¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 10: Mis manos son para defenderte

Traducido por Devany

Editado por Shiro


Violette supo de inmediato quién se encontraba de pie detrás de ella. No era otro más que Yulan. Con sólo escucharle decir el apodo que siempre usaba con ella, supo que era él sin necesidad de verlo. Sin embargo, había algo que seguía sin entender: ¿Por qué razón estaba ahí? Ella claramente le había dicho que la esperara, además que ni siquiera llevaba consigo el plato de comida que le había pedido. Existía la posibilidad de que lo hubiera dejado en otro lugar, pero seguía sin entender por qué se tomó tantas molestias en esto.

Con cualquier otro asunto, Yulan podría haber actuado apropiadamente, analizando la situación de mejor manera. Estaba segura de que él pudo comprender la situación desde lejos y tomar las medidas apropiadas sin necesidad de involucrarse.

No obstante, Yulan era el tipo de persona que actuaba sin pensar, especialmente cuando se trataba de Violette. Sin duda alguna, él había sido capaz de entender la situación desde lejos y actuar concienzudamente en base a eso, pero aun así, se encontraba allí. Irónicamente, cuando se trataba de defenderse a sí mismo, lo haría de forma mucho más sosegada. Aun así, no era esa impulsividad suya lo que la molestaba, sino que no le gustaba la idea de ver a su amigo involucrándose en esto.

Su cálida sonrisa junto a la tibia mano que acariciaba la espalda de Violette eran completamente diferentes a la tensa y fría actitud que mostraba.

Lo que ella había querido decirle era «No deberías molestarte en defenderme». Pero en el fondo, debía admitir que se sentía agradecida de tenerlo a su lado, así que se tragó sus palabras. Su tacto era suave, ni siquiera ponía fuerza en ello. No obstante, con esta nimia acción de su parte podía sentirse respirar más fácilmente.

—Han traído dulces recién horneados, deberíamos ir antes de que se enfríen.

—Tú dices… ¿ir…?

Violette no pudo responder a tan repentinas palabras de Yulan, todavía lo miraba estupefacta.

Siendo sinceros, la sugerencia era tentadora, realmente le gustaría tomar su mano y huir de ahí lo antes posible. Sin embargo, no estaba en condiciones de hacerlo. Incluso él podía entenderlo. Entonces… ¿por qué le seguía sonriendo tan despreocupadamente?

Ella no fue la única que captó la presencia de Yulan. Klaude también lo miraba sorprendido.

—Yu-lan… desde hace cuánto tú…

—Acabo de llegar, he venido a recogerla. Así que no tienes que preocuparte por mí. —Justo cuando se estaba yendo con ella, Klaude se interpuso en su huída.

—Espera un momento… no hemos terminado aquí.

—Lo sé, por eso nosotros, personas externas a esto, nos mantendremos alejados.

—Externas…

Yulan no sólo se refería a él, sino también a Violette. Su tono de voz no dejaba lugar a réplicas, parecía estar furioso. Era como si la gentil sonrisa que portaba hace un momento hubiera sido una mentira.

—¿Yulan…? —llamó Violette. Sin embargo, con tal tensión en la atmósfera, nadie pudo escuchar ese susurro.

Ella sabía que Yulan no era de levantar la voz. Lo conocía como una persona cálida, su tono siempre se asemejaba a un rayo de sol. Era un chico muy cariñoso a quien ella gustaba de mimar a pesar de su gran altura. Sin embargo, en este momento daba la impresión de ser una persona completamente diferente.

Aun así, seguía siendo cuidadoso con ella. Su mano sujetó la cintura de Violette y la atrajo hacía él con fuerza. Lució como un movimiento tosco, pero nunca la lastimó, más bien, su tacto era como si estuviera agarrando algo sumamente frágil que podía romperse con cualquier movimiento.

Ahora mismo, el Yulan frente a ella no era el chico que conocía. No obstante, todas sus acciones aún mostraban su amabilidad hacia Violette.

—¿A qué te refieres con externos? Violette es…

—Es ajena a todo esto. Ella no tiene nada que ver en todo este lío.

Era un afirmación correcta, algo que tanto Violette como los aquí presentes habían olvidado. Maryjun era la víctima y esas señoritas, las autoras. Klaude sólo llegó a juzgar la situación desde su propio punto de vista. Pero, ¿qué pasaba con Violette? ¿Cuál era la intención de aquellas jóvenes al incluirla? El perpetrador mencionó su nombre junto a su propio motivo de hacerlo, sin embargo, no había nada que justificara el acusarla cuando ni siquiera había hablado. Incluso si la intención de esas chicas era la de lastimar a alguien por el bien de Violette, ellas debían hacerse responsables de sus actos, no pasar la culpa a otra persona.

—Condenarla como la culpable sin permitirle siquiera defenderse… Qué gran acusación, como se esperaba del príncipe Klaude.

—Ggh… E-Espera, Yulan…

Parecía que Klaude había captado la malicia detrás de sus palabras. Aunque sabía que era culpa suya, no le gustó el no poder rebatir ese hecho. Considerando que los papeles se habían invertido y que quien tenía la ventaja ahora era Yulan, estaba claro que no podía hacer nada al respecto, por lo que no ocultó la expresión de disgusto en su rostro.

—De todas formas, ¿aún planean interponerse en nuestro camino a pesar de todos los disturbios que han causado? Deberían haber resuelto todo esto de manera apropiada, no armar un escándalo.

Nadie podía creer lo que insinuó con aquello. Sin embargo, no había indicio alguno de frialdad o desdén como antes, sólo seriedad enmascarada con indiferencia.

No se escuchó ninguna objeción después de esto.


Devany
Me encanta hacer memes burlándome de Klaude y admirando a Yulan, no sé si lo han notado. :v

12 respuestas a “¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 10: Mis manos son para defenderte”

  1. que hermosooooooo
    AMO A YULAN!!
    ES TAN LINDO

    ANDABA GRITE Y GRITE CUANDO DESCRIBIO COMO LA SUJETABA.
    LO AMOOOOOOO
    KYAAAAAA
    MUCHISIMAS GRACIAS POR SU EXCELENTE TRABAJO.
    me aparezco cada mil años por acá pero por aqui ando

Responder a Yinett Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido