La hija de la Casa Albert – Capítulo 42

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


— ¿Por qué? ¡¿Por qué irá como una estudiante de intercambio al extranjero?!

—Bueno, es porque esa escuela tiene una clase en la que estoy interesada. Además, la cuota es para una sola persona.

—Señorita Mary, ¡eso es cruel! El Joven Amo Patrick también, si sabía de esto y, ¡no me lo dijo!

— ¿Por qué? Bueno, porque sabía que algo como esto sucedería. —dijo Patrick sin rodeos, mientras bebía un sorbo de su té negro y le lanzaba una mirada, con ojos críticos, a Mary que decía “¿no había una mejor forma de decírselo?”.

Mary, que sintió su mirada, lamentó su descuido, mientras miraba a ambas personas ruidosas. Se le escapó de su boca, a pesar de que planeaba explicarle las cosas en orden y en un lugar tranquilo.  Además, en el caso de Addie, también planeaba traer a su padre.

Al parecer, su felicidad de “no ser perforada” era más de lo que sabía.

En contraste con Mary y Patrick, Addie y Alice mostraron una mueca llena de insatisfacción. En particular, Alice tenía las mejillas tan hinchadas que le provocaban dolores de cabeza, al punto de hacer pensar si de verdad era la princesa de su país.

Incapaz de verlo, Mary suspiró, mientras ponía su taza de té sobre el platillo.

—Hey, este estudio de intercambio solo dura un año. Además, la escuela se encuentra dentro de la frontera del país, por lo que no toma mucho ir y venir. Volveré a menudo, así que no hagáis un alboroto, por favor.

—Pero, un año sin la Señorita Mary…si la distancia es lo suficientemente cercana para un viaje diario, ¿no sería mejor viajar desde casa?

—De ninguna manera, qué problemático.

El ir más allá de la frontera del país, todos los días, solo para ir al colegio, las mejillas de Alice se hincharon más cuando Mary la cortó con esas palabras. Por el contrario, Mary frunció el ceño cuando Alice se tragó el té con desesperación, la elegancia de una princesa no se veía por ningún lado.

Addie, que recibió la batuta de Alice, miró seriamente a Mary.

—Entonces…por favor, vuelva una vez que la última clase haya acabado antes del día libre. Y cuando acaben las vacaciones, por favor, salga en el último minuto antes de que la clase empiece. Estaré de acuerdo si es así.

— ¡Aaagh! De todos modos, ¡por qué necesitaría tu permiso!

— ¡Entonces yo también…!

Iré con usted. Addie tragó las palabras que estaba a punto de decir.

Más bien, no le era posible decir nada porque Mary palmeó sus mejillas con ambas manos. Era un sonido ligero que no podía decirse que fuera una bofetada, pero Addie, cuyas mejillas estaban apretadas, y por supuesto, Alice y Patrick solo pudieron abrir más los ojos.

Solo Mary miró a Addie con una fuerte mirada, y seriamente dijo:

—No te perdonaré si dices algo más.

— ¡Hey! ¿Por qué crees que dejo que otras personas digan que soy una señorita tan exigente que debe llevar a su asistente a la escuela?

—Es…porque tengo algo que quiero aprender en la Academia Karelia…

—Así es, tienes cosas que quieres aprender aquí y yo tengo cosas que quiero aprender en otra escuela. Entonces, lo que deberíamos hacer es obvio.

Al decirle que era como un niño, Addie solo podía lucir preocupado, mientras bajaba las cejas y respondía.

—Tiene razón.

—Honestamente… —Mary solo pudo soltar un  pequeño suspiro, mientras lo miraba.

Y, cuando estaba a punto de soltar sus mejillas, era su turno de ser atrapada. Sorprendida, Mary levantó la vista de nuevo hacia Addie, cuyos ojos de color óxido, antes mansos, la miraban fijamente.

— ¿Addie?

—Entonces, por favor, al menos prométame que estando ahí no hará nada precipitado. El que vaya más allá del alcance de mi mano, ni siquiera quiero pensarlo.

Con una mirada tan seria, la observó apasionadamente, tan diferente a su apariencia previa. Ante esto, Mary contuvo la respiración y apartó la mirada, nerviosa.

Siempre pensó que era débil ante el rostro sonriente de Addie pero, últimamente, se encontró débil ante esta mirada apasionada que le mostraba ocasionalmente. Bajo su mirada, se sentía inquieta e incluso sentía que su corazón se apretaba y adormecía.

Sin saber la razón de su inquietud, Mary soltó una pequeña tos y fingió acariciar su cabello, deslizando suavemente la mano.

Su pelo plateado se meció suavemente. Su postura era exactamente la de la hija de un noble.

—S-Sí…entiendo. Tienes razón, siempre hemos estado juntos. Incluso si es por solo un año, no puedo evitar que te preocupes. Así que, volveré frecuentemente, por favor, no te preocupes.

—Entonces, por favor, vuelva en la mañana del día libre en carruaje y regrese en el último minuto el último día de las vacaciones.

— ¿Dónde está el compromiso?

—Además, ¿qué quiere aprender allá? ¡Qué es lo que quiere hacer para tener que ir más allá de la frontera del país!

— ¡Administración empresarial!

— ¡El plan para la tienda de aves migratorias y almuerzos aún continúa!

A donde se dirigió su mirada apasionada, Patrick solo pudo suspirar mientras Mary y Addie volvían a sus bromas habituales como si hubiesen sido cambiados.

—Solo un empujón más. —murmuró Patrick.

Addie y Alice, que escucharon sus palabras, agarraron el brazo de Mary de ambos lados y se giraron hacia él.

—Patrick, ¡por favor, ayúdanos!

Por supuesto, como el hijo mayor de la Casa Duce y el futuro príncipe, posiblemente, no podía hacer eso. A pesar de que tampoco sentía ganas de ayudar a Mary y, desde el principio hasta el final, solo se dedicaba a ser un espectador que los observaba con elegancia.


Capítulo 43 ya disponible en Kovel Times edición 23.

4 respuestas a “La hija de la Casa Albert – Capítulo 42”

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