Katarina – Volumen 4 – Capítulo 2: Donde nos lleva el viaje (7)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Aunque hicimos varias rondas por la ciudad, como esperaba, tampoco encontramos información.

—Mmmmm… Si de verdad no hay nada aquí, podríamos entrar en los dominios extranjeros durante nuestra búsqueda… —dije mostrando solo un poco de mi entusiasmo.

—¿No te estás divirtiendo un poco demasiado con eso? —respondió Sora, lanzándome una mirada sorprendida.

Ugh… ¿Me han descubierto? 

Decidí contarle a Sora por adelantado sobre mi entusiasmo por ingresar en un país extranjero. Pero cuando escuchó lo que tenía que decir su expresión cambió. Parecía preocupado.

—Pero… No todo es juego y diversión, ¿sabes?

—¿Por qué? Después de todo, me contaste muchas cosas interesantes cuando escuchaba tus historias en ese entonces, ¿no?

Durante el incidente del secuestro, había escuchado todo tipo de historias de Sora y sus aventuras. Como nunca antes había estado en el extranjero, me dejé llevar, y me dieron ganas de hacer un pequeño viaje yo misma.

—Es verdad que tienen todo tipo de cosas que no tiene este reino. Cosas interesantes. Pero por otro lado, también hay muchos peligros.

—¿Peligros…?

No podía imaginar de qué hablaba.

—Bueno, verás, el reino en el que naciste, el Reino de Sorcié, es conocido por su paz y orden. Hay mucho más crimen en otras tierras.

—¿Eh? ¿En serio?

La zona donde había vivido en mi vida anterior también era conocida por su paz y tranquilidad. Era una parte rural del país.

¿Tuvimos a algún crimen allí? Mmmm… Mapaches robando en los jardines, ¿tal vez?

Maru
Así que Tanuki se dedica a robar en jardines en su tiempo libre...

El Reino de Sorcié, donde reencarné, también era así. Me criaron con amor en la Mansión Claes, y generalmente tenía sirvientes conmigo cuando iba a las ciudades fuera de la capital, así que nunca entré en contacto con algún crimen tortuoso. Tal vez por eso nunca pensé mucho en la seguridad.

Cuando le conté todo eso a Sora, se veía aún más sorprendido.

—¿Eh? Pero usé las Artes Oscuras en ti, ¿sabes? Y te secuestré. Eso es un crimen, ¿no? —comenzó a murmurar entre dientes, pero luego recuperó su compostura habitual. —Bueno… Supongo que podemos atribuirlo a que tus percepciones están completamente fuera de control.

¿Eh? ¿Qué era eso de mi percepción ahora?

—De todos modos, las tierras circundantes no pueden sostener una vela para Sorcié cuando se trata de cosas como la ley y el orden. Especialmente Le Sable, la nación más cercana a nosotros. Es conocida como un infierno sin ley. Ciertas cosas están prohibidas en la superficie, pero el tráfico de esclavos es enorme allí.

—Tráfico de esclavos…

Como nací en un ambiente pacífico, esas palabras solo las había escuchado en los libros. Era bastante para asimilar, y por un tiempo, me quedé en silencio.

—Sucede en todos los países. De hecho, es muy normal donde nací —dijo Sora, que parecía preocupado.

Nací y crecí en paz; solo había escuchado los relatos interesantes sobre tierras extranjeras, por lo que siempre pensé que sería interesante visitarlos. Supongo que no sabía nada… Me sentí avergonzada.

—Quería ir de cabeza sin pensar… Me siento como una idiota —dije agachando la cabeza.

—De verdad eres sincera, ¿eh? Pero está bien. Si hay algo que no sabes, entonces lo que tienes que hacer es aprender sobre ello, ¿no?

—Aprender algo que no sé… Sí. Sí, tienes razón.

Todo lo que tenía que hacer era mantener la mente abierta, y aprendería sobre todas estas cosas que nunca antes había experimentado. Actuando de inmediato con esa idea en mente, decidí preguntarle a Sora sobre la nación de Le Sable y sobre Noir, la ciudad que íbamos a visitar.

—Como dije, Le Sable es infame por no tener leyes. Así que los criminales son muy comunes allí. He oído que el tráfico de esclavos es enorme, mucho más grande que en cualquier otro lugar cercano. Noir es una ciudad que se encuentra en la frontera de Sorcié y Le Sable. Aunque está en Sorcié, Noir tiene mala reputación cuando se trata de seguridad.

—Es… Eso es así… —incluso aquí, había un lugar así… Ahora me daba un poco de miedo ir en esa dirección. —¿Eh? Pero entonces… ¿Keith realmente estaría en un lugar tan peligroso como ese? Si iba a huir a otro país, ¿no tendría sentido elegir un lugar más seguro…?

Ni siquiera tenía que pensar para saber que Keith, que tenía una cabeza bien amueblada, nunca elegiría huir a un lugar tan peligroso.

—Supongo que es cierto, sí… —Sora murmuró, una vez más con esa expresión preocupada.

¿Está Keith realmente más allá de este punto? ¿El oso realmente sabe lo que está haciendo? Tengo muchas ganas de encontrarlo pronto. ¿Está realmente en un lugar tan peligroso? Y si lo es, ¿está a salvo? ¿Y si le ha pasado algo? 

Los escalofríos que habían corrido por mi espina dorsal antes volvieron repentinamente con fuerza, haciéndome sentir una profunda sensación de inquietud.

Cuando terminamos de interrogar a los lugareños, volví al carruaje con Sora. Jared inmediatamente saltó a saludarnos.

—¿Te hizo algo? ¿Estás bien?

De nuevo con las preguntas extrañas… ¿Y por qué está mirando mi cuello? Mmmmm… ¿Qué?

Al final, no se encontró información útil en absoluto en esta pequeña ciudad. Con eso en mente, partimos una vez más hacia la ciudad fronteriza de Noir.

♦ ♦ ♦

El sol ya se estaba poniendo cuando llegamos. Sora dijo que no era un lugar seguro en absoluto, pero no era obvio a primera vista. Me parecía una ciudad normal y concurrida. Pero cuando miré más de cerca, noté que había gente alrededor que me daba una mala onda.

Al parecer, no solo Sora conocía bien esta ciudad, sino también a Lahna y Jared. Aquí no hubo visitas innecesarias, nuestro grupo se dirigió inmediatamente a una posada después de haber recopilado información. Me aseguré de hacer mi parte aquí, quedándome con todos los demás en lugar de vagar sin rumbo. Tampoco me quedé mirando las tiendas.

Mientras nuestro grupo continuaba con nuestro avance silencioso, María se detuvo de repente. Mmmm… ¿Había alguna tienda que le interesara? Una rápida mirada a su cara, y pude ver por su grave expresión que ese no era el caso. Todos los demás se dieron cuenta también, y pronto todo el grupo se detuvo. Por un tiempo, ella se quedó así, sin moverse un solo paso.

Preocupada, finalmente la llamé.

—María… ¡María! ¿Qué pasa?

Ella jadeó y de repente se volvió hacia mí.

—Ah, señorita Katarina… yo solo… por un momento, pensé que había visto…

—¿Qué viste?

—Ah… Eso es… —Esperé a que continuara, y aunque vacilante, finalmente siguió hablando. —Pensé que vi a alguien allí… que estaba siendo dominado por las Artes Oscuras. Pero ¿cómo iba a ser eso? —susurró en voz baja. —Seguramente debe haber sido mi imaginación —se rio entrecortadamente.

Como dijo María, después de los eventos previos relacionados con la magia oscura, hubo una estricta represión. Aparte de Sora, realmente no debería haber habido nadie capaz de usarla en esta zona. Incluso él no tenía permitido usarla sin el permiso expreso del Ministerio. Era más que extraño que María sintiera la presencia de Magia Oscura aquí, así que podía creer que pudo haber sido solo su imaginación.

Pero la expresión de Lahna cambió completamente cuando escuchó esto.

—¿Dónde lo viste, María? Una aproximación está bien.

—Ah… no. Era solo mi imaginación.

—Sea lo que sea, quiero saber. Dímelo. —La voz de Lahna tomó un tono severo, realmente intimidante, si soy honesta.

—Fue… la persona que nos pasó justo ahora —respondió con cierto tartamudeo. —No pude verlo claramente… Tenía una capucha negra. No pude ver su cara. Pasó junto a nosotros y en esa dirección…

—¿Qué tan intensa era? La presencia de las Artes Oscuras.

—Esto… Era como una tenue niebla alrededor de su cuerpo. No estaba fuertemente vinculado a él… pero sentí un miedo que… nunca había sentido hasta ahora… —terminó de decir, con el rostro pálido.

Una leve sonrisa volvió a la cara de Lahna.

—Gracias por decirnos, María —dijo, antes de guiarnos rápidamente hacia la posada en la que nos detuvimos hoy. Honestamente, no tenía idea de lo que estaba pasando. Pero la expresión estricta de Lahna hacía sentir que no había espacio para la negociación. Nuestro grupo se dirigió silenciosamente hacia la posada en cuestión.

♦ ♦ ♦

La posada en la que nos detuvimos hoy fue altamente recomendada por Sora. Lahna también la había investigado y descubrió que era el lugar más seguro que podía ofrecer esta ciudad.

Aunque todos querían una explicación de la reacción anterior de Lahna, ella se fue de inmediato tan pronto como nos registramos, diciendo que tenía asuntos que atender.

No estaba segura de qué más hacer. Todos nos fuimos a nuestras habitaciones por la noche. Como antes, nuestro grupo se dividió en dos cuartos: uno para las damas y otro para los hombres. Lahna se había llevado el oso con ella cuando se fue, así que María y yo nos encontramos sentadas en una mesa en la habitación, solas.

Hasta ahora, habíamos estado hablando con entusiasmo sobre las nuevas imágenes y sonidos que nos encontramos cada día. Teníamos mucho de qué hablar normalmente, pero ahora el ambiente era diferente. Pocas palabras se intercambiaron entre nosotros mientras bebíamos nuestro té. Incluso las deliciosas golosinas frente a nosotras, que aparentemente eran la especialidad de Noir, quedaron casi intactas. Normalmente, habría comido casi todo, pero por alguna razón no podía servirme ahora.

María, en particular, no parecía sentirse bien. No tocó los dulces para nada. Intenté que comiera algo, pero todo lo que dijo fue que tal vez más tarde.

—¿María? ¿Estás bien? —pregunté eventualmente. El color no había regresado a su cara, incluso después de todo este tiempo.

—Sí… Estoy bien —respondió con voz débil y temblorosa que sugería que era todo lo contrario. Tal vez todavía estaba en shock al sentir la presencia de la Magia Oscura. Incluso yo no pude evitar sentir una sensación opresiva de miedo al escuchar esa frase.

Me sentí aterrorizada cuando me enteré del concepto de Magia Oscura. Y, sin embargo, me la encontré no una, sino dos veces desde entonces. Supuestamente era un gran secreto nacional, según Rafael y Jared. También recordé que alguien que era fuerte en la magia y que ganaba el poder de la Magia Oscura podría fácilmente aplastar el corazón de alguien. Era realmente una cosa aterradora.

María parecía muy conmocionada. El color de su cara era anormalmente pálido. Después de todo, también había experimentado la Magia Oscura dos veces, y lo había visto en ambas ocasiones. Dado que solo podía ser percibido por los Portadores de la Luz, no tenía idea de cómo se veía. Era posible que se viera horrible.

Aun así, nunca antes había visto a María tan aterrorizada.

¿Me pregunto qué pasó? ¿Qué vio ella?

—María, ¿por qué tienes tanto miedo? ¿Realmente viste algo tan aterrador? —pregunté, decidiendo ser franca al respecto. María dudó unos instantes, sin contestar. —¿No es mejor hablar sobre lo que te está asustando? Puede que te sientas un poco mejor.

—Tal vez tienes razón —respondió, tratando de sonreír. Comenzó a describir su experiencia, temblando. —¿Cómo debo poner esto…? Era diferente. Diferente a la Magia Oscura que he visto hasta ahora. Fue asqueroso, anormal, horroroso, aterrador… No puedo sacármelo de la cabeza.

Realmente debe haber sido horrible. No podía soportar verla sentada allí sintiéndose así. Antes de darme cuenta me había acercado y la estaba abrazando con fuerza.

Los ojos de María se abrieron con sorpresa.

—Será más fácil calmarse así, ¿verdad? —dije, dándole mi más cálida sonrisa.

—Sí, señorita Katarina —susurró tímidamente.

Cuando éramos niños, Keith a menudo corría en su sueño, con su cara pálida por las pesadillas. Siempre lo sostenía así, y pronto el color volvía a su cara. Después de eso, tomaba su mano cuando nos íbamos a dormir juntos.

Por supuesto, dejé de hacer eso a medida que crecíamos, pero aún recordaba esos momentos como si fueran ayer. Como era la más joven de mi familia en mi vida anterior, estaba muy feliz de que mi hermano pequeño confiara en mí de esa manera. Me hizo sentir como una verdadera hermana mayor. Por supuesto, entonces Keith se volvió bueno en todo y perfectamente capaz de cuidarse solo poco después de eso…

Había Magia Oscura en esta ciudad. No cualquier Magia oscura, sino poderes lo suficientemente fuertes como para aterrorizar a María. Alguien en esta ciudad era capaz de eso. Y luego… existía la posibilidad de que Keith estuviera aún más lejos.

Mientras sostenía a la temerosa y aterrorizada María, los recuerdos de mi hermano llorando cuando un niño flotaba en mi mente.

Oye, Keith… Estás bien, ¿verdad? No estás… llorando en algún lugar, ¿verdad?

13 respuestas a “Katarina – Volumen 4 – Capítulo 2: Donde nos lleva el viaje (7)”

  1. siento que la densidad de katarina no es para hacernos reir solamente por que esto tiene un poco de comedia pero siento que el autor lo fuerza para que el harem se desarrolle o quede intacto (solo es una teoria) pero me esta gustando que se empiece a preocupar por keith y que no piense que se fue por voluntad propia…

  2. Al menos por la narración de Katarina puedo sentir que poco a poco esta poniendo los pies en la tierra, supongo que todos debemos de madurar en algún momento.
    No me decepciones Bakarina, no otra bes >:”c

  3. No se porque mi comentario se publicó en respuesta a otro y no se borrarlo…
    Pero bueno que estoy muy preocupada por Keith, eso

  4. muchas gracias por el trabajo duro… ojala puedan continuar,
    (por cierto seria re entretenido poder poner imagenes junto con los comentarios)
    de nuevo gracias

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