La poseída hija del Duque – Capítulo 22

Traducido por Maru

Editado por Tanuki


La sección “Senior” separa las clases en sus respectivos años, pero también hay una clase que contiene estudiantes de varios niveles. Esa era la clase de Lilia, una clase para los nobles superiores. El equipo y mobiliario de la escuela eran los mismos que para los plebeyos y solo esta clase estaba separada del resto. Puesto que no habría fin para los problemas si se pusiera con todas las demás.

Al entrar al aula, Lilia fue directamente a su asiento. Los asientos estaban espaciados en seis columnas y cinco filas. El asiento de Lilia estaba en la primera fila. Probablemente porque aún era muy temprano, solo había unas pocas personas. Sin ser abordada por nadie, logró sentarse en su escritorio.

—Lilia. ¿Vas a estar bien?

—¿Por?

—Bueno… el asiento a tu lado.

Al señalarlo, Lilia recordó algo que había olvidado hasta ahora. El asiento a su derecha, era el del Príncipe.

—Definitivamente no está bien.

—No es verdad. ¿Qué vas a hacer?

—Sí, déjame ver…

No es ninguna ayuda que el Príncipe esté en la misma clase. Así era la escuela, para que ella pudiera arreglárselas. Pero tener un asiento adyacente era una historia diferente. Lilia se levantó de su asiento y se volvió hacia la ventana.

Tres estudiantes estaban teniendo una charla amistosa. Lilia las reconocía a todas, pero la persona de cabello pelirrojo le  era especialmente familiar.

Krystel Agnis. La hija mayor del Maques Agnis; era conocida como Kris. No podía decirse que se llevara especialmente bien con Lilia. Más bien, incluso podría decirse que eran enemigas, pero en este momento ese era el menor de sus males. Lilia caminó en silencio hacia Kris.

—¿Oh?

Kris pronto se dio cuenta también. Con una sonrisa maliciosa, miró a Lilia. Lilia odiaba esa sonrisa.

—Buenos días, Kris. ¿Tienes un poco de tiempo?

—Oh, buenos días, Señorita Lilianne. ¿En qué puedo ayudarte?

Su discurso fue cortés, pero la burla que se aferraba a cada palabra se transmitía a fondo. Absolutamente desagradable.

—Me gustaría pedir un pequeño favor.

—¿Un favor? Si es algo dentro de mis capacidades, por supuesto. En nombre del Duque, concédeme tus órdenes.

Era una forma muy irritante de hablar. Pero si ella cediese ante la provocación, la conversación nunca llegaría a ninguna parte. Lilia ignoró todas las burlas y siguió hablando.

—Nuestros asientos, ¿estarías dispuesta a cambiar conmigo?

Los ojos de Kris se abrieron de sorpresa. Era de esperarse, ya que el asiento de Lilia, el que estaba al lado del Príncipe, era algo que Lilia casi había amenazado por obtener. Todos, incluido el Príncipe, sabían de esto.

—Había escuchado que algo pasó entre Su Alteza y tú pero… ¿En serio?

En su sorpresa, el discurso de Kris volvió a un tono normal. Lilia asintió.

—Está bien. Sin nada más, definitivamente no quiero tener el asiento de al lado. Habías dicho que quisiste estar al lado de Su Alteza antes, así que no es un mal negocio, ¿no?

—Eso, no es pero… ¿Qué estás tramando? —preguntó mirando con hostilidad a Lilia.

—Nada en absoluto. —respondió ésta encogiéndose de hombros —Ya ves, he terminado con Su Alteza.

—Es así… Entonces, aun si quieres volver a cambiar más tarde, no ocurrirá, ¿de acuerdo?

—No lo haré. Lo juro en nombre de Aldis.

Aun así, Kris miró a Lilia con sospecha, pero rápidamente cambió a una amplia sonrisa. Recogió sus cosas del escritorio con premura, e incluso le dio una limpieza rápida, lo cual era sorprendente.

—Bien entonces, aquí tienes Señorita Lilianne. A partir de ahora es tu asiento.

—G-gracias… No pensé que llegarías tan lejos. Aunque no he limpiado el mío en absoluto…

—No me importa. Bueno, entonces me iré. —rio.

Dejando atrás a sus seguidores, se fue al lugar que solía ocupar Lilia. Después, los dos seguidores se apresuraron a ir tras ella. Al comprender un poco lo que Kris debe estar sintiendo, Lilia hizo una sonrisa amarga y se sentó en el asiento vacío.

—Con esto puedo descansar tranquila. Ahh, pero si es posible me gustaría estar más atrás…

—Qué raro viniendo de Lilia, la que quiere ser el centro de atención.

—Eso fue solo porque quería atraer la atención de Su Alteza. Ahora, sin embargo, ya no me importa.

Después de un rato, el resto de estudiantes llegaron. Negociando con los estudiantes de atrás, cambió su asiento con ellos, hasta que Lilia consiguió el asiento de la ventana de la última fila. Si estaba aquí, no debería sobresalir.

—Era una buena negociación, si tengo que decirlo.

—No, aquí está la cosa, Lilia. Fue básicamente porque los coaccionaste, ¿sabes? Las peticiones de Lilia para la mayoría de la gente se toman como una orden. Lo pasaré por alto hoy, pero por favor, intenta restringirte en un futuro.

—Solo estaba tratando de pedir un favor. Sin embargo… lo entiendo…

Verdaderamente había intentado de pedir un favor normal, pero parece que las otras partes sintieron que se lo ordenaban. No es de extrañar que todos tuvieran miedo en sus ojos. Era la primera vez que terminaba sintiendo que el nombre de Aldis era un obstáculo.

—¡Señorita Lilianne! —oyó mientras suspiraba, una voz familiar.

La expresión de Lilia se puso un poco rígida. Siguiendo la voz, tres alumnas entraron en el aula y caminaron directamente hacia ella.

—Señorita Lilianne, así que ya habías llegado. ¡Estábamos preocupadas! —dijo una de las tres, seguida por las dos que asintieron.

—Lo siento. Estoy bien ahora.

—Ahh, eso es genial. Qué alivio. Por cierto… ¿por qué estás sentada en la esquina de la clase de esta manera? No me digas, la Señorita Krystel…

Los ojos de las chicas se estrecharon. Al ver eso, Lilia dejó escapar un suspiro abiertamente. Entendió muy bien los sentimientos de las chicas, pero la actual ella, que quería mantenerse al margen de cualquier problema, se sintió un poco molesta. las tres notaron que Lilia estaba visiblemente frustrada.

—Uh… ¿Señorita Lilianne…?

—No es nada. Fui yo quien quiso este asiento. ¿Debéis haber oído los rumores sobre Su Alteza y yo?

—Bueno, sí… Parecían rumores sin fundamento, así que no les presté ninguna atención.

—Son verdad. Desde ahora en adelante, haré todo lo posible por evitar involucrarme con Su Alteza, así que por favor, actuad en consecuencia.

Los tres pares de ojos se abrieron con asombro. Aunque probablemente era de esperar. La Lilia de antes se aferraría al Príncipe lo máximo posible después de todo. No sería extraño si dijeran que no podían creerlo.

—¡Señorita Lilianne!

La chica que estaba hablando levantó la voz fuertemente. Lilia levantó su guardia reflexivamente por lo repentino que fue.

—¿Qué?

—Por favor, no te sientas abatida. ¡Es la Señorita Lilianne, definitivamente puedes recuperar el corazón de Su Alteza!


[Maru: Ugh, no. Definitivamente un chico así no merece el corazón de nadie. Mejor no recuperes nada, Lilia, que sales ganando.]

[Tanuki: Y díganle al príncipe que… que… que coma tierra!]

♥ ❤ ♥

7 respuestas a “La poseída hija del Duque – Capítulo 22”

  1. En lo personal yo preferiria que lilia convesca a tina de que se enamore de otra persona o algo por el estilo porque siento que ese principe no merece nada

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