¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 11: El agradecimiento es igual de importante que una disculpa

Traducido por Devany

Editado por Shiro


—Tú… ¡Idiota!

—Uh… p-pero.

—¡Sin peros! ¡Pensar que acabaría de esta manera…!

En una esquina aislada de todos, sin que nadie se diera cuenta, Violette regañaba a Yulan. Apenas se separaron de los demás, ella se soltó del brazo de él y empezó a gritarle, dejando salir todo lo que tenía guardado hasta ese momento. No quería enfadarse con Yulan después de él haberla defendido pero aun así, seguía sin comprender lo valiente y estúpido que había sido hace un rato.

—Eso… Sé que fui demasiado lejos, entiendo que no debí haberme comportado así, pero… En ese momento, lo único que tenía en mente era el salvar a Vio.

—¡No es eso!

—Eh, ¿me equivoqué? —Mirándolo inclinar el cuello, no parecía saber por qué estaba tan enfadada. Más bien, ella era la que debería estar confundida, ¿acaso no sabía cuánto arriesgó con ello?

—¿Qué pasará si te castigan por comportarte de esa manera?

—Oh, te refieres a eso —se preguntaba si realmente comprendía la gravedad del asunto aunque, una parte de ella se sentía como una idiota por levantar la voz de esa manera—. Estaré bien, así que no te preocupes.

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo…?

Violette no entendía por qué Yulan se comportó de esa manera. Podría tener problemas por oponerse al príncipe. Lo mejor sería que Klaude no se tomara a pecho lo que acababa de pasar, pero la expresión que mostró antes de irse era de desesperación e ira. Parecía que Yulan había tocado un punto sensible. Sin embargo, su único propósito era protegerla. Una parte de sí estaba frustrada consigo misma por eso, ya que si hubiera manejado mejor la situación Yulan no tendría que haberse arriesgado a intervenir de esa manera.

—Lo siento… Por mi culpa, tuviste que… —Inconscientemente comenzó a disculparse. Lo único que podía hacer por él era disculparse e inclinar la cabeza. Se sentía un poco culpable, Marin le había arreglado el cabello tan espléndidamente, pero ahora no era el momento para preocuparse por ello.

Sentía mucha culpa por involucrar a Yulan en todo esto y obligarlo a protegerla. Pero más que nada, lo que le dolía era el hecho de no haber podido hacer nada al respecto. Ella debería haber detenido por sí misma todo el problema, incluso si se merecía la bofetada. No obstante, la verdad era que también estaba abrumada, era la primera vez que se sentía verdaderamente protegida.

Debido a eso, terminó poniendo a Yulan en una situación desventajosa… En el peor de los casos, esto podría involucrar a su familia también.

Como era de esperar, no debería ni siquiera desear amar o ser amada. Ella debería haber entendido eso de su error anterior, pero todo había pasado tan rápido.

Lamentablemente, nada ha cambiado desde el día en que decidió no convertirse en una molestia para nadie. ¿Acaso era imposible arreglar sus errores aún habiendo regresado en el tiempo?

—Vio, tu cabello está hecho un desastre.

—Lo siento mucho… De verdad lo lamento…

—Estás equivocada. Aquí, mírame. —Yulan tomó las manos de Violette, siendo correspondido por el fuerte agarre de ella, y entonces empezó a acariciar suavemente su palma, aliviando poco a poco la ansiedad de la chica. Ahora que la adrenalina del momento había pasado, empezaba a sentir algo agotada. Aún sosteniendo su mano, él arregló el desordenado peinado de Violette con su otra mano.

—Gracias por preocuparte por mí, pero está bien, no lo hice sin pensar, después de todo.

—Pero, definitivamente lo hiciste sin pensar.

—Ja, ja, siento eso. Pero, está bien… ¿estás convencida ahora?

Dada la situación actual, no estaba segura de quién de los dos era el mayor en este momento. Yulan era una persona reconfortante, capaz de hacer magia solo con su amable sonrisa. Violette debió haber sido más asertiva. Sin embargo, ahora mismo, estaba realmente relajada. No sentía que tuviera que seguir manteniendo su fuerte fachada. ¿Acaso Yulan era el tipo de persona que enfrentaba cualquier cosa con una sonrisa?

—Si algo sucede, yo me haré responsable. —Era lo único que ella podía decir. Había tratado de trazar una línea divisoria entre ellos a pesar de que se estaba entregando a la comodidad de Yulan. Lo más probable era que él no cedería, sin importar lo que ella dijera, además Violette ya no podía devolver las palabras de consuelo del chico.

—Fu, fu, entendido.

Se preguntaba si Yulan de verdad había entendido a lo que ella se refería, pero este no continuó. Él siempre creería en sus decisiones, por lo que no tenía ni una pizca de duda hacia ella. Verlo demasiado tranquilo la hacía sentir un poco estúpida por ponerse nerviosa.

—Bien, entonces, vamos —la instó.

—¿Eh…?

—Dije que está bien, entonces, ¿deberíamos ir por los dulces recién horneados? Ah, pero, probablemente ya se hayan enfriado…

—Eres tan…

Como el príncipe Klaude siempre había sido rígido y terco, en el pasado fue difícil para Violette disfrutar de los dulces que se le servían. Ya había transcurrido un buen rato desde la escena en que Yulan vino por ella y se la llevó. Era imposible que los dulces estuvieran aún calientes o hubieran sido tomados por algún otro huésped. Sin embargo, eso no cambiaba la emoción de ir por dulces, incluso si probablemente hubiera pocos y estuvieran fríos, Violette no tenía problema con eso.

—No importa cómo estén, sabrán bien… Cualquier cosa que Yulan elija, incluso ya fría, por supuesto que será deliciosa.

La mayoría de las secciones de comida ya habían sido vaciadas por otros huéspedes, Violette, en cambio, siquiera había probado un bocado. Si bien tenía mucha hambre, se sentiría satisfecha con lo que Yulan eligiera, cualquier cosa proveniente de él se ajustaría a sus preferencias, y definitivamente sería delicioso comerlo en cualquier condición. Por lo tanto, el hecho de que estuvieran fríos no le era relevante.

—Estoy más preocupado por la persona que no pudo comer esto. Está bien. Los organizadores los proporcionaron.

—Bueno, eso es cierto pero…

—Tienes hambre, ¿no es así? No has comido nada desde antes.

—Uuh… —Violette fue incapaz de contestar, especialmente después de que Yulan diera justo en el blanco. No había comido nada desde que escaparon de aquella conmoción. Justo ahora, se moría de hambre por haber comido solo unas pequeñas porciones durante toda la velada.

Ella había creído que podía aguantar el hambre tomando agua pero, fuera de las pequeñas porciones, todavía era necesario comer una cantidad adecuada de alimento. Si seguía así, su estómago gruñiría tan fuerte que atraería la atención de la gente. Lo que ella menos disfrutaba, era ser el centro de atención, así que preferiría evitar un escándalo solo por no comer.

—Elegiré los favoritos de Vio.

—Lo haré yo misma, al menos puedo ayudar con eso.

—Pero estoy seguro de que soy mejor eligiendo tu comida.

—Deberías elegir la tuya.

—Mmmm… Bien.

Ver a Yulan inflando sus mejillas era algo bastante adorable. Ahora mismo, había vuelto a ser el precioso amigo de la infancia que Violette conocía, y viéndolo hacer sus payasadas habituales, no pudo evitar reírse.

—Aunque te veías tan genial hace un rato.

—¿Eh…?

El fuerte brazo que la había protegido… Solo con estar a su lado le dio consuelo. También cuando tiró de su cintura y la acomodó a su lado, si alguien más a parte de él lo hubiera hecho, Violette se habría sentido extremadamente incómoda. Pero con Yulan las cosas eran diferentes, sin mencionar que por primera vez notó que su amigo de la infancia no solo era guapo, también podía actuar genial.

Devany
¿Hasta ahorita notas a tremendo papucho que te estás cargando? Mija, reacciona, ya tengo suficiente con la ceguera de Marinette T---T

—Gracias por… protegerme.

Yulan la miró en silencio, sin comprender.

—En realidad… me alegré mucho.

Violette sabía que probablemente no tenía el derecho de decir eso después de haberlo regañado, sin embargo, no era más que la verdad. No sería justo que no le dijera esto al Yulan de corazón puro. Su amabilidad y su comportamiento realmente la animaban. Era como encontrarse con un sueño nostálgico que hacía mucho no veía.

Violette se sintió mal por involucrarlo en todo esto, pero aun así estaba feliz.

No se sentía incómoda o molesta por ello, y esos sentimientos no estaban mal. En un futuro ella debería analizar detalladamente todo esto. Así, cuando finalmente encuentre a su persona importante, no vacilará y se preocupará por ella.

—Eh, ah… No fue nada…

—¿A qué vienen esas pausas?

—No, es solo que… lo dijiste tan de repente.

—Aún puedo dar las gracias adecuadamente.

—No quise decir eso… solo que… No, no es nada. —Yulan dejó salir un suspiro agotado, si se precipitaba y decía cómo se sentía, solo la preocuparía más, y con seguridad acabarían las cosas antes de que siquiera empezaran. Además, por como terminó todo, era normal que le agradeciera. En primer lugar, era importante saber cuándo decir gracias, y lo mejor era decirlo tanto como se pudiera. Sin embargo, aun sabiendo eso, su corazón latía con locura… siendo difícil calmarlo.

—De alguna manera, yo también tengo hambre… Nos vemos.

—No me digas que no has comido nada todavía.

—Lo hice, pero no fue suficiente para llenar mi estómago. Estoy hambriento ahora mismo.

—Te estás forzando de nuevo… Lo mejor será que Yulan tome su propia comida en el buffet de alimentos mientras yo voy al buffet de postres.

—¿Espera…? ¿Vienes conmigo?

Debido a su vestido, Violette caminaba mucho más lento que él. No solo por el vestido, físicamente hablando, las piernas de ella en comparación a las de él eran demasiado cortas, por lo que para Yulan sería fácil adelantársele en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, no se alejó ni un segundo de su lado. Aún si era un poco frustrante para él, mantuvo pasos pequeños para ir a la par de ella.

—¿Elegiste el vestido de hoy por ti misma?

—Eh… sí. Por supuesto. ¿Qué pasa? ¿Por qué lo dices tan de repente?

Violette siempre ha elegido su propia ropa y accesorios. A pesar de que a menudo discutía con Marin, no dejaba que nadie decidiera por ella. En el pasado, todo lo que su madre le había preparado era solo para recordar a Auld. Ahora que era consciente de ello, no ha dejado que nadie escoja su ropa. Ella cree que Yulan debería haberlo sabido hace mucho tiempo.

—Te queda bien.

—Gracias.

Después de tomar su mano, sentía que caminar era más fácil que antes. A pesar de que ha decidido no apoyarse en él, su niña interna no podía aceptarlo, Yulan era demasiado bueno mimándola.

—¿Qué hay disponible…? No parece que queden muchas cosas buenas —dijo ella.

—Ahora mismo, comamos todo lo que no sepa mal.

—Me pregunto si los postres sacian lo suficiente.

—Es un inconveniente que no pueda comer postres.

—Aunque puedes comer los salados.

—Dudo que haya alguno, pero hay muchas frutas aquí.

—Eso dependerá del contenido de azúcar, ¿eh?

Disfrutando de dulces bonitos y teniendo una conversación relajada con su amable amigo de la infancia. En lugar de llorar después de arruinar la fiesta, esto era como un sueño. Aun así, seguía habiendo muchas cosas por las que Violette debería andarse con cuidado, sin embargo, nada de eso importaba en ese momento.

Ella seguía conflictuada porque Klaude reconoció a Maryjun, lo más seguro era que esta situación llegaría a afectarle más adelante. Incluso si su meta actual era no caminar por el sendero del mal y evitar involucrarse con ellos, todavía habrá muchos obstáculos que deberá superar a futuro.

Al final, esto era solo una parte de lo que Violette deberá enfrentar para poder vivir una vida tranquila y sin molestar a nadie.

8 respuestas a “¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 11: El agradecimiento es igual de importante que una disculpa”

Responder a Inunaru Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido