La poseída hija del Duque – Capítulo 30

Traducido por Maru

Editado por Tanuki


Sakura…

¡Espera, espera! Definitivamente tengo una idea. ¡Acaba de llegarme!

Qué al azar… ¿Cuál es tu plan?

Los amigos son muy útiles. Vamos a ver a tina.

Ya veo. Pensó Lilia mientras entendía lo esencial. En este país, el rango de barón era inequívocamente cercano al de un plebeyo. Tina debe tener cualquier cantidad de ropa que pueda mezclarse con la gente común. Simplemente, todavía había un problema.

Tengo que ir yo misma, ¿verdad?

Bueno, sí. Necesitas el disfraz y no creo que puedas pedirle a Alisa que haga esto por ti. No, supongo que Alisa te ayudaría, pero estoy segura de que se preocuparía.

Si Lilia se lo ordenara directamente, probablemente lo cumpliría, pero ella no quería someter a Alisa a eso. Siendo su criada, también era una de las pocas aliadas que tenía aquí. Quería tratarla bien. Cuando se dio cuenta de que estaba pensando esas cosas, se sorprendió un poco.

Supongo que no se puede evitar… Siento que voy a crear más rumores, pero vamos.

Haz lo mejor que puedas.

Debe ser agradable ser tan despreocupado.

Lilia confirmó el tiempo indicado en la invitación y chasqueó la lengua. La fiesta estaba programada en la noche. Hubiera sido genial si la avisasen con un poco más de antelación, pero probablemente fue planeado por el príncipe idiota después de todo. Hablando de él, no sería extraño si solo como una excusa para invitar a Tina se hubiera apresurado a un plan de último momento para celebrar una fiesta por la noche aquí.

Sin embargo, dado que en realidad no se programaron otras fiestas por la noche, ésta debería haberse planeado con anticipación. Probablemente fue así para que Tina no tuviera oportunidad de negarse, que la notificación llegará justo antes del evento.

De cualquier manera, Lilia no tenía nada que ver con la situación en torno a eso. Realmente no quedaba mucho tiempo, así que tuvo que apresurarse con sus preparativos.

—Alisa, me iré por un momento.

Tras informar a Alisa, que había comenzado apresuradamente su trabajo, Lilia dejó atrás su habitación.

Lilia descendió al segundo piso y al pasar por la entrada, el animado pasillo se calmó de golpe. Mirando a su alrededor, los estudiantes que habían estado teniendo conversaciones amistosas se habían puesto rígidos cuando notaron a Lilia. Bueno, esto debería haber sido esperado ya que los nobles de alto rango no solían poner un pie en este piso.

Aun para alguien de una casa ducal, esto es exagerado. Por ahora, solo vayamos a la habitación de Tina.

De acuerdo… Probablemente tengan una idea de quién soy.

Estoy segura de que cualquiera lo sabría. Eres muy famosa. Todo a causa de cierto príncipe idiota.

Un verdadero bueno para nada, príncipe idiota.

Mientras abusaba verbalmente de su antiguo objetivo de afecto junto a Sakura, se dirigió hacia la mesa junto a ella. Allí estaban sentados tres estudiantes varones y cuando notaron que Lilia se acercaba a ellos, palidecieron al instante. Aunque ni siquiera había dicho nada… Lilia se sintió un poco disgustada, mientras les preguntaba.

—Estoy buscando la habitación de Tina Breyer. ¿Sabrían decirme dónde está?

Los tres se miraron dubitativos y luego asintieron con seriedad.

—Muy bien. —asintió ella también —Entonces, por favor, guiadme allí. Ahora mismo.

—Bueno, no me importa pero… ¿Para qué vas allí?

—¿Esto tiene algo que ver contigo?

Cuando Lilia entornó los ojos ligeramente, multitud de escalofríos sacudieron a esos tres. Justo cuando estaba empezando a sentir que no llegaría a ninguna parte, alguien habló desde atrás.

—¿Puedo interrumpir?

Dándose la vuelta, apareció el dueño de la voz. Con un pelo corto de color castaño y un conjunto de pupilas rojas de fuerte voluntad que causaba bastante impresión, había una chica que probablemente estaba en el mismo año que Lilia. Y en un caso raro, ella estaba mirando directamente a Lilia. Eso fue algo nuevo para ella, y Lilia, sin querer, sonrió un poco.

—¿Qué?

Cuando la niña abrió la boca, Lilia mantuvo la sonrisa en el rostro mientras negaba con la cabeza.

—No. No es nada. Entonces, ¿hay algo que necesites de mí?

—Está bien. Esa chica, ¿qué quieres de Tina? Dependiendo de tu respuesta, puede que te golpee.

—¿Eh? Golpearme… ¿Tú? ¿A mí? Eh…

Lentamente, su sonrisa se profundizó. La cara de la niña se puso rígida y retrocedió un paso, pero sus ojos, que mantenían mirándola fijamente, solo se hicieron más fuertes. Aunque ligeramente sorprendida, Lilia examinó su reacción.

—Yo… ¡No cederé ante ningún noble! ¡Protegeremos a Tina! ¡Piérdase!

Ya veo. Asintió Lilia en su mente. Parece que se ha convertido en un completo malentendido. Teniendo en cuenta todo lo sucedido hasta ahora, probablemente no se pudo evitar, por lo que no se enfadó.

¡Mirar así a Lilia por el bien de su amiga! ¡Qué niña tan galante! Consigamos alguna de sus uñas. ¡Vamos a hervirlas y beberlas!

Si bebo eso, ¿te volverías un poco menos molesta?

¿Eh? No esperaba ese tipo de respuesta… ¿Eh? El tipo de imagen que tienes de mí es como…

Haciendo caso omiso a la Sakura que comenzaba a angustiarse por alguna razón, se encontró con la mirada de la chica. Justo cuando estaba pensando en cómo engañarla…

¿Eh? ¿Vas a tirarte un farol? ¿Por qué no lo dices sin más? No es que estés haciendo nada malo.

Ya veo. Asintió Lilia. Ciertamente, esta vez solo quería pedirle ayuda a Tina. No había nada turbio detrás.

—Creo que puedes haber malinterpretado algo aquí, pero solo vengo a pedirle un favor a Tina. Por eso la estoy visitando. ¿Hay algún tipo de problema?

—¿Ah? ¡Cómo si pudiera creer algo de ti! ¡Date prisa y vete de una vez!

Ella comenzó a levantar la voz, pero no era como si recurriese a la violencia. Mientras fuera a esta academia, sabía las consecuencias que tenía levantar la mano contra un noble, lo que era aún más si era de una casa ducal. Cuando Lilia siguió mirando su expresión sin moverse. La expresión de la joven se volvió más sombría.

—Si va a ser así… Entonces hasta yo tengo mis métodos…

—Solo ya basta, Aira.

—¡Cállate Kayten!

Detrás de la chica vino otra. Tenía el pelo largo y azul y estaba agarrando la manga de Aira. Era un color de pelo que era raro incluso en este país, por lo que había permanecido en su memoria desde algún momento antes. Pero, por supuesto, no fue hasta el punto de recordar realmente su nombre o apellido ni nada.

La chica con el pelo color castaño llamado Aira renovó su mirada hacia Lilia. Justo cuando estaba empezando a pensar que esto era solo una pérdida de tiempo…

—Aira, ¿qué pasa?

Una vez más, una tercera persona vino a intervenir. Sin embargo, esta vez ella conocía bien esta voz aquí.

3 respuestas a “La poseída hija del Duque – Capítulo 30”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido