Katarina – Volumen 7 – Capítulo 5: El pacto (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


Al día siguiente, todo el “grupo de búsqueda del pacto” se reunió en la sala de conferencias. Incluso Lahna, quien había estado desaparecida por un tiempo, finalmente se presentó en el Ministerio y fue arrastrada por Cyrus. Él la puso al corriente de la biblioteca prohibida, ya que ella no estuvo aquí para escuchar el día anterior.

—¿Uno de los mitos del Ministerio? Esa podría ser una pista interesante —dijo después de escuchar la explicación de Cyrus.

—¿Conoce ese tipo de cosas? —le pregunté.

—Bueno, no tanto como la señorita Alice, pero sé de un par de ellas. Por ejemplo, hay uno sobre los gritos que puedes escuchar en medio del…

—Por favor, hemos escuchado más que suficiente sobre eso —la interrumpí de inmediato. Después de lo que había sucedido el día anterior, cualquier mención de los mitos de miedo que rodeaban al Ministerio me daba escalofríos.

—Todo el mundo sabe lo obsesionada que está la señorita Alice con ese tipo de cosas. Ella es rara, ¿no es así? —dijo Lahna, sonriendo con ironía.

—Si. Nos contó un montón de historias aterradoras —dije con una expresión de dolor.

Con eso, Lahna comenzó a contarnos más sobre Alice. Resultó que era conocida en todo el Ministerio por estar obsesionada con historias extrañas y aterradoras, como los mitos del Ministerio. Es más, no conocía mayor felicidad que volver a contar estos cuentos a otras personas. En una palabra, ella era rara.

Si tan solo hubiera sabido de eso, podría haber evitado tener que sentarme a escuchar sus historias…

—No te castigues; todos los recién llegados caen en eso la primera vez —dijo al notar la tristeza en mi rostro en un intento indirecto por consolarme. Luego, la conversación finalmente se alejó de Alice cuando ella comentó—: De todos modos, esta es la primera vez que escucho sobre la biblioteca prohibida.

—Parece que, en su mayor parte, solo las personas en el Departamento de Biblioteca lo saben, y generalmente lo consideran un rumor infundado —dijo Cyrus.

—Por supuesto que no les importan los mitos y las fábulas… La mayoría de las personas en ese departamento son realistas puros —comentó Lahna, y recordé a la bibliotecaria que se había reído de la idea de la biblioteca prohibida. Ella había sido la que lo mencionó y, sin embargo, rápidamente lo descartó como nada más que un rumor.

—Sin embargo —dijo Cyrus—, parece que el director del Departamento de la Biblioteca intenta evitar preguntas al respecto, por lo que es posible que haya algo más que encontrar allí.

Las pupilas de Lahna se ensancharon un poco.

—¿Esperas que crea que Daurand, ese remilgado cobarde, sabe algo sobre mitos? Por favor.

Parecía que Daurand era el nombre del director del Departamento de Biblioteca.

—Eso definitivamente sería diferente a él —respondió Cyrus—, pero pensé que aún valdría la pena el esfuerzo, así que seguí adelante y lo contacté. Dijo que hoy estaría libre por la tarde.

Cyrus realmente trabajaba rápido.

—Realmente trabajas rápido, eh —dijo Lahna, aparentemente pensando lo mismo que yo—. Si ese es el caso, vamos a encontrarnos con él más tarde hoy, —continuó.

—¿Qué? ¿Planeas venir también? —preguntó Cyrus, confundido y claramente decepcionado.

—Por supuesto. Eres un tipo talentoso, Cyrus Lanchester, pero soy mejor para obtener información de la gente —dijo Lahna, ignorando el claro disgusto de Cyrus.

—Bien… —dijo, refrenando a sí mismo de decir algo más con lo que parecía un esfuerzo considerable.

—Bien. Entonces tú, yo y Katarina iremos —dijo mientras asentía.

—Espera, ¿por qué debería ir? —pregunté. Seguramente Cyrus y Lahna serían suficientes por sí mismos.

—El hecho de que seas la hija del duque Claes es conocido en todo el Ministerio. Podemos aprovechar la influencia de tu rango para presionar a Daurand para que hable. No te preocupes, no tendrás que hacer nada. Puedes sentarte ahí y escuchar.

—¿Acabas de decir “presionarlo para que hable”? —pregunté, sintiéndome como si acabara de escuchar algo bastante turbio.

—Si no quiere hablar de eso, tenemos que obligarlo de alguna manera, ¿verdad? Entonces, o necesitamos algo de información para ofrecerle a cambio, alguna debilidad suya con la que chantajearlo, o influencia para coaccionarlo —dijo, sonando como una villana mucho mejor de lo que yo podría aspirar a ser.

Para mi consternación, ya que quería volver a entregar paquetes lo antes posible, se decidió que seguiríamos mirando los libros hasta la tarde.

Después de varias horas de trabajo, como era de esperar, infructuosas, llegó el momento de reunirse con el director del Departamento de Biblioteca, y Cyrus y Lahna me hicieron seguirlos a una oficina donde el director ya nos estaba esperando.

