Juro que no volveré a acosarte – Capítulo 6: Los dolorosos recuerdos que se convirtieron en un pasado oscuro

Traducido por Devany

Editado por Shiro


—Hermana, ¿cómo te sientes?

—Estoy bien, siento no haber podido venir anoche.

 —¡No, la salud de mi hermana es prioridad!

Su sonrisa era tan brillante como un suave rayo de sol. Se podría decir que el hecho de sólo verla podía traer paz a cualquiera.

Que estuviera tan preocupada por que su hermanastra viniera a su celebración, demostraba que de verdad era una chica de corazón puro.

Sin embargo, Violette no podía aceptar recibir tanta amabilidad tan fácilmente, por más que quisiera negarlo, muy dentro de ella aún quedaban rastros de su antigua personalidad retorcida. Si tuviéramos que explicarlo, su personalidad era como una línea recta, que en ocasiones daba pequeños giros, torciéndose entre sí. Aun así, era sincera en cuanto se refería a no querer volver a tener que relacionarse con algún miembro de su familia, por lo que podía salir sin preocuparse de que ellos la ignoraran.

—Hablamos de ello anoche pero te aviso, Mary se estará uniendo a la próxima fiesta de té.

—¿Es así…?

Como era de esperar, era tal y como lo recordaba. Después de escuchar sobre la celebración de anoche era demasiado obvio que, por más que se esforzara en evitarlo, el futuro no cambiaría tan fácilmente. No era de sorprender que la fiesta de té también se diera. Después de todo, ya fuera por simple hábito de la nobleza o por la naturaleza misma que rodeaba a este tipo de celebraciones, las fiestas de té siempre se habían celebrado en épocas específicas.

Estas fiestas eran algo esencial para cualquier noble de la «alta sociedad». Como nobles, uno de los deberes más importantes para mostrar lo prósperos y corteses que eran, radicaba en participar en ellas. Sin excepción alguna, incluso si eran niños, que normalmente eran los que por su pequeña edad generaban gran cantidad de problemas, estaban obligados a ir.

Siendo sinceros, Violette estaba segura que no traería nada bueno asistir a las fiestas de té, mucho menos en este momento, cuando los rumores sobre su familia, tanto buenos como malos, seguían esparciéndose considerablemente rápido. Tal vez su padre no era una persona que prestara atención a estas cosas, pero nunca imaginó que pudiera llegar a ser tan indiferente al respecto.

Pero si lo pensaba bien, tenía sentido, gracias a su buen porte y su talento innato, siempre había estado rodeado de aliados. Una persona que siempre se había visto protegida por personas externas, indudablemente sería alguien idealista que viviría en su propia nube. Ni por un segundo pasarían por su cabeza la clase de emociones negativas que dirigía la gente hacia su amada hija.

¿O quizás tal ignorancia se debe a la diferencia de trato entre adultos y jóvenes? ¿O será un problema de perspectivas entre su generación y la nuestra…?

No importaba, de todas maneras nada cambiaría. El conde era una persona capaz de analizar de forma imparcial cualquier situación cuando de trabajo se trataba, en cambio, siempre parecía estar ajeno a lo que pasaba cuando los temas se relacionaban con Violette o Maryjun. El trato que les daba a ambas, era como comparar a la luna con las piedras. De hecho, parecía tratar a Violette con extrema dureza.

Pero esta vez el problema no era sólo ella, esta vez el centro de atención durante la fiesta de té sería Maryjun, y era seguro que dicha atención no traería nada bueno. Ni siquiera tuvo tiempo de preparar alguna contramedida…

⧫ ⧫ ⧫

Después de pasar los últimos días en una batalla interna, tratando de idear varias contramedidas para las posibles futuras desgracias, sin éxito alguno terminó rindiéndose.

Tal vez fuera por su ausencia anterior, pero no podía descartar la posibilidad de que… aún si ella no hacía nada, otra persona podría hacerlo. No quería repetir los pecados de su vida anterior, pero si se quedaba sin hacer algo cosas malas podrían terminar sucediendo de todos modos, así que al final decidió que esta vez ella buscaría acercarse a Maryjun. En caso de que algo malo fuera a pasarle, podría intervenir y evitarlo. De esa forma también se estaría salvando a sí misma.

—¡Mary, te queda muy bien!

—Sí, verdaderamente hermoso.

—¡Gracias, madre, padre!

Maryjun se encontraba rodeada por sus padres. La chica miraba el nacimiento de nuevos brotes de flores en el jardín, completamente ajena a las circunstancias que preocupaban a Violette. Para ella, la bondad de hermanastra era su mayor defecto, y éste venía cubierto de dulzura y afecto. Era tanto su encanto como su debilidad. Estaba claro que se aprovecharían de ella por esto. Viéndola jugar felizmente con las flores que rodeaban su vestido, y siendo elogiada por sus padres a cada segundo, era imposible ver aquel cuadro como otra cosa que no fuera la familia ideal.

—Señorita Violette…

—¿Debería esperar en mi habitación hasta que sea la hora?

Esa sería la mejor opción para una persona que estaba siendo ignorada y apartada de dicho cuadro. Naturalmente, para aquéllos que no tenían idea de las circunstancias, la escena anterior parecería ser sólo dos padres adorando a su preciosa y tierna hija. Pero si escarbamos un poco, se notaría cómo éstos ignoraban por completo la existencia de la hija mayor. En la actualidad, esto ya no le afectaba como antes, ahora sólo era una simple «reunión familiar». Fue una estupidez de su parte que una escena como esta, en su momento, lograra lastimarla tanto.

—Entonces, prepararé su té.

—¿Aunque pronto iremos a la fiesta?

—La señorita Violette es conocida por no comer ni beber nada durante las fiestas de té.

—Jujuju~ Marin, realmente lo sabes todo ¿eh?

—Querrá decir todo lo relacionado con la señorita Violette.

Marin comenzó a trabajar para Violette desde hacía siete años, había pasado más tiempo con ella que sus propios padres. Ambas eran tan cercanas que conocían la personalidad y preferencias de la otra, su conexión superaba cualquier lazo de sangre. Conocían sus debilidades, problemas y complejos. Incluso cuando Violette en su momento eligió el pecado, la otra siempre estuvo a su lado. Para ella, quien fue abandonada por su propia familia, la existencia de Marin siempre había sido su salvación.

Dando la espalda a la puerta, Violette pudo ver por última vez a Maryjun revoloteando con su vestido mientras cantaba de manera encantadora. Aunque el dobladillo hacía relucir más la falda, parecía en realidad restringir gran parte de sus movimientos.

Aun así, sin que Maryjun lo notara, su hermana observó cómo miraba encantada su vestido y se tambaleaba con movimientos torpes pero adorables; sería natural pensar que todavía no le habían enseñado a moverse apropiadamente con dicha vestimenta. Su padre no tenía conocimiento alguno sobre eso, y era la primera vez que la pareja de madre e hija participarían en una fiesta de té.

No quedaba nadie más que Violette capaz de enseñarle, pero ésta no tenía la energía ni las ganas de hacerlo, y prefería dejar a aquel grupo atrás. Ya tenía suficiente con que la familia Vahan, la cual debería estar de luto después de la muerte de un miembro, estuviera celebrando reuniones familiares como esta cada día. Hasta el final, la posición de Violette será alejarse de la familia.

—Entonces, cuento contigo.

—Entendido… Señorita Violette.

—¿Qué pasa?

—Incluso hoy, luces realmente hermosa. La ropa a juego te sienta muy bien.

—Gracias, Marin.

El vestido rojo brillante hacía juego con sus ojos y cabello platinado. Aunque le daba una apariencia madura, en realidad fue confeccionado para lucir más lindo que elegante. Sus accesorios fueron decididos por ella misma junto con su peinado, el cual fue arreglado por la propia Marin.

Ella sabía que todo cumplido proveniente de Marin era sincero y honesto. Hacía mucho habían superado la relación en que la adulación se basaba en mera cortesía. Pero aunque lo sabía, no lo creía. Para ella, Marin era aquella pieza de rompecabezas que llenó el huevo que siempre buscó cubrir con aquella familia que se caracterizó por darle la espalda. Ésta nunca le haría daño, ni hará nada que la haga preocuparse.

Y, a pesar de que Violette no tenía ningún apego a su ferviente deseo de ser amada y notada, seguía siendo difícil no pensar en ello.

Ahora que lo pienso… no recibí ningún elogio.

Cosas como ser elogiada estaban fuera de su alcance. Aunque hoy tuvo especial cuidado en su vestimenta, ni siquiera recibió felicitación alguna de su padre. Éste no volteó a verla ni siquiera una sola vez. A pesar de que eran familia, incluso si vivían juntos… Ella nunca fue felicitada ni elogiada, muy apenas sus ojos se encontraban cuando hablaban.

Cuanto más pienso en ello, más inútil se vuelve.

Mientras más recordaba su oscuro pasado, más doloroso se volvía. Pensar cómo ni una mísera vez fue elogiada pero aún albergaba la esperanza de ser amada. Daba risa el sólo pensarlo.

Hagamos uso de esto en el futuro…

Aunque no era partidaria de utilizar trucos bajos a su favor, era necesario si quería evitar que las cosas empeoraran.

Justo después de entrar en la habitación, mientras esperaba el té de Marin, sacudió la cabeza con una expresión rara en su rostro, como si de esa manera pudiera alejar tales pensamientos.


Devany
Como siempre, les dejaré memes para que no se vayan llorando como yo T.T Y agradecimiento especial a ISO TRANSLATIONS, no sé cuántas veces lo diré pero los amo por dejarme traducir su versión :´v

5 respuestas a “Juro que no volveré a acosarte – Capítulo 6: Los dolorosos recuerdos que se convirtieron en un pasado oscuro”

  1. Gracias… Pues a mí me repugna la familia del papá, concubina e hija. Nunca empatizaron con ella. A la semana las lleva a la casa y haciendo fiestas valiendoled el luto de ella… Se nota k la ignoran mucho… De lo peor esa gente

    1. Con estos meme igual lloro, pero de la risa, gracias por aliviar el dolor que siento con los pensamientos de Vio chan 😭💖💖💖💖💖💖💖 quiero un bad end para esa “familia feliz”

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