cada vez que cenábamos. Parecía que ella se dio cuenta de este pequeño desorden que tenía.

—De acuerdo. Está bastante bueno… —dijo después de hacer una prueba de sabor por mí. Después de lavarlo y volverlo a llenar rápidamente, me ofreció el plato pequeño—. Tal vez… ¿También quieras tener un bocado?

Obligándome a hacer el platillo, para luego mostrarme esa encantadora expresión ansiosa, ¿no es esto hacer trampa?

Incluso con una pequeña diferencia de altura, teniendo a Lycoris enviándome una mirada hacia arriba en tan indefenso estado agitó algo dentro de mí. Queriendo acariciarla y al mismo tiempo queriendo burlarme de ella, fue un sentimiento muy complicado.

—Sí, déjame probar un poco.

Una vez dicho esto, solo abrí mi boca ligeramente, y por supuesto, la puse en una situación embarazosa.

Pero eventualmente, una pequeña porción de la “gachas” del pequeño platillo lentamente se acercó a mi boca.

Primero sentí una moderada cantidad de acidez, luego la dulzura natural del cereal se extendió en el interior cubriendola.

No está mal.

Mi hambre despertó junto al sonido de mi garganta al tragar.

Aunque de alguna forma sentí que se comportaba como mi niñera, este sin duda era el profundo afecto de mi prometida.

Siempre que sea tu mano quien me lo ofrezca, aunque sea veneno, lo tomaré con gusto.

Eran las líneas de una obra que oí en alguna parte y que se deslizaron en mi mente.

Si dijera esas palabras en voz alta sin embargo, seguramente me regañaría por mi indiscreción.


[1] La palabra “Garçon” viene del francés y literalmente significa muchacho, en Francia así llaman a los muchachos que trabajan en restaurantes y que toman las cuentas o entregan el menú.

6 respuestas a “Juego otome yandere – Vol 1 – Extra: Clase de cocina de Lycoris”

  1. Quiero saber más sobre sus sentimientos hacia ella 💜🌸💜

    Wolf a veces si da escalofríos por ser muy posesivo 🤦‍♀️💜🌸

    Muchísimas gracias por el capítulo 💜🌸💜

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