Lo miré, con su corte de pelo profesional, anteojos de montura negra, físico escuálido y comportamiento en general tenso, y sentí que la evaluación de Lahna de él como un “cobarde remilgado” era bastante acertada.

—Gracias por invitarnos —dijo Cyrus.

—No me importa en absoluto —respondió Daurand, con una expresión en su rostro que decía que sí le importaba, y mucho más.

Después de Cyrus y Lahna, fue mi turno de saludarlo y presentarme, momento en el que Daurand se mostró visiblemente conmocionado. Lahna ya me había dicho que provenía de la familia de un vizconde no particularmente rico, lo que hacía que el título de duque fuera aún más impresionante. Ya había conocido a varios directores de departamento peculiares en el Ministerio, pero ninguno como él.

Lahna, peculiar director de departamento extraordinario, comenzó a hablar con Daurand, cuyo rostro se había vuelto aún más tenso.

—Queremos saber sobre la biblioteca prohibida —dijo sin piedad.

—Sí, escuché mucho de Lanchester. Me pregunto por qué te tomaste la molestia de preguntarme sobre un rumor tan tonto —dijo, intentando sin lograrlo de indiferente.

—Estamos en una misión especial directamente de los superiores. Entonces, ¿dónde está la biblioteca prohibida? —preguntó Lahna, hablando como si supiera que lo que estaba buscando realmente existía.

Me sorprendió su audacia, pero me quedé allí sentada en silencio según las instrucciones, esperando la respuesta del director.

—Lahna… no existe tal biblioteca. Es solo un cuento de hadas —dijo después de una breve pausa, visiblemente preocupado—. Como la mayoría de los mitos del Ministerio. Estás perdiendo tu tiempo.

—Ese no es el caso —dijo con total naturalidad.

—¡¿Eh?! —dijimos al unísono Daurand y yo. Cyrus permaneció en silencio, pero también pareció sorprendido.

—No hay humo sin fuego —dijo, sonando complacida por nuestra sorpresa—. Incluso los mitos tienen una base en la realidad. Tome los gritos nocturnos como ejemplo. Los empleados cansados, obligados a lidiar con el trabajo acumulado sin pausa día y noche, gritan su angustia en los pasillos. Esa es la verdad en la que se basa el mito.

Esa era una de las historias que Alice nos había contado el día anterior y, aunque me sorprendió saber que era real, me alegró saber que los gritos no pertenecían a fantasmas ni nada parecido.

—Y eso se aplica a la mayoría de las otras historias en el Ministerio —dijo, mirando directamente a los ojos de Daurand—. Entonces, ¿dónde está la biblioteca?

—Lo siento, pero no sé nada al respecto —dijo, evitando su mirada.

—Es una pena. En ese caso, dennos permiso para registrar la biblioteca en un día en que no esté abierta al público —continuó.

—E-Eso es… —dijo, buscando las palabras, y Lahna sonrió.

—¿Cuál es el problema? Solo vamos a husmear un poco, especialmente debajo del piso de la biblioteca —dijo, haciendo que los ojos de Daurand se crisparan de preocupación—. ¿Es algo inconveniente? —preguntó con una sonrisa aún más grande.

Después de permanecer en silencio por un tiempo, el director del Departamento de Biblioteca suspiró.

—¿Cuánto sabes? —preguntó.

—Solo tanto como te acabo de decir. Podríamos abrir la entrada, pero probablemente sería mejor para todos si la abrieran para nosotros.

—Su red de información es realmente impresionante —dijo, suspirando de nuevo—. Bien. Te llevaré a la biblioteca prohibida.

—Muy bien. Parece que ni siquiera necesitaré decirle a tu esposa que almorzaste en secreto con una bibliotecaria joven y bonita —dijo Lahna, haciendo que el rostro de Daurand se pusiera aun más pálido de lo que ya estaba. En un movimiento de villano perfecto, también había planeado chantajearlo si era necesario.

Al final, obtuvimos el poder de ingresar a la biblioteca prohibida sin que yo ni Cyrus tuviéramos que hacer nada. Tenía la sensación de que con esto estábamos un paso más cerca de conseguir el pacto.

Daurand nos dijo que los otros bibliotecarios no sabían sobre la biblioteca prohibida, por lo que nos mostraría la entrada después de que todos hubieran terminado su trabajo del día.

—Señorita Lahna, ¿cómo supo que la biblioteca prohibida estaba bajo tierra? —pregunté mientras caminábamos de regreso a la sala de reuniones.

—¿Saber? ¿Cómo iba a saber eso? Solo hice una suposición.

—¡¿Qué?! —grité, sorprendida por su respuesta. Cyrus también se había congelado en su lugar.

—Miré los planos de planta de la biblioteca y coincidían con las dimensiones reales. Recuerda que el Ministerio está lleno de gente inteligente: si los planos no estuvieran bien, alguien se daría cuenta. Pensé que podría haber permanecido razonablemente escondido todo el tiempo si hubiera estado bajo tierra, así que simplemente fanfarroneé y fingí que lo sabía todo el tiempo. Fue engañado tan fácilmente que ni siquiera necesité usar ninguna de mis otras estrategias para que hablara. Qué desperdicio —dijo, decepcionada.

Lahna no se tomaba muy en serio su trabajo y sus subordinados, especialmente Rafael, la regañaban a menudo. Pero escuchándola ahora, pensé que tal vez tenía más talento de lo que dejaba ver.

También recordé que uno de mis colegas de departamento me había dicho que “Lahna es fácil con sus aliados, pero despiadada con sus enemigos”. Daurand no era exactamente un enemigo, pero todavía me sentía mal por él.

Seguimos organizando toda la información a nuestra disposición hasta que terminó la jornada laboral, y luego los seis nos dirigimos a la biblioteca.

No era necesario que todos fuéramos allí, pero, tal vez porque la biblioteca prohibida era demasiado interesante como para dejar pasar la oportunidad de verla (yo, por mi parte, estaba muy emocionada por eso), nadie se ofreció a esperar en el espacio de reunión a que los demás regresen.

Daurand estaba solo, con aspecto sombrío, esperándonos.

—¡Pensé que solo los dos directores entrarían! —dijo, sonando horrorizado. Obviamente, no esperaba que aparecieran seis personas.

—¿Es eso un problema? —preguntó Lahna, y se sintió intimidado de inmediato.

—Bueno, es una habitación pequeña, así que…

—Entraremos uno por uno.

—Pero hay mucho polvo, por lo que no es ideal que los niños o las niñas vayan allí… —dijo, mirando a Maria y Dewey.

—No nos importaría —dijeron los dos en sincronía, Maria luciendo feroz y Dewey luciendo ofendido.

También me ofendió el hecho de que no recibí ni siquiera una mirada cuando se mencionaron “chicas”, pero Sora me dio una palmada en el hombro y me dijo que no pensara demasiado en eso.

—Ya veo —dijo Daurand con un suspiro de derrota—. Vengan, entonces.

Lo seguimos hasta el rincón de los libros antiguos, y luego se puso detrás de una estantería, probablemente para presionar algún tipo de interruptor. Escuchamos un clic y, después de un momento, la estantería comenzó a moverse lenta y ruidosamente.

Después de casi un minuto, el movimiento se detuvo y se nos reveló una escalera que conducía al subterráneo.

Seguro que hay muchas habitaciones ocultas en este mundo. Me pregunto si estará de moda o algo así. En esa mansión a la que entramos cuando todavía estaba en la academia, encontramos lo que estábamos buscando después de descubrir la habitación escondida, así que estoy segura de que esta vez también sucederá lo mismo. ¡Pacto, aquí vamos!

—Por aquí —dijo Daurand, bajando por la escalera, y lo seguimos.

Me pregunté por qué nos dejaba entrar a todos a la vez a pesar de decir que la habitación era pequeña, pero una vez que estuvimos dentro, me di cuenta de que en realidad había mucho espacio.

La habitación era grande y estaba cubierta de estantes llenos de libros. Era tan grande como la biblioteca que teníamos en la ciudad en la que solía de vivir antes de reencarnar, aunque sólo era un cuarto con varios libros.

También pensé que debía haber algo de magia en el lugar, porque, a pesar de estar bajo tierra, estaba ordenado y bien iluminado. Era increíble que un lugar así pudiera esconderse debajo de la biblioteca sin que nadie se diera cuenta.

—Esto es increíble —dijo María, incapaz de contener su asombro.

—La llaman la biblioteca prohibida, pero como puede ver, es una colección de libros perfectamente normal. Ahora que todos lo han visto, podemos volver —dijo Daurand mientras todavía estábamos mirando la habitación que nos rodeaba.

¿Qué? ¡Acabamos de llegar y todavía no hemos tenido tiempo de buscar el pacto!, pensé, y Lahna dio voz a mis quejas.

—No, todavía tenemos que buscarlo. Vinimos aquí para buscar un libro y no podemos irnos hasta que sepamos si está o no aquí —dijo.

—¿Y qué libro sería ese? —preguntó Daurand, con una expresión molesta en su rostro.

—No puedo contarte los detalles, pero es un libro sobre magia perdida —respondió ella, y él suspiró una vez más.

—¡Podrías haberme dicho eso antes! No hay ningún libro sobre magia perdida aquí. Será mejor que busquen en otro lugar.

—Espera —dijo Lahna. Ahora era ella la que tenía una expresión preocupada, por una vez—. ¿Quieres decir que conoces el contenido de todos los libros guardados aquí?

—No los he leído todos, pero al menos sé qué tipo de libros son. Así que puedo decirte que el libro sobre magia perdida que estás buscando no está aquí.

—Pero no sabemos mucho sobre el libro que estamos buscando. Por favor, permítanos verificar, aunque sea un poco —dijo María con una mirada decidida en sus ojos.

Cuando le preguntó una hermosa joven, Daurand no pudo simplemente rechazarla con tanta frialdad como lo había hecho con Lahna.

—Bueno, pero… —dijo, sonrojándose y murmurando. Mientras todavía estaba dando una respuesta apropiada, nuestra fiel Lahna ya había caminado hacia los estantes y ahora estaba hojeando las páginas de un libro.

—Oh, mira esto… —se dijo a sí misma, sonando interesada.

Daurand, al escuchar eso, corrió hacia ella y le arrebató el libro de las manos.

—L-Lo has visto, ¿verdad? Todos los libros de aquí son del mismo tipo que este. Así que ahora sabes que el libro que estás buscando no está aquí —dijo, sonando extremadamente nervioso y con el rostro peligrosamente rojo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Cyrus.

Lahna, sonriendo, tomó otro libro y se lo entregó, diciéndole que echara un vistazo.

Tan pronto como abrió el libro, Cyrus se sonrojó.

—¡Daurand, explica esto! ¡¿Por qué se guardan libros como este dentro de la biblioteca sagrada del Ministerio?! —preguntó con el libro todavía en la mano.

—¡Es por eso que los mantengo escondidos aquí! —respondió Daurand, tirándose de su propio cabello.

—Ya veo… pero ¿por qué los guardas en primer lugar? Y no querrás decirme que todos estos libros son como este, ¿verdad?

—Lo son —respondió, haciendo una mueca—. Hasta el último de ellos.

—Es increíble… ¿Pero por qué? ¿Quién haría esto?

—Generaciones de directores de bibliotecas los han ido recopilando, poco a poco, como artefactos culturales.

—Hay algo mal con el Departamento de Biblioteca…

—¡Yo mismo me sorprendí al principio! El director anterior me trajo aquí y me mostró estos libros, diciendo que se habían pasado de un director a otro. ¿Qué puedo hacer?

Cyrus y Daurand estaban hablando con fervor, pero yo todavía no tenía idea de lo que estaba pasando. Miré a Lahna en busca de una explicación.

—Lo único que nos dicen estos libros es qué fetiches tenían los antiguos directores de bibliotecas. Estos son libros eróticos —dijo casualmente.

—Lahna, por favor, ¿no podrías elegir mejor tus palabras? —preguntó Daurand, quien rechinaba los dientes.

—¿Libros eróticos? ¡¿Todos ellos?! —solté en voz alta con sorpresa.

—Eso no es algo que una dama noble deba decir en voz alta —comentó Sora, pero ¿cómo podría evitarlo? ¿Quién no se sorprendería de que esta enorme habitación estuviera completamente llena de libros eróticos? Lahna se rió de mi sorpresa.

—Al menos eso es lo que dice Daurand, y todos los que he visto hasta ahora entran en esa categoría. Algunos de ellos solo con texto, algunos con ilustraciones, algunos sobre aventuras amorosas, algunos sobre robar amantes, y oh… Este es sobre dos hombres —dijo después de mirar uno de los libros cerca de ella.

¡¿Incluso hay libros de amor entre chicos?! Sophia estaría encantada. Últimamente, se ha estado aburriendo con el romance normal y ha comenzado a interesarse en ese género.

Estaba escuchando a Lahna con sumo interés, pero Cyrus, tan estricto como siempre, la regañó.

—¡Lahna, ten cuidado con lo que dices con las mujeres! Un lugar tan lleno de materiales despreciables seguramente será malo para el cuerpo y el espíritu. Maria, Katarina, salgan de aquí.

No vi cómo podría ser malo para el cuerpo, pero sonaba muy serio.

Había leído muchas novelas románticas en mi tiempo, pero nada que fuera directamente erótico. Dewey, considerando su edad y crianza, probablemente tampoco lo había hecho. Sora, nuestro colega mayor más respetable, probablemente tuvo experiencia de primera mano y no ficticia con ese tipo de cosas. Pero en cuanto a María, no me sorprendería que ni siquiera supiera de la existencia de libros como estos. Con todo, probablemente era mejor que nos fuéramos.

—¡Pero el pacto podría ocultarse entre estos otros libros! —dijo ella, negándose a ir.

Fue un comentario inesperado de la fuente más inesperada.

—Pero María, los libros aquí no son apropiados para ti… —dijo Cyrus, luciendo preocupado mientras trataba de convencerla, pero parecía que no iba a ceder pronto.

Si Sora hubiera dicho lo mismo, habría pensado que solo quería mirar los libros traviesos, pero era obvio que María no tenía ese motivo oculto. Tenía muchas ganas de encontrar el pacto.

Cuando escuché por primera vez sobre la biblioteca prohibida, tuve la extraña e inexplicable sensación de que el pacto estaría oculto aquí. Quizás María había sentido algo similar, razón por la cual estaba tan concentrada en buscar el lugar antes de darse por vencida.

Uno pensaría que un lugar llamado “biblioteca prohibida” albergaría valiosos libros de magia antigua o tomos llenos de hechizos peligrosos, pero… ¿libros eróticos? Pude ver por qué querrían esconderlos, pero ¿por qué tomarse la molestia de construir esta habitación subterránea? ¿Nació la idea de los mismos instintos que obligaron a los niños a esconder revistas para adultos debajo de sus camas?

Y de todos modos, ¿por qué este lugar era tan grande? No podía creer que hubieran construido esta habitación específicamente para libros eróticos. Quiero decir, si realmente lo hubieran hecho, sería impresionante por derecho propio.

—¿Cuándo se construyó este lugar? Dudo que se concibiera como una biblioteca erótica para empezar —preguntó Lahna, quien había estado pensando en algo similar.

—Me temo que fue construido específicamente como una biblioteca erótica, junto a la biblioteca principal. La esposa del primer director de la biblioteca era una mujer muy celosa, que no perdonaría a su marido si se quedara con un solo libro erótico. Ella le dijo que tirara todo lo que había reunido antes del matrimonio, pero él solo fingió hacerlo y los escondió dentro de su mansión. Sin embargo, finalmente los encontró, y el director, quien no tenía mejor lugar para esconderlos, hizo que añadieran esta sala a la biblioteca, que entonces estaba en construcción. Esto es lo que me han dicho —explicó Daurand con lentitud, como si estuviera narrando un cuento épico, probablemente sin darse cuenta del hecho de que él mismo lo acababa de llamar una “biblioteca erótica”.

—Eso es increíble —dijo Lahna, estupefacta—. ¿Pero esto significa que todos los libros aquí eran suyos? Sería una cantidad ridícula para una sola persona, y algunos de ellos son más recientes que otros.

—Algunos lo son, pero varios de los hombres que lo sucedieron agregaron los suyos para que sus esposas no los encontraran. Algunos directores incluso agregaron a la colección después de retirarse, por eso hay tantos —explicó, luciendo extremadamente cansado. Esta gran colección erótica debió venir con una gran responsabilidad.

—Eso lo explica, pero también significaría que los libros se siguen acumulando.

—En efecto. Es por eso que de vez en cuando tiro los que se han vuelto demasiado viejos o gastados. Los mezclo con otra basura del Ministerio para que nadie se entere.

Tener que hacer eso y al mismo tiempo asegurarse de que nadie vea estos libros debe haber sido una tarea tediosa… ¿Hm? No puedo señalarlo, pero algo sonó justo ahora.

—Eso debe ser difícil —dijo Lahna, simpatizando con Daurand mientras dejaba escapar un profundo suspiro.

—Lo es. Es un deber muy problemático —dijo. Luego, mirándonos a todos, continuó: —Así que, por favor, todos mantengan esto en secreto. Si esos estrictos colegas míos supieran que estoy cuidando este lugar, todos comenzarían a despreciarme. Y mi esposa, aunque encantadora, no soporta este tipo de cosas. Incluso podría divorciarse de mí si me descubre entrando y saliendo de un lugar como este. Por favor, no se lo cuenten a nadie.

Se veía tan intenso en su súplica que todos asentimos con gravedad.

—Gracias —dijo con lágrimas en los ojos.

Y así, como el director insistió en que solo había libros eróticos en la biblioteca, y como Lahna, Cyrus y Sora comprobaron por sí mismos y encontraron lo mismo, todos volvimos arriba.

Había estado segura de que encontraríamos el pacto en la biblioteca subterránea, pero ahora estábamos de vuelta al punto de partida. También habíamos revisado la mayoría de los libros antiguos en la biblioteca, lo que me hizo pensar que tal vez el pacto no estaba en el Ministerio en absoluto. Lo cual era extraño, considerando que esta era, sin duda, la biblioteca más grande del reino…

Espera un segundo… ¿Qué era esa cosa que sonaba tan mal antes?

—¿No hay ningún lugar en el Ministerio, además de la biblioteca, donde se guardan los libros antiguos? —le preguntó María a Daurand mientras yo todavía pensaba.

—Lo siento, pero no lo hay, al menos no que yo sepa.

Eso era inevitable. Si no estuviera entre los otros libros antiguos, no podría estar en ningún otro lugar. Anteriormente, también había dicho que los viejos libros eróticos estaban siendo tirados, así que… ¡Espera! ¡Por supuesto!

—¡Señor Daurand! Dijiste que tiras esos libros eróticos cuando son demasiado viejos y ya no se pueden leer, pero ¿eso también se aplica a los otros libros de la biblioteca? —le pregunté con tanto entusiasmo que se sorprendió.

—Sí. Vemos si pueden repararse, y si no pueden y se juzga que no tienen un valor particular, nos deshacemos de ellos.

Esto significaba que incluso si el pacto realmente hubiera estado aquí, ¡podría haber sido desechado porque estaba demasiado gastado! Eso no se me había ocurrido en absoluto hasta entonces.

—¿Y qué haces cuando los arrojas? ¿Los quemas? —pregunté, temiendo lo peor.

—En realidad no lo sé. Los tiramos, pero otras personas se encargan de eso a partir de ahí.

—¿Y quiénes son estas otras personas?

—El Laboratorio de Herramientas Mágicas —dijo, y me volví para mirar a Lahna, quien estaba sonriendo.

—Cuando sacamos los libros, no nos deshacemos de ellos de inmediato, por si acaso hay uno útil entre ellos. Excepto los que nos dieron hace mucho tiempo, todos deberían estar todavía en un almacén dentro del Ministerio.

¡Así que había otro lugar además de la biblioteca donde podíamos buscar libros! Miré a María, quien me miró y asintió.

—Señorita Lahna, ¡muéstrenos ese almacén! —dije.

—¡Sí, por favor! —repitió María.

—Como todo esto comenzó en un jardín que se mantiene ordenado por arte de magia, asumí que el libro también se mantendría en perfecto estado, así que ni siquiera consideré mirar los libros desechados. Sin embargo, podría valer la pena comprobarlo —musitó Lahna. Luego sonrió a la entusiasta María—. Te diría que esperes hasta mañana, pero parece que no puedes esperar más. Te mostraré el lugar, pero no puedes seguir buscando hasta altas horas de la noche —dijo, y luego nos guió hasta el almacén.

El pacto, al que casi había renunciado a encontrarlo, ahora parecía estar a mi alcance de nuevo, incluso si la posibilidad de encontrarlo realmente era todavía minúscula. En verdad esperaba que estuviera en algún lugar de ese almacén.

El gran depósito, utilizado para almacenar cosas que no necesitaban estar inmediatamente a mano, no estaba lejos de la oficina del Laboratorio de Herramientas Mágicas.

Lahna abrió la puerta y todos entramos. El lugar estaba un poco polvoriento porque la gente no iba a menudo; después de todo, nada de lo que la gente normalmente querría se guardaba aquí. Parecía enorme desde fuera, pero cuando entramos, vi que estaba tan lleno de cosas que en realidad tenía muy poco espacio libre.

—Hm, creo que los libros estaban aquí… —dijo Lahna, comenzando a caminar hacia adelante. Si ella no hubiera estado allí con nosotros, encontrar el lugar donde se guardaban los libros habría sido una hazaña por sí solo—. Oh, aquí están —dijo señalando un montón de libros.

Literalmente, ya que no estaban cuidadosamente apilados en los estantes como en la biblioteca, sino simplemente tirados en montones en el suelo. Había tantos que podrían llenar una pequeña biblioteca.

—Revisar esto no será fácil —me dije.

—Por supuesto —dijo Lahna, quien me había escuchado—. Están todos amontonados al azar, y debes mover todos los de arriba antes de que puedas ver los de abajo. Esto llevará un tiempo, así que comencemos después del fin de semana.

Teníamos los siguientes dos días libres, así que tenía sentido descansar y empezar a buscar el lunes. Asentí con Lahna cuando noté que María caminaba sola hacia los libros y luego se detenía frente a ellos.

—¿María?

Sacó algunos libros de una pila y luego tomó uno de ellos en sus manos. Esto fue tan repentino que todos la miramos confundidos.

—¿María? ¿Qué estás haciendo? —le pregunté.

—Finalmente lo encontré —dijo con una sonrisa.

—¿Lo encontraste? Posiblemente no puedas querer decir…

Me quedé mirando el libro que sostenía. Era viejo y polvoriento con una cubierta que había perdido casi todo su color original.

—Sí. Este es el pacto —dijo, sorprendiendo a todos.

¡¿Qué?! ¡¿El pacto?! ¡¿De verdad?! ¡¿Cómo puede siquiera saberlo?!

—María, ¿cómo puedes estar segura de que ese es el pacto? ¿Y por qué fue directamente a por eso en primer lugar?

Fue Lahna quien preguntó esto, pero todos los demás probablemente estaban pensando exactamente las mismas preguntas.

—No estoy segura de la razón, pero me di cuenta tan pronto como vi esa pila de libros. Este es el que estaba buscando —respondió, con una mirada tan intensa que nadie podía dudar de sus palabras. De todos modos, cualquiera que la conociera sabía que ella nunca miente.

—El protagonista de ese cuento de hadas pudo decir que había encontrado el pacto tan pronto como lo vio, pero ¿podría realmente funcionar algo así en la realidad? ¿Te importaría mostrarme ese libro? —preguntó Lahna. Tomó el libro de las manos de María y lo abrió—. Esto es… —dijo, mirando el contenido del libro.

¡¿Qué es?! ¿Es un libro sobre poderes mágicos increíbles e inigualables? 

Estaba inclinada hacia adelante, pendiente de cada palabra de Lahna.

—Un libro introductorio sobre magia básica.

—¡¿Qué?! ¿Pero por qué? —me encontré gritando. Todo el asunto ya no tenía sentido.

—¿Cómo se supone que voy a saber? Solo les digo lo que veo. Míralo tú misma —dijo Lahna, entregándome el libro, que estaba lleno de… escritura antigua, por supuesto.

—Lo siento, no puedo leer esto… —dije, rindiéndome de inmediato.

—Oh, claro —dijo Lahna, y luego explicó que describía magia muy básica que los estudiantes de la academia aprendían al comienzo de su primer año.

Como los demás podían leer el libro, a diferencia de mí, todos se turnaron para mirarlo y luego hacerle a María el mismo tipo de preguntas.

—¿Estás segura de que este es el pacto?

—Sí. Bastante.

—¿Pero por qué solo habla de magia básica?

—Eso podría ser a propósito, para que la gente no pueda decir de qué se trata realmente.

—No es de extrañar que quisieran tirarlo, ya que solo describe cosas básicas y está así de maltratado.

Una vez más, me sentí triste por quedar fuera de la conversación debido a mi ignorancia. Quizás debería volver a estudiar escritura antigua. Como, ahora mismo, pensé para mí misma, y tomé el libro superior de la pila más cercana a mí. Parecía tan gastado como el que había encontrado María, y dentro había toneladas de letras difíciles que no entendía.

Rápidamente me di cuenta de que ese tipo de estudio no era para mí; mirar un guión difícil me daba sueño. Deseé que Lahna construyera una herramienta mágica para traducir libros automáticamente.

—Bueno, parece que logramos nuestro objetivo aquí, así que vayamos a casa. Ya es bastante tarde —dijo Lahna, y solo entonces me di cuenta de lo tarde que se había vuelto—. Salgamos de este polvoriento almacén —agregó, y rápidamente la seguí, divertida por el hecho de que ella también pensaba que estaba polvoriento. Una vez salimos del almacén, listos para ir a casa, habló una vez más—. Tan pronto como termine el fin de semana, llevemos ese pacto al jardín.

—En realidad, me gustaría ir mañana. Puedo ir yo sola, si me das permiso —dijo María tímidamente.

—María, no sabemos casi nada acerca de esta magia perdida, y no podemos decir qué podría pasar. No podemos permitir que vayas sola —respondió Lahna, y María asintió con tristeza—. Entiendo que quieres probar esa magia lo antes posible. Si fuera yo, iría ahora mismo. Pero no pude meterme dentro de la roca yo sola.

—Lahna, ¿cuándo lo intentaste? —preguntó Cyrus, sospechoso.

—Tan pronto como me enteré del jardín. ¿Cómo podría resistirme a probar un tipo de magia tan rara como esa? Lamentablemente, no funcionó. A juzgar por lo que dijeron María y Katarina y lo que se escribió en ese cuento de hadas, creo que solo los usuarios de magia de luz pueden entrar en la roca.

Cyrus se puso una mano en la frente. El hecho de que Lahna hubiera intentado entrar en la dimensión secreta dentro de la roca no era realmente sorprendente.

—Entonces, como dije, entiendo por qué querrías probarlo lo antes posible. Mañana no tenemos trabajo, y estoy libre… Tan libre, de hecho, que puede dar un paseo por el Ministerio para matar el tiempo —dijo, sonriendo como una niña, y la cara de María instantáneamente se iluminó de felicidad.

—¡Gracias! —dijo con una reverencia.

¿De qué están hablando? Creo que me estoy perdiendo algo aquí, pensé, y miré a Sora, esperando una explicación.

—Lo que quiere decir es que no puede hacerlo oficialmente, pero puede ir con María para probar el pacto siempre y cuando lo mantengan en privado —susurró Sora, quien se dio cuenta de inmediato de lo que quería preguntarle.

Entonces, ¿María va a volver mañana a esa dimensión con la alianza?

—¡También estaré libre mañana! Por favor déjame ir —dije. Había estado ayudando a María en su búsqueda todo el tiempo, así que quería verla cuando obtuviera su nueva y asombrosa actualización de magia de luz.

—Lahna, si María y la señorita Katarina van, yo también iré, solo para estar seguro —dijo Cyrus, y pronto Dewey y Sora lo siguieron. Finalmente, se decidió que, al día siguiente, iríamos todos juntos al jardín mágico perdido.

Después de que decidimos una hora para encontrarnos, la jornada laboral finalmente terminó y me fui a casa.

♦ ♦ ♦

—Finalmente lo encontramos —me dije a mí misma mientras estiraba mi cuerpo cansada en mi cama—. Pero nunca pensé que estaría en uno de los almacenes del Laboratorio de Herramientas Mágicas.

Después de todos los problemas que habíamos pasado, estaba dentro de un lugar propiedad de mi departamento… Había estado justo delante de nuestras narices todo el tiempo.

Recordé lo que Jared había dicho hace unos días y me di cuenta de que tenía razón. Mi prometido era realmente increíble.

Me quité el uniforme y tiré mi bolso sobre el escritorio; si Anne estuviera allí, me habría regañado por no caminar hacia el escritorio y colocarlo suavemente, pero estaba sola, así que no importaba.

La bolsa aterrizó perfectamente donde quería, gracias a años de practicar el arte de lanzar serpientes de juguete. Desafortunadamente, la bolsa se abrió y todo su contenido se derramó.

Debería haber caminado hacia el escritorio como una buena chica, pensé mientras recogía mis cosas del suelo, y… Espera, ¿qué es esto?

Era el libro que había intentado leer en el almacén. Lahna nos había sacado a toda prisa del lugar, así que lo había metido en mi bolso sin pensarlo y terminé llevándolo a casa.

Ah, ¿por qué hice eso…?

Al menos era un libro del almacén, por lo que no parecía que nadie fuera a necesitarlo pronto. Podría simplemente ponerlo en mi bolso y traerlo de regreso al Ministerio al día siguiente.

