La poseída hija del Duque – Capítulo 35

Traducido por Maru

Editado por Tanuki


Sakura fue cautivada por el sabor del daifuku de fresa. ¿Dónde se fue toda esa seriedad de antes? Haciendo una sonrisa indefensa, Lilia compró uno más y se dirigió a la siguiente tienda.

Después de eso, simplemente continuaron con una charla sin sentido mientras iban a las tiendas marcadas en el mapa. En el camino, se encontraron con muchas tiendas y alimentos que despertaron su interés, pero exceptuando una, las ignoraron todas. La excepción fue por supuesto el daifuku de fresa.

Y así, después de recorrer toda la ruta y de comprar su objetivo…

—Señorita. Tal vez ya sea hora de regresar.

Era la voz de un hombre. Lo reconoció incluso sin tener que voltearse, ya que era uno de los agentes. Pensando en ello, esa chica agente se había referido a él antes como “padre”. ¿Eran padres e hijos? Estaba un poco curiosa, pero no era algo que necesitara entrometerse, así que dejó la pregunta sin hacer.

—Entiendo. Volveré después de comprar eso.

Una pequeña caja envuelta en papel estaba frente a sus ojos. Recibiéndola del empleado de la tienda, sonrió levemente mientras se dirigía a la academia a la hora prevista.

Cuando llegó a la puerta, el guardia la miró antes de abrirle paso silenciosamente. Lilia tampoco dijo nada y pasó. El agente había desaparecido en algún momento. Y cuando regresó al aula donde se cambió, la esperaba Alisa de la misma forma que cuando se fue.

—Bienvenida de nuevo, Señorita Lilia. —la saludó mientras bajaba cortésmente la cabeza.

Lilia volvió a asentir y dejó la caja de papel en un escritorio.

—¿Puedo pedir que lleves eso de vuelta a mi habitación? Voy a mostrar mi cara un poco en la fiesta.

—Sí, ciertamente.

—Ah, una pieza de allí es para ti, así que sientete libre de comerla si quieres.

Alisa le dedicó una mirada de asombro mientras abría los ojos.

—¿Está realmente bien…? —dijo con voz temblorosa.

—Acabo de decirlo, ¿no es así?

—¡Muchas gracias! —agradeció mientras hacía una enérgica reverencia.

Lilia estaba un poco perpleja, pero simplemente consiguió que ella la ayudará a cambiarse de ropa antes de que regresara a la habitación.

Cuando volvió a la fiesta nocturna, el hombre de la entrada ensanchó un poco los ojos.

—Bienvenida de vuelta, Señorita Lilianne. Bueno, lamento decirlo, pero…

—Se acabará pronto, ¿no? No me importa. Simplemente saludaré a algunas personas.

—Entonces por favor, discúlpeme. Bueno, entonces, está bien.

Pasando al lado del hombre, entró en el lugar. A diferencia de cuando se había ido, el lugar estaba lleno de gente. Incluso las mesas estaban rebosantes de platos de comida.

Lilia, ¿no vas a comer?

No creo que pueda comer más después de eso…

Bueno, supongo que tienes razón.

Su estómago estaba lleno de diversas golosinas que comió mientras recorría las calles. No estaba para reventar, pero no había razón para forzarse a comer más.

Sintió algunas miradas y miró a su alrededor. Se encontró con muchas personas que la miraban, pero todos desviaron la vista rápidamente. Aunque se sentía un poco disgustada, para poder terminar su negocio con ella, buscó a la persona que necesitaba. Se estaba formando un congregado de gente alrededor de dicha persona, por lo que no fue difícil de encontrar.

Comenzó a caminar para acercarse. El entorno cercano se calló y le abrió paso. Era la escena habitual. Dentro de la multitud, Tina también estaba allí.

¿Eh?

Dejando salir una exclamación interna a tono con Sakura, ella solo giró la cabeza para mirar al área a su derecha. De hecho, era Tina. Vestida con un vestido extravagante, se la veía muy incómoda.

Esto debe ser obra de ese príncipe idiota, eh.

De verdad… Qué indigno… ¡Piensa un poco en la situación de Tina!

Lilia podía ver las pruebas que este inconsciente príncipe le hacía pasar. Tina ciertamente provenía de una casa de barones, pero eso no estaba en la posición de ser alguien invitado por la realeza. Rodeada exclusivamente de nobles de clase alta, ¿en qué tipo de estado mental estaba ella al ser el centro de todo esto? El Príncipe podía pensar que ella se negaría si no quería ir, pero no había forma de que alguien en la posición de Tina pudiera rechazar una invitación del Príncipe.

Así que ni siquiera puede comprender una cosa tan simple… Lilia sintió una ligera decepción y fue directamente a quien quería buscar, el Príncipe.

—Lilianne. ¿Para qué has venido?

Con esas primeras palabras saliendo de su boca, Lilia no pudo evitar fruncir el ceño. Los alrededores también dejaron escapar voces de confusión. Lilia rápidamente puso una sonrisa en su cara.

—Oh, después de enviar una invitación, esas palabras son un poco demasiado…

Incluso una burla todavía estaba dentro de la definición de “sonrisa”.

—No es como si te hubiera invitado porque quisiera. Fueron persistentes en no excluir a nadie de la casa de un duque de las invitaciones.

—Y no es como si quisiera venir, ya ves. Pero no sería bueno no responder a una invitación de la Familia Real, ¿no? Aunque ni siquiera quería que entraras en mi campo de visión.

Las cejas del Príncipe se alzaron. Tomando un respiro y preparándose, dijo:

—¿Podría por favor intentar pensar un poco más en la situación de la gente, Su Alteza?

—¡No quiero escuchar eso viniendo de ti! —gritó el Príncipe.

La atmósfera circundante se tensó como una cuerda, pero a Lilia no le importó.

Bueno, oye, el lugar es lo que es. Probablemente deberías pensar un poco en tu propia situación o le causará problemas a tu familia.

Eso es… Tienes razón. Tendré cuidado.

De alguna forma, calmando el corazón que había comenzado a acelerarse, Lilia fulminó con la mirada al Príncipe.

Así que todavía no vas a dejar de hacer eso, ¿eh? Dijo Sakura con una risa irónica, pero ella realmente no podía arreglar eso.

—Esto es tan… Sin pensar el lugar dije demasiado. Mis más profundas disculpas.

Dicho esto, bajó la cabeza. Voces de sorpresa se filtraron en los alrededores. Probablemente era natural ver a Lilia, que rara vez agachaba la cabeza, inclinarse obedientemente aquí.

—Mmmm… Siempre que lo entiendas.

—Sí. Me disculparé. Y con eso, os lo suplico una vez más. Por favor, piense un poco sobre la situación.

—Q-Qué…

El Príncipe se quedó sin palabras y luego su rostro se tiñó rojo de ira. Sin disculparse esta vez, Lilia echó un vistazo atrás, para luego devolver la mirada al Príncipe.

—Su Alteza. ¿Por qué Tina con un estado de Barón está presente aquí?

—¿No es obvio? Porque la invité.

—¿Por qué?

—¡Eso no tiene nada que ver contigo!

Un idiota. Tenemos un idiota aquí.

Vamos a detener esto, Sakura. ¿No es grosero?

¿Para quién?

Para los idiotas.

Intercambiando algunas bromas alegres con Sakura, se sintió refrescada e hizo una sonrisa. Gracias a Sakura, se las arregló para no perder la paciencia.

5 respuestas a “La poseída hija del Duque – Capítulo 35”

  1. Ese príncipe realmente es un idiota y sin valor, ahí tenía que defender a Tina y decir que es por que la amaba o era persona especial, pero ni eso puede hacer. Lo bueno es que Lilia ya no tiene nada que ver con el, solo espero llegue el dia en el que el se arrepienta de perder a tan grandiosa chica

Responder a Atelier Otaku Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido