Katarina – Volumen 8 – Capítulo 2: El seminario (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


Por la mañana, tan pronto como Anne me despertó, fui a buscar a Keith para agradecerle y disculparme con él.

Pensé que estaba enojado conmigo por hacer algo poco femenino, y probablemente tenía razón, porque me dijo que no dejara que la gente entrara a mi habitación cuando estaba en camisón.

Dijo que se iba a trabajar, pero al notar las ojeras bajo sus ojos, me preocupé y le sugerí que descansara un rato, porque se veía cansado.

—Esto no tiene nada que ver con estar cansado. En todo caso, ahora mismo, quiero trabajar para aclarar mi mente —dijo, y yo me quedé sola y confundida mientras otro largo día de estudio estaba a punto de comenzar.

—Y así nació la asamblea de estos cinco países. Con esto concluye nuestra lección de la mañana —dijo el instructor, y me regocijé mientras me estiraba, ya exhausta.

Finalmente.

Almorzamos en el mismo salón donde habíamos cenado el día anterior y, después de comer con todos, fui al baño para después salir a dar un pequeño paseo, solo para un pequeño cambio de ritmo.

Debido a que la asamblea estaba a la vuelta de la esquina, el castillo estaba lleno de actividad, y todos los sirvientes iban y venían, luciendo ocupados.

Tiendo a olvidarme de eso, pero la asamblea realmente va a ser un gran acontecimiento…

Entre las instrucciones y órdenes que los criados se iban dando entre sí, pude escuchar débilmente algo como música.

Oh, lo escuché de nuevo… Viene de aquí, pensé, siguiendo el sonido.

Llegué a una especie de plaza interior, decorada como si fuera a ser utilizada durante la Asamblea, y encontré la fuente de la música: un gran piano.

El hombre detrás de esa hermosa actuación no era otro más que Alan.

Había pasado un tiempo desde la última vez que lo escuché tocar, y me dejé llevar por su música hasta que terminó la pieza.

—¡Otra! —grité y Alan, sorprendido, se fijó en mí.

—¿Qué? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías asistir al seminario?

—Estamos tomando nuestro descanso para almorzar en este momento, así que escuché tu música, la seguí y terminé aquí. ¿Por qué estás tocando en este lugar?

—Realmente haces lo que se quieres, ¿eh…? —comentó Alan, antes de responder a mi pregunta—: Estoy practicando aquí porque me pidieron que tocara durante la Asamblea.

—¡Eso es maravilloso! ¡Estoy segura de que tu música encantará a gente de todos los países!

—Ahora, eso es… ¿Quieres decir que te encantó?

—¡Si! Me encantó.

La actuación de Alan fue tan hermosa que incluso yo, quien no sabía casi nada de música, me encantó.

—Ya veo… Estaba pensando en tocar otra pieza de práctica. ¿Tienes alguna petición?

—¿Puedo hacer una solicitud?

—Bueno, alguien podría solicitar una pieza durante la actuación real. Tengo que entrenar para eso.

Alan se tomaba muy en serio la práctica. Es tan diligente…

—En ese caso… —dije, solicitando una pieza famosa que todos en el reino conocían.

—Siéntate —dijo Alan, señalando una silla detrás del piano, junto a una ventana, antes de comenzar a tocar.

Una vez más, me perdí en los hermosos sonidos que creó.

Esto es tan relajante… El cálido sol de la tarde se siente tan bien… Todavía estoy llena del almuerzo y la música es sublime… Tengo un poco… de sueño… Oh, la pieza se acabó.

—Una… más… —murmuré, y, medio dormida, escuché a Alan regañarme por quedarme dormida en la silla.

♦ ♦ ♦

Estaba ocupado practicando piano en preparación para la presentación de la Asamblea cuando Katarina Claes, la prometida de mi hermano, apareció de la nada.

Verla deambular por el castillo sin preocuparse ya me había sorprendido lo suficiente, pero no tanto como cuando se quedó dormida mientras me escuchaba tocar.

No solo era de mala educación porque ella misma había pedido esa pieza, sino que, como una dama noble, pensaría que debería tener cuidado de no dormir en un lugar como ese.

Cuando la llamé por su nombre, ya era demasiado tarde, ya estaba profundamente dormida.

Y, lo que es más, cuando me acerqué para intentar despertarla, ella apoyó la cabeza en mi hombro.

Estábamos uno frente al otro, y alguien que mirara desde lejos podría haber pensado que estábamos abrazados.

Sentí su aliento en mi piel, y tenía su delicada nuca frente a mis ojos… Mi corazón dio un vuelco.

Nunca le había dicho esto a nadie, pero en realidad estaba enamorado de Katarina. Y lo había estado durante mucho tiempo, pero no planeaba obstaculizar el compromiso de mi hermano. Estaba preparado para tener que dejar esos sentimientos a un lado eventualmente.

Estaba preparado, claro, pero esta situación era… problemática.

Siendo un joven sano, estar tan cerca de una chica era lo suficientemente excitante, pero que la persona en cuestión fuera la misma a la que he amado en secreto durante años, lo hizo mucho peor… Fue casi una tortura.

¡Deja de murmurar tan cerca de mi cara! ¡Deja de oler tan bien! ¡Deja de tener un cuello tan sexy! Esta chica… siempre está actuando como un animal salvaje, entonces, ¿por qué está siendo tan femenina ahora de todos los tiempos?

Lamentar mi dolor estaba bien, pero tenía que hacer algo, y rápido. Si alguien nos viera así, probablemente generaría algunas ideas extrañas y, lo que es más importante, no podría resistirme mucho más. Tanto mental como físicamente.

Decidí agarrarla por los hombros y empujarla hacia arriba.

Incluso ella debería despertar si hago eso.

Sin embargo, tan pronto como puse mis manos sobre sus hombros, comenzó a inclinarse hacia un lado y tuve que agarrarla antes de que se cayera.

—Uf, eso estuvo cerca —murmuré, antes de darme cuenta de que las cosas habían empeorado.

Había pasado de apoyar la cabeza en mi hombro a recostarse contra mi pecho mientras la abrazaba.

Ahora definitivamente estábamos demasiado cerca. Nuestros cuerpos enteros estaban empujados uno contra el otro.

Y estas cosas suaves que siento presionándome debajo de mi pecho deben ser… No, no pienses en eso. Deja de pensar en eso, me dije yo mismo, pero fue en vano. Era demasiado blanda y olía demasiado bien.

Estaba en buenos términos con Mary, mi prometida, pero nunca había intercambiado mucho contacto físico, excepto para acompañarla o bailar.

La sensación del cuerpo suave de Katarina entre mis brazos fue la primera vez para mí, y fue muy agradable.

Deseé que pudiéramos quedarnos así para siempre, o incluso que pudiera levantarla y llevarla a mi habitación.

Mis peligrosos pensamientos fueron interrumpidos por una voz familiar.

—¿Señorita Katarina? ¿Dónde estás? ¡La lección de la tarde comenzará pronto!

La voz, procedente de la distancia, pertenecía a Mary.

Senté a Katarina en su silla y abrí la puerta.

—Mary, ella está aquí —dije, y ella se fijó en mí—. Estaba practicando piano y se durmió. Estoy ocupado, así que cuídala. Nos vemos —le dije antes de huir inmediatamente.

Realmente estaba ocupado, pero todo lo que podía hacer en ese momento era ir a mi habitación, y tratar de calmarme y refrescarme. El recuerdo del cuerpo suave de Katarina entre mis brazos lo hacía insoportablemente difícil.

♦ ♦ ♦

Me quedé dormida mientras escuchaba a Alan tocar. Si no hubiera sido porque Mary me había despertado, me habría perdido las lecciones de la tarde.

Me di cuenta de lo grosera que había sido al dormir mientras él tocaba la pieza que había solicitado, y tomé nota mental de disculparme en la próxima oportunidad.

Sin embargo, mi corta siesta también me había recargado, y no tuve sueño mientras escuchaba la lección, lo que hizo que hoy fuera menos agotador que el día anterior. Bien está lo que bien acaba.

Después de rechazar su invitación e irme directamente a la cama el día anterior, lo compensé invitando a Mary y Sophia al baño compartido.

—¡Oh, eso suena maravilloso! —respondió Sophia, pero Mary parecía preocupada.

—Una invitación de la señorita Katarina… N-No estoy lista para esto…

—¿Vas a pasar, Mary? —le pregunté.

—En absoluto, iré —contestó rápidamente.

¡Hurra! ¡Me bañaré con mis amigas!

Regresé a mi habitación, le pedí a Anne que me ayudara a prepararme y luego me fui al baño.

No era como los baños que teníamos en Japón, donde todo el mundo podía entrar: solo se reservaba.

Había decidido ir ese mismo día, pero afortunadamente alguien canceló en el último segundo, así que pudimos conseguir una reserva. Escuché que a muchas mujeres les gusta reservar todo para ellas.

Estaba tan emocionada que terminé llegando temprano, y ni Mary ni Sophia estaban allí todavía. Decidí echar un vistazo al interior, y era tan grande como un pequeño baño público. Sin embargo, todavía se veía lujoso, probablemente podría acomodar a diez personas a la vez.

Teníamos una bañera en casa, pero no era mucho más grande que una bañera doméstica normal de mi viejo mundo.

Esperaba algo parecido a una fuente en forma de león y, aunque no había nada por el estilo, el lugar estaba hermosamente decorado. Tenía ese tipo de elegancia que gusta a las damas nobles.

Mientras admiraba el baño, Sophia llegó.

—¡Nunca he estado en un gran baño compartido! —me dijo, visiblemente emocionada. Luego, al entrar, comentó—: ¡Esto es maravilloso!

Lo sé, ¿verdad? Yo también estoy emocionada. Ya quiero sumergirme.

Sophia y yo, ambas emocionadas, esperábamos ansiosas a que llegara Mary… Llegaba tarde.

Estábamos empezando a preocuparnos, porque Mary no era de las que llegaban tarde, cuando su doncella vino a buscarnos.

—La señorita Mary les ofrece sus disculpas. Ella no se encuentra bien y no puede venir.

—¿No se siente bien?

Quizás ella vaciló cuando la invité antes porque ya estaba empezando a sentirse mal…

—No se sentiría bien disfrutar bañándonos aquí mientras la señorita Mary no se encuentra bien —dijo Sophia con una expresión oscura.

—Tienes razón. ¡Vamos a ver cómo está! Siempre podemos bañarnos aquí en otro momento —le propuse a Sophia, pero la doncella negó con la cabeza.

—La señorita Mary solo necesita descansar; no es nada serio. Le gustaría que ustedes dos se divirtieran sin preocuparse —dijo. Resultó que no había necesidad de ver cómo estaba.

Después de escuchar eso, se sentiría mal no divertirnos… Era una pena que Mary no estuviera con nosotras, pero pensamos que lo mejor que podíamos hacer era divertirnos aún más para compensar eso.

—¡Oh, mira! ¡Esto es tan grande!

—¡Podríamos nadar aquí!

Entramos vistiendo nada más que una toalla enrollada alrededor de nuestros cuerpos, y ahora que pude echarle un vistazo, la bañera parecía aún más grande que antes.

—Por favor, no nade, señorita —replicó inmediatamente Anne, quien había venido conmigo. Las damas nobles solían ser seguidas por sus sirvientas (completamente vestidas) cuando se bañaban, y eso les quitaba la libertad de estar desnudas dentro de una tina de agua caliente, pero, en cualquier caso, estaba orgullosa de lucir más como una dama que en el pasado. En unos pocos años, de todos modos, nunca hubiera pensado en nadar.

—¡Señorita Katarina! ¡Hay un olor agradable que sale del agua!

—¡Oh, tienes razón! Huele a rosas.

—Deben haber mezclado un aceite aromático con el agua del baño —explicó Anne, al ver cómo Sophia y yo estábamos exagerando.

Un baño con olor a rosas era un lujo digno del castillo, y era fácil imaginar por qué todas las damas se turnaban para venir aquí.

Nos echamos agua caliente, nos bañamos en la tina perfumada y luego nos lavamos el cuerpo con un jabón suave y burbujeante.

Disfrutamos muchísimo de nuestro baño y esperaba que, la próxima vez, Mary pudiera acompañarnos también.

♦ ♦ ♦

Yo, Mary Hunt, volví a mi habitación, sola, conteniendo las lágrimas. La razón de mi consternación fue que no podía participar en lo que tanto había esperado: bañarme con la señorita Katarina.

Había reservado el baño con anticipación, pero cuando la señorita Katarina rechazó mi invitación ayer, pensé que tendría que rendirme, ya que hacer otra reserva para ese baño popular sería demasiado difícil.

Sin embargo, hoy me invitó a ir con ella, y tuvo la suerte de que alguien acababa de cancelar su propia reserva. ¡Qué maravillosa noticia!

Había estado deseando bañarme con ella desde que empecé a quedarme en el castillo… no, ¡mucho antes! Lo había soñado durante años.

Estaba entusiasmada, regocijándome con mi suerte mientras me imaginaba riendo y jugando junto a la señorita Katarina.

Para preservar mi fama como dama modelo, generalmente me comportaba de la manera más elegante y refinada posible. Pero, ante tal noticia, me olvidé por completo de la elegancia y el refinamiento y expresé mi emoción con tanto fervor que, por primera vez en al menos diez años, comencé a sangrar por la nariz. Terrible.

Pensé que mantener la nariz apretada sería suficiente para detener la hemorragia nasal, pero no fue así. De hecho, seguí sangrando durante tanto tiempo que uno de los sirvientes incluso llamó a un médico.

—Es solo un esfuerzo excesivo. Solo necesita descansar en un lugar fresco —declaró.

Los sirvientes, aliviados, empezaron a decir lo contentos que estaban… ¡pero no había nada de que alegrarse!

¡Debo ir a bañarme con la señorita Katarina! ¡No tengo tiempo para enfriar mi nariz!

Intenté razonar con ellos, pero los sirvientes se negaron a dejarme ir, diciendo que bañarme sería demasiado peligroso.

Nunca me comporté como una niña mimada, pero en esta ocasión insistí tanto que tuvo que intervenir la doncella que me había estado cuidando toda la vida.

—Señorita, ya no es una niña. Debe comprender que no puede bañarse con esa hemorragia nasal. Incluso si fueras, solo harías que tus amigas se preocuparan. No te invitarían más después de eso —me dijo fríamente, así que no tuve más remedio que contener las lágrimas y rendirme.

No podía dejar que me vieran sangrando así, así que le pedí a mi doncella que les dijera que no necesitaría que me visitaran.

Luego me acosté en mi cama, llorando sobre mi almohada.

Me juré a mí misma que no perdería la oportunidad de bañarme con la señorita Katarina la próxima vez y que encontraría una manera de prevenir las hemorragias nasales.

Lo que no esperaba era que ella contara a los otros nobles su experiencia en el baño con tanto entusiasmo que todos se interesaron por ello y las reservas se acumularon de inmediato, lo que me hizo imposible volver a intentarlo.

Todavía tendría que esperar antes de que mi sueño se hiciera realidad…

Shisai
Un poco de Alan y Mary para variar... ¿Hay posibilidades de que se amen? Creo que se llevan bien y tienen una especie de entendimiento. ¿Pero habrá alguna manera de que su relación se vuelva romántica?

6 respuestas a “Katarina – Volumen 8 – Capítulo 2: El seminario (2)”

  1. Esa noche Alan y Mary se manosearon…cada uno en su respectiva habitación xD
    Si hubiera un sistema de Analisis en ese mundo sin duda Katarina tendria habilidades pasivas como [Seducción nvl.10] [Lujuria nvl.1] [Súcubo] xD

  2. Mmm… yo veo difícil eso de AlanxMary 😅 pero bueno… quien sabe…
    Jajajajaja Katarina anda arrasando estos días en el castillo xd
    No se si le den uno de estos “momentos de tentación con Katarina” a Jared… solo se que si se lo dan… se va a descontrolar 🤣🤣🤣🤣
    Y espero que a Nicol le den uno también
    Muchas gracias por el cap!

  3. Jajajajaja pobre de Mary y Alan, ya hacía tiempo que quería saber de ellos, me pregunto quien hará su movida en este volumen o es que habrá un nuevo miembro en el harem?

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