Escuché un ligero golpe en la puerta, y cuando le pregunté quién era, escuché la voz de Keith.

—Oh, todavía no estás durmiendo. ¿Puedo hablar contigo un rato?

—Por supuesto. Entra —dije. Abrió un poco la puerta y asomó la cabeza hacia adentro, pero solo negó con la cabeza mientras parecía preocupado.

—No, no tan tarde en la noche. Veo que todavía no estás prestando atención a mis advertencias… no es que me sorprenda —dijo con tristeza—. Pero de todos modos, no tienes trabajo mañana. ¿Quieres salir juntos a algún lugar? —Mientras me preguntaba esto, todo rastro de tristeza en su rostro desapareció.

Lamentablemente, tenía que ir al Ministerio a pesar de que no tenía trabajo. Se lo expliqué y empezó a parecer un poco irritado.

—¿No se suponía que debías trabajar solo unos pocos días a la semana y solo unas pocas horas al día? A mi padre no parece importarle, pero creo que estás trabajando demasiado para una chica de tu linaje.

De hecho, al principio tenía la intención de unirme al Ministerio a tiempo parcial, pero como estaba teniendo problemas para aprender todo lo que tenía que hacer, me di cuenta de que necesitaba trabajar más horas si no quería quedarme atrás. Por eso había pedido trabajar tanto como los demás recién llegados.

—Probablemente tendría menos problemas trabajando sola que si fuera la esposa de alguien —dijo mi madre, concordando conmigo, por lo que ahora trabajaba a tiempo completo. Además, debido a la búsqueda del pacto, había vuelto a casa tarde durante los últimos días.

Miré a Keith y su rostro irritado, con las mejillas ligeramente hinchadas. Se veía más varonil que cuando nos conocimos, pero aún me recordaba a su yo joven e infantil.

Hermana mayor, el príncipe Jared estará aquí mañana. Vámonos antes que él llegue —me decía, hinchando las mejillas como lo hacía ahora.

Ahora que lo pensaba, últimamente no le había prestado ninguna atención a Keith. Estiré mi mano y la puse en su cabeza mientras él todavía estaba parado justo afuera de mi habitación. Antes podía acariciar su cabello rubio con tanta facilidad, pero ahora se había vuelto tan alto que me costó un poco de esfuerzo.

—Regresaré a casa temprano mañana, así que salgamos a jugar juntos cuando regrese —dije, pasando mi mano por su cabeza.

—Siempre eres tan… —murmuró, pero su voz era tan débil que no lo escuché.

—¿Qué? —pregunté, acercándome a él, pero él se alejó de mí.

—Gracias. Buenas noches —dijo, prácticamente huyendo y sin dejarme ninguna posibilidad de darle las buenas noches.

Mientras se alejaba, escuché que decía una especie de oración:

—¡Contención! ¡Contención! ¡Contención!

Me pregunto qué se supone que significa eso.

También fue entonces cuando recordé que Jared me había invitado a comer dulces en mi próximo día libre, y que tendría que contárselo a Keith. Pero tan pronto como se fue, inmediatamente me sentí cansada y partí hacia el maravilloso mundo de los sueños, olvidándome de él.

8 respuestas a “Katarina – Volumen 7 – Capítulo 5: El pacto (2)”

  1. Ahh… al fin regreso desde el año pasado 😪😅 los extrañé ;-;
    Jajajajaja que estafa la biblioteca era prohibida en efecto…. prohibida para menores de 18 Xd
    Muchas gracias por los caps

  2. Se calló el family friendly señoras y señores, todos vengan a la biblioteca prohibida a guardar sus más oscuros secretos jajajajaja de todas las cosas que me imaginé que podrían pasar en el capitulo lo unico que nunca esperé fue que la biblioteca prohibida estuviera llena de literatura erotica de los directores de biblioteca XD; aunque siendo sinceros tanto Jared y un poco Sora le estaban tirando piedras al family friendly desde finales del volumen 3. Lo más chistoso es que a María no le importó y ya se iba a poner a leer.
    También pude notar que Katarina demostró buenas habilidades deductivas durante el capitulo, podrá tener cero conocimiento de letra antigua pero a ratos nos sorprende lo que ella sabe y hace.
    Contención! Contención! Contención!
    Pobre Keith

  3. Wow, este capítulo estuvo muy interesante, gracias por compartírnoslo, uno puede ver que ese libro va a atener algo que ver con la magia oscura, y también me dio una teoría interesante para pensar…
    Y es que si katarina siempre tuvo afinidad a la magia oscura desde el inicio, eso explicaría o le daría más sentido (un poco) al por que los animales siempre la atacan, también el como logro despertar de la magia oscura de suelo de Rafael (parece más lógico que lo de el poder de la amistad), el como el cachibache potenció (tal vez) su afinidad con ese elemento y pudo liberar y tocar la magia oscura que aprisionaba a Keith y “robar” el familiar oscuro (pocho) que la otra maga había echo con Keith.
    Bueno solo queda ver que más pasa para ver más adelante que tan mal estaba.
    Psd. Disfruto hacer teorías (ya tengan sentido o no)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido