La Malvada Reina – Capítulo 1: Batalla (1)

Traducido por Tomoe

Editado por Susibet


Cuando ella despertó, la primera cosa que le regreso fue el sentido del olfato, olía el olor de la sangre y hierro oxidado a su alrededor.

Lo siguiente fue el sentido del gusto. Su boca estaba llena de un abundante líquido que sabía tan desagradable como olía.

– ¡*Stup*…!

La mujer escupió el líquido en su boca.

Y luego el sentido del tacto regreso. Ella se volvió consciente de que su cuerpo y su cara estaba en el suelo áspero y sólido.

La sensación húmeda que goteaba desde su boca hasta su cuello era probablemente el líquido que ella había escupido.

No tenía tiempo para pensar que tan disgustante se sentía esto, porque su sentido del dolor repentinamente regreso y ella sintió como si sus nervios estuvieran siendo desgarrados.

– ¡Uoag! ¡Aaargh!

La mujer gritó cuando abrió sus ojos. El mundo a su alrededor comenzó a tomar forma y ella recuperó su visión.

Ella vio rojo y marrón mezclado en el suelo. Alzó la cabeza y vio una gruesa nube de polvo y grandes patas de bestias. Con el rabillo del ojo pudo ver que sus manos estaban cubiertas de sangre.

— ¡Su Majestad! ¡Su Majestad!

Ella escuchó un grito serio y supo que su audición también había regresado.

¿… Su Majestad? ¿De quién ellos están hablando?

Ella aguanto el dolor y miró hacia la dirección de donde provenían las voces. Allí, las caras pálidas de unas personas entraron en su visión.

— ¡Su Majestad ha sido atacada por espías!

—Rápido llama al sanador.

— ¿Cómo está progresando la batalla?

Débilmente se da cuenta que la voz encima de ella, proviene de un vehículo.1

… ¿En medio de una batalla? ¿Es esto un campo de batalla?

Para su conocimiento, el Japón donde ella había nacido y crecido, no debería estar en medio de una guerra ahora. Obligando su cansado cerebro a funcionar.

Repentinamente, la más apropiada respuesta vino hacia ella.

¿Esto un sueño? 

Había estado viendo el mismo sueño una y otra vez por mucho tiempo, pero no tenía confianza en su respuesta, esto es porque siempre olvidaba el sueño tan pronto como se despertaba, pero aun así recordaba ver fragmentos de una batalla en un mundo medieval.

¿Estoy dentro del sueño sobre el que siempre estoy soñando? Sin embargo, es un sueño horrible. ¿Nada se puede hacer con este dolor?

– ¡Goah! Aaah…

Ella otra vez levantó un grito doloroso parecido a una bestia, ante el dolor que recorre todas las partes de su cuerpo.

La mujer … Toushou Mari era una estudiante ordinaria que vivía en Japón. La cual disfrutaba de una vida de universitaria divertida con sus cinco amigos íntimos, que eran tanto hombres como mujeres. Ella no tenía un novio y para una muchacha a su edad, era un poco solitario. Pero sus confiables amigos compensaban aquella soledad. Creció en un entorno especial debido a ciertas circunstancias, pero ella era chica bastante común. Era una mujer que no sobresalía, una mujer que se podría encontrar en cualquier parte… Esa era Mari.

La última cosa que recordaba era estar en su apartamento, y ya  que el verano de su segundo año en la universidad se había terminado, debía escoger un seminario al cual asistir, pero mientras revisaba los materiales parece que se quedó dormida.

Y ahora, ella estaba soñando.

Esta era probablemente una batalla y parece que Mari había sido herida y se cayó.

 ¿Qué es eso…?

Repentinamente sintió una incómoda sensación entre las personas que se movían alrededor.

Giró la mirada hacia esa dirección y vio a un hombre calmadamente observando la situación.

El hombre tenía cabello corto negro y una bronceada piel. Tiene buenos rasgos y sus ojos eran del mismo color que el de su cabello. Se veía como si estuviera a finales de sus veinte. Ella no podía estar segura del porque estaba cabalgando una bestia que le recordaba a los caballos, pero se veían altos y sus cuerpos eran firmes.

El hombre estaba separado de quienes estaban alrededor suyo y él estaba inspeccionando el conflicto como si lo ridiculizara. Luego sus ojos se volvieron hacia Mari.

Sus ojos se abrieron y brillaron como si acabara de encontrar algo interesante.

¡¿Qué?!

La sangre se apresuró a la cabeza de Mari mientras lo observaba. Por alguna razón, sintió como si él le estuviera faltando el respeto.

Por un momento, y era realmente por un momento, se olvidó del dolor debido su enfado y repentinamente pensó:

Si no me pongo de pie…

Ella resistió dolor, el que era suficiente para rasgar su cuerpo, y forzó a sus extremidades a moverse.

Si no me pongo de pie… ¡No puedo seguir mostrando una apariencia tan antiestética!

De alguna manera logró empujar sus manos sobre el suelo y trató de levantar su cuerpo.

— ¡Gah!

Mari suprimió el lamentable llanto tratando de escapar de ella.

— ¿¡Su Majestad!?

Voces estupefactas se levantaron alrededor de ella.

Sus manos no podían lidiar con el dolor y el peso de su cuerpo, por lo que apenas logra levantarse del suelo, su cuerpo se derrumbó.

— ¡Su Majestad! ¡Sus manos…!

Ella violentamente agito sus manos que estaban soportando su cuerpo.

¡De pie!

Mari se regañó a sí misma y una vez más forzó su cuerpo.

Luego, finalmente se levantó. Su cuerpo entero estaba gritando de dolor, desde la parte superior de su cabeza hasta la punta de los dedos de sus pies. Sin embargo, la idea de tener que levantarse, mareo a Mari.

Se puso de pie mientras vomitaba sangre.

–¡Gah!

Su cuerpo temblaba y ella fue golpeada con mareos.

Quiero acostarme… O al menos ponerme de rodillas.

Ella descarto sus frágiles deseos y orgullosamente levantó su cabeza.

— ¡Su Majestad!

Las personas alrededor de ella entraron en un frenesí de deleite y asombro.

¡Tan ruidoso!

Mari solo escuchaba ruido. E ignoró a quienes se reunían y se aferraban a ella. Miró alrededor, ignorando el dolor… estaba completamente  atónita.

Como ella pensaba, esta era una batalla.

Mari estaba parada a mitad de camino de una descuidada colina para que pudiera ver a lo lejos.

Tan lejos como podía ver, el lugar estaba cubierto de polvo. Allí se encontraban hombres como los caballeros de la Europa medieval, los que vestían hermosas y elaboradas armaduras con mantos carmesí. Habían muchos soldados de infantería.

Pero quienes sobresalen eran los soldados cabalgando las bestias que se parecían a los caballos. Eran hombres jóvenes vestidos en uniformes con decoraciones doradas y magníficos bordados en sus mangas y cuellos.

Había un ejército magníficamente grande aquí.

Cuando Mari levantó la vista, vio varias banderas con el mismo diseño levantadas en el aire.

Mari quien estaba estupefacta, escuchó el rugido de varias bestias. Mirando más de cerca, las bestias eran mucho más grandes que los caballos. Sus cuerpos eran cercanos en apariencia a los caballos, pero ellos se veían más majestuosos.

Una bestia cayó junto a Mari, una que era significativamente más grande que las otras bestias de alrededor de ella. Ella probablemente estaba cabalgando esa bestia y ellos fueron golpeados juntos. La sangre fluía de sus gruesas piernas.

Mari estaba cautivada por la escena de enfrente de ella, una escena que no era posible en el Japón moderno.

Era como una escena de una película y en adición a eso, parecía el clímax de una película de fantasía.

Esto no es real… Esto es definitivamente un sueño.

Mari concluyó, con su cabeza palpitando de dolor.

— ¡Su Majestad! ¡Está a salvo!

Como dije, ¿¡quién es Su Majestad!?

Mari no estaba interesada en los caballeros que estaban avanzando hacia ella, en su lugar ella estaba mirando más lejos.

Más allá del ejército interminable de hombres vestidos con mantos carmesí, ella encontró un pequeño grupo llevando banderas azules.

… Así que ese es el enemigo.

Por alguna razón ella sabía eso. Escuchó el grito de guerra del enemigo en medio de todos los bramidos y gritos.

— ¡La Reina ha caído!

— ¡Es nuestra victoria!

¿Eh?… ¿Quién ha caído?

Mari pensó, tratando de captar la situación en su cabeza.

Los hombres alrededor de ella la llamaban “Su Majestad,” y el enemigo estaba gritando “La Reina ha caído.”

Mi cabeza duele.

Mari estaba enormemente perpleja por el dolor provocado por la situación frente a ella y no por los factores externos.

Por alguna casualidad, ¿Su Majestad se están refiriendo a mí? ¡¿Y yo había sido derribada por el enemigo?!

Era una situación increíble.

… Esto no es bueno.

Mari dejó caer sus hombros, decaída… y encontró la culpa en sí misma.

Primero, era imposible para una reina estar en medio de una batalla. La batalla no estaba siendo comandada por el rey mismo, sino por un general. Después de que el rey decidió sobre un plan de batalla, nadie se debería oponer. Habría caos en la batalla si el rey entra. El sistema de comandos debe ser claro y la parte superior de la cadena de mando es el general, quien está bien educado en batallas.

¿Qué están haciendo ellos…? ¿¡O ellos no pueden confiar en el general!?

Mari miro a las caras miserables de los hombres que iban hacia ella y pensó que eso podría ser posible.

Sin embargo, su mirada una vez más se encontró con el hombre de cabello negro que la miraba a ella con interés. Estaba convencida de que algo estaba mal.

Mari suspiro.

Y el enemigo asesinó a la Reina. Es imposible para una Reina ser vencida.

Claramente entendió que era una batalla perdida.

Bueno, parece que no he muerto.

Probablemente Mari era “Su Majestad”, y  fue cortada por el enemigo por lo que se cayó de su bestia. En ese momento se cortó su boca y vomito sangre. Ella estaba probablemente vendada en su cuello o sus hombros, se encontraba lastimada por todos lados y sentía un dolor agudo en su hombro izquierdo. Sin embargo, Mari no sentía como si su vida estuviera en peligro. El dolor también estaba desapareciendo gradualmente.

… Incluso así, esta situación es mala.

Su ejército estaba conmocionado por el hecho de que había caído ante el enemigo una vez y el enemigo creía que ellos ya habían ganado y tenían su moral alta. A este ritmo terminaría de esa forma. Más o menos podía ver que habían más soldados de su lado, pero la moral del enemigo está presionando a su ejército.

Pero si podemos salir de esta desesperada situación entonces tenemos una oportunidad de ganar.

Aunque esto es un sueño, saber que la batalla estaba perdida por su culpa, dejaba un sabor desagradable y más que nada, ella no quería perder.

Tratare de hacer lo que pueda…

Afortunadamente, Mari tiene confianza en juegos simulación.

De todos modos, tengo que hacer algo sobre la moral del ejército. Y también…

Ella bajó la mirada y miró a su bestia retorciéndose.

— ¡Levántate!

Ella le dio un comando insensible a la bestia herida y en sufrimiento,  pensó que era una cosa cruel de hacer, pero  no tenía tiempo para sentir lástima por él.

Si ellos pierden, serían asesinados de todas maneras.

— ¡Levántate! ¡Alware!

Ella se dio cuenta que ese era el nombre de la bestia después de llamarlo.

Esto es realmente un sueño. Es tan conveniente.

“Alware”, proviene de su mente y ella se rió un poco.

Una ordinaria bestia tenía un cuerpo más grande que un caballo. Alware tenía más poder y un cuerpo más grande que esas bestias, él era el líder de la armada de bestias. Él tiene piernas firmes y gruesas, y su cuerpo estaba apoyado por músculos bien desarrollados. Tiene un cuello largo y una cara más pequeña que un caballo. Las criaturas de fantasía recordaban a grifos y dragones. Su fiera mirada mostraba que él tenía una alta inteligencia. La mayoría de bestias estaban cubiertas en cabello marrón claro, pero Alware estaba cubierto en un majestuoso cabello negro.

Él no era una bestia que caería al suelo así.

— ¡Levántate!

Al tercer comando de Mari, Alware sacudió su cuerpo y se puso de pie sobre sus cuatro patas

El largo de su cuerpo era un poco más allá de los tres metros de largo.

—Buen chico.


[1] Vehículo: Acá se hace referencia a un medio de transporte, aunque no se especifica de qué tipo, ya puede ser carro u otro medio de transporte.

8 respuestas a “La Malvada Reina – Capítulo 1: Batalla (1)”

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